Ir a la iglesia y felicidad
Según un estudio son los aspectos sociales de la religión, en lugar de los aspectos teológicos o espirituales, los llevan a la satisfacción vital.
Desde hace tiempo hay diversos resultados que indican que hay una correlación entre religiosidad y satisfacción vital. Sin ir más lejos hace poco salía en estas mismas páginas un estudio en el que se afirmaba que ir a la iglesia hacía más feliz a la gente, para asombro de algunos lectores de esta web.
En número de diciembre la American Sociological Review se da una explicación a este ingrediente secreto de las religiones que hace a la gente más feliz.
Según Chaeyoon Lim de University of Wisconsin-Madison su estudio ofrece pruebas de que los aspectos sociales de la religión, en lugar de los aspectos teológicos o espirituales, son los llevan a esa satisfacción vital. En particular, estos investigadores han encontrado que la amistad construida en las congregaciones o comunidades religiosas es el ingrediente secreto que hace a la gente más feliz.
En el estudio «Religion, Social Networks, and Life Satisfaction» Lim y su colaborador Robert D. Putnam, de Harvard University, usan datos del estudio Faith Matters (la fe importa). Estos datos están basados en encuesta sobre una muestra representativa de adultos estado-unidenses realizada entre 2006 y 2007. Los datos de esta encuesta fueron analizados en detalle por Putnam y David E. Campbell en su libro “American Grace”.
Según el estudio, el 33% de la gente que atiende a los oficios religiosos cada semana y tienen de 3 a 5 amigos cercanos pertenecientes a la misma congregación informan que están extremadamente satisfechos con sus vidas. Esta calificación de “extremadamente satisfecho” se define como un 10 en una escala de 0 a 10.
En comparación, sólo un 19% de las personas que atienden a los servicios religiosos, pero que no tienen amigos cercanos de su congregación informan del mismo modo. Por otro lado, el 23% que atiende a los servicios religiosos sólo una vez al año pero tiene de 3 a 5 amigos cercanos de su congregación están extremadamente satisfechos con sus vidas. Finalmente el 19% de la gente que nunca atiende a los servicios religiosos, y por tanto no tiene amigos de ninguna congregación, dicen estar extremadamente satisfechos con sus vidas.
Según Lim las pruebas apoyan la idea de que no es realmente ir a la iglesia y escuchar los sermones o rezar lo que hace a la gente más feliz, sino que hacer amigos en la iglesia y construir una red social íntima sería lo que proporcionaría esa felicidad.
Añade que lo que le gusta a la gente es tener un sentimiento de pertenencia. Una las funciones más importantes de la religión es dar a la gente este sentido de pertenencia a una comunidad moral basada en la fe religiosa. “Esta comunidad, sin embargo, podría ser abstracta y remota a no ser que uno tenga un círculo de amigos íntimos que compartan una identidad similar. Los amigos de la congregación de uno hacen a la comunidad religiosa real y tangible, y fortalece el sentido que uno tiene de pertenecer a una comunidad”, dice Lim.
Los hallazgos del estudio son aplicables a las tres tradiciones cristinas principales (protestante, evangélica y católica) de los EEUU. “Encontramos patrones similares entre los judíos y mormones, incluso con una muestra muchos más pequeña”, dice Lim, que hace notar que no había suficientes musulmanes o budistas en la muestra estadística para poner a prueba este modelos en esos grupos.
Sin embargo, no debemos olvidar las particularidades sociales y culturales de la sociedad norteamericana, peculiaridades que podrían condicionar la posible aplicación de este mismo resultado en otros países.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3335
Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Foto: revger, Gerry Brague, vía Flickr.
28 Comentarios
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miércoles 15 diciembre, 2010 @ 1:10 am
«Lo que nos hace humanos es estar con otros humanos»
miércoles 15 diciembre, 2010 @ 12:47 pm
Pues no se si el estudio sería extrapolable a otras sociedades. En USA pertenecer a una comunidad religiosa es parte importante de las relaciones sociales mientras que en Europa o Latinoamérica no tanto.
