NeoFronteras

Nuevo modelo sobre evasión fiscal

Área: Cooperación,Física — martes, 13 de diciembre de 2011

Proponen un modelo se evasión fiscal basado en los modelos tipo Ising usados para estudiar el magnetismo en Física.

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Las sociedades humanas son complejas, pero para que existan es necesario siempre cierto nivel de cooperación. Lo ideal sería que todo el mundo cooperara, pero no siempre es así. El típico ejemplo es la tragedia de los bienes comunales, en la que un bien común es explotado por todos hasta su desaparición o degradación. En el mundo actual tenemos, por ejemplo, el caso de las reservas pesqueras. El beneficio de un país, una flota pesquera o un armador entra en conflicto con la propia conservación del recurso. De este modo, si uno de ellos no pesca para conservarlo, los demás pueden beneficiarse de ello y el resultado es el mismo: la desaparición del recurso. Esto lo sabe cada uno de los protagonistas y se dedican a explotar el recurso al máximo hasta que se agote antes de que lo hagan los demás, pues no reciben ningún correctivo o incentivo al respecto. Así que lo que sucede es que ese recurso desaparece. Es lo que predice la teoría de juegos, es la realidad contrastable y es lo que los protagonistas saben de sobra, pues los que mejor conocen el recurso son ellos y saben que no es inagotable.
Hace tiempo se hizo un estudio muy curioso en Petrified Forest (EEUU). Petrified Forest es un parque nacional en el que hay muchos fósiles de troncos de árboles, pero con el paso del tiempo los visitantes han ido llevándose trozos de esa madera fosilizada.
Unos investigadores pusieron a investigar el fenómeno y marcaron una serie de fósiles colocados estratégicamente a lo largo de los distintos senderos. En unas partes del trazado se colocaron carteles en los que se decía que muchos visitantes se llevaban fósiles y que con ello se cambiaba irremediablemente su estado natural. En ese cartel había un dibujo de varias personas robando fósiles. En otro cartel, que se situaba en otras partes del parque, se decía simplemente que por favor no retiran madera fósil para así conservar su aspecto natural y se acompañaba de un dibujo de un individuo solitario robando un fósil con el signo de prohibido sobre él.
Resultó que en el primer caso robaron un 7.92% de las piezas, frente a las 2,92% de las partes “de control” en donde no había carteles. Este cartel, de hecho, incentivaba el robo y parecía querer decir “si hay mucha gente que lo hace yo también puedo hacerlo”. En las zonas en las que estaba el segundo tipo de cartel sólo se robaron el 1,67% de las piezas. El estudio resaltaba el típico comportamiento de “tonto el último” que tanto daño hace en nuestras sociedades.
Pasa lo mismo con la estrategia de colarse en el metro. Si unos pocos no pagan el sistema se puede mantener, pero si más y más gente hace lo mismo y no colaboran entonces el sistema entra en bancarrota. Si el sistema se dejara al libre albedrío de la gente la tentación sería demasiado grande y al final nadie pagaría. Para evitarlo se introducen correctivos e incentivos. Se interponen barreras físicas, hay vigilantes de seguridad y multas a aquellos que no tienen el correspondiente billete.
Para el caso de mantener a un país el estado hace algo similar. Obliga a la gente a pagar impuestos y luego con ese dinero se construyen carreteras, escuelas y hospitales.
Independiente de que la clase dirigente sea más o menos corrupta, más o menos sensata en la administración de los impuestos o que éstos sean más o menos justos (da la impresión de que siempre nos parecen injustos) la gente percibe o no una mayor presión para pagar sus impuestos, tanto por parte del estado como por parte de la sociedad (en la sociedades infra-avanzadas como la española hasta se presume de no pagarlos).
