NeoFronteras

Fósiles de más de 3700 millones de años

Área: Geología,Paleontología — jueves, 2 de marzo de 2017

Se publica un resultado según el cual se han hallado restos fósiles de microorganismos en rocas con una edad de entre 3770 y 4300 millones de años.

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Si se confirma será una pequeña revolución científica. El hallazgo de posibles fósiles de hace más de 3700 millones de años confirmaría un origen temprano de la vida.

Hasta ahora había pruebas químicas isotópicas en rocas antiguas que indicaban que la vida podría haberse originado hace 3800 millones de año, pero, a falta de otros tipos de pruebas fósiles, algunos expertos del campo se resistían a creerlo.

La razón fundamental para no creerse algo así estaría en la cantidad de tiempo que estos expertos estiman que necesitaría la abiogénesis para darse y el tiempo que tardaría esa vida recién formada en evolucionar hasta formas de vida independientes que pudieran tener un metabolismo lo suficientemente sofisticado como para dejar esos rastos isotópicos. Pero también está en asunto del bombardeo intenso tardío.

Las misiones Apolo pudieron contribuir a la ciencia. Además de las imágenes de la superficie se contó con las muestras traídas a la Tierra que pudieron ser analizadas en los laboratorios.

Uno de los descubrimientos que se derivan de esas misiones es el del Bombardeo Intenso Tardío (BIT), que se dio entre hace 4100 y 3900 millones de años. Durante esa época numerosos asteroides chocaron contra la Luna y, por tanto, contra la Tierra. Así que es fácil imaginar que el Bombardeo Intenso Tardío habría esterilizado cualquier vida que pudiera haber sobre la Tierra e incluso haber eliminado el agua líquida que hubiera.

Se han encontrado, además, supuestas pruebas de este BIT en otros cuerpos del Sistema Solar gracias a las imágenes enviadas por misiones no tripuladas.

Se cree que el fenómeno se debió a una reconfiguración orbital de los tres planetas gaseosos exteriores del Sistema Solar, que se desplazaron hacia el cinturón de Kuiper. Este proceso alteró las interacciones gravitatorias del Sistema Solar y provocó esta lluvia de planetesimales procedentes de este cinturón y del de asteroides.

Recientemente se ha puesto en cuestión la existencia o cronología del BIT basándose en relaciones isotópicas. Así que podría ser que sí que fuera posible que la vida se iniciara hace 3800 millones de años o más.

Las dificultades para demostrar este punto vienen de que en la Tierra hay erosión y tectónica, por lo que la cantidad de rocas de esa edad son muy escasas. Incluso las pocas rocas de edades muy antiguas que se conservan están muy alteradas al sufrir presiones, calentamientos y plegamientos, así como alteraciones químicas de diverso tipo, por lo que es difícil interpretar los resultados.

Si a todo eso le unimos la dificultad que tienen los microorganismos para fosilizar, la posibilidad de demostrar la existencia de vida muy temprana es más bien escasa.

Ahora se publica un resultado según el cual se han hallado restos fósiles de microorganismos en rocas de entre hace 3770 y 4300 millones de años. Por tanto, la vida no sólo se podría haber iniciado hace 3800 millones de años, sino que podría ser incluso más antigua. Por tanto, estos restos fósiles serían al menos unos 300 millones de años más antiguos que los fósiles más antiguos de estromatolitos encontrados hasta ahora.

Aunque hay afirmaciones de fósiles de estromatolitos de hace 3700 millones de años encontrados en Groenlandia, algunos expertos dudan de esta afirmación, así que sólo quedan los fósiles de estromatolitos australianos de hace 3400 millones de años encontrados en Australia como la prueba más fuerte de vida temprana.

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En concreto, en este caso se han encontrado filamentos y tubos microscópicos en rocas del cinturón de Nuvvuagittuq en lo que hoy es Quebec (Canadá). El cinturón de Nuvvuagittuq contiene algunas de las rocas sedimentarias más antiguas conocidas.

