Vidas pasadas y abducciones son errores de la memoria
¿Tiene usted recuerdos de misteriosas vidas pasadas o recuerda extrañas experiencias como la de haber sido abducido por extraterrestres? Quizás la respuesta a estas sensaciones sea mucho más fácil de encontrar de lo que imaginamos según un estudio holandés del que se hace eco Scientific American. Puede que simplemente tenga un problema con el sistema de seguimiento de fuentes de recuerdos, pues las personas con memoria de vidas pasadas son más propensas que otras a confundir el origen o fuente de una pieza de información dada. La familiaridad con una idea hace a esta gente más susceptible de olvidar de dónde viene la información y a confundir realidad y ficción.
Maarten Peters de la Universidad de Maastricht (Holanda) realizó pruebas a pacientes de «terapeutas de la reencarnación» que usan la hipnosis para «ayudar» a sus clientes a recordar «vidas pasadas» y que estos pacientes creen que son la fuente de sus problemas actuales.
A estas personas se les aplicó una prueba de memoria conocida como paradigma de la fama falsa, en el que se les pedía recitar una lista de nombres no familiares. Al día siguiente, se les mostraba una lista que incluía esos nombres, nombres nuevos y nombres de personas famosas. Resultó que los sujetos que afirmaban tener recuerdos de vidas pasadas eran más propensos a asignar los nombres previamente recitados como pertenecientes a personas famosas.
Es decir, la gente que cree tener vidas pasadas cometen un error de seguimiento de fuente, o un error de juicio acerca la fuente original de un recuerdo (en este caso no estaban recordando la fuente, es decir ellos mismos, de los nombres no famosos). Esto es importante porque los errores de seguimiento de fuente son el primer paso en la secuencia de eventos que los psicólogos creen que da lugar a recuerdos falsos.
Según este investigador una vez que se alcanza cierta familiaridad con un evento, éste puede ser fácilmente convertido en una creencia de que el evento realmente sucedió. Estos individuos podrían además interpretar sus pensamientos y fantasías acerca de eventos ficticios como recuerdos reales.
Otros investigadores apuntan que las personas que siguen terapias de reencarnación son más propensas a tener problemas psicológicos o ser más susceptibles a la hipnosis y que así se explicaría el fenómeno.
En un estudio previo de Susan Clancy de Harvard University se mostraba que las personas que decían haber sido abducidas por extraterrestres tenían problemas similares para recordar.
Según ella lo más importante de este nuevo estudio es que estas personas están altamente motivadas a buscar y a aprobar una manera en concreto (aunque sea absolutamente absurda) de explicar por qué están sufriendo problemas psicológicos. Dice que hay muchas personas que piensan que podrían haber sido abducidas por extraterrestres, pero que en general éstas no llegan a crear falsos recuerdos sobre ello.
Desde NeoFronteras sólo añadiríamos que es penoso que este tipo de pacientes y sus problemas sean usados por la industria de la parapsicología y las pseudociencias con fines crematísticos y así vender revistas y libros que simplemente promueven la ignorancia y la incultura más absoluta. Si no creemos en los unicornios no deberíamos de creer tampoco en enanitos verdes tipo ET que te secuestran o en que somos Napoleón.
Fuente: Scientific American.
Referencia: Sobre abducción en NeoFronteras.
14 Comentarios
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martes 24 abril, 2007 @ 5:38 pm
No debemos creer, pero no debemos ser dogmáticos tampoco en nuestros conocimientos actuales. Hay un horizonte de evidencias fácticas y científicas que desafía nuestro paradigma actual del universo. Desde las mediciones sorprendentes del telescopio AMANDA que evidencia un universo multidimensional (ver más aquí) hasta el Proyecto Conciencia Global que también evidencia una relación interactiva entre Conciencia y Realidad Física (ver más aquí)
Ciertamente hay mucha charlatanería y estafa en el tema de las terapias de vidas pasadas y otros, ya que no solo no cumplen con el más estricto método científico, sino que no hay forma de examinar la utilidad real de dicha terapia en la salud de las personas. Pero es innegable que nuestro universo de conocimientos no está agotado aún y, por el contrario, las evidencias mencionadas tienden a orientarnos hacia la construcción de una hipótesis científica cada vez más respetable: El Universo Holonómico, que Bhom y Pitbram defendieron. Las nuevas evidencias apuntan a confirmar este modelo cosmológico que abarca todo, incluso el cerebro humano.
