NeoFronteras

Se puede reducir el uso de pesticidas

Área: Medio ambiente — sábado, 4 de marzo de 2017

El 59% de los campos franceses podrían reducir el uso de pesticidas en un 42% sin que se resienta la productividad de los mismos.

Foto
El escardado mecánico es un buena alternativa al uso de herbicidas. Fuente: Pascal Farcy.

Una vez hubo una tormenta de verano sobre un pueblo de Castilla cuyos granizos dañaron los campos de cebolla.

Al día siguiente surgió como una aparición mariana el representante de cierta compañía de productos fitosanitarios. Este aconsejó a los preocupados agricultores que usaran tal cantidad de tal producto y tales cantidades de otros. Productos que los agricultores no escatimaron en compran y aplicar. Lo malo es que los agricultores de esa época, y quizás de épocas más recientes, no tenían mucha formación y a duras penas podían calcular las proporciones a emplear, aunque normalmente aplicaban este tipo de productos de manera rutinaria.

El problema es que a la compañía y a su representante, que va a comisión, les importa un bledo el medio ambiente o la salud de los consumidores, sino las ganancias que puedan obtener. Desde que estos entes aparecieron por los campos, los agricultores se hicieron dependientes de este tipo de productos químicos y ya no pudieron prescindir de ellos, pues estos mismos productos habían acabado con los depredadores naturales de las plagas y el cultivo biológico se hizo cada vez más difícil de implementar.

La cuestión es cómo, a estas alturas, podemos usar menor cantidad de este tipo de productos químicos y, a la vez, alimentar a una población mundial en crecimiento exponencial.

La reducción en el uso de pesticidas es un factor crítico a la hora de preservar el medio ambiente y la salud humana. Se ha venido denunciando el abuso de este tipo de productos y de fertilizantes en los campos de cultivo. Gran parte de ellos termina en los ríos y finalmente en el mar. Allí provocan todo tipo de problemas, desde la destrucción de los arrecifes de coral a la creación de zonas muertas por eutrofización. Pero, si así es, entonces estos productos, por otra parte, nada baratos, no terminan beneficiando a los cultivos ni a los agricultores, pues van a otro lugar.

Quizás una solución parcial esté en el hallazgo que ha hecho un grupo de investigadores franceses. Según ellos es posible reducir la cantidad de pesticidas aplicados sin que disminuya la productividad de los campos de cultivo.

El estudio se realizó sobre cientos de campos de cultivo en Francia en donde la cantidad de pesticidas aplicados variaba en función de las necesidades. Los campos de cultivo implicados pertenecían a la red Dephy creada por la iniciativa Ecophyto del gobierno francés encaminada a reducir el uso de pesticidas en una amplia gama de técnicas agrícolas.

La idea era saber si esas cantidades ingentes de productos químicos usados actualmente en la agricultura biológica son realmente necesarias. Partieron de la información contenida en una base de datos sobre 946 de estos productos.

Los investigadores encontraron que el 77% de los campos estudiados no mostraron ningún conflicto entre el uso de una menor cantidad de pesticidas y la productividad de esos campos.

Además, descubrieron que el otro 23% de los campos estaban asociados a la agricultura industrial, que es particularmente dependiente de altas concentraciones de pesticidas.

Básicamente, logran demostrar que un menor uso de pesticidas raramente disminuye la productividad y rentabilidad de los campos.

Concluyen que el 59% de los campos franceses podrían reducir el uso de estos pesticidas en un 42% sin que se resienta la productividad de los mismos. Esto se corresponde a una reducción de un 37, 47 y 60 por ciento de herbicidas, fungicidas e insecticidas respectivamente.

El estudio es importante porque muestra que es posible para los agricultores obtener las mismas cosechas con un menor uso de pesticidas en la actualidad, lo que reduce su riesgo financiero, aumenta sus ganancias, mientras que el medio ambiente se beneficia.

Es de suponer que estos resultados sean extrapolables a otros países similares en donde se usen estos productos químicos.

Hasta ahora la única guía de uso de los pesticidas que tienen los agricultores son las especificaciones proporcionadas por el fabricante.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=5379

Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Pascal Farcy.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
Compartir »

8 Comentarios

  1. Dr. Thriller:

    Es muy importante que lo prueben, porque saber, más que intuir, era sabido. No es tampoco muy diferente del abuso de medicamentos y de seudomedicamentos, que también tienen efectos muy graves sobre el entorno.

    Tengo entendido que en la URSS no se usaban, y que actualmente en Rusia tampoco (son cosas que se leen y que es complicado contrastar). Si las informaciones que leí eran correctas, en tiempos soviéticos la razón era puramente económica: no compensaba (había otras razones pero ante esta pasan a segundo plano, es decir, uno puede hacerse el virtuoso cuando no tiene que demostrarlo). Claro que la URSS funcionaba como una empresa de una pieza y todo era un suma cero, esto también, pero las piezas no lo saben.

  2. Miguel Ángel:

    No sabía eso que comentas de la URSS, Dr. Thriller. En cualquier caso, mi aplauso para Neo por cuestionar la confianza ciega en las instrucciones del productor.
    Algo parecido podría suceder con los abonos: recientemente un agricultor me comentaba que un año decidió experimentar y dejó unas cuantas vides sin abonar, no notando diferencia en la cosecha.
    Personalmente, recuerdo un año que me decidí a abonar unas fresas que estaban dando síntomas de carencia de hierro y otros nutrientes. Como sé que las cantidades que acostumbran a recomendar son tan altas que si les haces caso lo más probable es que te cargues la planta, decidí usar una dosis ínfima: dos gotas de ese abono líquido por cada litro de agua. Al cabo de dos días las hojas ya daban síntomas de exceso de abono.

