NeoFronteras

Actualidad sobre agujeros negros

Área: Física — miércoles, 29 de enero de 2014

Resumen de los últimos resultados teóricos de actualidad, incluido el de Hawking sobre agujeros negros.

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Los agujeros negros siempre han dado mucho juego. La realidad es que no hemos visto seguro ninguno de ellos, pero determinados fenómenos que se observan en el Cosmos sólo se explican bien si se recurre a ellos o, al menos, a objetos increíblemente compactos.
El problema es cuando se va a los detalles y se trata de hilar fino. En ese caso tienen la ventaja de poner a pruebas las distintas teorías físicas de las que disponemos. No se trata de que algún agujero negro nos afecte directamente, sino cómo afecta el concepto de agujero negro a nuestras teorías o a la compatibilidad entre ellas.
Un agujero negro es un objeto con un campo gravitatorio tan intenso que cualquier cosa que caiga, incluso la luz, no puede escapar. Hay una frontera, llamada horizonte de sucesos, que si se cruza no hay vuelta atrás. En el caso más simple este horizonte de sucesos es una esfera con un radio igual al de Schwarzschild.
La forma habitual de obtener un agujero negro es acumular suficiente materia en una región de espacio muy pequeña, por ejemplo, partiendo del núcleo en colapso de una supernova de tipo II. A partir de una densidad dada la fuerza gravitatoria es capaz de vencer cualquier presión en contra, incluso el principio de exclusión de Pauli de los neutrones en una estrella de neutrones, y toda la materia colapsa según la Relatividad General en un punto denominado singularidad.
La singularidad es un punto en donde hay una densidad infinita. Además, como la masa-energía crea una curvatura del espacio-tiempo que lo rodea, la curvatura del propio espacio-tiempo también sería infinita en la singularidad.
Resumiendo, un agujero negro consta de un horizonte y un punto en el interior que es una singularidad y entre medias sólo hay espacio vacío muy curvado. Bueno, esta es la idea de un agujero negro asintótico en el tiempo. Debido a que la curvatura del espacio-tiempo es muy pronunciada entonces hay una gran dilatación temporal, por lo que en el interior las cosas transcurren muy lentamente y la materia puede estar todavía colapsando y no haberse formado todavía la singularidad cuando en el exterior han pasado miles de millones de años.
Aquí nos surge un primer problema. El concepto de singularidad escapa a la posibilidad de predicción de la Física, pues de una singularidad puede salir cualquier cosa. Desde el punto de vista clásico no pasa nada porque la singularidad no está desnuda al estar protegida por el horizonte de sucesos. Simplemente es imposible verla.
Se cree que desde el punto de vista cuántico no hay tal singularidad, sino que llegados a la escala de Planck la materia no se puede comprimir más porque hay un análogo al principio de exclusión de Pauli que afecta al propio espacio. Los átomos de espacio no pueden ocupar un mismo lugar y se impide que el espacio (y la materia que pueda contener) se comprima más. Así que asunto liquidado, en principio. Lo malo es que no tenemos una teoría cuántica de gravedad y estos resultados se obtienen con modelos de juguete.
Pero si aplicamos la Mecánica Cuántica al horizonte de sucesos ocurren más cosas curiosas, tal y como descubrió Hawking en su día. En el horizonte de sucesos se forman pares de partícula-antipartícula virtuales gracias al principio de incertidumbre. Una de ellas puede caer al agujero y la otra ya no tiene con quien aniquilarse y adquiere consistencia real. La que cae lleva masa negativa que hace disminuir la masa del agujero. Desde fuera es como si el agujero negro se evaporara y tuviera una temperatura. Este tipo de trabajos permitió, por tanto, definir una entropía en los agujeros negros que depende de la masa del mismo (o de su área, ya que son equivalentes). El resultado es que el agujero negro se va evaporando hasta que desaparece. Lo malo es que en ese caso la singularidad, si existe, se deja ver, está desnuda.
Un problema que siempre ha estado relacionado con los agujeros negros es el problema de la información, asunto sobre el cual Hawking hizo una de sus típicas apuestas. Los físicos asumen en general que la información en Física puede ser alterada, cambiada de lugar o arrojada a sitios en donde es difícil de recuperar, pero que nunca puede ser destruida, incluso bajo el punto de vista cuántico. El problema y paradoja surge cuando consideramos la información que va a parar al “olvidadero” que constituye un agujero negro. La información parece ser destruida una vez cruza el horizonte de sucesos.
Los trabajos de Gerard ‘t Hooft , Juan Maldacena y Leonard Susskind permitieron introducir el principio de complementariedad. Según este principio los observadores de dentro y fuera del horizonte de sucesos pueden tener descripciones complementarias o equivalentes de la misma física cuántica y que, por tanto, toda la información cuántica que entra en el agujero negro acaba siendo emitida en la radiación de Hawking sin violar la evolución unitaria del estado cuántico. Así que la radiación de Hawking, aunque parezca puramente térmica, contiene la información de todo lo que cayó en el agujero, por lo que el Universo no perdería información en estos objetos al no ser esta destruida.
En octubre pasado veíamos en NeoFronteras un resultado que causó mucho revuelo en el mundillo. Según Joseph Polchinski y Donald Marolf el espacio no es suave en las cercanías del horizonte de sucesos como se había asumido hasta ahora, sino que hay una división, frontera u horizonte al que llamaron “muro de fuego”, un muro de energía que podría ser el fin del espacio-tiempo tal y como lo conocemos y que nos salvaría de la paradoja de la información. Cualquier cosa que chocara contra ese muro se disolvería en sus bits de información constituyentes, así que la información se conserva al no pasar al interior. El horizonte de sucesos no puede ser cruzado y el agujero negro “tiene pelos”. Pero esto contradice la Relatividad General, pues según esta teoría el cruce de horizontes de sucesos debe ser suave y no tener sobresaltos.
Algunos físicos que estudiaron en principio esta idea se resistieron a aceptarla al considerar este “muro de fuego” como demasiado extraño o artificial. Pero nadie parecía encontrar argumentos válidos en contra de su existencia sin sacrificar alguna cosa. Desde entonces han estado buscando maneras de eliminar este muro de fuego.
Ahora llega Hawking y escribe un artículo corto de dos páginas netas sin fórmulas (algo que para él ya debe ser muy difícil de escribir, dado su estado) que ha causado cierto revuelo el los medios, principalmente porque los periodistas no lo han entendido. Hay que decir, de todos modos, que incluso para los expertos es difícil de interpretar un texto sin ecuaciones y nada resiste un análisis pormenorizado de cada frase sin que aparezcan imperfecciones.
Hawking no afirma que no existan los agujeros negros, en concreto dice lo siguiente:

«The absence of event horizons means that there are no black holes – in the sense of regimes from which light can’t escape to infinity.»

«La ausencia de horizontes de sucesos significa que no hay agujeros negros – en el sentido de regímenes a partir de los cuales la luz no puede escapar al infinito.»

Lo malo es que algunos se han quedado sólo con la copla de la no existencia de agujeros negros, cuando lo que niega es el concepto de horizonte de sucesos estándar. Justo después dice que, sin embargo, hay horizontes de sucesos aparentes que persisten durante un gran tiempo.
Estos horizontes de sucesos aparentes serían superficies en las cuales se atraparía la luz y cuya forma variaría debido a las fluctuaciones cuánticas.
En estudios previos en los que se ha jugado con un concepto similar se llegó a la conclusión de que estas superficies no serían distinguibles de un horizonte de sucesos estándar. Pero Penrose dedujo resultados que indicarían que son distinguibles. En resumen, el asunto está poco claro.
La ventaja de la idea de Hawking es que, según él, se elimina el “muro de fuego”. Además Hawking sugiere que lo que hay debajo de ese horizonte es caótico, por lo que toda información que salga de ahí es casi imposible de interpretar. Es decir, la información no es destruida en un agujero negro, pero no es útil. Sería como tratar de predecir el tiempo atmosférico con semanas de anticipación.
La comunidad científica está todavía estudiando el asunto y algunos, o muchos, no están convencidos. Acusan a Hawking de sustituir el “muro de fuego” por un “muro de caos”. Otros incluso creen que la idea no impide la formación de un muro de fuego.

