Hallan un ejemplar de Megachile pluto
Después de muchas décadas de creerse extinta logran encontrar un ejemplar de la abeja de Wallace.
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El pasado de la Tierra es un mundo fascinante. Hace más de 300 millones de años, durante el Carbonífero, había libélulas de casi un metro anchas y todo tipo de insectos gigantes.
Esos insectos podían existir porque los niveles atmosféricos de esa época eran muy altos y su sistema de respiración, muy limitado y dependiente de los niveles de oxígeno, les permitió ser más grandes sin que la oxigenación de sus tejidos internos se resintiera.
Una vez que los niveles de oxígeno bajaran, el tamaño de los insectos alcanzó las cotas que vemos en la actualidad. Sin embargo, algunos casos de insectos muy grandes, excepciones a la norma, se pueden encontrar todavía, justo al límite de lo que sus sistema respiratorios les permite.
Uno de esos casos es el de una abeja gigante de 6 cm de anchura con las alas desplegadas y 4 cm de largo (la hembra). Posee fuertes mandíbulas y es conocida por abeja de Wallace, nombrada así en honor de Alfred Russel Wallace, el entomólogo descubridor de la evolución por selección natural junto a Charles Darwin. Wallace halló este insecto en 1859 en la isla de Bacan, en las islas Molucas del norte (Indonesia) y la clasificó equivocadamente como avispa. Su nombre científico es Megachile pluto y es cuatro veces más grande que la abeja melífera europea.
Durante 120 años no hubo otros informes sobre esta abeja. Se la dio por extinta hasta que volvió a ser redescubierta en 1981 en Bacan e islas colindantes de las Molucas septentrionales por el biólogo americano Adam Messer. Descubrió seis nidos o colonias, pero la abeja era tan escasa que ni los lugareños habían visto antes estos nidos con anterioridad. Desde entonces no se la volvió a ver.
Su extinción definitiva parecía lógica, sobre todo por estar en un país cuya destrucción natural alcanza cotas brutales. Fue introducida por la Global Wildlife Conservation en 2017 en las lista de las 25 especies desaparecidas más buscadas.
El año pasado Nicolas Vereecken (Universidad de Bruselas) descubrió un espécimen recolectado en 1991 por un tal Roch Desmier de Chenon, un francés que se creía muerto, pero que vive en Australia con 80 años de edad. En 1991, cuando trabajaba para para el Oil Palm Research Institute, decidió buscar a la abeja gigante con la ayuda de los habitantes locales. Dice que en el transcurso de su «investigación» llegó a ver 20 o 30 de esta abejas, pero que sólo recolectó una. Ahora se arrepiente de no haber publicado el descubrimiento, pero puede que esto, precisamente, salvara a la abeja de la rapiña de los coleccionistas.
El mismo día se saber sobre Chenon, Vereecken descubrió que se vendía un ejemplar de Megachile pluto en Ebay por 9100 dólares. Más tarde, ese mismo año, comprobó alarmado que el mismo vendedor vendió otro ejemplar por una par de miles de dólares. Parecía por tanto, que la especie todavía estaba viva y que se traficaba con ella.
Simon Robson (University of Sydney), el fotógrafo Clay Bolt, el biólogo Eli Wyman (Princeton) y el escritor Glen Chilton decidieron ir al Indonesia para comprobar is todavía quedaban este tipo de abejas. Ahora informan haber hallado un ejemplar hembra de la famosa abeja. Encontraron este ejemplar después de 5 días de búsqueda en las islas Molucas. «Vino, miró alrededor y volvió a su nido», dice Robson.
Determinaron que su nido estaba en un termitero situado a varios metros de alto sobre un árbol. Algunos miembros del equipo treparon al árbol y localizaron la entrada a la colonia, pusieron en tubo recolector en la entrada y lograron atrapar al ejemplar.
«Estuvimos corriendo y gritando alrededor mientras nos abrazábamos. Después de todos estos años y de toda la gente que trató de encontrarla, todavía estaba viva», dice Robson. Una vez tomaron fotos y la filmaron la devolvieron a su nido. A diferencia de otras abejas no parecía agresiva.
Estas abejas construyen sus nidos dentro de termiteros (con sus respectivas termitas vivas) con resina extraída de los árboles con sus potentes mandíbulas y virutas de madera. El material final es tan resistente que las termitas no pueden entrar al nido o colonia de la abeja. La colonia más grande estudiada tenía 157 celdas de cría, pero solamente 25 estuvieron en uso antes de que fuera abandonada.
