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Descubren lo que parece ser la segunda exotierra más cercana en la zona de habitabilidad de su estrella.

Se ha descubierto un nuevo planeta de tamaño terrestre en la zona de habitabilidad de su estrella. Se encuentra a tan solo 11 años luz de nosotros, por lo que sería el segundo más cercano después de Próxima b.

Como en otros casos, se trata de un planeta que orbita un enana roja: Ross 128. Su periodo orbital es de sólo 9,9 días terrestres. Ross 128 b ha sido descubierto usando el método de velocidad radial gracias al espectrógrafo HARPS que ESO tiene en La Silla (Chile). Este método, basado en el efecto Doppler, detecta el movimiento producido por el tirón gravitatorio que el planeta tiene sobre su estrella y permite averiguar la masa mínima del planeta y los parámetros orbitales, pero no su tamaño.

Como siempre en este método, hay un sesgo hacia la detección de planetas masivos que orbiten cerca de estrellas ligeras, ya que es fácil su detección en este caso.

Para poder averiguar su tamaño se comprobó si Ross 128 b transitaba delante de su estrella. Lamentablemente, no parece que así sea, por lo que, de momento, no podemos averiguar su tamaño. Esto significa que tampoco es posible tomar espectros de transmisión que permitan saber su composición atmosférica y, por tanto, si hay o no biomarcadores.

Sin embargo, dada la extrema proximidad de este planeta al sistema solar, en un futuro relativamente cercano sí será posible verlo directamente con la nueva generación de telescopios, como el ELT de ESO, y tomar espectros de su atmósfera sin necesidad de esos tránsitos.

Existe además otra ventaja en este caso. Normalmente las enanas rojas son estrellas muy inquietas que presentan una gran actividad, con numerosas tormentas solares potentes que pueden barrer la atmósfera de un planeta cercano si no tiene un campo magnético potente. Pero ni este campo puede proteger de los rayos X y la radiación ultravioleta producidos durante esas tormentas. Sin embargo, Ross 128 es una estrella muy tranquila con muy baja actividad, por lo que Ross 128 b no necesitaría de un gran campo magnético que protegiese su atmósfera. Esto facilita las condiciones para que exista vida sobre él.

Lo que sí es muy probable es que este planeta, dada su cercanía a su estrella, sufra acoplamiento de marea y siempre muestre el mismo hemisferio hacia su estrella. Hay modelos que predicen que este tipo de planetas pueden ser habitables incluso en esas circunstancias y que el lado oscuro no se congele y el otro no se ase gracias a la circulación atmosférica.

Ross 128 b orbita 20 veces más cerca de su estrella (a 7,4 millones de kilómetros) que la distancia a la que la Tierra orbita del Sol. Pero, a pesar de esta proximidad a su estrella, Ross 128 b recibe sólo 1,38 veces más radiación que la Tierra. Como resultado, se estima que la temperatura de equilibrio de Ross 128 b se encuentran entre -60 y 20 grados centígrados. Aunque puede parecer lo contrario, estas temperaturas no son bajas. Recordemos que la temperatura de equilibrio de la Tierra es de unos -20 grados centígrados y es el efecto invernadero de nuestra atmósfera el que se encarga de subir la temperatura superficial media por encima del punto triple del agua. Así que Ross 128 b estaría muy cerca del borde cálido de la zona de habitabilidad según los modelos. Con un poco de mala suerte incluso sería una especie de Venus con un efecto invernadero desbocado.

Nada de todo esto podrá ser confirmado hasta que se tengan datos directos cuando el ELT esté operativo. Puede que confirmemos la existencia de un mundo como la Tierra en la mejor de las situaciones o un minineptuno caliente en la peor de las posibilidades.

Los objetos astronómicos suelen denominarse en función de catálogos. Ross 128 se llama así por estar en el catálogo creado por el astrónomo estadounidense Frank E. Ross, pero también aparece en el catálogo de Gliese y Jahreiß con la designación de GJ 477. Esta estrella es también conocida como Proxima Virginis y HIP 57548.

Las estrellas no están fijas en sus posiciones, pese a lo que a la escala humana nos pueda parecer. Ross 128, que es ahora la décimo primera estrella más cercana a la Tierra, tiene un movimiento propio que le acerca hacia el Sistema Solar. En 79.000 años pasará a ser la estrella más cercana a nosotros al situarse a 10 años luz, destronando a Próxima Centauri, que se habrá alejado más de esa distancia de nosotros.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Ilustración: ESO/M. Kornmesser.