  3. apalankator:

    En el uso de insecticidas pasa lo que en el uso de medicamentos, combustibles, energía eléctrica, agua y tantos otros, no se enseña a racionalizar su consumo y la única explicación es que este conocimiento perjudica a los productores.
    Por ejemplo, al enseñar a conducir no se explica que hay que evitar acelerones y frenazos, para mejorar consumos y longevidad de los vehículos.
    Llama la atención de que en primaria se enseña que la temperatura del agua (sin utilizar olla exprés) no puede pasar de 100ºC y no se muestra una aplicación práctica de esta propiedad que no es otra que al cocinar, cuando el agua rompe a hervir con mantener el fuego al máximo solo se consigue evaporar más agua, si se pone la tapa a la olla se puede bajar el fuego al 20% y se seguirá cocinando a la misma velocidad con un gran ahorro en el gasto energético de la cocina.
    Es inexplicable que estos conocimientos no sean vox pópuli.

  4. petrus:

    En España es obligatorio seguir un curso de 20-40 horas para poder manejar pesticidas.
    Aparte la experiencia previa que se pueda tener, casi todo se reduce a un par de ideas básicas a respetar escrupulosamente: ser consciente de la peligrosidad de los productos y en consecuencia la necesidad de proteger la propia vida y la de los consumidores. De hecho, conozco a gente que a raiz de asistir a esa formación, han comprado y usan ahora mascarillas con filtro ( como las de la primera GM) y otros hasta trajes especiales. En cuanto a la eficacia, hay de todo, productos fulminantes de efecto inmediato y otros que nunca sabes si han servido para algo. Sospecho que lo que ocurre es que damos bicarbonato al que le duelen las muelas y Nolotil al que tiene acidez de estómago, y que hay insectos y hongos resistentes a todo, después de muchos años de batallar con ellos. A veces me concentro en el más tradicional de todos, el sulfato de cobre que usaba mi abuelo,un antifúngico que también sirve para otras plagas, y el azufre en polvo… pero a pesar de todo, no quieran saber la cantidad de botes y frascos que lucen en las estanterías de mi pequeño almacén de fitosanitarios, eso sí, todos o casi todos a precio de oro. Pero también es cierto que no es lo mismo cultivar en la terraza de un rascacielos donde no van a llegar cuatro insectos al año que en medio de una región agrícola intensiva donde la producción es el objetivo principal y todo el mundo abona y usa fitosanitarios convencidos de que sin ellos no hay cosecha…

  5. Tomás:

    Ayer tuve el placer de ver un documental sobre una familia cultivadora de tabaco en Turquía. Han renegado totalmente de los pesticidas y no luchan contra las plagas. Contabilizan la menor producción como algo natural a tener en cuenta y permiten a las orugas, que se ven, comerse las hojas. El resultado es una inmejorable calidad del tabaco y unos perjuicios comparables al gasto en fitosanitarios. Supongo que esto se puede copiar en productos del campo beneficiosos para la salud, mejor que en tabaco, pero ese es otro tema.

  6. NeoFronteras:

    Me contaron un caso sobre uso de herbicidas.
    Un señor usa herbicidas sobre un pequeño campo de alfalfa o similar. Ese individuo no leyó o no entendía el uso del mismo, porque una vez se usa se tardan varios meses para que los niveles del herbicida bajen hasta niveles «seguros». Así que, al cabo de un tiempo, el individuo corta la alfalfa y se la da de comer a sus vacas de leche.
    El resultado es que todas la vacas preñadas abortan y muchas enferman. Lo malo es la leche, que estaba contaminada. Toda familia del ganadero también enferma con la leche y tiene que ir a urgencias con fuertes diarreas, entre otros problemas. La leche es además vendida a alguna central lechera y es distribuida, al parecer, sin miramientos. Cuando las autoridades intervienen detienen la venta de leche de este individuo. El ganadero tiene que tirar la leche durante varios días. Al final se enfrenta a un importante problema legal con juicio incluido.

    Que un herbicida cuyos efectos duran meses se venda ya es grave. Lo malo son los pesticidas prohibidos que siguen usándose. Al parecer hay un mercado negro (sobre todo en Andalucía) basado en el acopio que hicieron unos cuantos antes de la prohibición. Gracias a ello, hay mafias, robos, etc.

    Hasta hace no tanto no se usaban pesticidas en el secano en Castilla. Ahora es vergonzoso ver cómo miles de litros son usados sobre los campos de cereales. A la vez, han aparecido plagas que nunca había. Los campos son, básicamente, regiones esterilizadas en donde cada vez se usan más pesticidas.

    Pero el caso de España no es el peor, en el resto de la Europa civilizada se usan todavía más pesticidas.

    Si no vemos lo equivocado de todo esto es que no tenemos remedio.

  7. NeoFronteras:

    Sólo añadir que el señor ese de la leche es también de Castilla.

  8. Tomás:

    Pues eso: soy optimista y me acojo a que no tenemos remedio.

RSS feed for comments on this post.

Lo sentimos, esta noticia está ya cerrada a comentarios.