Secuencian genoma de hace 700.000 años
Secuencian el genoma de un caballo que vivió hace 700.000 años. Esto ha permitido reconstruir la evolución de este animal y saber cuándo se escindió del resto de los animales.
Hace unos días apareció en los medios la noticia de que se había logrado secuenciar el genoma completo de un caballo cuyo ADN se había conservado durante 700.000 años, todo un hito en recuperación de ADN fósil, por lo que se estableció un nuevo record. La anterior marca de ADN secuenciado provenía de uno oso polar de hace 110.000-130.000 años.
Pero lo más importante quizás no sea precisamente este nuevo record que, de todos modos no nos acerca a la resurrección de los dinosaurios, sino que el estudio es más completo e interesante que solamente la plusmarca conseguida.
Reconstruir todo o parte del árbol filogenético es muy complicado. Al fin y al cabo, sólo contamos con las especies que viven ahora, pero no con las que nos precedieron y que ahora están extintas. El registro fósil nos puede ayudar en la tarea, pero siempre está incompleto.
Otra manera es secuenciar los genomas de las especies vivas y tratar de inferir la rama filogenética correspondiente. Pero aún mejor es contar con el genoma de especies que ya no están entre nosotros.
En este caso se ha secuenciado el ADN extraído de un caballo que vivió entre hace 580.000 y 780.000 años, pero también el genoma de uno que vivió hace 43.000 años, cinco caballos modernos, el caballo salvaje Przewalski y el del burro. Esto ha permitido comparar la evolución de diversos genes a lo largo del tiempo y reconstruir la historia evolutiva de esta rama del árbol filogenético animal. Ha sido como batir una barrera del tiempo evolutivo, parafraseando a uno de los investigadores.
Este tipo de estudios permitirán estudiar mejor la especiación de distintos grupos de animales y saber mejor cómo funciona la evolución.
Entre los resultados está que el origen del linaje equino se remonta a hace 4 millones de años, cuando se separó del resto de los mamíferos. Esto es el doble de lo que antes se creía.
El caballo Przewalski (Equus ferus przewalskii) ha sido recuperado desde casi su extinción en Mongolia gracias a un programa de cría en cautividad. Este análisis de su ADN revela que es el último miembro de los caballos salvajes si se compara con los ejemplares domésticos. Se había considerado en el pasado que su genoma podría estar contaminado con genes de caballos domésticos, pero este estudio resuelve la disputa.
Otros caballos considerados salvajes por la gente son, en realidad, descendientes de caballos domesticados que se escaparon y tuvieron descendientes.
Otro resultado interesante ha sido el determinar la población de caballos en el tiempo y saber que la misma creció en periodos de abundancia de hierba y entre periodos fríos. La historia del caballo estuvo dirigida por los cambios climáticos. Resultado este que es más bien lógico.
Sobre la apariencia de este caballo de hace 700.000 años los autores especulan que no estaría tan musculado como los caballos modernos, sería tan alto como un caballo árabe, pero no aguantaría que los montasen durante tanto tiempo.
Lamentablemente se descarta que sea posible resucitar esta especie de caballo de hace 700.000 años implantando su ADN en el óvulo de una yegua moderna. El problema es que el ADN está fraccionado y el esfuerzo por reconstruir los cromosomas completos ensamblando piezas pequeñas, lo que está muy lejos de la capacidad actual.
Como reflexión recordemos lo importante que ha sido la existencia del caballo para el ser humano, pues durante siglos fue el único medio de transporte rápido con el que contaba. Sin él la historia de la humanidad hubiera sido distinta, con distintas guerras e imperios.
Esta secuenciación de un ADN de hace 700.000 años se pudo realizar gracias a las condiciones de bajas temperaturas en donde se encontraba el hueso del que fue extraído. Hueso que se halló en el permafrost (suelo congelado) canadiense en 2003, en concreto en el territorio del Yucón. Esto permitió una conservación excepcional de su ADN. En un ambiente seco y cálido el ADN no se conserva más allá de los 20.000 años, pero la humedad no ofrece casi ninguna esperanza a su conservación. Otros factores, como el pH, también condicionan su conservación.
Pero además los investigadores necesitaron perfeccionar las técnicas de extracción y preparación de ADN y se centraron en las partes en las que había mayor cantidad de ADN bien conservado.
Estas técnicas se podrían aplicar a otras especies que vivieron en el pasado por la misma época, como, por ejemplo, en el Homo erectus. Pero será difícil encontrar algún especimen conservado en el permafrost como en el caso del caballo. El desafío será conseguir lo mismo a partir de muestras más degradadas procedentes de muestras no conservadas en esas condiciones. Pero se tiene la esperanza de que en condiciones excepcionales de acidez del suelo se pueda conservar ADN de hasta hace 1.300.000 años.
Además este tipo de técnicas permitirán secuenciar ADN de insectos, plantas y otros animales del pasado, por lo que se podrán reconstruir parcialmente ecosistemas muy antiguos.
La mirada con la que se podrá observar el pasado biológico será a partir de ahora más poderosa que nunca.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4149
Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Claudia Feh, Association pour le cheval de Przewalski.
2 Comentarios
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martes 2 julio, 2013 @ 5:05 pm
«Lamentablemente se descarta que sea posible resucitar esta especie de caballo de hace 700.000 años implantando su ADN en el óvulo de una yegua moderna.»
Pero lo que si se puede hacer es sustituir algún gen, que se haya diferenciado mucho, por el antiguo o introducir algún gen ya desaparecido.
Esto nos podría decir mucho de como funciona la evolución a nivel genético.
Sera muy interesante también comprobar si alguna gen de los actuales no se puede justificar por evolución de los antiguos y tener que acordarnos de la eminente Lynn Margulis.
Saludos a todos.
domingo 7 julio, 2013 @ 6:08 pm
Sorprendente lo que la Ciencia puede lograr con el perfeccionamiento de los métodos de secuenciación del genoma.
Buen trabajo y gracias por el artículo.