Tener una serie de certezas compartidas dentro de un grupo al menos es muy tranqulizador y si a eso se le añade el apoyo de otras personas es mejor ya se trate de adventistas del séptimo día o miembros de greenpeace. No le veo nada extraordinario. El problema es que se pretenda presentar el estudio como una «prueba científica» de que ser religioso en si no es lo que hace felices a las personas religiosas. Falta el grupo control de Ateos aunque muchos de ellos lo asumen como una creencia religiosa y se reunen también de modo que estamos enredados ;-)
miércoles 15 diciembre, 2010 @ 2:32 pm
Definan felicidad
sería interesante encuestar también la Fe.
que no se ve por ninguna parte en este estudio
ya que una cosa no implica la otra.
miércoles 15 diciembre, 2010 @ 7:49 pm
Es cierto que la sociedad americana es como es en cuestiones religiosas.Habría que ver que pasa en Europa por ejemplo.De todos modos tampoco es tan extraño que vista como una manera de relacionarse socialmente, la práctica religiosa aporte algun tipo de felicidad y también ventajas sociales de tipo material,con algunos importantes beneficios, incluso;cosa que en América del Norte no está mal vista ni mucho menos.De todos modos uno que es ateo confiesa que donde peor lo pasó fue en la escuela del nacionalcatolicismo.Eso me vacuno para siempre, si ahora entro en una iglesia,todavia siento un cierto temor.Soy mucho más feliz con otro tipo de relaciónes sociales que nada tienen que ver con la clericalla.
Saludos.
miércoles 15 diciembre, 2010 @ 9:54 pm
El hecho de que el 19% afirme estar satisfecho con su vida, sin ser muy sociable, hace de por si que cambie la afirmación, «las pruebas apoyan la idea de que no es realmente ir a la iglesia… lo que hace a la gente más feliz, sino que hacer amigos en la iglesia…». Lo correcto sería decir: la red social íntima tiene más peso, es una variable más importante, etc. Si las cifras fueran 100% vs 0%, sería lo contrario, la investigación es buena, pero la conclusión es dicotómica e inexacta. La religión o la espiritualidad en algunas personas, ayuda a crear un sentido de vida, que les brinda tranquilidad, en momentos difíciles, reforzada por el apoyo social.
miércoles 15 diciembre, 2010 @ 11:42 pm
Bueno, en esas religiones señaladas, prima aquello de » ama a tu prójimo como a tí mismo por amor a Dios «. Tener amigos es, en el fondo, dar amor y recibirlo. Tal vez en ello esté el secreto de la felicidad en los humanos. O al menos en la mayoría de los humanos estadounidenses analizados.
jueves 16 diciembre, 2010 @ 8:53 am
¿Qué porcentajes sacaríamos con los afiliados al Barça?
jueves 16 diciembre, 2010 @ 10:30 am
Mucho me temo que en las religiones prima lo de ” ama a tu prójimo como a tí mismo por amor a Dios “ del mismo modo que en los partidos políticos prima lo de «estamos aquí para servir a los ciudadanos y resolver sus problemas». Sí que me parece cierto que la religión como excusa para las relaciones sociales es importante. Lo que sucede que es ahora hay más maneras de relacionarse aparte de ir a misa. Tenemos el fútbol (Tomás : En el Barça más que en el Madrid, seguro…), facebook… Y puestos a alegir la religión ahora tenemos más posibilidades que antes. Basta con echar un ojo a las estanterías de las librerías. Conclusión : ahora la empanada mental de la gente es mayor que nunca.
Saludos
jueves 16 diciembre, 2010 @ 10:36 am
Este estudio me recuerda aquel gag de la serie Blaccadder ambientado en la 1ªguerra mundial. Baldrick dice «Una cuestion me intriga: Verá usted…Ahora estamos en guerra… Pero no siempre estuvimos en guerra… Algo debió de provocar que pasaramos del estado de no estar en guerra al estado de estar en guerra». Blaccadder pregunta, irónico. «Quieres decir… ¿Como empezó la guerra?». Sea dicho esto sin ánimo de caer en la demagogia de decir que se invierte mucho dinero en investigar obviedades.