El problema con esas pseudoterapias es que asumen como un dogma simples hipótesis científicas, construyendo un mundo de actitudes que alejan a la persona de acciones constructivas hacia su realidad. Cuando eso sucede, entramos en la perdición, el vicio y la superstición dañina.
Lógico es que estas personas sufran este tipo de problema. Pero habría que preguntarse si ya tenían esta tendencia neurodinámica antes de someterse a dichas terapias.
El funcionamiento del cerebro es estadístico y aleatorio por naturaleza, de ahí que se presuma que tiene cierta función cuántica. La memoria, una molécula electroquímica en parte, siempre está sujeta a dichos procesos aleatorios. Si ciertas personas poseen un cerebro con un rango mayor de aleatoriedad innatamente, no necesariamente esas pseudoterapias les provocarían tal fenómeno, solo se encargarían de fomentárselo.
Este estudio es preliminar y será necesario que se corrobore con scaners cerebrales y más estudios psicométricos al respecto; para determinar realmente que es causa y que es efecto con certeza.
miércoles 25 abril, 2007 @ 1:34 am
¿Universo Holonómico? ¿Conciencia y Realidad Física? …
Me temo que lo que dice es demasiado esotérico y poco científico.
miércoles 25 abril, 2007 @ 1:35 am
Una de las ideas de crear esta web fue la lucha contra las pseudociencias y religiones. Parece que hay demasiado trabajo.
jueves 26 abril, 2007 @ 1:54 pm
No existe aleatoriedad en sentido estricto. La causalidad se da incluso en el mundo cuántico, lo que no excluye un tratamiento probabilístico. Por otra parte, no podemos cerrarnos a algún proceso cuántico en la «bioelectricidad», es decir tanto potenciales de acción iónicos como las más recientes descubiertas conexiones eléctricas puras interneuronales. De todas formas, para mí, queda descartada la aleatoriedad y por tanto no puedo estar de acuerdo con Alejandro Sanchez.
viernes 27 abril, 2007 @ 7:18 am
No sé si me darán derecho de réplica, pero lo que comento se detalla más en http://www.astroseti.org/vernew.php?codigo=2546
Y en el principio de indeterminación de Heisenberg. El día que se pueda ubicar un electrón en un momento preciso, en un lugar preciso, podremos eliminar definitivamente cualquier rango de aleatoriedad de los procesos eléctricos.
No sé cuantas veces tenga que repetir que no apoyo las pseudociencias, solo mencionaba las evidencias experimentales relacionadas con una especulación, hipótesis o teoría científica (o como quiera llamársele) de David Bohm. Nada más.
Mis saludos y mis respetos.
viernes 27 abril, 2007 @ 1:25 pm
Respecto a los comentarios que le hacen a Alejandro Sánchez.
Quiero decirles a éstos, que David Bohm tiene una gran fama de científico y pensador que ya quisieran ellos, esto primero.
Segundo, que fanáticos y gente que opina y critica sin tener «ni idea» de lo que otra persona ha opinado, ocurre tanto o más entre los científicos y escépticos que entre los demás «mortales». Porque aunque ellos no lo quieran «ver» son personas iguales a los demás con sus fallos y errores.
No son papas que lo que digan va a misa (y esta es una postura más científica que la que ellos adoptan, aunque les duela).
sábado 28 abril, 2007 @ 12:39 am
Aunque sólo sea por el bellísimo efecto Aharonov-Bohm, David Bohm tiene un puesto en la historia de la Física, así como un puesto en la historia de la ética por su postura frente a la caza de brujas promovida por el McCarthismo.
Eso no quiere decir que sus teorías sobre el cerebro sean correctas. Algunos científicos cuando se salen de su campo se pueden equivocar.