La cuestión es cómo modificar la percepción que tiene el contribuyente para que éste pague sus impuestos. Muchos de los problemas económicos que ahora aquejan a algunos países europeos podrían solucionarse si el nivel de fraude fiscal fuera inferior al que es ahora.
Desde hace unos años se ha puesto de moda los modelos de Econofísica para explicar los sistemas económicos. No se sabe muy bien si por su utilidad, por aburrimiento de los físicos o para conseguir o justificar un trabajo o sueldo que la sociedad no quiere reconocer si se dedicaran a la Física a secas. Estos modelos tratan de aplicar los conceptos y modelos de la Física a los sistemas económicos.
Los economistas han elaborado modelos computacionales sobre el sistema económico. En concreto incluso sobre impuestos, como el de la renta, que hay que declarar. Algunos contribuyentes no declaran todos sus ingresos para así pagar menos impuestos. La proporción de los que pagan adecuadamente depende, según estos modelos, de la aversión al riesgo que tengan los contribuyentes. Si la multa o las consecuencias de su acción de no declarar tal o cual ingreso es muy alta, ellos lo saben, les da miedo y entonces tenderán a declarar todos sus ingresos. Esto aumenta la proporción de contribuyentes honrados.
Pero la percepción del riesgo dependerá de muchos factores, como el de la probabilidad de ser inspeccionado por Hacienda. Además dependerá de factores ambientales.
Si nos fijamos un poco, es similar a un sistema magnético en el que los momentos magnéticos pueden alienarse en un sentido u otro, es decir que pueden declarar o no sus ingresos. Puede haber un campo magnético que tienen a alinearlos en la dirección de declarar y puede haber una temperatura que tienda a desordenar el sistema. Un “salvese quien pueda”, o “tonto el último” sería una “temperatura” demasiado alta como para esperar una buena alineación y entonces se pagarían menos impuestos. Una “baja temperatura” en la que el ciudadano percibe que todos pagan sus impuestos y que estos fondos son bien administrados hace que los “momentos magnéticos” se alineen en la dirección de declarar todos los ingresos. En muchos modelos numéricos de sistemas magnéticos este comportamiento es simulado por espines situados en una red.
En los modelos económicos casi sólo se había tenido en cuenta hasta ahora la percepción del riesgo y cómo modificarla, pero esta percepción puede cambiar en el momento que hay interacción entre los individuos. Según estos modelos sencillos, incluso una tasa baja a la que los contribuyentes son inspeccionados hace que se eleve la honradez de todos ellos, aunque se necesite mucho tiempo para alcanzar esa situación.
En algunos modelos los individuos son simulados por lo que se llaman “agentes”. Normalmente hay unos pocos miles de agentes, aunque a los expertos les gustaría simular una sociedad en su conjunto o un país, que normalmente cuentan con millones de habitantes. Ahora Michael Pickhardt y Goetz Seibold, de la Universidad Tecnológica de Branderburgo (Alemania), proponen un modelo de Ising que permite simular este tipo de cuestiones y puede ser escalado hasta el tamaño de países en su conjunto. Además, tiene en cuenta varios aspectos que otros modelos económicos no tenían en cuenta.
Para ello usan el típico modelo de Ising, que tanto se han usado en Física para simular los sistemas magnéticos, y los aplican al sistema de impuestos. Cada spin (persona) que ocupa un lugar en una red cuadrada (la sociedad) interacciona por los próximos vecinos (se ve influido por el estado de los demás) y puede estar en dos estados distintos. Estas redes de spines pueden además ser muy grandes si el sistema de interacción es sencillo y no hay frustración en la interacción u otro tipo de frustración.