Por otro lado, Carlo Rovelli ha publicado un artículo muy especulativo en el que sustituye la singularidad del agujero negro por una estrella de Planck. Rovelli, al que el que escribe conoció en una conferencia, trabaja en teoría cuántica de gravedad, concretamente en teoría cuántica de lazos, y es una persona amena contando cosas. Se ha usado esta teoría para eliminar las singularidades, pero, en este trabajo, Rovelli no emplea a fondo esta idea.
La cuestión es qué queda cuando se evapora un agujero negro. Una singularidad desnuda es un asunto muy feo, así que en este caso la sustituye por una estrella de Planck, un objeto muy compacto, pero no infinitamente denso. La estrella de Planck es deducida a partir de la ecuación de Friedman y algunos conceptos de gravedad cuántica. Sería un objeto (una bolita) con una densidad de Planck, es decir la masa de Planck dividida por la longitud de Planck al cubo. Es decir 2πc5/hG2, en donde c es la velocidad de la luz, h la constante de Planck y G la constante de gravitación universal. Una estrella con la masa del Sol que colapsara hasta una estrella de Planck tendrían un tamaño de 10-12 metros. Que es cien veces más pequeño que un átomo, pero 1000 veces más grande que un núcleo atómico. Es un objeto muy compacto, pero está a escala de laboratorio. Cuando se habla de la escala de Planck el problema es que se hablan de distancia o energías fuera del límite experimental, que además es la escala a la que operaría la gravedad cuántica.
Rovelli y Francesca Vidotto no proponen un mecanismo que supuestamente impide el colapso total indefinidamente al no ser necesario. Temporalmente, eso sí, habría una presión cuántica que se opondría a la gravedad. La cuestión está en el tiempo que permanece en ese estado o fase metaestable.
La vida media de una estrella de este tipo es muy corta si lo medimos en su tiempo propio. Pero, debido a la dilatación temporal, un observador que se encontrara en el interior del agujero negro vería que su formación necesita más tiempo que el necesario para la evaporación del agujero negro por radiación Hawking.
Según se evapora el agujero negro, el radio de la estrella de Planck aumenta debido a un rebote producido por una supuesta repulsión gravitatoria debida a las propiedades cuánticas del espacio-tiempo. Pero, al tiempo, el radio del horizonte de sucesos disminuye hasta que ambos coinciden. Entonces se produce la evaporación efectiva del agujero negro y lo que queda como remanente es una estrella de Planck, pero no una singularidad ni un objeto a la escala de Planck.
Encima, esta idea resuelve el problema de la pérdida de información y elimina el “muro de fuego”. Toda la información cuántica que se tendría que «evaporar» se queda en la estrella de Planck. Además, esta estrella reduce el tiempo de evaporación de tal modo que el argumento usado para la formación del “muro de fuego” por sus proponentes no puede ya usarse.
Obviamente la idea de la estrella de Planck está todavía en pañales y no hay buenos argumentos teóricos a su favor, entre otras cosas, ¡cómo no!, porque no tenemos una teoría cuántica de la gravedad que prediga la existencia de ese tipo de objetos o que los justifique suficientemente.
Pero lo más importante es que Rovelli afirma que estas estrellas se podrían detectar experimentalmente siempre y cuando haya agujeros negros primordiales (generados durante el Big Bang y con una masa de 1012 kg) evaporándose en la actualidad, algo que es muy discutible porque no hay pruebas de que tales agujeros negros existan. Pero si es así y se detectan la teoría podría esperar un poco ante la evidencia experimental.