Uno de los problemas que tienen estos y otros insectos son los coleccionistas de insectos. Al darse por extinta, la abeja no estaba en la lista de especie protegidas cuyo tráfico está prohibido. Vereecken está haciendo lo posible para que se cambie el estatus de la especie y que sea protegida legalmente para que no se trafique con ella.
Pero el mayor peligro al que se enfrentan, sin embargo, es la destrucción del hábitat en en la selva de Indonesia, principalmente la tala y quema de selva por motivos agrícolas.
Los investigadores quieren crean un plan de conservación y esperan que el descubrimiento sirva de publicidad para crear concienciación y que al final se lleve a cabo.
Los demás podemos poner nuestro granito de arena no comprando producto con aceite de palma.
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Fuentes y referencias:
Artículo en The Guardian.
Artículo de 1984.
Foto: Clay Bolt/claybolt.com.
25 Comentarios
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lunes 4 marzo, 2019 @ 9:20 am
Pues habrá que plantearse seriamente, primero el dejar de usar neonicotinoides y demás insecticidas, y segundo el procurarnos granjas de insectos donde criarlos, lo cual espero que será fructífero, pues ponen miles de huevos. Es problema es que hay miles de especies superespecializadas en hábitats concretos.
lunes 4 marzo, 2019 @ 5:54 pm
‘Había libélulas de casi un metro anchas y todo tipo de insectos gigantes.’ ¡ Que miedo! ¿ Quién quiere esto? ¿No sería la vida una pesadilla con esos animalitos zumbando alrededor nuestro? Y la abejita de marras, ‘otro monstruo’.Seguramente tiene mucho interés encontrar especies que se creían extintas. Pero sinceramente, mejor que queden pocas de esas abejas y sobre todo que se queden donde están.
Sí, ya sé, esto es poco científico, pero es que los insectazos monstruosos e incluso los normalitos a uno le horripilan, por muchas buenas funciones que puedan tener. Los polinizadores de ‘costumbre’, como mucho y dada su necesidad para la vida, pues toca aguantarlos, pero todo lo demás y menos los del pasado….insisto, ¡que miedo!.
martes 5 marzo, 2019 @ 12:30 am
Querido amigo Lluís:
Para ser considerado ecologista no hay que llegar al punto de respetar a los piojos o las chinches: se antepone nuestra salud. Las medidas que se consideran ecológicas incluyen también el control de plagas y, en algunos casos, el exterminio de especies invasoras. Desde el ecologismo debemos ocuparnos tanto de fomentar a las especies que están en peligro, como de reducir las que alcanzan el nivel de plaga.
Abrazos.
martes 5 marzo, 2019 @ 11:11 am
¡Venga Lluís, no me seas miedoso! Aunque una vez vino hacia mí, volando, una cucaracha gigantesca, que me dijeron que era americana -ya sabemos que allí todo es grande- y de dio un susto tremendo, pero pensándolo un poco, recuerdo que en cierta ocasión, fui a beber agua a una fuente y saltó un gato -no sé si montes, pero grande- y también, ambos, debimos acongojarnos lo nuestro. Pero, en todo caso, más daño me hubiera hecho el gatazo aquel que la gran cucaracha. Lo que pasa es que estas nos dan más asco. Yo no sé si bien cocinadas, con alioli…
martes 5 marzo, 2019 @ 3:02 pm
No estoy muy seguro de si poner este comentario en este artículo o en el anterior (Cada vez más cerca del apocalipsis de insectos) que también trata sobre extinción de insectos. Pero Tomás sugiere cocinar cucarachas con alioli y esto lo he asociado con la tendencia a comer insectos, que algunos califican como la dieta del futuro. Yo he probado saltamontes, «gusanos» de la harina (larvas de tenebriónidos), hormigas, dos tipos de grillos y crisálidas de «gusano de seda». Todos ellos fritos. Desde el punto de vista gustativo puedo decir que los insectos no valen gran cosa. No saben ni a pollo. Sea como fuere, teniendo en cuenta el declive generalizado de los insectos, ni para fuente de proteínas nos van a servir.
Si no usamos pesticidas, las cosechas son insuficientes. Si los usamos, nos cargamos a los insectos de forma indiscriminada (entre ellos a los polinizadores de las propias cosechas).