Sacar del campo de aplicabilidad una disciplina científica puede ser problemático.
Por otro lado una función de onda que de cuenta de todo el cerebro no tiene el más mínimo sentido. Ya es difícil mantener la coherencia cuántica de unos cuántos átomos sin que la función de ondas colapse como para que ese efecto se dé sobre un número de Avogadro de partículas.
Una manifestación macroscópica de la Mecánica Cuántica sería maravilloso y único.
sábado 28 abril, 2007 @ 2:47 am
El experimento de la luz a través de la ranura es ese fenómeno macrocósmico. Fue ese experimento el que inició la era de la mecánica cuántica. Por ese experimento se hizo la paradoja EPR y de ahí se derivó a un montón de experimentos e hipótesis facinantes.
Lo bello de la ciencia es que siempre se puede errar y acertar, no como en la pseudociencia, donde supuestamente toda la realidad ya se conoce. En cambio, en la ciencia, siempre hay una incognita, un misterio que develar y un experimento maravilloso y fascinante a punto de realizarse que nos lanzará a nuevos y sorprendentes conceptos y visiones que ahora ni podemos imaginar.
Es en esa apasionante aventura del conocimiento que la ciencia supera ampliamente a la pseudociencia.
sábado 28 abril, 2007 @ 9:52 am
Respeto las opiniones de A. Sanchez que no comparto. He ido a los sitios indicados y resumo: Nada que objetar al proyecto Amanda, que procura captar suficientes partículas de cuya entidad hay fundados conocimientos. Lo demás son elucubraciones a teorizar y comprobar.
2º GCP no me parece serio en sus conclusiones. Medir probabilidades planetarias, bien, pero quizá existan mejores interpretaciones.
3º El p. de indeterminación no excluye, para muchos, la causalidad. Otras consecuencias cuánticas me producen vértigo, pero he encontrado un remedio de mi propia cosecha, quizá ignorante, que expongo: asumo la causalidad cuántica por lo irrepetible de cualquier acontecimiento A. Ninguno puede ser exactamente repetido, pues para ello debería ser copuntual y simultáneo. Por tanto si a A le ha seguido B, no es posible que a A le siga C, puesto que A no puede repetirse. Así no puedo decir «A implica B», pero sí «A ha implicado B». Para la física normal no hay problema porque se acepta una exactitud acotada con bastante amplitud. El principio de indeterminación dice que el momento y la posición no son determinables, pero nada más. Suele confundirse determinable con causal, pero no son exactamente lo mismo. Por tanto nada de aleatorio. Para mí es incompatible con la ciencia; hasta que me demuestren lo contrario. Mírese Vd. la última frase de su primer comentario.
sábado 28 abril, 2007 @ 12:54 pm
Estimado Alejandro, si por macrocósmico quería decir macroscópico dígalo y se corregirá el error.
Si es así, también se puede decir que la superconductividad o el helio líquido superfluido son manifestaciones cuánticas macroscópicas, pero en ninguno de estos casos se observa un estado coherente descrito por una única función de ondas que describa el conjunto de todas las partículas. Pero esto es cuestión de interpretación.
En todo caso lo máximo que se ha llegado a observar son agregados magnéticos moleculares. Cuántas más partículas haya más fácil que la coherencia cuántica sea destruida.
En cuanto al determinismo se podría decir que toda teoría física es determinista. La idea en ciencia es encontrar modelos que describan el Universo. Éstos deben de poder proporcionar predicciones, y sólo si las leyes son deterministas lo pueden hacer.
La Mecánica Cuántica es determinista, porque la ecuación de evolución, que en este caso es la ecuación de Shrödinger es determinista. Así, dada una función de onda podemos describir su evolución en el tiempo sin ningún problema. Una función de ondas como condición inicial nos dará otra función de ondas al cabo de un tiempo como estado final de manera única y predecible.
Naturalmente la función de ondas es algo “borroso” que tarde o temprano podrá colapsar en algo medible. Pero claro, la interpretación del colapso de la función de ondas es algo espinoso.
El principio de incertidumbre, tanto en su versión momento-posición como en la versión tiempo-energía, nos habla de la imposibilidad de medición simultánea de magnitudes físicas distintas, pero no de evolución o causalidad.