Actualización:

Otras posibilidades que se han propuesto para solucionar el problema del muro de fuego es la modificación de agujero de gusano (o puente de Einstein-Rosen) propuesta por Juan Maldacena y Leonard Susskind. En ese trabajo se discutía la posibilidad de entrelazamiento entre agujeros negros. Esta nueva clase de agujero de gusano está ligada a la radiación Hawking que escapa y, como consecuencia, la información escapa en esa radiación y nio se forma muro de fuego.
Pero Raphael Bousso, que antes estaba en contra de los muros de fuego ahora se pone del lado de ellos, y dice en un trabajo reciente que este tipo de soluciones producen un problema aún más grave al aparecer una vacío congelado. Un observador que caiga al agujero es incapaz de excitar el vacío cerca del horizontes de sucesos y esto permite al horizonte ser detectado localmente, lo que viola´ria el principio de equivalencia.
Gary T. Horowitz y Juan Maldacena también proponen una solución especulativa al problema (pdf) y de poso intentar resolver algunos problemas de las cuerdas en este asunto. Consideran que cuando los pares de partículas se separan en el horizonte (y una de ellas escapa como radiación Hawking y la otra cae al interior) siguen estando correlacionadas cuánticamente y la información del interior es transferida a la radiación Hawking de un modo similar al teletransporte cuántico.
Como el estado final es fijo uno se puede plantear si el observador que cae sentirá la flecha del tiempo operar al contrario. Pero según los autores esto no ocurre debido a dos razones.
La idea está conectada con la hipótesis según la cual el Universo está descrito por una única función de onda y que un agujero negro también puede ser descrito por una única función de onda. Pero que estas funciones de onda no pueden ser determinadas al no haber una teoría cuántica de gravedad.

Bueno, al menos el movimiento de Hawking permite popularizar estos trabajos que de otro modo sólo los leerían expertos en el campo.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4325

Fuentes y referencias:
Artículo de Hawking
Artículo de Rovelli.
¿Existen los muros de fuego?
Ilustración de cabecera: spacetimetravel.org

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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18 Comentarios

  1. Dr. Thriller:

    Yo pienso que el concepto de AN es un artefacto. De hecho, es tan antiguo como el siglo XVIII, es lógicamente deducible a partir de la ley de gravitación universal. Todo el grueso se apoya en la RG (y existe gente de esta que suele ser catalogada de maníacos, digámoslo suavemente, que discuten si realmente la RG permite los AN, no tengo fondo matemático suficiente para discenirlo por mí mismo), es decir, un AN es exactamente un concepto geométrico, tal cual. Además, no sé si soy el único, le veo un paralelismo cada vez más palpable con grandes artefactos de la historia, flogisto, éter o lo que se quiera (que eran perfectamente lógicos, es más, acordes a todos los modelos teóricos vigentes hasta el momento).

    Cada vez que intentamos que la MC trague con los AN, en el mejor de los casos hay problemas del copón. Además, la barrera de c es una conquista bastante asentada en la física -es difícil pensar que esto pueda violarse en circunstancias normales, si es que en alguna-, aquí estamos continuamente jugando con el tema. Según de qué lado esté el columpio, podemos tener que cargarnos, haciendo trampa eso sí, ese límite.

    Por otro lado, tenemos lo que parecen ser candidatos a AN. Concentraciones formidables de masa en volúmenes reducidos. Es claro que desde una perspectiva clásica no se nos ocurre qué podría detener el colapso de un objeto masivo. Pero, ya que entre hipótesis nos movemos, no veo por qué no podría existir algún tipo de fenómeno o efecto que simplemente detuviese el colapso evitando que se creara un AN con toda su cohorte de problemas. Tendríamos un objeto increiblemente denso que en la práctica, se diferenciaría muy poco de lo que creemos observar, con la importante salvedad de que no sería un AN. La radiación escaparía de él (con un desplazamiento formidable), así que esto tendría que tener efectos observacionales evidentes.