Al final la causa última es la superpoblación humana. Lo malo es que, como dijo alguien, los que culpamos a la superpoblación no solemos incluirnos en el subgrupo de humanos excedentes…
Saludos
miércoles 6 marzo, 2019 @ 3:43 am
Y lo has dicho de modo benevolente, querido RicardM: en realidad, no sobramos un subgrupo, sino más de la mitad del total para que ese total pueda ser sostenible. Es un ejemplo estupendo de cómo haciendo prevalecer las libertades nacionales y personales , se va freír espárragos el bien común del planeta: nacionales, porque el caso de China es único, las demás naciones no penan la natalidad, y muchas subvencionan a las familias numerosas.
miércoles 6 marzo, 2019 @ 10:50 am
Es indudable, queridos amigos, que sobramos más o menos la mitad pero, mientras lo aceptamos y ponemos algún remedio, quizá sea mejor lo de las granjas de insectos y fomentar la cría de aquellos que los controlan. Es decir, intentar, con un tremendo estudio biológico, reconstruir lo que nos hemos cargado de puro listos que somos, liquidando a unos y otros, junto con malas yerbas y todo eso. O sea, modificando la naturaleza a nuestra conveniencia inmediata, lo que se ha extendido a todo el planeta.
miércoles 6 marzo, 2019 @ 5:46 pm
Pues lo siento mucho, pero yo veo una libélula del tamaño de un ‘helicóptero’o una ‘avioneta’ y ya no te digo nada de una mosca gigante con su trompa succionadora y me…eso. Los insectos se meten por todas partes, los gatos enormes, no; tomás.
Totalmente de acuerdo con lo que dices Miguel Ángel.
Abrazos.
miércoles 6 marzo, 2019 @ 11:30 pm
Lo más absurdo que encuentro en la noticia es que no te puedan sancionar por traficar con especies que se creen extintas.
Querido amigo Tomás:
Señalas el punto clave: la recuperación de los hábitats. Algo que no es posible si prosigue el crecimiento demográfico que está provocando la Sexta Gran Extinción. Todo de Pero Grullo.
jueves 7 marzo, 2019 @ 10:51 am
Querido Lluís: A ti, lo que te pasa es cosa de yuyo. Puedes imaginar y comparar lo que te pasaría con un simple perro que quisiera atacarte -a mí me han mordido tres, que recuerde-. No te digo nada si te las ves con un tigre. Bueno yo, de crío, no se me ocurrió más que meterme en una habitación con un gato y pillarlo con un lazo de esos que llevaban los laceros -un tubo con la cuerda para que el animal no pudiera acercarse, quizá eres muy joven para recordar esa práctica que llevaban a cabo los ayuntamientos para retirar de la calle los perros-. El caso es que lo atrapé por el cuello con el lazo y dio unos saltos tan fieros que me acongojó, así que abrí la puerta y dejando solo una rendija, lo solté. Te aseguro que pasé miedo de verdad del cabreo que llevaba el gato. Hombre, si me pones un escarabajo pelotero del tamaño de un caballo igual me toma como pelota a la que empujar, pero nadie espera que son su sistema de respiración cutánea les fuera posible llegar a pesar más de 20 kg por mucho oxígeno que hubiese. Otra cosa sería una avispa o una araña con picadura venenosa; pero eso es otra cuestión. También tenemos serpientes mortíferas y no pasa nada salvo muy de cuando en cuando. Además si fueran tan grandes podríamos hacer una paellas como sustitutos del marisco y a comer que son dos días.
Un fuerte abrazo y, como a lo único que temo de los insectos es a los enjambres, si te encuentras con uno gordo, me llamas que lo vencemos.
viernes 8 marzo, 2019 @ 7:25 pm
Ser insecto debe ser una pesadilla. Ser mosca en mi huerto también. Si no me come el gorrión del cerezo, que me odia sin haberle hecho yo nada, me ahogo con los líquidos horribles que echa Petrus a todas las plantas que puede. Además, cada vez es más difícil, en un par de semanas que duro, encontrar un mosco decente . Y de comida, mejor ni hablar. No hay deyecciones de mamíferos y las que las hay, Petrus es el más gordo, las guarda en alguna parte que no conozco. Y de cadáveres, que era lo mío, nacemos con un gen nuevo que nos avisa de que casi todos han sido envenenados previamente… ¿ Que qué narices como ?. Las de los nietos pequeños de Petrus suelen estar deliciosas, pero solo como una vez a la semana…
sábado 9 marzo, 2019 @ 8:25 am
¡Ja, ja, ja!, insecto-mosca que patinas de orgullo por no sentirte de tan variada clase a pesar de la alcurnia de tu «insecta». Piensa que ello te viene de un ADN privilegiado que ha permitido a los tuyos tomar formas adaptativas tan asombrosas como el insecto-palo y similares. Solo ha de ser fastidioso cascar tan pronto. Lo lamento.
