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El animal más antiguo es el peine de mar

Área: Genética — viernes, 13 de diciembre de 2013

La primera secuenciación completa del genoma de Mnemiopsis leidyi confirma que los peines de mar estarían en la base del árbol de la vida animal, incluso por debajo de las esponjas.

Foto
Fotografía del peine de mar Mnemiopsis leidyi. Nos da la mejor idea de cómo era el más remoto de nuestros antepasados animales. Fuente: William Browne/Univ. of Miami.

Desde este sitio web hemos estado siguiendo durante los últimos años diversos resultados sobre los peines de mar o ctenóforos, que en apariencia son similares a las medusas. La razón es que parecían estar en la base del árbol filogenético humanos.
El problema es que esta nueva visión iba en contra de la visión tradicional que colocaba a las esponjas en ese punto y ya sabemos que la ciencia es conservadora y cuesta eliminar modelos o teorías establecidas. Ahora, un nuevo estudio parece confirmar que si queremos hacernos una idea de cómo era el antepasado común a todos los animales, incluido el ser humano, el mejor representante actual es precisamente el ctenóforo. Quizás hubo otros seres más primitivos anteriores a esos ctenóforos precámbricos de hace más de 650 millones de años, pero no parecen haber quedado ejemplares vivos en la actualidad que desciendan directamente de ellos.
La idea más aceptada es que las esponjas fueron el antepasado de todos loa animales. Las esponjas (Porifera) estarían en la base del árbol y de ellas se ramificarían los peines de mar (Ctenophora), medusas (Cnidaria), Placazoa y otro grupo de animales primitivos que en algún momento dio lugar a los gusanos, insectos y otros seres de simetría bilateral (Bilateria).
La nueva idea de situar en la base a los ctenóforos es difícil de asimilar porque las esponjas actuales son más sencillas que los peines de mar de la actualidad. Así por ejemplo, las esponjas no tienen sistema nervioso ni músculos, están fijas sobre las rocas y tienen tejidos y estructuras anatómicas muy sencillas. Los ctenóforos, por el contrario, tienen sistema nervioso que usan para cazar presas, tienen una estructura anatómica más compleja y células musculares.
Pero, como ya sabemos, no siempre la evolución significa progreso y las especies pueden llegar a simplificarse con el tiempo. Quizás algo así les pasó a las esponjas en el pasado remoto, pese a que es difícil de asimilar que un animal pierda el sistema nervioso durante el transcurso de la evolución.
Aunque las esponjas carecen de sistema nervioso, sí tienen muchos de los genes estructurales necesarios para la formación de un sistema nervioso. Esto apoyaría la idea de que las esponjas sí tenían un sistema nervioso en el pasado y lo perdieron en algún momento al hacerse animales más sedentarios.
El caso es que todos los linajes animales se separaron del ancestro común hace unos 650 millones de años y han estado diversificándose desde entonces. Pero no tenemos ningún ejemplar fósil de ctenóforo de hace más de 650 millones de años, así que para poder saber estas cosas no hay más remedio que recurrir a la genética comparada. Lo malo es que aunque se habían secuenciado genomas completos de muchos casos de Porifera, Cnidaria, Placazoa y Bilateria, no había ninguno genoma de Ctenophora secuenciado completamente. Sólo se habían realizado secuenciaciones parciales de los genomas de estos seres.
A lo largo de estos últimos años los diversos estudios de este tipo han venido indicando que los peines de mar deben estar en la base del árbol, pero ha sido difícil vencer la incredulidad. Para aportar más pruebas al respecto, Joseph Ryan (National Institutes of Health) y sus colaboradores han secuenciado completamente el genoma de peine de mar Mnemiopsis leidyi. Es la primera vez que hace algo así en los peines de mar. Comparando este genoma con el de otros seres primitivos, cuyos genomas también han sido secuenciados, se han podido encontrar pruebas contundentes de que los ctenóforos son los animales más antiguos conocidos.
Aunque los peines de mar tienen células musculares, el genoma de Mnemiopsis muestra que estos seres carecen de la mayoría de los genes específicos relativos a los músculos que están en otros animales. Pero, a la vez, poseen la mayoría de los genes implicados en el sistema nervioso.
Hay más detalles en todo el asunto. Durante el desarrollo embrionario de los animales se forman tres capas: ectodermo, mesodermo y endodermo, que respectivamente dan lugar a la piel y sistema nervioso; al esqueleto y los músculos y, finalmente, a las vísceras internas. Pero el mesodermo no existe en los animales más simples como las esponjas y medusas tradicionales, así que se había asumido que esa capa germinal y los tejidos que produce habían evolucionado más tarde.
Pero los ctenóforos sí tienen mesodermo y músculos, por lo que si son la base del árbol animal entonces este hallazgo evolutivo se tuvo que perder en esponjas y medusas. O alternativamente los ctenóforos carecían de este esta capa en el pasado y la desarrollaron de manera independiente más tarde.
Y esto es sólo el principio de lo que nos puede dar la genómica comparada. Conforme se secuencien más genomas (algo que cada día es más barato) sabremos cada vez más del pasado evolutivo de los seres de este planeta.

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Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.
Árbol filogenético con ramas. reordenadas.
Reconstruyendo el árbol filogenético.
No somos esponjas evolucionadas.
Los peines de mar y el árbol de la vida.

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