NeoFronteras

Dos grados es demasiado

Área: Medio ambiente — domingo, 26 de julio de 2015

La subida de la temperatura mundial en 2 grados llevaría a una situación peligrosa en la que las áreas costeras y los países formados por islas encararían consecuencias desastrosas por la subida de 5 metros del nivel del mar y la presencia de supertormentas.

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Las malas noticias en cuanto al clima no hacen más que repetirse y, paradójicamente, igualmente ignoradas. El último caso de los muchos que hay, y que en general no podemos cubrir en este sitio web, trata de la posible subida del nivel del mar muy por encima de lo predicho hasta ahora por los modelos al uso.
El artículo correspondiente se publica en abierto y está avalado por 17 científicos de la disciplina, pero no ha sido revisado por pares. Está firmado, entre otros, por James Hansen, el climatólogo más respetado y famoso del mundo, entre otras cosas por no equivocarse hasta ahora.
Hasta el presente estudio se suponía que a finales de siglo se podría tener una subida de las temperaturas de 2 grados centígrados respecto al nivel preindustrial con unas consecuencias más o menos soportables. Todo ello contando con cierto control en nuestras emisiones de gases de efecto invernadero que no excederían ciertos límites (y que tampoco respetamos aún).
Sin embargo, según este nuevo estudio, esos 2 grados tendrían unas consecuencias superiores a las supuestas. Ese calentamiento producirá una fusión mayor de los hielos y una inevitable fuerte subida del nivel del mar que hará que las zonas costeras sufran graves consecuencias para finales de siglo.
Los autores del estudio llegan a esta conclusión basándose en lo que ocurrió en la Tierra durante el periodo Eemian, justo antes del último periodo glacial. En esa época la temperatura atmosférica era un grado más cálida que ahora. Han podido comprobar que el nivel del mar era superior a lo que predecirían los modelos actuales para esas condiciones.
Han encontrado un ciclo de retroalimentación que puede explicar la discrepancia. Un pequeño aumento del calentamiento produce una pequeña fusión del hielo polar, pero esto genera cambios en las corrientes marinas que tiende a fundir más hielo: cuanto más hielo se funde más rápido empieza a fundirse el resto que queda debido al calor atrapado en el agua que hay debajo.
El agua dulce es menos densa que la salada y la primera, producto de la fusión de la capa de hielo, según este estudio se acumulará alrededor de Groenlandia y la Antártida. Esta capa actuará como una manta alrededor de la Antártida, flotando sobre el resto del agua salada y evitando que el calor acumulado se radie a la atmósfera. El resultado será una rápida fusión de los hielos.
Encima, esta capa de agua interrumpiría las corrientes marinas que llevan el calor de los trópicos a los polos, por lo que los trópicos se calentarían aún más rápido, mientras que a altas latitudes la superficie del agua se enfriaría. Esta diferencia de temperatura generaría supertormentas de un tamaño y furia nunca vistas por el ser humano moderno. Sin embargo, hay pruebas, halladas en las Bahamas, de que estas tormentas sí se dieron hace 120.000 años. Residuos dejados por las olas de estas tormentas fueron depositados a 40 metros por encima del nivel actual del mar, incluyendo rocas de miles de toneladas (foto de cabecera).
Según los autores del estudio, un aumento de 2 grados llevará a una situación peligrosa en la que las áreas costeras y países formados por islas encararán consecuencias desastrosas por la subida en al menos 5 metros del nivel del mar y el azote de las supertormentas. Esto significa, por ejemplo, la desaparición del mapa de países enteros formados por pequeñas islas en el Pacífico.
Es fácil imaginar que este fenómeno tendrá graves consecuencias en forma de conflictos y de flujos de emigración masiva debido al colapso económico que supondrá sobre ciertos países. Según se dice en el artículo, esto “podría hacer que el planeta fuera ingobernable, amenazando la urdimbre de la civilización.”
De todos modos, no hay consenso aún entre los climatólogos sobre este resultado y ha sido criticado por defectos de forma (no está revisado por pares) por alguno de ellos, así que habrá que esperar los resultados de más estudios para confirmar los resultados. De momento no se puede asegurar que el estudio sea erróneo.
Las predicciones del IPCC parecen cada vez más conservadoras respecto a lo que va sucediendo, que es peor a lo predicho. En el polo opuesto se encuentra este estudio. Básicamente, muchas de las consecuencias del cambio climático provocado por el ser humano son difíciles de evaluar y predecir. ¿Cómo responderán las plantas y la producción de alimentos a esto?
Pero no hay predicciones positivas u optimistas, sólo algunas son menos malas que otras y la única solución es reducir lo antes posible nuestras emisiones. El juego de apuestas debe hacerse con sabiduría o el error por ser demasiado optimista puede tener consecuencias horribles.
Hansen espera que este informe aumente la urgencia con que el mundo lidere acciones contra las emisiones. Cree que la concentración de dióxido de carbono debería reducirse a 350 ppm, por debajo de las 400 ppm ya alcanzadas en la actualidad si se quiere evitar consecuencias desastrosas.
Puede que lo de “finales de siglo” suene a algo muy vago y lejano para los lectores, pero esto significa que los nacidos ahora, hijos y nietos de los actuales habitantes de este mundo, probablemente lo van a ver en su mayoría.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4737

Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: James Hansen y colaboradores.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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6 Comentarios

  1. tomás:

    Nueva Zelanda ya ha iniciado un camino de insolidaridad con los isleños del conjunto de atolones del Pacífico que se viene a llamar Kiribati y que levantan alrededor de 1 m snm y que no tardarán en ser absolutamente inhabitables -que ya lo son, porque el agua no puede calificarse de potable y el mar ya ha derribado un muro que protegía una de las principales aldeas, además de cargarse las cosechas-. Les han dicho que nada de tierra firme, así que deben decidir si morir ahogados, de hambre o de enfermedades.