Ahora bien, tampoco debería incomodarnos el asociar creencias religiosas con felicidad ¿Tan extraño es que si alguien está convencido de lo siguiente sea mas feliz que si no lo está?:
1-La muerte de este cuerpo imperfecto es un transicion a una vida eterna en un paraiso.
2-Los sufrimientos de esta vida tienen sentido y estan justificados dentro de un plan divino.
3-Hay unas normas morales eternas e indiscutibles que nos dicen sin sombra de duda lo que está bien y lo que está mal. (tal vez esto no haga muy felices a los creyentes homosexuales, claro)
4-Hay un ser todopoderoso y bondadoso que nos ama y se preocupa de cada uno de nosotros…
Tambien puedes ser feliz mientras te emborrachas o si estas convencido de que mañana te tocará la loteria, y tambien serás mas feliz si crees que tu pareja te es fiel e ignoras que te engaña.
La felicidad no es el único valor en la vida, especialmente si precisa de la sinrazón o la ignorancia
jueves 16 diciembre, 2010 @ 11:22 am
:-) los Españoles de mediana edad tienen el «Francotrauma» y ven al cura de sotana con una palmeta en la mano (con cara al sol de música de fondo) cuando les hablan de religión. Supongo que yo me sentiría igual pero el hecho religioso es mucho mas diverso y profundo que el catolicismo nacionalista español…
viernes 17 diciembre, 2010 @ 1:38 pm
Estimado JOrge: Te felicito por la sagacidad de tu último párrafo en 10.
Un saludo cordial.
sábado 18 diciembre, 2010 @ 5:57 pm
No sé si vas a volver por aquí JOrge,pero si quieres que te diga la verdad, hasta ahora me he quedado con las ganas de preguntarte que entiendes por «hecho religioso».Al final no he podido resistirme, como puedes ver (suponiendo que lo veas).
Saludos.
domingo 19 diciembre, 2010 @ 12:55 pm
Pues si, paso por acá con frecuencia lluis.
El «hecho religioso» es una experiencia de trascendencia. Se siente (o se cree sentir) algo que supera con mucho a la consciencia humana ordinaria que explica el sentido de la existencia y como debe vivirse. Estas experiencias son institucionalizadas despues (somos animales sociales, despues de todo) en lo que llamamos religiones.
Nadie puede probar que esas percepciones sean de algo real (o que no lo sean) y a fin de cuentas tal vez sean solo epifénomenos relacionados con las funciones corticales superiores pero de que son enormemente poderosas a nivel personal y social nadie lo duda.
domingo 19 diciembre, 2010 @ 8:32 pm
Estimado JOrge:
Muchos, entre los que me encuentro, reservan el término «hecho» para realidades incontestables, comprobables por cualquiera. Pongo por ejemplo: la redondez de la Tierra, el sistema heliocéntrico, la tectónica de placas, la evolución, y alguno más que se me escape. Ni siquiera me atrevo a aplicarlo a la «expansión» del Universo o del espacio -dependiendo de interpretaciones-. Lo demás son todo lo trascendentes que quieras, pero no son hechos; son teorías a verificar e incluso algunas veces verificadas, pero muy sujetas a revisión.
Desde el momento que explicas «Se siente (o se cree sentir)»…, ya no parece que estemos hablando, en propiedad, de un hecho, sino de algo interpretable.
Luego hablas de la «consciencia humana ordinaria», pero dices de esta que «explica el sentido de la existencia y cómo debe vivirse». Y me pregunto por qué ha de tener sentido la existencia. Es bueno, es posible para el individuo dar un sentido a su existencia, pero no necesariamente la existencia de todos y cada uno tiene un sentido ni ha de tenerlo obligatoriamente. Por otra parte eso de «y como debe vivirse», ¿qué quiere decir? Hay acaso una sola manera de vivirla, ¿hay varias? ¿Cuales son válidas y por qué?
