El fitoplancton oceánico está desapareciendo
Una noticia alarmante ha pasado desapercibida para casi todos los medios de comunicación. Al parecer la cantidad de fitoplancton en los océanos terrestres está disminuyendo.
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El resultado del estudio se basa en más de un siglo de medidas y ha sido realizado por Daniel Boyce de Dalhousie University, que ha trabajado junto a Marlon R. Lewis2 y Boris Worm. Su objetivo era estudiar la salud de los océanos.
Desde 1899 se utiliza un sistema muy simple para determinar la transparencia de las aguas oceánicas: el disco Secchi. Este disco consiste en círculo del tamaño de una plato de mesa al que se le ata un cabo y sobre el que hay pintado un patrón con los colores blanco y negro alternados. Al dejarlo caer dentro del mar llega un momento en que la turbiedad del agua impide que se le vea y la profundidad a la que esto sucede es proporcional a la cantidad de algas microscópicas presentes y que componen el llamado fitoplancton.
Es la primera vez que se han reunido los datos recopilados a los largo de más de cien años para estudiar la evolución de los niveles de fitoplancton de los océanos terrestres. En total se han tenido en cuenta 500.000 observaciones realizadas en ese periodo de tiempo.
El fitoplancton está compuesto por pequeñas algas fotosintéticas, constituyen el primer eslabón de la cadena trófica y, por tanto, son un buen indicador de la salud de los océanos. El fitoplancton proporciona comida básicamente a casi todas las demás criaturas del océano y a aquellas que se alimentan en él, como el ser humano. Sin fitoplancton no habría atunes, ni bacalao, ni langostas, ni otras especies de las que nos alimentamos. Por consiguiente su declive tiene una especial incidencia negativa en las reservas pesqueras, además de afectar a todas las demás criaturas de los océanos.
Los investigadores implicados en este estudio descubrieron que el fitoplancton ha estado disminuyendo a un ritmo de un 1% anual en los últimos 110 años (naturalmente 1% de lo que queda del año anterior). Aunque no parezca que es mucho, haciendo números se llega a la conclusión de que ahora hay un 40% menos de fitoplancton que en 1950. Este declive se ha producido en 8 de las 10 regiones oceánicas estudiadas.
Ya se sospechaba que esto estaba sucediendo gracias a las observaciones de satélite, que han medido la concentración de clorofila durante los últimos 30 años. Pero no se sabía si era una tendencia a largo plazo o una fluctuación temporal. Con este resultado se confirma la fatal tendencia.
Los dos objetivos principales de este estudio eran examinar la tendencia en los niveles de fitoplancton a lo largo del tiempo y determinar qué puede está controlando estos niveles. Las conclusiones preliminares sugieren que el aumento de la temperatura de los océanos puede que sea lo que esté detrás de este declive. Los investigadores pudieron observar que las áreas donde más ha aumentado la temperatura es donde más ha declinado el fitoplancton. Según aumenta la temperatura del mar disminuyen los nutrientes disueltos en el agua y esto limita la proliferación del fitoplancton.
Según Boyce, como no se comprende muy bien el efecto que este declive pueda tener, hay que realizar más estudios. Según él hacer lo que sea para que disminuya la temperatura de los océanos puede ser un buen comienzo.
Si la tendencia continua declinará toda la cadena alimenticia de los océanos y además aumentará el efecto invernadero, porque gran parte del dióxido de carbono que ahora es fijado por el fitoplancton no lo será en el futuro. Los océanos absorben un 40% de las emisiones de dióxido de carbono antropogénico. El fitoplancton absorbe dióxido de carbono y emite oxígeno gracias a la fotosíntesis, parte de este carbono pasa a la cadena alimenticia y parte termina en el fondo oceánico. Sin estas algas microscópicas se acumulará aún más dióxido de carbono en la atmósfera. Todo esto quiere decir que se ha encontrado otro ciclo de retroalimentación positivo que acelera el cambio climático.
Los efectos quizás ya se estén notando. Desde hace varios años se viene informando de la disminución de especies marinas en todo el mundo. También se sabe que el coral está desapareciendo en todos los mares a causa de la actividad humana y que en los arrecifes de coral viven multitud de especies que desaparecen cuando muere el coral.
Sobre tierra firme no solamente están amenazadas las especies que llegan a los titulares de los periódicos sino muchas otras especies de pequeño tamaño como insectos, mariposas, hongos…
Es decir, estamos presenciando la sexta gran extinción sobre este planeta, esta vez causada por nosotros. Tenemos asientos de primera fila para el fin del mundo tal y como lo conocemos y la película ya ha empezado.
Toda la vida creyendo que el fin del mundo sería de un día para otro y resulta que ya está sucediendo, lenta pero inexorablemente. Es menos cinematográfico, pero es real.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3214
Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.
