La vida oceánica en peligro
Un informe de WWF señala el alarmante declive de la biodiversidad marina en los últimos tiempos.
En un nuevo informe de WWF se revela el alarmante declive de la biodiversidad marina en las últimas décadas. Según este informe (Living Blue Planet Report 2015) la población de vertebrados marinos ha declinado un 49% entre 1970 y 2012, con algunas especies de peces que lo han hecho en un 75%.
Además, también ha habido un declive pronunciado en arrecifes de coral, malglares y algas marinas. Estos ecosistemas son los que dan soporte a la cadena alimenticia marina en su base. Proporcionan un gran servicio a los humanos, pues, por ejemplo, el 25% de todas las especies marinas viven en arrecifes de coral y 850 millones de personas se benefician económicamente de ellos, además de proporcionar beneficios sociales y culturales. La pérdida de los arrecifes coralinos significaría una extinción catastrófica con dramáticas consecuencias sobre las comunidades humanas. Todo ello sin las consideraciones éticas que de por sí tiene su destrucción.
Según este informe, el mayor culpable de este declive es el ser humano con sus acciones: sobrepesca, destrucción de hábitats, cambio climático, etc.
Como solución a este problema se sugiere la necesidad de proteger los hábitats marinos críticos, administrar mejor las reservas pesqueras hasta que su explotación sea sostenible y se propone un desvío del flujo financiero para ayudar a estas iniciativas.
Según Brad Ack (vicepresidente de WWF) hay oportunidades para invertir esta tendencia. Según él parar el mercado negro de pesca, proteger los arrecifes, manglares y otros hábitats marinos críticos o recortar las emisiones de gases de efecto invernadero no sólo es bueno para medio ambiente, sino también para la gente y la economía.
Una oportunidad para hacer esto se presenta a finales de este mes en una reunión de líderes mundiales en Nueva York, en donde se discutirá sobre la metas de desarrollo sostenible. Se esperar que estos líderes apoyen iniciativas que traten de evitar la destrucción de hábitats, la pesca ilegal o la contaminación marina que degradan los océanos.
“El océano es un fuente renovable que puede proveer a las generaciones futuras si las presiones son administradas de modo efectivo”, dice Marco Lambertini (director general de la WWF). Añade que si vivimos dentro de los límites sostenibles el océano contribuirá a la hora de proveer alimentos de forma segura.
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Fuentes y referencias:
Informe WWF.
Gráfico procedente del informe.
7 Comentarios
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lunes 21 septiembre, 2015 @ 9:13 am
Penúltimo párrafo: «… desarrollo sostenible. Se espera…».
¡Que no es posible un desarrollo sostenible! ¡Que desarrollo y sostenible son palabras incompatibles en un mundo limitado! Que una población de la dimensión actual el planeta no puede soportarla. Y menos si todos -con idéntico derecho, por supuesto- queremos tener coche, aire acondicionado, etc. Por mucho que la WWF se empeñe. De todas formas, que tenga éxito; mejor es eso que progresar en el sentido que denuncia.
lunes 21 septiembre, 2015 @ 12:54 pm
Es que es para cabrearse…
lunes 21 septiembre, 2015 @ 8:02 pm
– ¿Decrecer?, quizá seria posible, aunque tengo mucha dudas y más sabiendo que CADA SEGUNDO nacen 3 personas en el mundo.Y nacen donde menos deberían nacer, aunque suene políticamente incorrecto.
lunes 21 septiembre, 2015 @ 8:04 pm
«Sostenible» implica tener que renunciar a ciertas cosas: tener muchos hijos, aire acondicionado, cambiar de auto o de tele cada pocos años, etc.
Desarrollo puede significar muchas cosas: educación, formación, salud, tiempo libre para admirar todo lo que nos rodea…
Si tenemos que trabajar 12 horas al día para comprar cosas que no necesitamos entonces no es desarrollo.
Los de la WWF indican que hay un camino. Lo malo es que nadie está dispuesto a tomarlo.
lunes 21 septiembre, 2015 @ 8:39 pm
Ahora imaginemos que viene una civilización avanzada y está en su mano eliminar a los humanos para salvar al resto de las especies del planeta, especies que desaparecerán de todos modos junto con los humanos a esta paso si ellos no intervienen. Así que esta civilización decide que es mejor eliminarnos basándose en una lógica pura.
¿Cómo vamos a justificarnos para así pedir una segunda oportunidad y que no nos borren del planeta? ¿Cual podría ser nuestra defensa en ese juicio final? ¿Nos mereceríamos esa nueva oportunidad?
Es más, ¿cómo podemos pedirle a un científico loco que no haga lo mismo diseñando un virus mortal que elimine a la población humana? ¿Cómo podemos evitar que un fanático religioso haga algo similar? Y si esto es posible, entonces, ¿no nos merecemos ser eliminados?
Es sólo por polemizar.
lunes 21 septiembre, 2015 @ 9:23 pm
Veo mucho más probable que seamos nosotros los que nos autoexterminemos o casi
Lo peor será que sea una multinacional la que produzca el virus y venda el antídoto a precios tan elevados que solo pueda comprarlo ese 1% de superpotentados, que quizás compre algo más para facilitárselo a otro pequeño porcentaje, el que habrá de servirles.
Prefiero al científico loco o al fanático religioso, sin antídoto y que sea la genética la que decida quien se salva.
martes 22 septiembre, 2015 @ 9:53 am
Claro, Neo, claro. Seguramente la WWF cuando dice desarrollo, quiere decir desarrollo cultural, educación, salud, etc. Y que sostenible implique renuncia a lo superfluo. Pero el común de las gentes no lo entiende así.
Desarrollo suele entenderse como poder tener más dinero para gastar más y sostenible, que no se acabará nunca.
Así que la WWF, a la cual respeto sin la menor duda, debe decir claramente lo que entiende por eso. Echo de menos una publicidad en los medios que pregone sus metas.
En cuanto a la polémica que inicias… ¿por qué no hablamos de realidades, del mundo en que vivimos? Conocemos las soluciones dentro de ciertos límites: limitación de la población, energías renovables…
Pero ¿cómo aplicarlo en un mundo dividido por fronteras egoístas, dominado por el capital donde el individuo no importa, donde los gobiernos son poderes y no administradores al servicio de quienes lo eligieron? Propongo este camino.
Un fuerte abrazo, querido Neo.