Diseñando terapias con fagos
Ya se ensayan sobre modelos animales terapias contra infecciones que usan CRISPR y virus bacteriófagos.
La palabra CRISPR (pronunciado cripser) se va a hacer cada vez más común. Es una herramienta de edición genética que hemos copiado de las bacterias.
Se está usando CRISPR para tratar a nivel experimental enfermedades de origen genético. Es ya tan popular entre los biólogos que tiene su propio congreso. En el CRISPR 2017 celebrado la pasada semana en Big Sky (Montana) se presentaron los últimos resultados en el campo.
Algunos de los avances presentados parecen especialmente prometedores. Como todos sabemos ya, algunas bacterias se están haciendo resistentes a todos nuestros antibióticos, por lo que los humanos podríamos volver a ser víctimas de las infecciones. Esta situación se debe en parte a la evolución de las propias bacterias y a la escasa inversión en investigación sobre este asunto que han tenido las farmacéuticas. Aunque hace unos días se anunciaba el descubrimiento de un nuevo antibiótico muy prometedor.
Por otro lado, en el antiguo bloque soviético se usaron virus bacteriófagos como tratamiento contra las bacterias. Los bacteriófagos o fagos son virus que infectan a las bacterias en el medio natural. A algunos científicos soviéticos se les ocurrió su uso para curar infecciones, en algunos casos con mucho éxito. La idea era muy imaginativa, pues los virus se reproducirían de forma exponencial en las bacterias hasta matarlas a todas. Además, los fagos serían inocuos para las células humanas.
La caída del bloque soviético hizo que se abandonara esta línea de investigación, entre otras cosas por el uso de antibiótico de procedencia occidental. Más tarde se volvió la vista hacia este tipo de terapias y por aquí hemos visto algún buen intento al respecto. Pero el problema es hacer que los fagos hagan lo que nosotros queremos que hagan y no otra cosa, como afectar a las bacterias de nuestro microbioma intestinal.
Uno de los problemas es que los fagos naturales que podrían usarse en este tipo de terapias no pueden ser patentados, algo que las compañías ven como un problema (no así la gente civilizada). Además, las bacterias pueden evolucionar para resistir a ciertos fagos.
Es aquí en donde entra CRISPR, que puede ser usada para que ciertos fagos modificados ataquen selectiva y fuertemente a las bacterias que causan infecciones, sobre todo si estas bacterias se han hecho resistentes a los antibióticos.
No deja de ser paradójico usar CRISPR para este fin, pues esta es precisamente la herramienta genética que usan las bacterias para defenderse de los virus.
Rodolphe Barrangou (Locus Biosciences) comentó en este congreso que en su empresa se han realizado ya los primeros ensayos de terapia en ratones con fagos y CRISPR.
En este caso los fagos portan instrucciones de ADN que desarman la resistencia frente a los antibióticos e instrucciones para sintetizar la enzima Cas3, que la bacteria usa normalmente para atacar fagos al eliminar secuencias genéticas víricas, pero en este caso inicia la destrucción de todo el ADN de la bacteria, matándola en el proceso.
La compañía francesa Eligo Bioscience usa una aproximación similar en la que los fagos no se reproducen en la bacteria, pero inyectan instrucciones de ADN que codifica una enzima (Cas9) que la bacteria sintetiza, pero que inicia la autodestrucción de la misma.
Ambas compañías esperan empezar con los ensayos clínicos en humanos en 18 o 24 meses. En un principio se usaría para atacar infecciones, pero más tarde se podrían usar estos fagos para modificar genéticamente las bacterias de nuestro microbioma que están asociadas a condiciones como la obesidad, diabetes o algunos tipos de cáncer.
Entre otros inconvenientes está el que los fagos produzcan un respuesta inmunitaria del cuerpo humano y que este ataque a los fagos, por lo que serían poco efectivos.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=5605
Fuentes y referencias:
Nota en Nature.
Foto: Environmental Health Perspectives, National Institute of Environmental Health Sciences.
12 Comentarios
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sábado 24 junio, 2017 @ 11:37 pm
A la espera de resultados, mi aplauso para esta terapia que estamos volviendo a investigar. Ante los casos cada vez peores de bacterias multirresistentes, creo que ya deberíamos haber reabierto esta línea hace décadas, pero más vale tarde que nunca.
domingo 25 junio, 2017 @ 8:15 am
Ojalá comenten los que ya lo hicieron en la noticia del 2013. Todo en ella fue interesantísimo y sus opiniones, muy fundamentedas. De momento tenemos al trasnochador Miguel Ángel a quien envío un abrazo cada vez más fuerte.
domingo 25 junio, 2017 @ 12:10 pm
¡Magnífica noticia!