14 Comentarios
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jueves 5 agosto, 2010 @ 2:43 am
¿Cómo se hace para cultivar bacterias que comen monóxido de carbono? — es la pregunta, una pregunta. No creo en los sinos o designios fatalistas, menos si vienen de la ciencia. Existe la tecnologóa para revertir el proceso, qué hacer y qué no hacer.
jueves 5 agosto, 2010 @ 7:29 am
Juan Diaz:
Dada su incredulidad en la ciencia, no debe ser esta la web para esa pregunta. Le sugiero alguna congregación religiosa, algún círculo de astrología o, dada su formación en psicología pues, quizá, un club de parasicólogos.
Le ruego, si logra una respuesta que le convenza la comunique en estas páginas puesto que, evidentemente, estamos muy interesados en el problema.
Un saludo.
jueves 5 agosto, 2010 @ 11:04 am
Las cianobacterias pueden absorber dióxido de carbono. Se está intentando utilizarlas para la producción de biocombustibles, pero no parece que sean «La solución».
La tecnología nos puede ayudar, pero tenemos que tener en cuenta que vivimos en un planeta finito que se rige ecológicamente por parámetros naturales «no tecnológicos» que son limitados.
jueves 5 agosto, 2010 @ 5:08 pm
Tomás: si creo en la ciencia, o mejor dicho, en las ciencias, por cierto, no sólo las positivas, también las «sociales» o ciencias «blandas», desde su punto de vista. ¿Qué aconsejan éstas? Reforestación, y fijar limites ecológicamente sustentables a estados, empresas y particulares.
En cuento a las pseudociencias, ya hemos discutido latamente, y sabemos que no son ciencias, es uná lástima que el mercado mediático les dé cabida. Indice que debemos regularlo.
jueves 5 agosto, 2010 @ 7:34 pm
No está bien que lo diga, pero me he partido de risa con la respuesta de tomás a Juan Diaz.Evidentemente el sr.Diaz puede hacer los comentarios que desee, pero con frencuencia me desorienta, aunque parece creer en las verdades científicas,a veces no da esa impresión.
Un saludo tomás.
jueves 5 agosto, 2010 @ 10:54 pm
Cierto. Como decía mi profesor de matemáticas, «es brillante, pero a primera vista no lo parece».
Uds confunden la tecnologia con la ciencia, y a ésta última con la filosofía de la ciencia.
Y enredan las pseudociencias (que si lo son) con algunas disciplinas alternativas, como la medicina natural, que ha identificado, durante siglos, cientos de sustancias activas, princios activos, que luego fueron testeados por la ciencia
(valor heurístico de la medicina natural)
Harian bien en estudiar que tipo de árboles consumen más anhídrico carbónico, y liberan más oxígeno. Yo me voy a documentar respecto a eso, y plantaré esos árboles, claro,
«si Dios quiere».
viernes 6 agosto, 2010 @ 1:07 pm
Bien, Juan Díaz, lamento mi comentario 2. La respuesta ponderada y certera es la de Neo.
Rechazo, por los que aquí hemos comentado, las acusaciones del 6. A mí, me sucede lo que a lluís, que acabo confundido; máxime por quien se confiesa supersticioso y creyente y, además, termina con un «si Dios quiere» que resulta equívoco con esas comillas.
Ese sabio profesor, que no sé al que se refería, pudo decir -tampoco sé de quién-: Es un diamante en bruto… pero sin diamante.
El articulo nos pone ante la situación del abuso que hacemos de la Tierra; concretamente de sus aguas, pero si Dios lo ha querido así, bendito sea.
Unos somos irónicos, o quizá bromistas por naturaleza; otros subrealistas.
Un saludo y siento haber dado pie a una polémica estéril.
viernes 6 agosto, 2010 @ 1:09 pm
Hola, amigo lluís. Te he echado de menos. Un abrazo.
viernes 6 agosto, 2010 @ 7:10 pm
Bueno, ya hay otro artículo desvirtuado con eso de si las «disiplinas alternativas» son o no diferentes ramas de la Estafalogía. No es que me paresca que halla sido un desperdicio, tiene mejor pinta que la mayoría de las veces que se ha dadoalgo así hay que reconocerlo. Pero para hacer chiquero mejor en un solo lado.
Como sea, aún con un organismo super fijador de CO2 los problemas solo habrían empezado. Es mucho fitoplancton que compensar. Es fácil desir planto un árbol y ya está pero los árboles no solo necesitan CO2, necesitan nitrógeno, fósforo, agua, etc. Por no mencionar el espacio, porque con 6 mil millones de personas en el mundo no se van a destinar tierras de cultivo. Lo mejor sería cultivar algas, que es más fácil y compacto pero aún así hay que cubrir y mantener un volumen
comparable al que ocupa el fitoplancton en el Océano. Vamos a necesitar una idea my brillante o que desaparescan de un plumaso la mitad de la población mundial o más.
No es que esté en contra de reforestar ni nada de eso. Es que para mi solucionar el tema del calentamiento global es como si el día de mañana cayera una nave extraterrestre e intentáramos ponerla a funcionar. A lo mejor encontramos como activar los limpiaparabrisas pero lo más probable es que de paso rompamos los controles.
