Sinestesia y números
Un tipo de sinestésicos tiene gran capacidad para recordar fechas según un estudio. Según otro estudio la asociación entre números y colores de algunos sinestésicos sería más compleja de la pensado.
Hay una condición neurológica muy curiosa denominada sinestesia. Aquellos que la padecen (o disfrutan) tienen sus sentidos cruzados. De hecho, sinestesia significa algo así como “sentidos unidos”. Hay muchos tipos de sinestesia, el más común es la sinestesia color-gráfico por la cual se ven las letras o los números asociados a un color específico (no universal). Así, a algunos el color siete les parecerá azul y la palabra “envidia” naranja. Otros sinestésicos asocian sonidos a colores o imágenes, y hay otros para los que las palabras tienen sabor. La mayoría de los sinestésicos consideran que su condición es más un don que una enfermedad y no desean perderlo.
La sinestesia podría ser un “cortocircuito” entre las distintas áreas preceptúales del cerebro. Según algunos, todos seríamos sinestésicos al nacer y luego, según el cerebro madura, las distintas áreas dedicadas a los sentidos se irían especializando. Como residuo, en la edad adulta tendríamos restos de esta sinestesia y con ello la capacidad de crear metáforas.
Dos nuevos estudios sobre la sinestesia se han publicado recientemente. El primero de ellos muestra que las personas que perciben los números visualmente como patrones espaciales tienen mejor memoria para las fechas y eventos del pasado que la gente que no tiene esa condición.
La sinestesia espacio-temporal es una condición neurológica en la que los sentidos se mezclan de una manera inusual. Las personas con esta condición ven los números como pertenecientes a un espacio tridimensional. De este modo pueden, por ejemplo, ver el año 1999 más lejano que 2005 en el espacio, otros ven los años con formas tridimensionales o escaleras de caracol, o ven a los meses formando un círculo. Esta respuesta visual a los números es involuntaria y estas personas pueden no ser conscientes durante años de esta condición que muchos otros no tienen.
Científicos de la Universidad de Edimburgo (RU) han estudiado recientemente a personas con sinestesia espacio-temporal, encontrando que tienen mejor memoria que otras personas sin la condición.
Julia Simner y sus colaboradores sometieron a diez de estos voluntarios a una batería de tests que requerían recordar las fechas de un centenar de eventos sucedidos entre 1950 y 2008. Para poder comparar los resultados hicieron lo mismo con un grupo de control cuyos componentes no tenían esta sinestesia espacio-temporal.
En promedio los sinestésicos se equivocaban con un error de cuatro años, mientras que los del grupo de control lo hacían con un error de ocho años. Pero en otras pruebas no relacionadas con fechas no había diferencias entre ambos grupos.
Los investigadores sugieren que hay una conexión entre la sinestesia espacio-temporal y un síndrome similar al que tiene los savant por el cual las personas que lo padecen tienen un recuerdo casi perfecto de eventos ocurridos en sus vidas en cualquier momento del pasado.
Por otro lado, Jamie Ward de la Universidad de Sussex en Brighton (RU) ofrecen otra explicación a por qué algunos sinestésicos pueden encontrar fácilmente, por ejemplo, un patrón de doses dentro de una matriz de cincos. Según estudios anteriores se debería a que los ven en distintos colores y el patrón en color emergería por sí solo.
En este caso se valieron de 36 voluntarios con sinestesia con esta capacidad de ver en color ciertos rasgos gráficos (números o letras) para que identificaran patrones ocultos (ver imagen). Contra todo pronóstico sólo encontraron los patrones ocultos un 40% de las veces.
Según la explicación de este investigador los colores no saltan de la imagen automáticamente, sino que los sinestésicos sólo ven los números en color si fijan su atención. Cuando los voluntarios se fijaban en la parte de la figura en donde el patrón estaba oculto lo encontraban fácilmente (supuestamente resaltado en color), pero cuando su foco de atención con captaba el patrón o sólo una parte de él no lo encontraban (sin un resalte claro en color).
Este no es el único estudio que cuestiona la visión tradicional. Danko Nikolić del Instituto Max Planck utilizó unas pruebas muy similares en las que había sustituido los números por caracteres eslavos antiguos que los sinestésicos no estaban acostumbrados a ver. El éxito en este caso fue más bien bajo debido a que la asociación con colores de los números y letras ordinarias no funcionaba en este caso.
Según algunos expertos en el campo estos resultados deberían hacer replantearse la teoría que dice que la sinestesia es un simple “cortocircuito” entre las distintas áreas preceptúales del cerebro. Otros disienten de este desafío al modelo hasta ahora aceptado.
¿Hay algún sinestésico entre los lectores?
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=2939
Fuentes y referencias:
Artículo original 1 (resumen).
Artículo original 2 (resumen).
Sinestesia táctil-emocional.
Oigo un color.
Foto de cabecera: Wikipedia.
2 Comentarios
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martes 22 diciembre, 2009 @ 7:38 pm
Uno tiene un amigo que es poeta; sí, sí, poeta y con eso se gana la vida.Cuando le vea, que le veo muy poco, le diré que lo suyo podrían ser restos de sinestesia.
Por cierto se podrían entender los desvarios que se pueden leer en ese Libro que dicen que es el más leído de la historia de la humanidad, si se tomara por cierto lo que dice el tercer párrafo de este artículo. El del cortocircuito, vamos.
Felices fiestas a todos.
sábado 26 diciembre, 2009 @ 1:43 am
Estas habilidades conductuales son aprendidas por integracion y diferenciación de patterns operantes. Los animales tienen sentidos muy finos, discrimiativos y condicionados, segun sea su habitat doméstico, experimental o natural. No nos hace más capaz de abstracciones, sino de ordenar o procesar, por ejemplo, palabras cálidas como vino y café, de palabras frias como soledad y nieve. Pero depende no solo del aprendizaje experiencial, sino del contexto interpersonal. La palabra cortocircuito, del amable lector anterior, nos recuerda ciertas disonancias cognitivas como el hecho de que aprendemos pese a ser castigados por los aciertos, ya que nos permite discriminar… hasta que el sujeto se frustra, y se sale del esquema propuesto. Muy buen artículo, retoma investigaciones de fines del siglo 19, sobre «verbocromia». Gracias.