Ya ves que tus afirmaciones son muy discutibles y, supongo que habrás advertido que mi 11 es una ironía, lo que no impide que te salude, otra vez, muy cordialmente.
domingo 19 diciembre, 2010 @ 10:06 pm
Estrictamente, el término «hecho religioso» no tienen por qué ser incorrecto. El término «hecho divino» o «hecho metafísico» sí sería incorrecto. Por tanto, sí podemos referirnos al hecho sociológico de la religión, dado que ese hecho existe e incluso puede ser estudiado científicamente, como en este caso.
De todos modos, como el sentimiento (sea religioso o no) es irracional, entonces no merece la pena tratar de convencer a un creyente de que no lo sea.
Tampoco se debería enfrentar la ciencia a la religión porque seguro que pierde la ciencia. Recordemos que en toda religión siempre hay un mayor o menor grado de fanatismo, aunque sus seguidores no lo quieran admitir. Su escala de valores se basa en dogmas, no en otros factores. Hay también cierta idea de evangelización. En boca de una creyente: «Si eres feliz, ¿por qué no vas a propagar esa felicidad a otros tratando de convencerlos de lo bueno que es el cristianismo para que así también sean felices?».
Tampoco ayuda la utilización política del laicismo, entre otras cosas porque hay intereses políticos y no un interés real para que la gente sea libre, incluso libres para equivocarse.
Aunque es verdad que en el resultado contado en esta entrada se apuntan a los apoyos sociales de la religión como fuentes de felicidad, algún comentarista puede tener razón en que también hay otros factores (que el estudio no niega, sino que reduce su importancia).
Hay gente que se siente reconfortada con una idea de justicia divina, con una vida eterna después de muerto, etc. Es una opción y hay que reconocer que hay personas que necesitan de la religión. Otros prefieren luchar por la justicia aquí en la Tierra y no fomentar el conformismo, más que nada por si acaso no hay nada después en el más allá y los timan en el más aquí.
Algunos eliminan el más allá, el dios personal y toda idea teológica para dejar sólo un dios abstracto. Al fin y al cabo, siempre queda la última pregunta: ¿por qué hay algo en lugar de nada?
Luego hay otra gente que, independientemente de todo lo demás, nunca serían felices en el seno de ninguna religión, incluso aunque fueran creyentes. Son más felices fuera. Así que es difícil convencer a un ateo que sea así para que se convierta.
E independientemente de la existencia o no del «francotrauma» hay gente que sufre con su sola presencia en una iglesia. A sus ojos son recintos oscuros y siniestros. Si alguna vez fueron a la iglesia todavía recuerdan las palabras más bellas que jamás oyeron dentro: «podéis ir en paz».
Como ya se ha dicho por aquí, la vida puede no tener sentido y aún así ser maravillosa, incluso a los ojos de los que no creen en el sentido de la vida.
Además hay personas que creen que la existencia de un dios o un más allá restaría tanto sentido a la vida que ésta dejaría de ser tan maravillosa. Incluso se puede creer que el propio más allá es siempre infernal, incluido el cielo (hay que reconocer que tiene cierto parecido con un campo de algodón).
En todo caso, todos estamos de acuerdo en que la vida es demasiado corta. Sólo cabría esperar que haya la suficiente convivencia y respeto para que cada cual crea en lo que quiera, incluso aunque sea en las supercuerdas o en la teoría cuántica de lazos:
http://www.youtube.com/watch?v=FMSmJCKaaC0
lunes 20 diciembre, 2010 @ 8:32 am
Suscribo al 100% el comentario de Neofronteras. Existe un «hecho religioso» porque cuando mucha gente cree algo, al margen de los detalles de la creencia, existen consecuencias reales en el mundo real en el que nos movemos. Y esas consecuencias se pueden estudiar, medir y (muy difícilmente) predecir. Lo mismo ocurre con los ovnis, parapsicología, abducciones etc.. La psicología y la sociología tiene mucho que decir ahí. No lo teología, me temo, que como bien dijo Borges es «una rama de la literatura fantástica». En cuanto a la componente social de la religión me parece evidente que por muy creyentes que seamos, no pasamos de primates creyentes. Por eso nos gusta compartir nuestra fe más, digamos, que nuestros bienes y dinero, que eso ya son palabras mayores. Por otro lado siempre me ha parecido curiosa la forma en que nacen y mueren las religiones. Nunca nadie ha demostrado que una religión sea falsa, que no existan Osiris o Apolo, por ejemplo. Pero llega un momento en que una creencia muere y es sustituida por otra más acorde con el zeitgeist, el espíritu de la época. Y aunque aparentemente sean muy diferentes, las dos tendrán algo en común : Serán compartidas en sociedad, como el fútbol, pero no (desgraciadamente) como nuestras posesiones y nuestro dinero. Eso queda para los santos, que son pocos si alguno.
