Contaminación plástica en ríos
La contaminación por microplásticos en los ríos había sido pasada por alto hasta ahora, pero ya afecta al menos al 50% de los insectos acuáticos.
El asunto de la contaminación por plásticos se nos está yendo de las manos. A la famosa «isla» del Pacifico se le une el tema de los microplásticos.
Todavía no está claro el efecto que estos microplásticos tienen sobre la fauna marina y, en última instancia, sobre el ser humano que se alimenta de esos animales marinos.
El plástico no se descompone, sino que se fragmenta en trozos cada vez más pequeños. Es considerado microplástico todo fragmento de menos de 5 mm de tamaño. Además, algunos productos casi ya son microplásticos de partida, como las fibras artificiales que se usan en la ropa y que cada día son más de usar y tirar.
Se sabe que estos plásticos pueden absorber sustancias tóxicas, como los pesticidas, y liberar estos compuestos y otros aditivos que se se añaden a los plásticos como el bisfenol.
Pero, así como el asunto de los microplásticos ha sido estudiado en los mares, no se habían hechos estudios similares en los ríos hasta ahora. Un grupo de investigadores de la Universidad de Cardiff ha estado estudiando los ríos de Gales en busca de este tipo de contaminantes.
En todas las localizaciones estudiadas han encontrado que uno de cada dos insectos había ingerido microplásticos. Los insectos estudiados fueron tres especies distintas de efímeras (foto de cabecera) y larvas de tricópteros. El hallazgo de los microplásticos era independiente del sistema de alimentación del animal en cuestión.
«Cada año entre 9 y 12 millones de toneladas de plásticos entran en los océanos del mundo, pero alrededor de 4 millones de toneladas pasan a lo largo de los ríos. En algunos casos, debe haber cerca de medio millón de fragmentos de plástico por metro cuadro en el lecho de los ríos, así que es fácil que los insectos lo ingieran», dice Fred Windsor (Cardiff University).
Dice más: «en nuestro estudio recolectamos insectos tanto río arriba como río abajo de las desembocaduras de las plantas de tratamientos de agua residuales en los ríos Taff, Rusk y Wye y encontramos que los plásticos están sorprendentemente muy extendidos».
Esta presencia de plásticos tanto río abajo como río arriba de estas desembocaduras indica que los microplasticos entran desde diversas fuentes, aunque había una mayor concentración en esos puntos de desagüe.
Steve Ormerod (Cardiff University) añade más: «Los ríos urbanos en Reino Unido se han estado recuperando de décadas de contaminación grave, pero la nueva información que vamos teniendo ilustra que los plásticos son un nuevo riesgo para los organismos de los ríos, no sólo en pueblos y ciudades, sino incluso en algunas áreas rurales».
Estos investigadores sostienen que los problemas pueden aparecer a partir de este tipo de contaminación pueden ser consecuencia de su toxicidad directa o de los contaminante que porten. Los plásticos en los insectos significa que los animales que se los coman también se verán afectados.
«En el presente, sin embargo, nuestra comprensión de los riesgos para la vida silvestre y personas es absolutamente rudimentaria. Necesitamos mejorar esta situación urgentemente para saber mejor cómo administrar el problema», afirma Ormerod.
Isabelle Durance dice que, aunque la gente es cada vez más consciente de los problemas causados a la vida salvaje en los océanos por la ingesta de plásticos, el problema de los plásticos en los ríos ha sido pasado por alto.
Añade que que los administradores del agua, los reguladores ambientales, la industria del empaquetado y la gente común preocupada por el medio ambiente ve esto cada vez más como una prioridad y que este estudio proporciona pruebas de que se necesita una evaluación de las fuentes, movimiento y efecto de los microplásticos según son transportados desde tierra firme al mar a través de los ríos.
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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Michael Palmer / Wikimedia Commons.
