Fagos contra bacterias
Encuentran virus bacteriófagos efectivos contra un tipo de bacteria, lo que podría proporcionar nuevos tratamientos en el futuro.
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Desde que la Medicina empezó a ser científica siempre se ha soñado con una “bala mágica” que elimine solamente a los microorganismos que nos causan infecciones o que elimine las células cancerosas sin dañar las sanas. Algo parecido a esto se consiguió cuando se descubrió la penicilina, pues fue el primer antibiótico en ser efectivo y capaz de curar las infecciones causadas por bacterias. El descubrimiento de los antibióticos fue toda una revolución en Medicina y creo un antes y un después en la historia de la sociedad humana.
Para los virus no tenemos prácticamente nada que nos defienda en este sentido, salvo el sistema preventivo de las vacunas. Pero los virus nos pueden dar una solución al problema de la pérdida de efectividad de los antibióticos.
El ser humano está abusando de los antibióticos, sobre todo debido a su uso masivo e insensato en ganadería. Las bacterias están evolucionando rápidamente y, gracias a la transferencia horizontal de genes, se pasan esta resistencia unas a otras. El resultado es que hay bacterias resistentes a los antibióticos cuyas infecciones son muy graves por no decir mortales.
Pero además de esta línea de investigación de antibióticos hubo otras posibles soluciones en el pasado. En la antigua Europa del este a veces se trataban las infecciones con bacteriófagos. Estos virus son virus especiales que sólo atacan a las bacterias. La ventaja de esta técnica es que los virus se reproducen, así que bastan unos pocos de estos virus para infectar y matar las bacterias blanco. Todavía hay hospitales en Ucrania en donde se usan bacteriófagos o “fagos” para tratar infecciones. Lo malo es que no siempre se tiene el fago adecuado para infectar un determinado tipo de bacteria. Los fagos son selectivos, que es una ventaja, pero también un inconveniente.
La resistencia a los antibióticos está relanzando esta antigua línea de investigación y otros científicos, no necesariamente de la Europa del este, estudian este asunto.
Uno de los grupos que parece que recientemente ha tenido éxito es el de University of Leicester. Martha Clokie y sus colaboradores han conseguido aislar un fago cuyo blanco es la superbacteria Clostridium difficile.
C. difficile afecta al aparato digestivo humano. Es casi inocuo en humanos sanos con una flora normal, pero supone un grave riesgo en pacientes con flora comprometida, por ejemplo, por el uso de antibióticos. En esos caso provoca vómitos, diarrea y deshidratación que pueden matar al paciente, especialmente si es anciano. La ventaja es que los fagos encontrados sólo atacarían a C. difficile en un hipotético tratamiento con ellos y no destruirían al resto de las bacterias beneficiosas de la flora, como hacen los antibióticos.
Los fagos funcionan como cualquier otro virus. Inyectan su material genético en la bacteria y la maquinaria celular de la misma es esclavizada para fabricar virus hasta que son liberados al medio al romperse la célula que los creó. Luego esos fagos recién creados pueden infectar otras bacterias.
El conjunto de fagos que estos investigadores han encontrado es efectivo en un 90% contra las cepas más relevantes de Clostridium difficile que hay en el Reino Unido.
Al parecer han patentado estos fagos y tratan de de desarrollarlos para el tratamiento de infecciones causadas por Clostridium difficile a través de la farmacéutica norteamericana AmpliPhi Biosciences Corporation. Esta compañía ya hizo progresos en este sentido con fagos que atacan a Pseudomonas aeruginosa, un microorganismo que provoca infecciones pulmonares muy graves en pacientes de fibrosis cística.
En este caso la meta próxima es conseguir un producto farmacéutico contra Clostridium difficile consistente en una mezcla de fagos para realizar las fases 1 y 2 de ensayos clínicos. Si tiene éxito esperan comercializarlo.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4238
Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
8 Comentarios
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lunes 21 octubre, 2013 @ 1:45 am
Pues recuerdos a Dr. Thriller que ya había comentado algo sobre este tipo de terapia hace cosa de unas semanas.
Aclarar que el término «fibrosis cística» se deriva de una traducción literal del inglés (cystic fibrosis), pero el término más usado en nuestra lengua es fibrosis quística.
En cuanto a la «Pseudomonas aeruginosa», no sólo afecta a pacientes con fibrosis quística sino que puede producir infecciones en otro tipo de pacientes (la vemos sobretodo en pacientes inmunocomprometidos).
Además de neumonías, puede provocar infecciones en otros tejidos: urinarias; en la sangre (sepsis, septicemias); cuando infecta heridas aparece una coloración verdosa muy llamativa y característica que he tenido oportunidad de ver en varias ocasiones.
La aparición de resistencias a antibióticos suele vincularse al mal cumplimiento del tratamiento por parte del paciente, es decir, pacientes que no siguen el horario prescrito o que lo suspenden por su cuenta antes de tiempo. Si basta con una dosis inicial, la terapia con bacteriófagos estaría exenta de problemas de cumplimiento terapeútico.
lunes 21 octubre, 2013 @ 3:44 pm
Danke xD.