Saludos
lunes 20 diciembre, 2010 @ 8:51 am
En efecto. Si por «hecho religioso» entendemos la tendencia del hombre a creer en mitos, a ignorar lo real cuando se opone a las idealidades diversas, a la esperanza de un posible «más allá» justiciero, con sus paraísos e infiernos y en definitiva, como con la brevedad de la que carezco dice Neo, al «hecho sociológico» e incontestable de lo religioso, entonces necesariamente he de admitirlo.
Esta aclaración es la que esperaba de JOrge, pero me parece que no sería esa su explicación. Creo que confunde «hecho religioso» con el «hecho divino» o el «hecho metafísico», a los que puede añadirse «hecho trascendente» que requiere interpretación.
En su primer párrafo de 13, al decir que «El «hecho religioso» es una experiencia de trascendencia», creo entender que está hablando de una «experiencia religiosa», tal como una «aparicón milagrosa» tipo Lourdes, alguna curación por intercesión divina, a una revelación tipo Pablo de Tarso, iluminación exagerada que le hace caer de su montura, etc. que unos ven, otros ignoran y alguno explica, pero pudiera referirse a ese «hecho trascendente» que menciono.
Si, como se le pide, él no quiere aclararlo, quédese cada uno con su respetable pensamiento. Sea, emulando a Cervantes: fuímonos todos y no hubo nada.
Un saludo cordial.
lunes 20 diciembre, 2010 @ 1:16 pm
Esto me pasa por hablar del «Francotrauma» :-)
Al menos se le da al «hecho religioso» permiso para existir. Lo que decía en 13 es que en el nucleo de casi todas las religiones existe una experiencia trascendente que las origina. Aunque aquello a lo que tales experiencias se refiere no puede estudiado (y tal vez no exista) estas pueden ser estudiadas por la sicología y las neurociencias.
Despachar toda religión como superstición infantil o fase inferior del desarrollo humano es peligroso. Los seres humanos tendemos a ser religiosos y somos aún mas irracionales cuando negamos ese hecho. Tal vez el conocer a fondo el hecho religioso sea una importante garantía de supervivencia para la humanidad en esta problémática centuria.
lunes 20 diciembre, 2010 @ 1:41 pm
Lo del francotrauma es gracioso. Al menos sirvió para que una parte de una generación critique la religión. No se si las nuevas generaciones españolas se toman siquiera esa molestia. No, según casi todos los estudios. La confianza en la iglesia está al mismo nivel que en políticos o por debajo. En cualquier caso el nacionalcatolicismo puede servir de ejemplo de cómo puede degenerar una supuesta experiencia trascendente cuando nada la pone freno…
En cuanto a lo de conocer a fondo el hecho religioso, no se si eso es posible. Supongo que habría que tener algún tipo de experiencia trascendente, personal e intransferible. Mientras eso no sea posible los ejemplos de (no) supervivencia en este siglo parece que van más bien por el lado del integrismo y la credulidad de las masas, que evidentemente no presagian nada bueno si además las mezclamos con la codicia y la estupidez humanas que probablemente sean aún mas antiguas que las experiencias trascendentes que originaron las religiones.
Por cierto : ¿soy el único que ve algo infantil en las manifestaciones sociales de la religión? De las experiencias trascendentes nada puedo decir pero de las manifestaciones sociales todos conocemos algo y podemos sacar conclusiones.