Espero que además haya un poco de ética a la hora de poner precio a los fagos patentados.
lunes 26 junio, 2017 @ 7:24 am
Pues mi esperanza no es tan optimista. Las patentes serán fagoéticas, al menos en el sentido económico, y quisiera equivocarme, por supuesto.
martes 27 junio, 2017 @ 1:36 am
Pues absorbo, con mucho gusto, ese buen abrazo y te lo redirecciono inmediatamente.
Me parece que también coincidimos los tres en el deseo de que la asistencia médica sea algo popular, como corresponde a un derecho tan fundamental.
martes 27 junio, 2017 @ 7:36 am
Anoche vi una peli que recomiendo. Se titula «El jardinero fiel» y en ella se relata la terrible connivencia entre gobiernos y empresas farmacéuticas, cómo estas ensayan en Kenia con la población -niños, para más ignominia- y cómo se llega al asesinato de quien persigue descubrir y airear sus criminales acciones. Creo que se basa en una novela y esta en una realidad, lo cual no me extraña, dado que he conocido el caso de la Talidomida y creo que a sus víctimas se les niega una indemnización cuando se le ha hecho nacer con gravísimas deformidades que han de hacer muy difícil su existencia. Así que no creo en la ética de las farmacéuticas.
martes 27 junio, 2017 @ 11:52 pm
Se supone que por encima de la farmaceúticas, tendrían que ser los gobiernos los que velasen por esa ética. Y no hay que caer en las conspiranoias, pero casos como el de Talidomida han servido también para sacarle los colores al sistema, no solo a la compañía farmaceútica.
Lo cierto es que son empresas muy poderosas económicamente y muy interrelacionadas con el poder político.
miércoles 28 junio, 2017 @ 8:34 am
Querido Miguel Ángel: Los gobiernos de los países que albergan esas farmacéuticas, están muy interesados en su buena rentabilidad, porque significan ingresos para el estado, puestos de trabajo -no solo científicos-, y muy posiblemente favores de carrera, como mínimo, para que se mire hacia otro lado. Y tremenda presión de los lobis. En los países víctimas, los gobiernos son supercorruptos, algunos de cuyos miembros desvían hacia sus bolsillos incluso ayudas internacionales. Esto son hechos y no conspiranoias. Todos tenemos y hemos tenido noticia del caso del precio del medicamento para la hepatitis C, por ejemplo. Supongo que tendrás noticia de que en USA fueron condenadas a pagar millardos de dólares varias conocidísimas compañías farmacéuticas -insisto en farmacéuticas-, que hubieron de reconocer sus prácticas fraudulentas (por no cargar las tintas en el adjetivo).
Un gran abrazo ético y bien acentuado.
domingo 2 julio, 2017 @ 10:32 pm
Recuerdo hace bastante tiempo haber visto algo, creo que en YouTube, unas instalaciones soviéticas donde fabricaban pomadas con bacteriófagos, donde todos los bancos de datos y las instalaciones mismas estaban pudriéndose en Georgia, al estilo del pozo superprofundo de Kola o la lanzadera Buran en Baikonur. En este caso, ni siquiera es territorio ruso (Baikonur es como semi-ruso, aunque esté en Cazajstán).
Curiosamente, la NATO ha instalado, en realidad lo está haciendo de forma sistemática, laboratorios de guerra bacteriológica en las proximidades de las fronteras rusas (supongo que por su estrategia actual de uh zuzto, que en una de estas va a ser zuzto de verdad), algo he leído también en alguna parte que la instalación en Georgia está exactamente en el mismo sitio que la extinta instalación soviética de pomadas con fagos.
La verdad que Google cada día es más selva.
domingo 2 julio, 2017 @ 11:38 pm
Las farmacéuticas se comportan así:
https://youtu.be/iYPczbLEQ-g
El documental no tiene desperdicio.
martes 4 julio, 2017 @ 2:14 am
Me sumo a su recomendación, querido Neo, con mamoneo republicano inclusive. También aparece en el minuto 42:50 Breggin, el polémico psiquiatra autor de algunos best-sellers en los que advierte de la ineficacia o peligros de algunos de los psicofármacos. Lo dicho, muy bueno.
También tendríamos para hablar un buen rato acerca los casos que también apuntas, querido Tomás. Pero a estas alturas, ya solo me pregunto sobre el modo en que nos vamos a cocer en el caldero de nuestras insensateces, que aprecio por doquier. Nosotros solo estamos asistiendo al principio, pero tus nietos y mi hija se encaminan a un futuro que muchas veces ni me quiero imaginar.
Por último, recuerdo que fuiste precisamente tú, querido Dr., el que lo mencionaste por primera vez en Neofronteras.
Triple abrazo.
miércoles 5 julio, 2017 @ 12:39 am
*Mejor lo aclaro porque es posible que no se entienda: Dr.Thriller, me refiero a ser el primero que habló de los fagos como posible terapia frente a bacterias, creo recordar que haciendo esa misma referencia histórica.