NeoFronteras

Sin retraso en la recuperación de la capa de ozono

Área: Medio ambiente — martes, 16 de febrero de 2021

Dos estudios son optimistas respecto a la recuperación de la capa de ozono.

Foto

Entre los pocos acuerdos exitosos sobre el medio ambiente que ha alcanzado la humanidad esta el Protocolo de Montreal de 1987, por el cual los países firmantes se comprometían a no emitir más clorofluorcarbonados a la atmósfera.

Los clorofluorcarbonados o CFCs son los principales responsables de la destrucción de la capa de ozono. Sin esa capa la vida en la superficie terrestre no sería posible, pues bloquea los perniciosos rayos ultravioletas del Sol. Estos compuestos se usaron principalmente como gases para los sistemas de refrigeración y para hacer espumas aislantes.

La mayor destrucción de la capa de ozono se produce en los polos, sobre todo sobre la Antártida, en donde el agujero que se produjo era de dimensiones alarmantes. Si se hubiera seguido emitiendo este tipo de gases los agujeros de ozono polares hubieran crecido sin parar hasta la desaparición de todo el ozono, de ahí la necesidad que había de llegar a un acuerdo.

El agujero en la capa de ozono sobre la Antártida se ha estado recuperando en los últimos años gracias a que el Protocolo de Montreal prohibió la producción de CFC. Aunque no se producía nuevo CFCs, seguía habiendo emisiones procedentes de viejos sistemas de refrigeración y de la espuma aislante cuando se derriban edificios. Pese a todo, hubo un éxito y entre 2002 y 2012, las emisiones de CFCs cayeron alrededor de un 0,85% anual.

Pero una cosa son los acuerdos y otra la realidad. Aunque se esperaba ya por estas fechas una buena recuperación de la capa de ozono, se vio que la solución del problema posiblemente se retrasaría debido a que hay nuevas emisiones de estos gases, principalmente provenientes de China. En este país se ha realizado una producción ilegal de triclorofluorometano o CFC-11 entre 2014 y 2017.

La tasa emisiones de CFCs cambió en 2013 y las emisiones no se redujeron en lo esperado. Alguien estaba bombeando alrededor de 13 000 toneladas al año de CFC recién producidos a la atmósfera. Los investigadores se pusieron a estudiar el asunto y usaron datos de satélite para ver si podrían encontrar los focos de emisión. Un tiempo más tarde estos focos fueron localizados en el este de China. El culpable más probable fue la fabricación y el uso de aislamiento de espuma.

Este hecho activó la medidas del Protocolo de Montreal en el primer caso grave de su violación. En respuesta a la presión internacional, el país se comprometió a rectificar el problema.

El problema fundamental es que el CFC-11 sobrevive en la atmósfera durante unos 50 años, por lo que, si las fuentes de este gas se eliminaran por completo de forma súbita, la presencia global de este gas debería disminuir en un 2% anual aproximadamente.

Afortunadamente, y según dos estudios independientes, las emisiones de este gas parece que se han reducido desde 2017, lo significan que es posible que no haya que esperar mucho hasta la recuperación de la capa de ozono.

Luke Western (University of Bristol) y sus colaboradores analizaron datos sobre los niveles atmosféricos de CFC-11 y encontraron que las emisiones del este gas desde de China disminuyeron después de 2017. Las emisiones en 2019 fueron 10 000 toneladas menos que las emisiones anuales promedio entre 2014 y 2017. La disminución de las emisiones de CFC-11 desde China representa alrededor del 60 por ciento de esta reciente disminución mundial, dice Western. Este análisis se basa en datos procedentes de dos redes globales independientes de vigilancia del aire.

Otro estudio, dirigido por Steve Montzka (NOAA) estima que las emisiones globales de CFC-11 han disminuido en todo el mundo en 2019, una tendencia que parece continuar. «Las tendencias de concentración iniciales en 2020 son similares a las de 2019», dice Montzka. Añade que, suponiendo que continúe la tendencia actual, el daño infringido a la capa de ozono por culpa de estos años de emisiones ilegales será insignificante.

En el estudio de Montzka se utilizaron mediciones de estaciones de vigilancia del aire en Corea del Sur y Japón, así como modelos detallados de transporte atmosférico. Además, se incorporaron análisis independientes de cuatro grupos de investigación diferentes y dos modelos, todos los cuales mostraron resultados consistentes.

«Si las nuevas emisiones hubieran continuado en los niveles que vimos entre 2014 y 2017, podríamos haber visto la recuperación del ozono a los niveles de 1980, con un retraso de algunos años. Tal como está, esperamos haber evitado cualquier retraso sustancial en la recuperación del ozono», dice Western.

«Es agradable ver que los mecanismos del Protocolo de Montreal, que combinan el conocimiento de científicos, expertos de la industria, responsables políticos y autoridades nacionales, permitieron una respuesta rápida y eficaz a su primera violación importante», dice Western.

Así que, según estos estudios, todo parece indicar que las principales fuentes de emisiones no autorizadas de CFC en el este de China se han cerrado.

Craig Poku (University of Leeds) sostiene que las tendencias que se muestran en las emisiones del este de China son prometedoras, pero que una vigilancia continua será crítica. «Yo diría que es demasiado pronto para decir que no se producirán retrasos en la recuperación según los datos mostrados», añade.

Sin embargo, las fuentes de emisiones ilegales fuera de China siguen siendo un misterio. Se ha podido saber la procedencia del 60% de las emisiones, pero no el resto. «Todavía no sabemos de dónde venía el otro 40%», dice Martin Vollmer (Laboratorios Federales Suizos de Ciencia y Tecnología de Materiales en Dübendorf). No obstante, el episodio debería enviar una señal de advertencia a aquellos que podrían verse tentados a romper las reglas en el futuro.

Montzka dice que se está negociando expandir la red de estaciones de vigilancia. Pero, por ahora, dice que es alentador, y un poco sorprendente, ver que los gobiernos responden a la ciencia y toman medidas para detener las emisiones ilegales. «Estuvimos allí para detectar el problema y ahora podemos estar allí para anunciar que lo han abordado», dice Montzka. «Es algo agradable».

Copyleft: atribuir con enlace a https://neofronteras.com

Fuentes y referencias:
Artículo original I.
Artículo original II.
Imagen: NASA.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
Compartir »

2 Comentarios

  1. tomás:

    Por supuesto: «Es agradable ver…, que combinan conocimientos de científicos…, expertos en la industria…, permitieron una respuesta rápida y eficaz a su primera violación importante», dice Western. Y debemos congratularnos por ello.
    Pero nos sigue faltando ese 40 %. Entonces me pregunto: ¿Y unas rogativas con procesión, cánticos, lamentos y autoflagelos voluntarios, más eficaces cuanto mayor sea la categoría eclesial del penitente, tras alguna venerada imagen, no serían eficaces?
    Ya me diréis de la idea. Impaciente me quedo.

  2. Miguel Ángel:

    That’s the way! Le doy un notable alto. Muy buena noticia y satisfecho también con la rectificación de China.

RSS feed for comments on this post.

Lo sentimos, esta noticia está ya cerrada a comentarios.