Abrazos para el dueño del huerto.
domingo 10 marzo, 2019 @ 7:59 pm
A ver, sobrar no sobra nadie. Simplemente hay que reducir la población de forma ordenada y planificada, porque si no lo hacemos nosotros, lo hará la Naturaleza de una forma u otra, y ya sabemos cómo. Sin el menor escrúpulo.
Hace unos meses en una web que leo a veces (mayormente de política, geopolítica), un tipo que empiezo a ponerlo en mi lista de «para predicar los evangelios de la forma que lo haces, te estás pasando de frenada» abría el debate de cuánta gente, teóricamente, puede soportar el planeta. No necesariamente de forma equilibrada, simplemente cuánta gente puede/podría soportar. Estuve por hacer un comentario, pero total como al final hablan de política, no pensé que viniera a cuento, porque el comentario que iba a hacer era ese: da igual el mamarracho teórico que calcules, en el mundo real las cosas se rompen. Simplemente somos una pieza de un mecanismo homeostático, y sabemos, y muy bien, que cuando una especie se desmanda su población se corrige de una forma o de otra. O de varias. Da igual lo que desvíes el péndulo de su punto de elongación cero, va a volver, sólo la oblea será mayor.
Por cierto me enteré de que el país con menor huella ecológica del planeta es Cuba. De momento pongo el dato en cuarentena aunque es posible que sea cierto.
Respecto a los bichos gigantes, su existencia es otra de las razones que me hicieron sospechar de que la atmósfera en aquella épica tenía que ser distinta, más densa o con más oxígeno o ambas cosas. Las tráqueas de los artrópodos no tienen ni de lejos la eficiencia de unos pulmones, y p.ej. esa libélula (que tiene que hacer un consumo metabólico constante para estar volando a diferencia de un pájaro) debe ser el máximo tamaño viable, además añadir el tema del peso, todos sabemos que el volumen crece mucho más deprisa que la superficie, así que no sé si el exoesqueleto mantendría la proporción de dureza o más bien caería. Es cierto que una nécora o un lumbrigante son durillos y de tamaño respetable (aunque son crustáceos, no insectos), pero la vida marina es otra cosa. Suelta una nécora en medio de Soria y en secano y hablamos. Y finalmente la cantidad de jalufe, a fin de cuentas un bicho de esos equivale a varios de los modernos (lo que reduce el riesgo reproductivo y aumenta la tasa de éxitos), y nos metemos de pleno en el debate del tamaño que dista mucho de estar claro.
Y lo del coleccionismo… También lo de siempre, los sociólogos, por favor, que esto urge. Los humanos tenemos el síndrome de Diógenes de serie (a fin de cuentas, a Genghis Khan el Museo del Prado le parecería un montón de bayetas pintarrajeadas), la creencia popular de que los acúmulos son gratuitos tampoco sé de donde sale. Seguro que Tomás conoce aquella particular colección de «La Escopeta Nacional».
domingo 10 marzo, 2019 @ 8:03 pm
Petrus, tu mosca de rajoyesca-pablesca-riveresca-etc., le faltan luces. Qué hace en tu huerto cuando hay eme a punta pala en miles de sitios de esos monstruosos montes de rocas porosas con agujeros acristalados y suelos extraños.
lunes 11 marzo, 2019 @ 5:15 am
Ya…y seguro que ni siquiera se interesaría por los cuadros eróticos, harto de darle al fornicio. No lo sé…lo que sí que sé es que pueden proliferar -en todo tipo de lares,líderes- cazurros con personalidad A e impregnación chovinista absoluta.
Pero los que yo admiro, tipo Carl Sagan o Da Vinci, estoy seguro de que si que mostrarían el máximo interes, y que Leonardo sexsentiria fascinado con las pinturas posteriores a su época.
lunes 11 marzo, 2019 @ 6:13 am
También pongo muy en solfa lo de que Cuba sea el más ecológico si entraban en la lista países como Namibia o Mauritania.
Y recordando al emperador mongol me preguntaba si no se interesaría ni siquiera por alguno de los lienzos más eróticos, si no es inmerecida su fama.
lunes 11 marzo, 2019 @ 11:25 am
Hombre, Dr., «La escopeta nacional» es la comedia más esperpéntica y consciente de nuestra España. ¿Cómo no voy a recordar tamaña colección, tales actores y tal director?