Saludos
lunes 20 diciembre, 2010 @ 2:24 pm
joabbl mucho de la religión organizada puede parecermos infantíl o incluso ridículo pero tienen un poderoso efecto sobre las personas y las sociedades. Simplemente hay que tenerlas en cuenta.
El catolicismo Franquista es buen ejemplo de como una religión puede convertirse en un monstruo aterrador; algunas ideologías «laicas» como el Stalinismo o el Nazismo pueden ser aún peores. La verdad es que para ser unos degenerados no necesitamos muchas ayudas.
Las «experiencias trascendentes» son personales, difícilmente comunicables y no reproducibles. Ojalá en un futuro, a merced de nuestros conocimientos de las bases neurológicas del fenómeno pudieramos reproducirlas a voluntad. Así, al menos, podríamos decidir por nosotros mismos.
lunes 20 diciembre, 2010 @ 2:50 pm
Exacto, JOrge. Hay que tenerlas en cuenta por el poder que tienen. Nadie habla de menospreciarlas precisamente porque son peligrosas. Lo que me sorprende realmente de la gente es cómo aceptan que alguien tuvo algún tipo de experiencia sobrenatural o trascendente siglos atrás y se adhieren alegremente a una organización que supuestamente es la depositaria de esa experiencia de alguna forma y en la que todo lo que son capaces de mostrar es humano, demasiado humano, como decía Nietzsche. Además de postizo. Las religiones se convierten en un problema precisamente cuando se socializan demasiado y surge la voluntad de poder, por seguir con el filósofo. Nadie parece capaz de ser religioso sin propagar la buena nueva. Ahí es donde surge nuestro carácter social. Y de ahí mis dudas sobre las religiones.
Un saludo
PD : Como dices, ojalá algún día podamos tener esas experiencias a voluntad. Pero me temo que entonces dejarían de ser trascendentes. La arbitrariedad parece ir de la mano de la trascendencia…
lunes 20 diciembre, 2010 @ 7:51 pm
Antes de que se me olvide (Los comentarios son muy interesantes y los leo una y otra vez y se me ocurren muchas cosas)no eres el único joabbl que ve en las religiones o en sus manifestaciones sociales mucho de infantil.Lo sé seguro.Al menos uno más lo ve así.
Otra cosa que tampoco me gustaría olvidar, sinceramente creo que las religiones están aumentando su radicalismo en todo el órbe.El Papa de Roma, se empeña en «reevangelizarnos» (por poner un ejemplo que nos atañe más)..quizás el laicismo puede servir como una especie de estrategia política.Pero creo que también debemos plantar cara a determinados intentos religiosos de imponernos su moral…En fín, voy a seguir leyendo a los compañeros comentaristas que se han puesto a un nivel muy interesante.
Saludos a todos.Y gracias por el buen rato que me estaís haciendo pasar.Que Manitú os bendiga,
lunes 20 diciembre, 2010 @ 8:02 pm
La razón de tal acrítica union a las religiones es que se hace desde la niñez, mas aún si toda la sociedad comparte los ritos propios de esta. No conozco las estadísticas pero la cantidad de Españoles que se casan por al iglesia, llevan a sus hijos a la primera comunion o reciben exequias católicas ha de ser mucho mayor que la de los que van a misa.
Lo ideal, supongo es que nadie fuese bautizado o unido formalmente a religión alguna hasta la mayoría de edad (y fuese una decisión estrictamente personal, privada) pero lo veo difícil.
lunes 20 diciembre, 2010 @ 8:04 pm
En cuanto a experiencias trascendentes de carácter místico, todos sabemos que ciertos alucinógenos producen ese tipo de experiencias.En mi caso, no lo sé solo por teoría.En unos experimentos en grupo,hace ya un montón de años, cada miembro del grupo había tenido algún tipo de experiencia mística, pero nadie coincidió en la misma narración de tal experiencia.Pura química en el cerebro, eso son tales experiencias.Creo que Borges tenía razón: el que cuenta de manera convincente su literaura fantástica puede fácilmente inventar una religión.Y crear un grupo y más tarde un poder y un dios.
