Confirman la existencia de vida hace 3800 millones de años
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Hace diez años un equipo internacional de científicos reportó evidencias de signos de vida sobre la Tierra primitiva hace 3800 millones de años, unos 400 millones de años antes de lo que se suponía. La historia, publicada en Nature, fue muy controvertida.
Ahora Craig E. Manning de la universidad de UCLA y que no fue partícipe en aquel equipo aporta datos que apoyan tan temprano surgimiento de la vida sobre la Tierra.
Este investigador ha realizado una expedición a la isla Akilia en al oeste de Groenlandia para analizar rocas muy antiguas con un nuevas técnicas analíticas. Los resultados se publican en presente número de American Journal of Science.
En el artículo se muestra, con un amplio margen de confianza según el autor, que las rocas tienen 3800 millones de años y que en aquella época sustentaron alguna forma de vida.
Además este equipo de investigadores ha levantado un mapa geológico de la zona, cosa de lo que se carecía desde la publicación en Nature del artículo original de 1996.
Al parecer según este mapa las rocas que albergaron vida en forman ahora dos bellas capas diferenciadas. No hay una distribución aleatoria que sería de esperar en caso de un origen no biológico de los restos.
Este equipo tenía reservas sobre los resultados de 1996, pero quedaron disipadas una vez realizado el estudio. Aunque confiesan que los datos no son una «pistola humeante» ni hay fósiles reales, están convencidos de que la vida surgió sobre la Tierra al menos hace 3800 millones de años.
El análisis de rocas tan antiguas en busca de restos biológicos no es sencillo debido a su antigüedad, escasez y transformaciones sufridas. Debido a la tectónica de placas y otros procesos geológicos los afloramientos de esta edad son muy escasos y las rocas han sido alteradas mucho desde entonces.
De los escasos lugares de rocas de esta edad que hay sobre el mundo, las rocas de Akilia han sido las únicas analizadas. Es de esperar que si hubo vida en aquel entonces debe de haber huellas de la misma en otras rocas coetáneas porque la vida debía de impregnar todo el planeta en aquel entonces.
Uno de los métodos para datar las rocas es analizar las intrusiones hechas de rocas ígneas.
Los científicos para buscan huellas de vida en rocas tan antiguas como las de Akilia calculan las relaciones isotópicas de ciertos elementos. En el caso del artículo de 1996 se hizo basándose en los distintos isótopos de carbono.
El carbono se agrega usualmente a las rocas en una proporción de cien a uno entre el carbono 12 o 12C (este carbono es el más común y consta de seis protones y seis neutrones) y el 13C (con un neutrón más). Sin embargo en las rocas de Akilia hay una sobreabundancia de 13C del 3% de la que debería de haber si la vida no estaba presente. La vida por tanto alteró la proporción isotópica de dichas rocas a pesar de que no hayan quedado restos fósiles de la misma.
Aunque los críticos afirman que puede haber métodos de enriquecimiento en esa versión de carbono pesado, Harrison considera que la posibilidad es remota porque todas las rocas del lugar analizadas presentan la misma proporción.
Los restos de carbono son muy escasos y sólo pueden ser analizados con los instrumentos de alta tecnología más modernos.
Además de la relación isotópica inclusiones de apatita, un mineral fosfatado del cual están hechos los huesos y dientes y que se puede formar por procesos biológicos.
Probablemente en esa época sólo había microorganismos cuya forma y tamaño desconocemos debido a que la presión y temperatura a la que fue sometida la roca destruyó sus posibles fósiles.
Se creía que la vida surgió hace 3500 millones de años, pero estas evidencias retrotraen su aparición a una era anterior al final de gran bombardeo de meteoritos al que fue sometido el planeta en tan temprana infancia y cuyas huellas podemos ver en la Luna en forma de cráteres que la ausencia de erosión ha conservado allí.
La vida es tenaz y persiste en los ambientes más hostiles de la Tierra, bajo un gran intervalo de temperaturas y condiciones físico-químicas. Parece que también sobrevivió o incluso apareció en aquel ambiente tan peculiar.
Naturalmente todavía no sabemos cómo la vida pudo desarrollarse a partir de moléculas simples hasta llegar a formar los microorganismos que dejaron su huellas en las rocas de Akilia.
Fuente: UCLA.
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