En cuanto a la mosca de Petrus, que le ponga un burro cerca y seguro que ya tiene un lugar donde acogerse y deyecciones de las que alimentarse ella y sus generaciones descendientes. Así no tendrá que salir de la finca, pobrecita. Y, por otra parte, él se librará de algún ataque si se le ocurre pasearse en pelotas, que esas féminas, como todas, son muy selectivas y vengativas con el sexo contrario.
lunes 11 marzo, 2019 @ 8:35 pm
El Mongol era el Cafre Cafrorum. Es humillante que no fuera europeo. Y además, deja en muy mal lugar mi teoría de que cuanto menos civilizado menos bestia, aunque civilizados estaban de sobra que el oro lo entendían perfectamente (de hecho fue el tío más hortera y chabacano que se haya sentado nunca en el trono del Imperio Central, y hubo cada garrulín que ya le gustaría haberlo pintado Picasso).
Lo de Cuba podría ser, y no sólo por hacer de la necesidas virtud. Pero es que tengo otras informaciones que se contradicen, y cuando las cosas no cuadran pues no cuadran. Desde luego, Mauritania peor (el himno nacional más… inefable de la historia) y Namibia… Vistas las últimas licencias pesqueras va a ser que no.
lunes 11 marzo, 2019 @ 8:36 pm
Berlanga, tan vigente como nunca.
martes 12 marzo, 2019 @ 8:08 am
Es que en España tenemos un plantel que ya quisiera Jollibud: «Los jueves, milagro», del que mencionas, a quién tuve el gozo de escuchar y charrar brevemente en el salón de actos de la escuela de ingenieros con la primera o una de las primeras representaciones de ella -aún no en cartelera-. «Las truchas», de José Luis García Sánchez y, para no extenderme, «Amanece, que no es poco», de J. L. Cuerda. En esta, hay dos golpes -bueno, muchos- pero nada más empezar, uno, cuando el padre le dice al hijo que le regala la Vespa con sidecar para compensarle por haber matado a su madre y al poco, cuando, obligados a dormir en la misma cama, también el padre, metidos ya a descansar, le dice con desconfianza: Pero me respetarás, ¿no?
Bueno, para morirse de risa.
martes 12 marzo, 2019 @ 10:36 pm
Berlanga se quedó muy corto. La realidad es peor, es Kafka inspirado por Berlanga.
miércoles 13 marzo, 2019 @ 2:40 am
Absurdismo everywhere, muy querido Neo. Abrazos.
miércoles 13 marzo, 2019 @ 9:40 am
Es que no pueden compararse. Y si hablamos de la realidad ¿quién no se queda corto? La realidad histórica, la actual y la de siempre, si pensásemos en ella, tiene unos picos y hasta unas mesetas y valles tan horribles que, si no nos abstraemos de ellos, quedaríamos absolutamente paralizados de locura. Ni siquiera los emperadores han disfrutado de felicidad. No sé; acaso algún instante, mientras su propia ambición, contra la de los que les rodeaban les hacía temer continuamente. ¿Qué de tanto inocente esclavizado ya desde la civilizada Grecia, o Roma, o América provista desde África, o la actual trata de blancas, o la santificada pederastia, o el ambiente asesino de la actual Centroamérica, o el cementerio mediterráneo, o el hambre infantil en Etiopía, en Yemen, en la franja subsahariana? ¿Qué de la droga, de su economía y sus delitos? Los que no tenemos derecho a quejarnos, buscamos excusas idiotas para amargarnos la vida: unos exigiendo más de lo que sea; otros no queriendo soltar la sartén aunque esté al fuego y el mango queme: Maduro, Bouteflik.a…
La historia humana es una sucesión de ambiciones y locuras, de pisoteo del más débil, de egoísmo sin medida. Hay un movimiento feminista mundial o casi. Soy un convencido de toda la vida de que los derechos y deberes de hombres y mujeres han de ser iguales y no digo cuanto me duelen y repugnan las violencias contra ellas. Pero echo de menos un poco de autocrítica. ¿Todo lo hacen bien?
Quizá no debiera haber acabado escribiendo de eso pero lo que sucede es mucho más complejo de lo que parece. No creo que este sea lugar para tratar de ello, ni el artículo lo pide, así que lo dejo en vuestras manos.
Un abrazo.
sábado 16 marzo, 2019 @ 9:42 am
Ya tenía noticia, pero no recordaba el nombre de la muchacha de 16 años que está liderando lo que aúna ser más urgente y más importante, la rebelión contra lo que nos lleva al desastre climático, de polución y otros daños: Greta Thunberg. Así que ahora mismo, abandono esto y me voy con otras personas a limpiar lo que pueda en una playa sita en una población turística no lejos de Cambrils llamada «La Pineda».
Chao.
domingo 17 marzo, 2019 @ 11:48 pm
Destacar el gran seguimiento que ha tenido el primer viernes de convocatoria, queridísimo Tomás. Ojalá crezca cada vez más y se convierta en la corriente cultural más importante de nuestro siglo.
Abrazos.