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Comparación entre distintos modelos sobre la evolución temporal de la evasión fiscal. Fuente: Michael Pickhardt y Goetz Seibold.

Este modelo de Ising se ha usado para simular cómo ciertos fenómenos sociales pueden difundirse por una sociedad según los individuos ajustan sus comportamientos de acuerdo a la influencia de los vecinos. Esto sugiere que quizás podrían servir para ser usados en modelos sobre impuestos, pero las simulaciones que se habían hecho con él han diferido significativamente de otros modelos.
El problema es que el estado en un modelo de Ising es demasiado simple y sólo tienen en cuenta dos estados posibles, en nuestro caso que el contribuyente declare o no sus ingresos, pero los modelos anteriores no tenían en cuenta otros aspectos. Esto permite correr simulaciones muy rápidamente, pero es poco realista.
Pickhardt y Seibold proponen una solución a este problema. Al igual que en un sistema ferromagnético los spines tienen a alinearse, sobre todo si hay un campo magnético externo aplicado, la temperatura tiende a desordenar el sistema y puede destruir esa alineación de spines. Esto es algo de sobra conocido para todo aquel que haya trabajado en simulaciones de sistemas magnéticos. En este modelo suele haber más parámetros que entran en juego, como la temperatura y la intensidad de campo magnético, además de la fuerza de interacción entre vecinos.
El modelo de estos dos investigadores se aplica esta misma configuración a sistema de contribuyentes e impuestos. Así, el equivalente de la temperatura y del campo magnético son respectivamente formas de presión social que tienen evitar y promover la cooperación (pagar impuestos) en este modelo.
Al introducir la “temperatura” el comportamiento del modelo varía enormemente. Cada nodo de la red (cada contribuyente) está rodeado de un microambiente dado por los vecinos, además de estar sometido a un “campo” y una “temperatura”. Cuando se corre la simulación, el comportamiento social de los agentes puede difundirse por el sistema social y se produce cierta riqueza y complejidad en el comportamiento del sistema en su conjunto.
El modelo predice distintos escenarios. Además de la penalización con multas a los que defraudan sus impuestos, sugiere otros correctivos que pueden ayudar a evitar el fraude. Estos podrían ser vigilar al contribuyente una vez que haya sido inspeccionado por Hacienda, algo que tiene el efecto de difundir la percepción del riesgo de defraudar entre la población.
Según los autores es la primera vez que se reproduce algo así con un modelo de Econofísica y demuestra que este tipo de modelos pueden ser tan buenos como los modelos basados en agentes a la hora de capturar el comportamiento del defraudador fiscal.
Estos investigadores han hecho simulaciones de un millón de elementos lo que es un tamaño respetable y comparable a la población de un país pequeño. Falta por ver si sus predicciones encajan con la realidad.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3686

Fuentes y referencias:
Nota en Technology Review.
Artículo en ArXiv.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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12 Comentarios

  1. Miguel Angel:

    Hay erratas en el párrafo 8 (perfección donde debía decir percepción) y en el 19 donde dice «La temperatura y el campo magnético tienen evitar y promover la cooperación», no se entiende la frase.

    El artículo es muy instructivo y la conclusión es que es importante no generar desconfianza en la población. Lo cual está muy en la línea de la «Sociedad de colaboración» que propone Punset, y que estoy seguro de que es el único camino hacía un mundo mejor.

    Saludos y abrazos.

  2. lluís:

    Sí, ciertamente es curioso este estudio.Aplicar ese modelo físico de la simulación de campos magnéticos y combinarlo con «personas-espinizadas», no está nada mal.Ahora sólo falta que eso responda a la realidad, como bien recalca el artículo.
    Por cierto, la única colaboración social posible son los impuestos, y no la caridad, que parece que es lo que ahora promocionan algunos medios de comunicación de masas.En cuanto a lo mejor que se puede decir sobre los impuestos, lo dijo una senadora norteamericana, del partido Demócrata, cuyo nombre no me acude ahora a la mente; esta señora afirmó y con toda razón, creo, que: » los impuestos son el precio que pagamos por tener una socidad civilizada». Ni más ni menos.
    Saludos.

  3. tomás:

    Si todo el artículo es importante, su introducción me parece acertadísima, porque es el problema al cual el mundo va a tener que enfrentarse a todo nivel de grupos: individuos, ciudades, regiones, naciones e incluso continentes. Ahí tenemos, como más próximo ejemplo la situación de la pesca en las costas del Sáhara Occidental que afecta a Europa en su economía general, en su intención de conservar una zona de pesca sin agotarla y en la de su percepción de cómo deben emplearse los recursos que paga, dado que Marruecos no dedica -parece ser y no me extraña- absolutamente nada a la población saharaui. Por otra parte la realidad es que, efectivamente, se está sobreexplotando. Por otra parte el tremendo perjuicio económico y personal de los habitantes de Barbate cuya principal fuente de ingresos es la pesca en una zona que, con mayor relevancia contribuyen a esquilmar.
    La pregunta es ¿no venderá Marruecos esos derechos a otras flotas, quizá japonesas que, como augura el artículo, serán quienes agoten la zona? Solo cambiaría el actor.