    Por supuesto, esto no quita que obviamente puedan existir. Pero en ese caso, también me da que van a ser muy, muy diferentes a cómo pensamos que son.

  2. Pocosé:

    Yo dí por sentado que eran definitivamente reales desde que se supe de Cygnu X-1

    http://es.wikipedia.org/wiki/Cygnus_X-1

    http://www.google.es/search?q=226868+Cygnus+X-1.&espv=210&es_sm=93&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ei=6oPqUu3dE4SR7AaViIDYBg&ved=0CDQQsAQ&biw=1920&bih=955

    De que van, como se lo montan, si son todos iguales o como acabarán llamándose, está por ver. Pero un cisne así, parece evidencia de que haberlos haylos.

  3. jab:

    Tal como yo entiendo la nota de la wiki lo que ahí llama «agujero negro» bien podría ser un objeto muy compacto, compactisimo, que desgarra a su estrella compañera por su enorme capacidad de «succión», igual que, por ejemplo, un estado hipertrofiado como el español chupa la sangre de sus ciudadanos sin piedad. Pero en ningún lugar dice nada de singularidades ni horizontes de sucesos u otros conceptos esotéricos. Por cierto, creo que fue Laplace el primero en especular sobre una estrella tan densa que no dejaría escapar ni la luz. Mas clásico que Mozart.
    Saludos

  4. Dr. Thriller:

    No, todavía no se ha demostrado que existan. Hay un buen lote de candidatos ya (Cygnus X-1 fue el primero), pero formalmente, no se ha podido probar que ninguno lo sea.

    Esta tarde me enteré de la muerte de Halton Arp (28 de diciembre). La verdad es que ya no queda casi nadie que cuestione abiertamente la cosmología estándar, y todos los que lo hacían con un cierto prestigio (o un gran prestigio, como astrónomos, claro, no en sus hipótesis contra el modelo estándar), gente muy mayor, se está muriendo. No quiere decir nada, a fin de cuentas la ciencia avanza y no depende ni de este ni del otro, pero es un poco triste.

  5. NeoFronteras:

    Deben existir objetos ultracompactos que provoquen gran curvatura a los que se les puede llamar agujeros negros. Otra cosa es que encajen con nuestras teorías.
    EL concepto de agujero negro tiene la ventaja de poner a pruebas la coherencia de nuestras teorías y la compatibilidad de unas con otras.

    En cuanto a la singularidad seguro que no existe, no es más que un artefacto de la teoría, como la densidad de carga infinita de una partícula coulombiana puntual.

    Por otra parte los agujeros negros teóricos o los reales nunca han sido aspiradoras de material. La única manera de caer en un sería apuntar pero que muy bien.

  6. tomás:

    Eso es lo que me hace disentir. Creo en la posibilidad de los agujeros negros, pero discrepo en que su densidad haya de ser necesariamente infinita.

    Por cierto, hace muchos años, cuando empecé a enterarme -sigo empezando a enterarme- de lo que era un agujero negro, a una chica que me agradaba y que se interesaba por estos temas le dije que si quería le explicaba lo que era un agujero negro. ¡Me dio una bofetada! Pero yo, muy digno y caballero le respondí: manos blancas no ofenden. ¡Qué cosas!

  7. r:

    En conclusión: El concepto de «agujero negro» sirve básicamente como comprobación obvia de nuestra ignorancia. Aún falta mucho pero muchísimo por conocer…

  8. lluís:

    Eso es, «algunos se han quedado con la copla de la no existéncia de agujeros negros, cuando lo que niega es el concepto de horizonte de sucesos estándar». Y digo que eso es,porque he podido leer bastantes artículos periodísticos que titulaban el asunto diciendo cosas como «Hawking dice que no existen los agujeros negros».
    Por otra parte, de no existir el » horizonte de sucesos» tal como se le presume actualmente ( o sea, el horizonte «estándar»),quizás habría que preguntarse que pasa con la entropía de los agujeros negros,ya que hasta ahora los físicos han venido sosteniendo que tal entropía depende del área del Horizonte de sucesos y no del volumen del agujero negro, de tal modo que resulta que la información total del agujero negro estaría codificada en ese área (2D).
    – Luego hay otros trabajos importantes que podrían acercarnos a una teoría de gravedad cuántica y que son de reciente publicación, y que sin «horizonte de sucesos» creo que podrían ir directamente a la papelera, me refiero a trabajos como » Quantum Near Horizon or Black-o-Brane» y » Holographic description of Quantum Black Hole on a computer», y que causaron bastante revuelo mediático porque se interpretó (en los «papeles», claro) que teniamos un Universo-Holograma, si bien trataban tales estudios sobre el Principio Holográfico,para establecer una teoría dual gravedad-gauge.
    En fin,seguiremos conectados, que es lo único que se puede hacer.

  9. NeoFronteras:

    Esta entrada ha sido actualizada.

  10. tomás:

    Con la ampliación de la actualización, he releído el artículo y encuentro que, en la «afirmación concreta de Hawking», si el «… that there not are…» sin dudar: «… que no hay…», fuese «… que no habría…», los periodistas no tendrían motivo para una mala interpretación. Pero la cuestión es si nuestro científico quiso decir exactamente lo que dijo o cabría un cierto condicional. Si fuese así, quizá procedería una aclaración por su parte, ya que alguna afición a la divulgación ha demostrado tener.

  11. Pocosé:

    Con la información, correlacionada cuánticamente, entrando y saliendo de un horizonte que quizás no exista, la mayoría de mis neuronas me han presentado baja por agotamiento.

    Y más abajo:
    «La idea está conectada con la hipótesis según la cual el Universo está descrito por una única función de onda y que un agujero negro también puede ser descrito por una única función de onda. Pero que estas funciones de onda no pueden ser determinadas al no haber una teoría cuántica de gravedad.»
    Aquí creo entender, que habría dos funciones de ondas, con lo que los hipotéticos AN no formarían parte del universo. Pero esta interpretación mía, puede deberse a lo anteriormente expuesto con respecto a mis neuronas.
    Desde la desorientación, abrazos y o saludos para todos.

  12. NeoFronteras:

    Todo este tipo de cosas tienen más sentido con el aparato matemático oportuno. Con lengua vernácula se hace lo que se puede.
    De todos modos este tipo de trabajos son muy especulativos, pues se asumen premisas no confirmadas o se usan hipótesis o teorías no establecidas.
    El problema sigue siendo el mismo: no tenemos una teoría cuántica de la gravedad. Por eso aparece contradicciones entre las teorías que tenemos.
    Estos trabajos son una medida de nuestra ignorancia.

  13. tomás:

    ¡Gracias Neo por tu última frase!: ha hecho que me sienta campeón. No es para presumir, pero algo es algo.

  14. Pocosé:

    Estimado amigo Tomás.
    En esto aún no he tirado la toalla. En Gramática un sufrido sparring. En Lírica ni me atrevo a acercarme al gimnasio.
    Un abrazo.

  15. NeoFronteras:

    Estimado Tomás:
    La última frase de 12 se refiere a la ignorancia del género humano, no a la de los que estamos por aquí.
    No estamos aquí para menospreciar a nadie y menos a los lectores de este sitio web.

  16. tomás:

    Estimado Neo, ¡mira que eres serio! Tampoco yo quería ofender a nadie, por supuesto. Me refería a mí mismo, lo que, evidentemente, no hacías tú. Era una de esas bromas mías que, según mis hijos, solo yo entiendo.

  17. NeoFronteras:

    No se preocupe, amigo Tomás.

  18. tomás:

    Querido Pocosé:
    Una vez comprendido por nuestro inapreciable mentor, como me encanta el enredo, me sumo a tus ausencias y confieso que en Astronomía tampoco voy a la piscina por un problema de oídos: me cuesta mucho escuchar el «sonido» interestelar.
    Un abrazo con ese humor que es tan necesario en estos tiempos cataclísmicos.

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