  2. Miguel Ángel:

    Me entristece lo que nos cuentas, amigo Tomás, esperaba otra cosa de este país.
    Nueva Zelanda y Australia destacaron en el pasado siglo por los desastres ecológicos que provocaron pero es una situación que ha cambiado mucho en los últimos años. Según me habían vendido en un par de documentales, en las dos últimas décadas se ha puesto muy de moda el ecologismo y la población está muy implicada. En uno de los documentales mostraban algunos ejemplos de agricultores, granjeros y empresarios con un alto grado de compromiso medioambiental (a veces, en contra de sus propios intereses económicos).
    Pero, al parecer, no es oro todo lo que reluce…al menos si se trata de solidarizarse con unos vecinos que lo van a perder absolutamente todo sin tener mayor culpa en el asunto.

    Hoy han dado en algunos telediarios la noticia de que se espera que la población de África llegue a los 5.000 millones para el año 2050 con 10.000 millones de población total en el planeta, una cifra netamente superior a la de una noticia que vimos en Neofronteras (si no recuerdo mal se estimaban unos 4.000 millones de africanos, pero para el año 2100…y unos 11.000 millones de población total)…¿reinará la solidaridad o será una historia de enfermedades, guerra y destrucción?

    «I’ve seen the future, brother: it’s murder». Leonard Cohen.

  3. tomás:

    Yo también pensaba así de nuestros antípodas, mi gran amigo. Y puede que, en principio, se trate de un caso aislado -una sola persona que pide «asilo climático», lo que representa una novedad político jurídica-. Al fin y al cabo su densidad poblacional es muy baja y quizá les interese admitir gente -los habitantes de los atolones de Kiribati son unos 100.000-. Si contamos todos los atolones, no sé cuantos serán; no creo que demasiados para países como Australia y Nueva Zelanda.
    Sin embargo, cuando pensamos en occidente, donde los tenemos muriendo de hambre, sed y enfermedades en campos de refugiados ¿cómo podemos criticar a nadie? En nuestro caso, además del cambio climático, que también, está el mantenimiento de sátrapas en el poder absoluto que defienden su tiranía con el mejor armamento contra quienes pretenden sustituirles; y el pueblo indefenso, entre dos o más fuegos. Pero ¿podemos acoger a todos? Es un callejón sin otra salida que la disminución de la población mundial. Pero para tal empresa se necesita la implicación de estados fuertes. Ya vemos lo sucedido en Irak o Libia. Nos cargamos el régimen del dictador y el país empeora aún más. Y con países sin estado no se puede tratar.
    En resumen, que la cosa tiene mal remedio. Y el mayor enemigo de la humanidad no es el cambio climático, sino nosotros mismos. Imitándote, y sin que sirva de precedente: We´re our murderers. (Yo).

  4. tomás:

    Acabo de oír por la radio que en el Montblanc ha habido un gran desprendimiento debido al cambio climático y su efecto en el verano europeo. No he podido escuchar bien pero creo que es muy reciente e importante.

  5. tomás:

    Bueno, no tan reciente, aunque lo suficiente; me justifica el alejamiento que mantengo desde hace unos meses del «mundanal ruido». La noticia es del 7 de este mes y dice que este verano es extremadamente caluroso y duradero en Europa; menos en España, donde no lo notamos mucho debido a nuestro clima. Supongo que sucederá lo mismo que en nuestra compartida península, en todo el sur europeo.
    Total, que los glaciares de Europa y del mundo se deshacen sin remedio.

  6. tomás:

    Otra noticia de las de «Tiemble después de haber reído» es que, según una de esas noticias volantes que suelo escuchar cuando me preparo mi parco desayuno, es que en el curso de este mes de agosto ya nos hemos zampado la ración que nos correspondería para todo el año. Creo recordar que la llamaron ecológica, lo que -supongo- debe incluir todo aquello que arrancamos a nuestra casa-Tierra.
    Es algo así como si nuestra vivienda fuese de chocolate y nos la fuésemos comiendo: no tardando nos quedaríamos sin casa. Ah!, pero podemos ir añadiendo chocolate a las paredes conforme las consumimos. Y ¿de donde sacamos el chocolate para reponer? Está claro: de nuestro mismo hogar.
    No entiendo bien si podrá funcionar mi genial idea. En realidad me han dicho que no, a no ser que nuestro excrementicio fuese de chocolate puro. Pero ha intervenido otro y ha dicho que consumir energía sería consumir chocolate y que, por tanto tendríamos que estarnos quietos, por lo que no podríamos reconstruir las paredes. Aunque pidió la palabra un tercero aún más pesimista y habló de la tasa metabólica: que aunque estuviésemos quietos y hasta dormidos gastaríamos energía y, por tanto, chocolate.
    Ya no me quedan ideas para escapar de este futuro.

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