Los tubitos y fibras encontrados (ver foto de cabecera) están compuestos por hematita (un óxido de hierro) que, a veces, se bifurcan y termina en bultos. Estas formaciones son comunes en fósiles más recientes asociados con la actividad oxidativa en chimeneas hidrotermales de bacterias para así conseguir energía. Por tanto, estas estructuras son muy similares a los que dejaría bacterias que metabolizaran el hierro. De hecho, estas rocas parecen que están asociadas a lo que podría ser una chimenea hidrotermal de la época rica en hierro.

Además de estas estructuras los investigadores implicados han encontrado trazas de carbono, calcio y fósforo que tendrían origen biológico al ser estos elementos comunes en los seres vivos. A lo que hay que añadir rosetas y gránulos de grafito. Estas rosetas y gránulos también han sido hallados en rocas de esa edad, pero su origen biológico es tema de debate. Aunque en este caso contienen apatita (fosfato cálcico), lo que apoyaría su origen biológico. Estas estructuras compuestas de esos minerales es lo que se espera de procesos de putrefacción, tal y como se ha documentado en el registro geológico hasta la actualidad, según los autores.

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Las fuentes hidrotermales aparecen en las dorsales oceánicas o en las zonas de subducción, pues en esos lugares hay magma debajo que alimenta con calor y energía el sistema de chimeneas. El agua que expelen estas chimeneas viene cargada de minerales como el sulfuro de hierro. Cuando el agua se enfría se depositan estos minerales creándose la propia chimenea.

Pero esta agua cargada y caliente hace de un buen foco termodinámico que alimenta sistemas biológicos. Todavía hoy se da esto mismo en los océanos terrestres y los seres que ahí viven lo hacen “desconectados” de la fotosíntesis basada en la luz solar.

También se ha propuesto que la vida podría estar en lugares como las lunas Europa o Encelado si hubiera estas chimeneas, en este caso alimentadas energéticamente por las fuerzas de marea.

El descubrimiento apoyaría la hipótesis de que la vida se inició de un modo caliente en este tipo de chimeneas en las profundidades del fondo oceánico y esta génesis estaría desconectada de los mares someros y del Sol.

Según Dominic Papineau (University College London), líder del estudio, el hallazgo no excluye una vida de esa edad en aguas someras de tipo estromatolito generado por tapetes de cianobacterias fotosintéticas, pues ambas formas de vida podrían proceder de un ancestro común más antiguo.

Ya no queda mucho margen para seguir viajando hacia el pasado. Este planeta como tal tiene unos 4550 millones de años, así que, según este resultado, la vida habría aparecido al poco de formarse la Tierra.

Los autores del estudio se atreven a realizar una predicción. Como, según ellos, el hallazgo apoya la idea de que la vida en la Tierra se desarrolló en un tiempo en el que tanto la Tierra como Marte tenían agua líquida en la superficie, entonces sostienen que se encontrarán pruebas de vida en Marte hace 4.000 millones de años, pues de lo contrario, eso significaría que la Tierra sería una excepción.

Pese a todo, hay escépticos que ponen en duda el hallazgo, principalmente porque esas estructuras podrían haberse creado por métodos no biológicos y porque en esa época no había oxígeno que permitiera la oxidación del hierro, principalmente porque no habría fotosíntesis que lo produjera, ni mecanismo que lo llevara en abundancia al fondo marino si hubiera cierta fotosíntesis realizada por cianobacterias en aguas someras.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=5370

Fuentes y referencias:
Artículo original
Fotos: Matthew Dodd y D. Papineau.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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9 Comentarios

  1. Miguel Ángel:

    ¡¡Aupa!!

  2. Tomás:

    Pero, querido Miguel, ¿hasta donde quieres aupar al pretérito -y luego extender al futuro- la vida?
    Dado tu carácter, te comprendo y me alegra tu entusiasmo.
    Un fuerte abrazo.

  3. apalankator:

    ¡Increíble! Debe haber vida a patadas en muchos cuerpos del sistema solar, sólo hay que saber buscarla.

  4. Tomás:

    Es posible, sí, es posible, aunque esperemos pruebas.

