NeoFronteras

Predicción de resultados electorales por niños

Área: Psicología — lunes, 2 de marzo de 2009

Con sólo enseñar las fotos de los candidatos políticos a unas elecciones, los niños son capaces de predecir quién ganará.

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Adultos y niños prefieren al candidato político francés de la derecha. Foto: Credit: J. Antonakis and O. Dalgas, Science.

¿Qué nos hace votar por un candidato u otro en unas elecciones? ¿Somos racionales o emocionales en la elección? ¿Nos dejamos llevar por nuestro espíritu crítico y razón o por la intuición e ideología? ¿No se basa la democracia en nuestra capacidad para elegir el mejor candidato? Si se pudiera predecir qué candidato va a ganar, ¿por qué no prescindir de las elecciones?
Hace unos pocos años unos científicos norteamericanos demostraron que en las elecciones al congreso de EEUU bastaba con enseñar las fotos de los candidatos para que unos adultos lograran saber quién iba a ganar independientemente de otros aspectos.
Ahora dos economistas de la Universidad de Lausana en Suiza han demostrado esto mismo utilizando a niños y fotos de candidatos a las elecciones parlamentarias francesas de 2002.
John Antonakis y Olaf Dalgas hipotetizan que si esta puntuación ingenua, basada solamente en el aspecto de la cara de los candidatos, está correlacionada con el resultado en las elecciones, es que votantes y niños deben de tener bastante en común.
En un experimento mostraron a 684 estudiantes universitarios 57 pares de caras (ambos de cada par competidores políticos y uno ganador de las elecciones) y se les preguntó sobre cuál les parecía más «competente». Descubrieron que los estudiantes eligieron al ganador un 60% de las veces, una desviación estadísticamente significativa de la que cabría esperar de un resultado aleatorio. Entonces usaron las mismas fotos y un juego de ordenador para preguntar a 681 niños con edades comprendidas entre 5 y 13 años cuál elegirían como «capitán de su barco». Obtuvieron resultados similares.
Los autores concluyen que los niños usan los mismos indicadores que los adultos cuando evalúan un rostro.
Alexander Todorov, de Princeton University y autor del artículo previo, califica este nuevo resultado como «realmente asombroso». Está de acuerdo con la sugerencia de que la manera en las que la gente infiere rasgos a partir de la apariencia es sorprendentemente estable a lo largo de la vida. Además, añade, dado que los niños suizos no son peores que los adultos a la hora de juzgar a los políticos franceses es probable que los votantes estén basando su cálculo en conocimientos subconscientes acerca de los candidatos.
Hacer este tipo de estudios en otros países democráticos sería más difícil porque en algunos casos los votantes no tienen realmente la posibilidad de elegir entre distintos candidatos de un mismo partido. En esos sistemas electorales el partido de uno elige por uno. Dado este estudio quizás no sea mala idea, pero siempre puede haber alguien con cara de buena persona, y votado por esto mismo, que llegue a ocupar democráticamente un alto cargo en política y que sea simplemente un incompetente independientemente del signo político al que pertenezca*.

Fuentes y referencias:
Noticia en Science.
Artículo original (de pago).

*Esto es simplemente una reflexión y no hace referencia en concreto a ningún político en activo. Este artículo no versa sobre ningún debate partidista, sino sobre la psicología en el proceso de elección.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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3 Comentarios

  1. lluís:

    «Vontantes y niños deben tener bastante en común». Sí.Concretamente tienen en común, que los niños, precisamente por niños, no pueden tomar decisiones informadas (con todos los elementos suficiente para emitir un juicio razonado en forma de voto) y por lo que se desprende de este estudio a los votantes adultos les sucedería exactamente lo mismo, salvo que en este caso la cosa es bastante más grave, porque como adultos a los que se supone informados, deberían votar de acuerdo a su información y no de acuerdo con lo más o menos agraciada que resulte una cara.

  2. Alejandro Sánchez:

    Hace años hice un curso de marketing político (la política es una afición que suelo tomar por no tener otra salida en mi país para lograr siquiera una máscara de cambios constructivos) y recuerdo que me dijeron «La imagen lo es todo». Más bien diría «La distracción lo es todo». Ver tanta televisión ya nos lavó el cerebro con «si es bonito es bueno» aunque ya en esta web, si mal no recuerdo, se expuso como se tiende a creer instintivamente que lo bello es bondadoso. Pero se supone que se elige al más capaz, no al que sepa sonreír mejor (como sucedió en Italia). En fin, por ahora la miseria de nuestra cultura democrática (?) es que no es meritocrática, sino «iconocrática» y lastimosamente casi siempre las apariencias engañan. Sobre eso hay un artículo buenísimo en este sitio

  3. tomás:

    En España, un conocido político machaconamente repetía si éxito: ¡programa, programa y programa! En estos momentos hay partidos que comienzan y que parecen desear cosas razonables, como listas abiertas o una segunda vuelta, para evitar pactos contra natura; en resumen, un perfeccionamiento democrático, camino que vamos recorriendo al revés. Una buena figura, una sonrisa o sacar oportunamente problemas artificiales, consigue desviar la atención de lo importante. Nadie se lee un programa, nadie pregunta por qué no se cumplen la promesas electorales. ¿Por qué no se exigen las mismas responsabilidades que a un fabricante que miente en al etiqueta de su producto? ¿Por qué está generalmente admitido que no se cumplan ni los programas ni las promesas, salvo causa excepcional a justificar? Muy sencillo: los medios de comunicación, manejados por poderes económicos a través del instrumento del poder político, favorecen la estupidez de las gentes. Sólo hay que echar una ojeada a la basura televisiva.
    Para luchar contra este estado de la situación, ¿no serían útiles programas en forma de folleto, muy sencillos de leer, atractivos y que admitiesen ser denunciados asumiendo responsabilidades ante la justicia? Cuando los políticos adulan al pueblo diciéndole lo sabio que es, mienten. El pueblo es y somos ignorantes y crédulos, y se nos engaña una y otra vez con el mismo señuelo.
    Mejor dejarlo con un saludo cordial y muy decepcionado.

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