    Me parece perfecto que la ciencia penetre toda la sociedad. Si fuera imponiéndose la intención de objetividad del método científico, su necesidad intrínseca de continuo perfeccionamiento, posiblemente mejoraría la condición humana.

    La cuestión más directa de la colaboración vía impuestos y su control es un tema crucial, no sólo en la economía, sino en casi todas las facetas de la vida moderna. Mucho incentivaría la honestidad el ejemplo de los electos, lo que en la actualidad, en vez de favorecerla, propicia todo lo contrario. Posiblemente fuera bueno que, en los programas electorales, se incluyesen las partidas de sueldos, ingresos diversos y gastos personales obligados.

    Hasta otra, que en estos temas no acabo. Mis excusas.

  4. NeoFronteras:

    El problema de este tipo de modelo (entre otros que se pueden encontrar) es que en el fondo sólo se trata de encontrar la mejor manera de imbuir miedo en el contribuyente para que así no defraude, pero ese sistema no debe, no debería, ser el único. Quizás el ciudadano tenga la percepción o no de que Hacienda está encima de él, pero eso no puede ser suficiente.
    Si algo han descubierto la Neurología y la Psicología es el profundo sentimiento de justicia que tiene el ser humano (por ejemplo con el juego del ultimátum). Sin ella nunca jamas hubiera habido, no ya civilización, ni siquiera sociedad de ningún tipo, ni tampoco humanidad.
    Por eso el ciudadano tiene que ver que sus impuestos se emplean bien, se administran bien, no se malgastan y, sobre todo, por encima de todo, no hay corrupción política.
    Además tiene que percibir que los que más tienen contribuyen más y no que los que tienen más consiguen pagar menos porque hay mecanismos para que así lo hagan.
    Cuando un gobierno agónico y en funciones decide indultar en el penúltimo o casi consejo de ministros a un banquero condenado por el Tribunal Supremo es que algo huele muy mal al sureste de Dinamarca.
    Lluís tiene razón en una cosa, sin impuestos no habría civilización. Fue cuando se inventó la agricultura y se produjeron excesos en la producción. Cuando se pudo gravar ese extra con impuestos. Fue cuando surgieron las ciudades y el estado. Habrá quienes añoren los tiempos del buen salvaje, el clan del oso cavernario y esa forma de vida primitiva, pero era una vida miserable.
    Naturalmente hay muchas maneras de tener una vida miserable o de volver a ella de muchas maneras. Generalmente se empieza por la miseria moral y la indigencia intelectual, luego la justicia desaparece y después llega todo lo demás. Por eso estamos ahora donde estamos ahora.

  5. tomás:

    Estimado Neo:
    Si las aportaciones de Miguel Angel y «lluís», son tan acertadas, el 2º párrafo de tu 4 me ha dejado pensativo: ¿ciertamente sin el sentimiento de justicia jamás hubiera habido civilización, sociedad, ni humanidad?
    Dices «sentimiento de justicia», que es muy distinto de Justicia. Seguramente tienes razón y ese sentimiento nos hace ir muy lentamente hacia el inalcanzable límite de una justicia. Lo que sucede es que justicia no es exactamente el cumplimiento de las leyes, pues estas las hace, interpreta y olvida el poder a su medida más conveniente, pero no más justa para el resto de la sociedad.
    El ejemplo que recuerdas del banquero contrasta con el del condenado más antiguo de España, que parece va a resolverse hoy. Da vergüenza el contraste: unos días de diferencia para decidir la libertad de cada uno, millones de euros entre los delitos, y cuarenta y tantos años de espera entre una y otra permanencia en prisión; sin echar cuentas algo así como cientos de veces más para uno que para otro; seguro que no es preciso aclarar quien es el más perjudicado.
    Mis respetos.

  6. NeoFronteras:

    Exacto, no es lo mismo sentimiento de justicia, que justicia o Justicia o ley. Como dicen los abogados, el Derecho no tiene que ser necesariamente justo.
    Pero indudablemente hemos avanzado desde el código de Hamurabi, la ley del Talión, la trata de esclavos o la quema de brujas.

  7. maria69:

    joer que dificil lo hacemos todo!!!
    creo que los esclavos de la antigua grecia vivian mejor que yo.