Todas las paradojas de la Mecánica Cuántica surgen de empeñarse en imponer ideas intuitivas (prejuicios) del mundo macroscópico al microscópico. No hay magia, simplemente las leyes que gobiernan ese mundo son diferentes y contraintuitivas para nosotros.
Por último, algo a tener siempre en cuenta es ser conscientes de que no hay que confundir realidad con modelos de realidad. La Física en este caso sólo proporciona modelos de realidad. La realidad en sí es siempre inasible.
De todos modos este debate hubiera sido mejor tenerlo en esta otra noticia:
http://neofronteras.com/?p=859
domingo 29 abril, 2007 @ 2:09 am
Corrigo el error, macroscópico es lo correcto y así debe ser escrito. Debo añadir que el dicenso y la búsqueda fidedigna y objetiva de explicaciones es otra ventaja de la ciencia, una de las mayores.
También hago otra aclaración, cuando me refiero a aleatoriedad, me refiero al principio de incertidumbre ya mencionado.
Ciertamente existen muchas especulaciones teóricas en este tema de la mecánica cuántica, la función de onda y la tan buscada teoría del todo. Es comprensible que se alerte sobre el peligro de caer en la pseudociencia al llevar dichas especulaciones más allá de la mera hipótesis y de los debates académicos. Pero usadas correctamente, las especulaciones pueden incentivar el análisis crítico, racional y científico que tanta falta hace en nuestras sociedades.
Lastimosamente sobran los “brujos cuánticos” (al punto que se ha llegado a la aberración de la “Reflexoterapia Cuántica” y de las pseudoterapias cuánticas y cuantas monstruosidades andan circulando por ahí para estafar y esquilmar al público, deberían prohibirse prácticas así)
Comprendo el celo que en esta web tienen con respecto a toda esa avalancha de mentiras y engaños y les felicito por eso.
Como siempre, mis saludos y respetos.
domingo 29 abril, 2007 @ 4:12 am
El principio de incertidumbre o indeterminación no es aleatorio. Si sabemos la indeterminación en la medida del momento automáticamente sabemos la indeterminación en la posición y viceversa a través de esta ecuación:
lunes 30 abril, 2007 @ 12:13 pm
Estimados colisteros:
Una duda: ¿El cerebro se rige totalmente por las leyes de la termodinámica?
Si es así, ¿qué energía contiene la conciencia? ¿Puede medirse? Y si no puede medirse, porque no exista ¿implica que no existe la conciencia?
Viendo cómo van algunos por la vida, no me extrañaría que no tuviéramos conciencia.
Un saludo.
lunes 30 abril, 2007 @ 7:19 pm
En todo caso es una pena que la palabra “conciencia” tenga varias acepciones. Una se referiría a la capacidad de tener conocimiento interior del bien y del mal.
La otra sería la propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta, en concreto el acto psíquico por el que un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo.
Para esta última acepción proponemos «consciencia» aunque no esté admitida por la RAE.
Obviamente la confusión proviene de que por razones históricas, y en un país enfermizamente católico como ha sido España, el hecho psíquico no se ha desvinculado de la idea del alma y de la moral.
El cerebro es una máquina termodinámica, lo queramos o no. Otra cosa es poder o no medir ciertas cosas. El que no podamos tampoco significa que no se pueda. Además sería difícil distinguir la «consciencia» de otras entidades psíquicas.
Sí se puede medir el calor desprendido por la actividad cerebral, pero el calor desprendido por la lectura de un tratado de filosofía es indistinguible del producido por la lectura de una revista rosa, aunque la cantidad sea distinta.
Si la cantidad de calor desprendida por el cerebro de un terrorista islámico, un especulador inmobiliario, o un político, es igual menor o mayor que la desprendida por el común de los mortales lo dejamos a su interpretación.
Pero lo malo de todo esto es que al final estaremos discutiendo sobre cuántos ángeles caben en la punta de un alfiler, mientras que ellos nos ponen bombas, nos timan o nos toman el pelo.