Dos ideas: la medicina, como absolutamente todo, tiene que ser personalizada. Eso es *caro*, aunque los términos caro y barato no siempre son absolutos y sí muy relativos de nuestra cultura particular, y nuestra forma de organizarnos y producir (y controlar los medios de producción).
Lo que también está claro es que todos estos bichitos sólo quieren vivir, así que están en su derecho de resistir ante nuestros planes de exterminio (en rigor, a contados seres vivos les quitaría yo ese derecho, aunque algún parásito hay). Quizá la idea sería desarrollar cepas benignas que pudiesen infectarnos sin más trascendencia que un análogo de catarro. Por ejemplo, en vez de esperar que surja una supergripe, deberíamos quizá propagar cepas lo más inofensivas posible que ocuparan el nicho, cerrándolo a la súper. Creo que en esto sí sería útil la «ingeniería» genética (porque hasta ahora, de ingeniería poco, más bien de chapucería y descerebración).
Es una idea, vaya. Al final, muy al final, todos buscamos una simbiosis beneficiosa para todas las partes.
martes 22 octubre, 2013 @ 5:48 am
Qué estupenda técnica, pero me queda la duda de como se logra que el fago llegue hasta el lugar donde se encuentra la bacteria para eliminarla del cuerpo.
martes 22 octubre, 2013 @ 4:38 pm
Técnicas nuevas, nuevos tiempos.
Justamente, hace unas semanas, escuche en un medio publico (Radio) que equipos de U.S.A., junto a equipos de España (Creo que por navarra), habían pasado la fase experimental en animales, e iban a pasar a humanos voluntarios.
Contra el cancer.
Lo que recuerdo era un virus, al que se ‘le programaba’, para atacar cierta molécula especial (No se si enzima o proteína) que solo existía en el proceso replicante o alimenticio de las células cancerígenas.
En animales ya habían probado la eficacia, ahora iban a humanos, voluntarios.
Como dice neo, siempre el sueño ha sido ‘la bala de plata’ que ataca justo y solamente al atacante.
No tengo ni idea de como diablos se puede programar un virus, soy hombre de telecomunicaciones, pero seguro que no es en ‘C’.,,:-),,,:-),,,,
Disculpad la licencia, pero admiro a quien lo puede hacer, y sobre todo, a quien descubrió como hacerlo.
Lucha biológica.
(Esperemos que no ocurra lo de la pelicula ‘soy leyenda’, asi empezaba).
martes 22 octubre, 2013 @ 5:25 pm
Lo que da miedo es que esos «fagos» muten y acaben atacando a células benignas.
miércoles 23 octubre, 2013 @ 9:32 am
Amparo, si son fagos «especializados» en atacar bacterias (porque es su nicho natural), es muy difícil si uno no toca lo que no debe que acaben atacando cosas muy diferentes. Las distancias bioquímicas entre una bacteria y una célula eucariota de un organismo pluricelular son bastante considerables. No se trata de fabricar un monstruo de Frankenstein, sino básicamente hacer lo que se hizo siempre con las razas de animales (seleccionar cepas) a lo sumo con un poco de ayuda para ganar tiempo.
El problema estará como con todo: que con el tiempo las bacterias también se harán resistentes a los fagos, y ahí estará el problema, si inducimos cepas superresistentes. Y sin emplear ingenierías de ningún tipo.
Por eso digo que para mí la solución ideal es desarrollar cepas benignas que puedan coexistir sin amenazarnos seriamente.
jueves 24 octubre, 2013 @ 2:22 pm
Dr. Thriller, lo que dice Amparo no es descabellado. Es poco probable que un fago mute para atacar las células eucariotas del organismo, pero no es tan dificil que ataque bacterias beneficiosas como las de la flora intestinal. Con todo, coincido en que existe riesgo de adquirir resistencia por parte de las bacterias diana.
Como casi siempre, seria mucho más práctico y, a la larga, más barato evitar las resistencias mediante un uso racional de los antibióticos.
Saludos cordiales.
viernes 25 octubre, 2013 @ 11:22 am
Es innegable que incluso no es imposible que puedan cambiar de tal modo que ataquen lo que quieran (tampoco sabemos si hay cruzamiento horizontal de genes si dos virus diferentes ocupan la misma célula, o siquiera si esto es posible). Que se carguen la flora intestinal ya es algo con lo que se cuenta en el uso de antibióticos, y me recuerda al recientísimo estudio que sugiere la utilidad del apéndice como reserva de flora intestinal a salvo de infecciones. Se diría que se echa un falta una preservación médica de la propia flora intestinal (no puede ser tan difícil, ¿no?). Por ponernos un poco drásticos, he visto en un discount un cable de esos con cámara (y su monitor incluido) de 25 m, supongo que será para investigar cañerías, tubos bajo roza y similares, pero el principio no era muy diferente de otro instrumental médico, así que tomar muestras de la propia flora digo yo que no puede ser muy complicado (supongo que se pueden tomar directamente de las propias heces, pero como no lo sé ya me pongo drástico).
Pero vamos, esto de los fagos realmente no implica riesgos mayores que los que estamos corriendo con los antibióticos (las cadenas de acontecimientos que pueden dispararse son virtualmente las mismas). No siendo para las cuentas de pérdidas y beneficios de las multinacionales mafiosas, digo farmacéuticas.