NeoFronteras

Lunas asesinas

Área: Espacio — martes, 16 de mayo de 2023

Las lunas ‘inestables’ pueden estar destruyendo la vida extraterrestre en todo el universo.

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La existencia o no de vida en el Universo es algo que nos fascina y que solamente ahora podemos empezar a estudiar. El hecho de poder detectar ya exoplanetas en gran cantidad nos está proporcionando un montón de datos que antes no teníamos, pero, a la vez, nos genera un montón de misterios.

Hay muchos exoplanetas alrededor de enanas rojas, pero no sabemos si la actividad de estas estrella esteriliza esos planetas. Tampoco sabemos si la vida es posible en el terminador de planetas que enfrenten siempre la misma cara a la su estrella.

Pese a la gran cantidad de exoplanetas descubiertos, lo que da una idea de su gran abundancia en el Universo, el caso es que todavía no tenemos pruebas de la existencia de vida fuera de la Tierra. Tampoco parece haber civilizaciones extraterrestres, lo que evidencia el problema de la paradoja de Fermi.

Todavía no tenemos bioindicadores en los espectros de las atmósferas de exoplanetas, fundamentalmente porque no hemos invertido suficiente dinero en ello. Quizás algún día se dispongan de esos fondos. Parece que preferimos gastar recursos en guerras entre nosotros en esta pelea por unos recursos planetarios cada vez más escasos.

El caso es que si el Universo bulle de vida o, por el contrario, si casi no cotiene vida, nos coloca en una situación fascinante y de extrema responsabilidad.

Aunque había esperanzas de descubrir alguna exoluna, la realidad es que todavía no se ha tenido éxito en este sentido. De todos modos, se cree que muchos exoplanetas deben tener exolunas y los científicos esperan que las exolunas sean abundantes en el Universo.

Una nueva investigación utiliza simulaciones por computadora para mostrar que las colisiones entre los exoplanetas y sus lunas en realidad pueden ocurrir con regularidad, lo que podría ser desastroso para cualquier vida extraterrestre en ciernes en esos planetas.

Aunque imaginar a la Luna chocando chocar contra la Tierra puede sonar a escenario del fin del mundo poco realista, pues se está alejando de nosotros cada vez más, algunos planetas en otros sistemas estelares puede que generen colisiones catastróficas y que esto sea común. A falta de pruebas directas de tales sucesos, hay que conformarse, de momento, con simulaciones.

Conocemos muchas lunas en nuestro propio sistema solar, por lo que, naturalmente, esperaríamos ver lunas en sistemas de exoplanetas. Por lo tanto, teóricos como Brad Hansen (Universidad de California en Los Ángeles) están interesados en explorar cómo pueden interactuar las lunas extraterrestres y los exoplanetas. Además, puede ser interesante saber cómo estas interacciones afectan al potencial de vida en sistemas estelares distantes.

La fuerza de gravedad gobierna las interacciones entre un planeta y sus lunas, manifestándose como mareas y otros efectos, como la lenta recesión de nuestra propia Luna. Cada año, la Luna de la Tierra se aleja casi cuatro de cm de nuestro planeta y su órbita se hace más grande. Al mismo tiempo, la Tierra gira un poco más lentamente cada año. Estos dos efectos están directamente relacionados, pues Tierra está entregando parte de su momento angular a la órbita de la Luna gracias a las fuerzas de marea.

Si este fenómeno continuara el tiempo suficiente, la Luna podría finalmente desligarse de la Tierra. Pero, este proceso necesitaría de tanto tiempo que el Sol llegará a gigante roja mucho antes de que la Luna pueda escapar por completo.

Sin embargo, alrededor de algunos exoplanetas, particularmente aquellos mucho más cerca de sus estrellas que la Tierra del sol, esta situación podría evolucionar mucho más rápido. Según los cálculos de Hansen, esto haría que los planetas y sus lunas inestables colisionaran dentro de los primeros mil millones de años de su formación.

En sus simulaciones, las lunas que se alejaron de sus planetas anfitriones, a menudo regresaron y chocaron contra el planeta. Un choque de este tipo crearía enormes nubes de polvo que brillarían en el infrarrojo, ya que estarían iluminadas y calentadas por la luz de la estrella. Pero durarían solo unos 10000 años antes de desvanecerse, lo que es un abrir y cerrar de ojos desde el punto de vista astronómico.

Las observaciones del telescopio espacial Wide-field Infrared Survey Explorer de la NASA sugieren que cada estrella experimentará uno de esos eventos en algún momento de su vida, según Hansen, y que es plausible que estas emisiones de polvo representen las colisiones entre los planetas y sus lunas, aunque no necesariamente.

Sin embargo, debido a que estas nubes de polvo tienen una vida tan corta, los astrofísicos solo han observado alrededor de una docena de ellas. Además, algunos de ellos todavía no están convencidos de que estas nubes de polvo sean el resultado de las colisiones de exolunas y sugieren que, en su lugar, pueden ser el resultado de colisiones entre dos planetas.

En cualquier caso, se necesitan más observaciones para descubrir el papel de las exolunas en la evolución de un exoplaneta y determinar si estas colisiones pueden afectar la vida extraterrestre.

Las lunas a menudo se consideran útiles para el mantenimiento de la vida, pues se cree que ayudan a estabilizar la inclinación del eje de un planeta, lo que genera estaciones más suaves que son más propicias para la vida. Sin embargo, una colisión como las que se ven en estas estas simulaciones superaría, sin duda, este beneficio al destruir cualquier posibilidad de vida.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Preprint en ArXiv.
Ilustración: NASA/JPL-Caltech.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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1 Comentario

  1. tomás:

    Limitando mi comentario a la que llaman -para mí impropiamente- la paradoja de Fermi, puedo decir y digo con mi certificada modestia, que me siento capaz de construir dos fórmulas: una que determine que, necesariamente ha de haber vida tecnológicamente avanzada en el universo y otra que asegure lo contrario. No comprendo cómo es posible que haya científicos que tengan en cuenta esa disparate al que se llama paradoja.

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