Cómo evitar la mortalidad por el uso de carbón
Si los EEUU se pasaran a la energía solar fotovoltaica en lugar de usar carbón se evitaría la muerte prematura de 52.000 personas al año y los beneficiosos económicos serían cuantiosos.
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Algunos vimos en directo por TV cómo Donald Trump decía desengancharse del acuerdo de París. Independientemente de su obvia vulgaridad y de su personalidad débil y acomplejada, parece que Trump no sabe hacer números. Este y otros post son la respuesta de esta web a su absurda decisión.
Unos expertos de Michigan Technological University calculan que si los EEUU se pasaran a la energía solar fotovoltaica en lugar de usar carbón se evitaría la muerte prematura de 52.000 personas al año y los beneficiosos económicos serían hasta 2,5 millones de dólares por cada una de esas 52.000 personas. Publican estos resultados en Renewable & Sustainable Energy Reviews.
Según la OMS, la contaminación atmosférica es un fuerte contribuidor a la incidencia de cáncer, ictus, enfermedades cardio-vasculares y enfermedades respiratorias crónicas. Se calcula que mueren siete millones de personas al año en todo el mundo por culpa de ello.
Al parecer, sólo en EEUU, mueren decenas de miles de personas cada año por culpa de la contaminación producida por la quema de carbón según un patrón de dependencia geográfico. La transición a la energía solar permitiría salvar todas esas vidas. Además, la energía producida tendría mucho valor económico, reduciría las emisiones de dióxido de carbono y generaría muchos puestos de trabajo.
Elon Musk, hasta ayer miembro del comité asesor del presidente, presentó su dimisión por coherencia con su apoyo a este tipo energía y por el que su compañía apuesta fuertemente.
Según Joshua Pearce (Michigan Tech) a diferencia de otras inversiones en salud, en este caso se consigue más dinero por cada vida que se salva. Básicamente se evita tirar dinero con esta medida de sustituir el carbón y abrazar la energía solar. Países como China e India ya apuestan fuertemente por esta política, simplemente porque ahora la energía solar es más barata que el carbón. La instalación sale a menos de 1 dólar por vatio de potencia instalada.
Para completar esta sustitución en EEUU se necesitaría instalar 755 Gw de paneles solares fotovoltaicos. Ahora sólo hay instalados 22,7 Gw en todo el país. El precios de esta inversión sería de 1,5 billones de dólares. Dinero que, obviamente, se recuperaría de la venta de la electricidad producida.
Según este investigador resistirse a la implantación de la energía solar es como si las compañías de computadores se resistieran a cambiar los tubos de vacío por transistores.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=5575
Fuentes y referencias:
Artículo original
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domingo 4 junio, 2017 @ 11:31 pm
Esto abre preguntas más amplias.
Si hubiéramos moderado el consumo de fósiles desde un principio, la situación hoy sería totalmente diferente. Y por supuesto que sería factible, es cierto que durante los momentos en que el petróleo valía casi nada (y el gas natural se quemaba, literalmente) no parece tener mucho sentido dedicarse a una economía más sofisticada y menos en una cultura que ansiaba generar residuos y tener unos estándares de vida para librarse (o eso pensaban) de miserias físicas y espirituales, sin embargo mucha gente no sabe que por ejemplo los diseños de turbinas eólicas son tan antiguos como finales del XIX, y en cuanto a los avances en fotovoltaica podrían perfectamente haberse alcanzado desde los puntos de partida de principios del siglo XX (Einstein recibió el Nobel en 1921 precisamente por su descubrimiento del efecto fotoeléctrico en 1905). Es curioso que los países que de siempre tuvieron que importar petróleo ni siquiera llegasen a plantearse esto, y hablo de los que tenían capacidad (p.ej. Suecia, que acabó con todos sus ríos embalsándolos a saco).
El tema es que no se hacía por motivos estrictamente culturales, y no me refiero sólo a la economía (que es tan cultura como cualquier otra actividad humana). Ahora lo estamos haciendo porque somos conscientes de muchas cosas, entre ellas los destrozos que se han hecho y que se trata de revertir en lo posible y detenerlos cuanto antes.
Este enfoque concreto (el de la salud pública) si que no es probable que tuviese mucha ascendencia en el pasado, cuando había muchos otros problemas (y la sanidad pública era un gasto menor, si la había). Lo que parece sugerir que para modificar inercias culturales enormes, difíciles de contrarrestrar precisamente por su momento descomunal, es interesante oponer una miríada de argumentos en todos los flancos posibles.
sábado 10 junio, 2017 @ 9:46 am
Aún más importantes que la turbina son las aspas, o bien la idea fundamental para transformar la energía eólica en mecánica. Y parece que esto surgió, hace unos 2100 años, más o menos, en la mente del superingeniero y geómetra griego Herón de Alejandría, junto con las aceñas hidráulicas, en este campo del aprovechamiento de energías «naturales»; que en muchos otros varios conocimientos fue pionero.
domingo 11 junio, 2017 @ 10:19 pm
Utilice una sinécdoque, la parte por el todo, porque me refería al molinillo al completo. Debería, evidentemente, haber empleado aerogenerador que es su nombre. Patinetes de largar mucho y contener poco (muy español y mucho español aunque también es muy europeo y mucho europeo).
Pero vamos, me refería a esto:
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/13/James_Blyth%27s_1891_windmill.jpg
Y más concretamente aún, a cosas como esta:
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/55/Wind_turbine_1888_Charles_Brush.jpg
129 años, que se dice pronto. El cacharrín último (el primero sólo daba para cargar baterías) alimentaba un generador de 12 kW, que para la época creo que no está nada mal. Estos sistemas fueron más comunes de lo que parece, sobre todo en EEUU y la URSS, para alimentar lugares lejanos donde la red eléctrica no alcanzaba (cuestión de costes: si es más caro esto o el tendido, con sus servidumbres de paso). La primera turbina de 1 MW es de 1941 (EEUU).
La economía del hidrocarburo fósil (en cualquiera de los tres estados habituales) y luego la inundación de valles y el átomo desaforado mandaron todo esto al baúl de los recuerdos. Me pregunto qué clase de mundo tendríamos ahora si el negocio de la distribución de la electricidad hubiese sido diferente y los países no petroleros no hubieran entrado en el juego.
Política, todo.
lunes 12 junio, 2017 @ 10:21 am
Bah, nuestros puntos de vista ya son minucias. Resulta que el amigo Stephen ha predicho que en cien años se habrá acabado la humanidad si no emigramos a otros planetas. Veo posible el final tal como están las cosas, pero no el remedio, que se me antoja dificultoso salvo que nos conformemos con cúpulas terraformadas en Marte y la Luna. Con ello se salvarían unos pocos y, si la Tierra era capaz de regenerarse rápidamente, volver a ella y empezar otra vez.