Dispersión de semillas por elefantes
La megafauna juega un papel esencial en la dispersión de semillas en la selva tailandesa.
En este mundo en el que vivimos, pero que no es nuestro, todo está relacionado.
Un estudio reciente de Kim McConkey (National Institute of Advanced Studies, Bangalore) y colaboradores de BIOTEC muestra que ciervos, osos, gibones y especialmente elefantes juegan un papel muy importante en la dispersión de semillas de las plantas y árboles autóctonos de Tailandia.
Los datos recopilados muestran la complejidad de la ecología de la selva e inciden en que, al menos para estas especies, los cambios que se han dado en los últimos tiempos han provocado una reducción de la reproducción de estas plantas.
La megafauna, en especial los herbívoros, son esenciales para la dispersión de semillas, especialmente de aquellas plantas que producen grandes frutos y que han evolucionado produciendo estos frutos para así atraer a animales y que estos dispersen sus semillas. Por tanto, estas plantas dependen de la megafuana para reproducirse. Como grupo, la megafauna comprende un variado conjunto de animales con distintos tamaños corporales y fisiologías. Hasta ahora la caracterización del fenómeno y qué animales dispersan qué semillas ha sido algo poco estudiado.
Para saber más sobre el fenómeno, estos investigadores hicieron un seguimiento de la dispersión de las semillas y su viabilidad del árbol Platymitra macrocarpa, miembro de Annonaceae. Este árbol produce unos frutos de hasta 7 cm que son comidos por elefantes, ciervos sambar, osos y gibones entre otros animales.
Observaron la fructificación de estos árboles y recopilaron excrementos de estos animales. Recolectaron las semillas de estos excrementos y midieron la tasa de germinación de las mismas. Además, calcularon la dispersión de las semillas que cada especia animal conseguía.
Los elefantes consumían un 3% de estas semillas, pero eran los responsables del 37% de las semillas viables. Por el contrario, los ciervos consumían un 23% de loa frutos, pero sólo esparcían un 17% de semillas viables. Esta baja viabilidad se debe en este caso a la acción de escarabajos del estiércol que dañan las semillas.
En los últimos tiempos se ha producido en la zona un menor número de plantones de estos árboles debido a la reducción de los animales dipersores de semillas.
Mientras que algunos miembros de la megafauna, como ciervos u osos, juegan un papel importante en la dispersión de semillas de estas especies de árboles, su efectividad es baja, por lo que requieren de más frutos para realizar una buena labor dispersora que iguale la reproducción de estos árboles conseguida por otros animales. Según McConkey, es esencial mantener las poblaciones de los animales más grandes, como los elefantes, si se quiere mantener la salud de los bosques, su composición variada de especies y su capacidad de secuestrar dióxido de carbono.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com
Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Kulpat Saralamba.
6 Comentarios
RSS feed for comments on this post.
Lo sentimos, esta noticia está ya cerrada a comentarios.
martes 24 julio, 2018 @ 8:22 am
Si la mayor dispersión de las semillas depende mucho de los animales más grandes, por la historia sabemos que son los que antes desaparecerán. Así que, o se lleva a cabo una acción seria para su protección o disminuirá la selva.
miércoles 25 julio, 2018 @ 11:05 pm
Es difícil predecir siempre, pero cuando los patrones son absurdos y caprichosos, más. En EEUU (y Canadá, van de exquisitos y por ahí van de cafres) el hombre civilizado barrió del mapa a los bisontes, casi extinguiéndolos, y los sustituye por un animal de tamaño similar, el ganado bovino. Si bien nunca llegó ni de lejos a las cifras de bisontes (hubo históricamente estampidas de bisontes que duraron horas, hay registros fiables), lo que mi cacumen no alcanza a entender es que… ¿eliminan bisontes para sustituirlos por toros y vacas? Item más, si van a cargarse a los bisontes porque estorban, al menos se supone que el sistema debería obtener lucro de ello, sin embargo se los trató literalmente como una plaga, y exterminarlos trajo incluso un impacto significativo en el erario público. Todo para acabar en cosas como esta:
https://en.wikipedia.org/wiki/Dust_Bowl
Pero claro, hay que entender por qué. Y el por qué no es fácil de ver. Porque había que robarle la tierra a los indios y los bisontes era su modo de vida, con el que también había que acabar. Y forrarse vendiendo lotes de tierra que «no son de nadie» no es fácil si te pasan 240.000 bisontes por tu finquita.
Si nuestra forma de vivir no cambia, suerte habrá si los elefantes se salvan como los bisontes.
jueves 26 julio, 2018 @ 8:28 am
Va a ser difícil que nuestras selvas no acaben como desiertos cuya tierra el viento transforma en tormentas de arena. Es terrible imaginar un futuro del que ya tenemos antecedentes como ese al que me has dirigido.
miércoles 1 agosto, 2018 @ 12:36 am
Sería otro buen ejemplo de las interdependencias que se dan en los ecosistemas. La semilla prácticamente no tiene oportunidades de germinar si no va rodeada de deposiciones (mejor de elefante que de ciervos, según arroja este estudio). Del mismo modo, la semilla necesitará establecer otras relaciones de interdependencia con hongos y bacterias cuando empiecen a crecer las raíces, siendo muy posible que esta fauna microbiana requiera para su desarrollo en las fases iniciales de sustancias presentes en la heces del elefante.
miércoles 1 agosto, 2018 @ 1:08 am
Y sobre lo que comentáis, ya están vaticinadas nuevas Dust Bowl para las próximas décadas, como apunta Tomás, no solo en EEUU. Todo ello al compás del calentamiento.
jueves 2 agosto, 2018 @ 8:33 pm
Tormentas de polvo que servirán para refrigerar esas zonas del planeta. No tanto por afectar al albedo cuanto por dispersar energía térmica.