  5. Miguel Ángel:

    Sí, querido Tomás, es que Neo no podía dejar pasar ésta: ya ha comentado que se trata de un bombazo.
    Suponiendo que la fecha exacta fuese hace 3.800 m.a. y dando también por buenos los estromatolitos de Groenlandia de hace 3.700 m.a., nos pone en un escenario con unos ecosistemas microbianos tan ricos y diversos como los actuales.
    Pero es que si la fecha anda en torno a 4.200-4.300 m.a., nos situamos ya muy próximos a la colisión que se produjo entre la Tierra y el otro protoplaneta que acabó originando la Luna, y esa tuvo que generar un calor monstruoso. ´
    Y, aunque nos quitemos de encima el paradigma del Bombardeo Intenso Tardío, el que no nos podemos saltar es el bombardeo que se produjo durante los periodos iniciales.
    Si ya nos costaba asumir que la vida podría haber tendido su origen hace 4.000 m.a., no te digo si ya tenemos bacterias hace 4.300.

    Abrazos

  6. lluís:

    Veo bastante optimismo po aquí,y ojalá no hubiera problema alguno por asumir integramente este estudio. Pero desafortunadamente el párrafo final sobre el escepticismo de algunos investigadores está bien fundamentado. Sus razones para dudar son de peso.

  7. NeoFronteras:

    Pese a lo que dicen los autores y otros optimistas, este resultado, de ser verdad, no dice nada respecto a la vida en otros lugares del Cosmos o del Sistema Solar. La vida podría ser igualmente improbable o inevitable. Es lo que tienen las estadísticas de un sólo caso.

  8. Dr. Thriller:

    Como decía aquel enloquecido en aquella película megalómana y enloquecida, «me encanta el olor a napalm por las mañanas» (esto es un disparate, por muy fumador que sea simplemente se carga su aparato respiratorio).

    Efectivamente, esto, de confirmarse, no implica nada. Podría suponer que la vida se formó en el disco protoplanetario y simplemente llovió. Podrían ser tantas cosas, que seguro que es una que no se nos ocurre porque no tenemos el menor indicio. Es el problema que debate Chomsky, los humanos somos muy paradójicos: somos capaces de reconstruir fenómenos muy complejos con muy pocos datos, pero al mismo tiempo somos incapaces de ver la Aurora Boreal apuntándola con 14.000.000 de punteros láser verdes.

    El registro fósil como ya dijo Don Charles y posteriores (y anteriores), siempre será incompleto. Como los registros históricos. Hay una idea que no se ha explotado lo suficiente, de Cairns-Smith, creo. Y es si la vida (tal como la conocemos) tuvo previamente precursores, o un «andamiaje» como él dice, algo similar a ver un edificio terminado del que poca información podríamos sacar, en principio, de cómo fueron sus andamios (pero, sí se puede). Obviamente, tales precursores (es decir, un aparataje químico pero muy diferente de lo que echó a andar), si la idea es correcta, serán muy diferentes dependiendo de cómo eche a andar la rueda. En una fuente termal, en una charca, en la atmósfera, en el espacio abierto, etc.

    Si esta idea es más o menos correcta, es posible que Marte pueda decir algo al respecto. Y si estos márgenes son correctos, todo andamiaje terrestre está sepultado y bien sepultado.

  9. Tomás:

    No me parece nada mal esa idea de la lluvia. Lo que sucede es que la aleatoriedad de los hechos es muy grande. Por ejemplo, las islas de Hawái se han ido formando por una pluma, generadora de un punto caliente, y como el fondo del océano se va desplazando hacia el noroeste, se han ido creando las distintas islas del archipiélago debido a los volcanes que han ido surgiendo y aportando material, que es el que forma esas islas. Alguna vez, llegó a una de las primeras, algunos pájaros de esos que se alimentan de néctar -creo que les llaman mieleros-, de pico muy curvo, y de esa única especie derivaron a lo menos cinco decenas diferentes. Parece asombroso cómo la tectónica de placas se une a la evolución. Y, generalizando, cómo de esa posible lluvia que comentas, se ha llegado a nosotros. Es lo bello y asombroso de la ciencia.

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