5 Comentarios
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lunes 1 octubre, 2018 @ 10:15 am
Pues ya estoy echando de menos un estudio de laboratorio en el que se investigue el resultado de microplásticos, que pueden reducirse quizá a polvo al mezclarlos con los jugos del estómago humanos, para pasar luego a que sean ingeridos por algún mamífero omnívoro y, por supuesto hacer extensiva la investigación a todos los reinos. Por ejemplo me interesaría saber qué le ocurre a una bacteria que ingiere un plástico microscópico (bueno, según que plástico, porque puede que sea inerte o con diversas actividades). Y ese es un problema con el que, inevitablemente vamos a encontrarnos, porque los plásticos se degradan y la acción destructiva de los elementos no van a poder evitarla; acabarán en polvo y en una buena parte han de estar ya en esa forma. Y recordando que estamos en la cumbre de la cadena alimenticia…
lunes 1 octubre, 2018 @ 8:54 pm
Ya sabes Tomás que los plásticos son polímeros, es muy complejo degradarlos, encima se les escoje por su durabilidad, ni siquiera sus propiedades mecánicas (si así fuera, no se fragmentarían).
La única «ventaja» que tiene este problema es que, suprimiendo la fuente de contaminación, los ríos se limpiarán solos… Vertiendo toda la porquería al cuerpo hídrico más próximo (no necesariamente el mar).
martes 2 octubre, 2018 @ 9:37 am
Al decir degradarlos me refiero, sobre todo y no exclusivamente, a trocearlos en partes cada vez menores. Posiblemente algunos sean tan superresistentes que puedan durar hasta miles de años. Bueno, pues se los recoge tal como están, y seguramente, pedacitos de ellos pueden atravesar nuestros aparatos digestivos sin causar daño alguno. Pero yo he visto bolsas que se rompen solas al cogerlas sin peso alguno dentro y sin necesitar siquiera la luz del sol, sino solo la acción del tiempo y quizá de los gases de la atmósfera; posiblemente el O2, el más activo de ellos y el segundo en cantidad. Estos fácilmente acabarán en polvo y, como todo, en el mar. ¿Por qué el agua marina es salada? Sí, también el diminuto Mar Muerto es salado y el gran Bayk.al, dulce, pero son excepciones que pertenecen a condiciones muy especiales; uno a la desmesurada evaporación; otro a una falla y al aporte de sus afluentes con una salida que mantiene el nivel.
martes 2 octubre, 2018 @ 6:25 pm
Los pedacitos pueden seguir haciéndose más pequeños cada vez (realmente es así como funciona todo, a los minerales les pasa lo mismo) hasta que los procesos de fracturación alcancen un punto de equilibrio. Llegados a este punto, posiblemente sean transportados por la atmófera, si es que no lo están siendo ya.
Probablemente, cuanto más pequeño el fragmento más daño cause, además que casi todos parecen servir como semillas de nucleación para sustancias tóxicas de origen industrial (me refiero a compuestos orgánicos).
miércoles 3 octubre, 2018 @ 11:16 am
Sí que lo están siendo ya. Por eso hay que estudiar qué puede pasar con todo ese polvo que sí, que ya está hasta en los polos formando parte del hielo. En el Parlamento parece ser que se quiere formar una especie de consejo asesor de nuestros políticos, tan masterizados varios de ellos o muchos, porque no eran capaces de otra cosa ya que habían de dedicarse a más altos menesteres, como hacer la pelota al jefe o a hacer que hacen, o sea, a parecer que hacen algo, cuando se ha visto que alguna nación funciona perfectamente sin gobierno y, por estos lares catalanes, el Parlament ha estado inactivo hasta hace unos días y ha comenzado no haciendo nada para la ciudadanía; bueno, los más honrados duermen o usan el móvil, pero son pocos. Es política dentro de la política, para nada el mundo ajeno a ella que somos la mayoría de tontos que los elegimos porque no queda más remedio, ya que con que vote uno solo ya tienen mayoría del 100 %.
O sea, que sí, que ya estamos respirando polvo. Lo veo en mi mismo. Salgo cada día con la bici y luego me ducho o baño. Queda un poso de polvillo que ha de ser mezcla de polvo terrenal, de neumáticos, y de cualquier cosa que pueda mantenerse al nivel que yo pedaleo, por lo que es fácil imaginar que algo de plástico habrá, habiendo tanto en el mundo.