NeoFronteras

Gracias a una iniciativa europea para la promoción de tecnologías emergentes del programa IST parece que vamos a contar algún día con una cibermano artificial para aquellos que perdieron su mano natural en algún accidente.
Esta cibermano se conectará al sistema nervioso y proporcionará una retroalimentación por sentido del tacto que permita al cerebro controlarla de una manera lo más natural posible.
El proyecto está coordinado por los profesores Paolo Dario y María Chiara Carrozza y en él participan grupos de Alemania, España, Italia y Dinamarca.
El proyecto ya ha alcanzado diversos logros. La cibermano posee cinco dedos completamente sensibles al tacto y 16 grados de libertad gracias a la presencia de 6 pequeños motores.
Cada dedo está articulado y tiene un motor dedicado al control de su flexión. La cibermano pretende asemejarse lo más posible a una natural. Por ejemplo, imita la acción de los tendones movidos por los músculos con unos cables que realizan la misma función.
Según los investigadores lo más característico de esta mano es su autoadaptación, porque el usuario sólo dispone de un pequeño número de señales de control sujetas a su voluntad.
El prototipo integra dos sentidos humanos. Uno nos dice donde están ciertas partes del cuerpo en relación a las otras, como por ejemplo saber si tenemos los dedos flexionados o no. El otro naturalmente es el tacto. La cibermano cuenta con sensores de tensión, fuerza, ángulo y tacto.
El prototipo actual usa unos electrodos especiales denominados LIFEs (Longitudinal IntraFascicular Electrodes) para conectar la mano al sistema nervioso humano que son menos invasivos para el organismo que los tradicionales.
El prototipo final es bastante impresionante en cuanto sus prestaciones, pero queda probarlo en pacientes humanos.
Ahora los investigadores estudian todos los condicionantes éticos y médicos para implantar la prótesis en voluntarios, pues el comité de ética ha aprobado la validación clínica recientemente. Se espera que se comience con las pruebas en 2006.
Algunas compañías se han interesado por esta tecnología pero serán necesarios de cinco a ocho años hasta que la prótesis, una vez mejorada, se pueda usar comercialmente, incluso por Luke Skywalker.