  8. Miguel Angel:

    En algunas noticias de esta web hemos podido ver que el «sentimiento de justicia» no es exclusivo de la raza humana y aparece también en animales superiores como perros u otros primates.

    También me apunto a otro concepto que ha apuntado Neo en otras ocasiones y es la correlación entre el desarrollo sociocultural y el nivel de corrupción de una sociedad determinada. Ni que decir tiene que la relación es de proporcionalidad inversa, y es un concepto que me encanta. Voy a citar la «Enciclopedia» francesa:

    «A medida que el espíritu adquiere mas luces, el corazón adquiere mas sensibilidad»

    Nos jugamos el futuro del planeta. Cuidemos La Tierra.

  9. Lander:

    Se sabe que si quieres una evasión fiscal baja debes tener un tipo impositivo fijo para todo el mundo e impuestos relativamente bajos. Todo lo demás son intentos de justificar el robo al ciudadano para comprar votos de zanganos que no aportan nada a la sociedad y sólo saben poner la mano para recibir.

  10. tomás:

    No creo que un tipo impositivo fijo sea justo. Tampoco por tramos, sino progresivo: es decir a más ingresos, mayor tipo de forma continua. Incluso pienso que habría de llegar a que no interesase tener más ingresos porque los impuestos se llevarían casi todo el beneficio. Esto podría llevar a un incremento exponencial del tipo. Ahora bien, es muy posible que el ser bajo en general -muy bajo para los más desfavorecidos, aceptable para una extensa clase media, etc.- , fuese bueno para la economía.
    La razón que aplica Lander se basa en la eficacia, lo cual es interesante, pero no determinante pues si a todo aplicásemos esa medida, la equidad estaría descartada.
    Si quito un 10% a quien apenas gana para cubrir sus necesidades mínimas y lo mismo a quien ingresa mil veces más, está claro que el tipo es el mismo, pero la comparación revela una profunda injusticia. Si 100 es lo mínimo para sobrevivir, el primero se quedará en 90, verdadera pobreza, y el segundo en 90.000, es decir novecientas veces lo imprescindible. No sería justo.

  11. NeoFronteras:

    El sentimiento de justicia está muy arraigado en el ser humano, si el sistema impositivo no es justo no podemos esperar que la gente contribuya alegremente.
    Hay derechos inalienables y tonterías. Es importante distinguir unos de otros y evitar parásitos, pero también injusticias. Todo el mundo tiene derecho a una educación y sanidad gratuita y el desarrollo de un país necesita de infraestructuras, de otro modo sólo queda la barbarie.
    Un aspecto que compete mucho a este sitio web es el aspecto científico. Sin impuestos no habría ciencia, o sólo la producida por las farmacéuticas. No habría misiones espaciales, ni LHC, ni absolutamente ningún tipo de ciencia básica. Quizás unas migajas de algún multimillonario tendría a bien de dar, que sería equivalente a dar limosna y caridad a los pobres por Navidad en acto hipócrita en lugar de una mayor justicia social.
    En cuanto a los impuestos se echan en falta decisiones simbólicas. Sería interesante gravar ciertos productos con impuestos de lujo y ecológicos, así no habría escapatoria para los que más tienen. De este modo si quieren comprarse un automóvil todoterreno de lujo para llevar a los niños a la escuela el impuesto de matriculación debería de ser del 100% del costo. Y casi inexistente para automóviles pequeños de bajas emisiones. Lo mismo para abrigos de pieles, yates y demás cosas superfluas y contaminantes.
    La renta sobre el capital debería estar gravada duramente, así se evitaría la especulación y no habría ese gran agravio comparativo con las rentas del trabajo.
    E, indudablemente, el impuesto tipo renta de las personas físicas (todas las rentas y no sólo las del trabajo) debería tener un tipo progresivo, como muy bien argumenta Tomás. Y si a uno no le gusta que no gane tanto dinero y ya está, su felicidad y su familia se lo agradecerán.

  12. tomás:

    Sobre el 6 de Neo:
    «El Derecho no tiene que ser necesariamente justo». En efecto. Por ejemplo el Derecho de las sociedades esclavistas, es de naturaleza injusta y, sin embargo, los propietarios de esclavos y estos como cosas, están sujetos a derecho.

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