Saludos.
lunes 20 diciembre, 2010 @ 8:14 pm
Pues según una reciente encuesta los matrimonios civiles ya son el 75% frente al 25% de católicos, también han descendido mucho(aunque ahora mismo no recuerdo los porcentajes exáctos)los bautizos, comuniones y exéquias católicas.Y tienes razón, como muy mínimo debería ser como dices en el último párrafo de comenetario 23.
Saludos.
martes 21 diciembre, 2010 @ 9:32 am
A tenor del 21 de joabbl y el 24 de lluís, yo sí espero que sean reproducibles esas experiencias místicas. Sabéis que es una repetida y ya antigua el exponer la parte apropiada del córtex de ciegos que antes no lo habían sido y trazar en ella una figura con un fino electrodo. Los sujetos tenían la sensación de ver la figura trazada y podían describirla con exactitud.
La electricidad tiene la ventaja de ser mejor controlable que las drogas, pero lo importante de esta experiencia, como cualquier otra científica, es la de crear las condiciones de partida lo más iguales posible.
Para ello, sería necesario utilizar el mismo sujeto, en un tiempo muy próximo, pero de manera que el cambio inducido antes ya no influyera en el posterior. A partir de ahí hay que buscar qué puede ser aquello manejable capaz de producir una «visión religiosa».
Posiblemente, pero esto es sólo una idea, un buen ateo que, como casi todos en España provenimos del Francotrauma, más o menos temprano de JOrge, sustituiría al ciego que antes veía, con alguna ventaja sobre los creyentes.
Pensemos que la experiencia de lluís se dio en cerebros distintos e, imagino, que con un escaso control de dosis, por lo que sus resultados no podían ser iguales. Pero hubo resultados, lo que indica que el camino es acertado. Algo parecido pasa cuando se reúnen multitudes para contemplar alguna aparición: para cada uno es diferente pero con similitudes derivadas de su condición de creyentes, de haber ido allí, etc.; es decir, de aquello en lo que se parecían.
Y ahora sabemos inducir una epilepsia, no sé si una esquizofrenia momentánea, también sensaciones mediante drogas de uso más frecuente de lo deseable; tenemos aparatos capaces de registrar algunos fenómenos en el cerebro y, el sujeto puede contar lo que vio.
En fin, es una idea.
Un cordial saludo.
martes 21 diciembre, 2010 @ 5:48 pm
Es una buena idea Tomas.
Las experiencias inducidas por drogas (enterógenos) se parecen a las místicas en mucho pero suelen fallar en producir cambios duraderos de conducta y una «consciencia expandida» permanente. Cuando lo hacen suele ser en contextos rituales y unidas a algún tipo de creencia religiosa.
Lo del «Francotrauma» no es en modo alguno despectivo. Yo vivo en Venezuela pero familiares míos en campos de concentración tuvieron que oir misa descalzos en la nieve mientras el cura les insultaba por «rojos». Lo raro sería que fuesen creyentes despues de algo así.
un saludo cordial
martes 21 diciembre, 2010 @ 7:35 pm
Sí.Tiene razón JOrge.Es una buena idea la de tomás (que generalmente no tiene malas ideas).Por cierto,amigo tomás.Me parece que insinúas que me refería a algun tipo de «Happening» de los que eran frecuentes en los 60’s,.Bueno, yo «pertenezco» a la denominada «generación del 68»; lo cual significa que viví esos psiquedélicos años,además coincidió con años universitarios y con todos los ingredientes de esos años.En definitiva, sí que había un cierto control en el experimento que conté, había gente que estaba terminando la carrera de medicina.
«»Francotrauma»..¡Me gustó esa palabra!.Está muy bien hallada; aunque en mi caso, y me parece recordar que ya lo he dicho en alguna otra ocasión, cuando pienso hacia átras en el tiempo, descubro que realmente nunca creí en ningún dios.Creo que si la cosa de la religión tiene que ver con los genes, yo no tengo esos genes «de la religión».O, sea, no se trata sólo de Francotrauma, al menos en mi caso.