PD: Tomas, me da a que el «si dios quiere» de Juan habla más del lugar en donde vive que de sus creencias y por eso las comillas, yo y varios amigos solemos decirlo. Es un: «si no pasa algo que lo impida…»
viernes 6 agosto, 2010 @ 10:19 pm
Tengo entendido que el fitoplancton es responsable de generar el 70% del oxigeno del planeta.
sábado 7 agosto, 2010 @ 2:25 am
Tengo entendido que el nivel de oxígeno se mantiene estable en el planeta, Instituto Nacional Investigaciones Agropecuarias,
(Chile)
jueves 19 agosto, 2010 @ 12:16 pm
Victor
Sip, y la verdad es que la noticia es alarmante….
La mayor parte de la fotosintesis del planeta se produce en nuestros oceanos, y gracias, a estos pequeños organismos…
Si que es para alarmarse…
Mas que nada por que a este paso, en 50 años no quedara ni fitoplacton ni nada vivo en el mar seria como romper la cadena del ecosistema desde sus raices…
S2
jueves 19 agosto, 2010 @ 7:50 pm
«Reforestación, y fijar limites ecológicamente sustentables a estados, empresas y particulares».
Estoy de acuerdo con Juan Díaz pero hay que tomar en cuenta que, fijar limites a las empresas es fijar limites de producción, porque el problema real es el consumismo, lo cual es un habito que muy poca gente quiere perder. Veo difícil que algo así sea aceptado «por las buenas».
Yo no creo en la existencia de un dios, pero respecto al «si Dios quiere» no creo que sea un impedimento creer en Dios para ser científico. Muchas personas creen en un Dios a su manera, unos creen que nos deja matar el planeta y no hace nada (y nos deja cumplir el apocalipsis por el) y no creo que sea algo tan alarmante. La ciencia es el resultado del método científico, y en este no dice en ninguna parte que si crees en Dios tus resultados y conclusiones están errados, solo serán errados si metes a dios en todas tus explicaciones (como en el diseño inteligente).
Incluso creo que la ciencia esta atrincherando a Dios. Lo esta matando poco a poco, cada vez que la ciencia descubre el origen de algo que antes había sido «creado por dios» lo arrinconan aun mas, por ejemplo, dios creo al hombre, y surgió la evolución, creo la tierra y es el centro de todo, y la astronomía lo echo por tierra, ahora la iglesia sostiene que no se debe estudiar el big-bang porque es el momento de la creación de Dios… en fin cada vez mas atrincherado.
domingo 29 agosto, 2010 @ 9:45 am
Está claro que la disminución del fitoplancton es una tragedia de magnitud incalculable y que no se resuelve sólo plantando árboles, aunque eso eche una mano. Sería necesaria una conjunción de medidas que pudieran comenzar por disminuir el consumismo total, vía disminución de la población y no poner tanta fe en la tecnología, que no es todopoderosa. Individualmente habría que bajar nuestros deseos de consumo y, para ello, es preciso educar. Campañas sobre esto en los medios son imprescindibles pues está comprobada su efectividad, sin tener que esperar a educar desde la infancia, que también.
Como dice JAvier -a quien agradezco el PD- en su 9, no es bastante con bajar el CO2. Por ejemplo, también estamos envenenando las aguas con metilmercurio que se acumula en las especies de tal manera que cuanto más grande y longevo es un ejemplar, más contaminado está, hasta el punto de que ya se desaconseja consumir especies como tiburón, pez espada, atún e incluso caballa, cuyo tamaño viene a ser de unos 35 cm, por la acción del catión sobre el sistema nervioso, especialmente durante la gestación por afectar la multiplicación neuronal del feto, pues es capaz de atravesar tanto la barrera placentaria como la encefálica. Pero no sólo este, sino también otros pesticidas contaminantes que las aguas arrastran hasta el mar, nuestro último y acumulador vertedero en el que cada vez existe menos vida y más intoxicada.
Tienes razón JavierL, en tu 13, al defender la frase de Juan Díaz. También en lo que dices respecto a dios. Sin duda hay que respetar a todo creyente, crea en lo que crea. Pero me sucede que, para mí, lo mismo es creer en un dios que en la astrología. Las religiones han hecho el bien y el mal, como toda obra humana. Según algunos estudios, suelen ser más felices, tener mejor salud, aceptar mejor las adversidades, los creyentes que los demás. Y eso es bueno para ellos. Sin embargo todo fanatismo es malo para la sociedad y la intolerancia suele darse en esa faceta de la concepción de la realidad. Así que cada persona es un mundo. ¿Quién no admira la labor de Teresa de Calcuta? ¿A quién no repugna la quema de brujas de la Santa Inquisición?
Sobre todo aciertas al identificar el consumismo como un gravísimo problema; y añado el egoísmo humano, que no va a aceptar fácilmente reducirlo.
Pues en esas estamos. Un saludo para todos.