Senescencia celular en ratas topo
Un estudio muestra que las ratas topo no eliminan sus células senescentes.
Parece que las ratas topo (Heterocephalus glaber) están de moda en el mundo de la investigación, pese a su fealdad obvia.
Vimos hace poco que estos roedores presentan una increíble longevidad que les hace vivir hasta más de 30 años. Se sabe, además, que son muy resistentes a las enfermedades ligadas a la edad. Por esta y otras razones, estos animales son modelos animales ideales para investigar en los laboratorios procesos como el cáncer o el envejecimiento.
Vera Gorbunova, Andrei Seluanov y Yang Zhao (todos de University of Rochester) han estudiado este animal para comprobar si exhiben en concreto un tipo de mecanismo celular anticanceroso denominado senescencia y, si es así, cómo podría funcionar este mecanismo de forma diferente al de otros animales de vida relativa más corta. Han publicado sus resultados recientemente.
La senescencia celular es una adaptación evolutiva que detiene la división celular y con ello evita que las células dañadas se reproduzcan sin control y puedan dar lugar a un proceso canceroso. Pero ello tiene un efecto secundario: la detención de la división celular acelera el proceso de envejecimiento.
En estudios previos se indicaba que, cuando las células alcanzaban la senescencia y eran eliminadas del cuerpo de roedores, entonces estos tenían una mejor salud y una vida más larga comparados con los roedores de control que habían seguido un proceso de envejecimiento normal que mantenía este tipo de células intactas.
Entonces se especuló con una posible fuente de juventud en la que un hipotético tratamiento eliminara este tipo de células en humanos y que así se consiguiera mejorar nuestra salud y alargar nuestras vidas, quizás a través de algún agente senolítico que matase a estas células.
La pregunta es si esta eliminación de células senescentes realmente es la clave para prevenir o incluso revertir una enfermedad relacionada con el envejecimiento como el cáncer.
El problema es que el envejecimiento y el cáncer tienen intereses opuestos. Para evitar el cáncer totalmente lo idea sería parar la división celular. Pero para evitar el envejecimiento lo ideal es que la células sigan dividiéndose para que las nuevas células vayan reemplazando los tejidos.
Gorbunova y Seluanov han identificado varios mecanismos que contribuyen a la longevidad y resistencia al cáncer de las ratas topo, incluido el producto químico HMW-HA, pero creen que hay más piezas en el rompecabezas.
En este nuevo estudio, estos investigadores y colaboradores compararon la respuesta senescente de la ratas topo con las del ratón, que vive diez veces menos. Querían saber si tenían células senescentes o si tenían algún mecanismo mediante el cual se deshacían de ellas. Se sospechaba que podía ser así.
Sin embargo, lo que encontraron es que las ratas topo sí tenían células senescentes y, pese a todo, vivían más y estaban más sanas. Así que la eliminación de este tipo de células no jugaba un papel en su larga y sana vida.
Encontraron que, pese a las ratas topo exhibían un senescencia celular similar a la de los ratones, sus células senescentes mostraban una característica única que podría contribuir a la resistencia frente al cáncer y alargar la longevidad.
En los ratones, a estas célula senescentes se les impide dividirse, pero siguen metabolizando aparentemente igual. En las ratas topo hay un mecanismo extra que inhibe más los procesos metabólicos en este tipo de células senescentes a las que se les ha impedido dividirse. Esto otorgaría a la ratas topo una alta resistencia a los daños provocados por la senescencia celular.
En este proceso de la senescencia, todo está más organizado en las ratas topo que en los ratones. Básicamente, las células senescentes no son eliminadas, pero se les impide que hagan daños.
Aunque la evolución de una vida más larga no elimina la senescencia celular, una respuesta más estructurada a la misma puede que tenga una base evolutiva.
“Creemos que hubo algo de estrategia durante la evolución de las ratas topo que les permitió tener unos cambios más sistemáticos en sus genes y tener más caminos orquestados siendo regulados. Creemos que esto es beneficioso para la longevidad y la resistencia al cáncer”, dice Zhao.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=5989
Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: University of Rochester photo/J. Adam Fenster.
7 Comentarios
RSS feed for comments on this post.
Lo sentimos, esta noticia está ya cerrada a comentarios.
lunes 12 febrero, 2018 @ 12:13 am
Este hallazgo parece estar en controversia con el estudio que ha enlazado Neo en el quinto párrafo, en el que favorecer la eliminación de las células senescentes alargaba un 35% la vida de los ratones.
Pero si las células senescentes de las ratas topo no son eliminadas, parece lógico que su metabolismo exhiba algunas mejoras. Ese sería otro posible abordaje para tratar de minimizar el envejecimiento.
lunes 12 febrero, 2018 @ 10:41 pm
Sería la forma de hacer lo mismo.
Pero en el caso de un tratamiento en humanos ¿que es más fácil de hacer? ¿Eliminar las células senesentes o inhibir sus procesos metabólicos como hacen las ratas topos?
Creo que lo segundo se puede incluir en los genes y lo primero no
martes 13 febrero, 2018 @ 11:51 am
Como el filtro me impide el envío de un comentario, y ya hasta se ha perdido, informo que el problema que me comunicaban era «d». Y yo no tenía ninguna «d» suelta, no con comillas ni sin ellas.
miércoles 14 febrero, 2018 @ 3:05 am
Querido amigo JavierL:
El estudio de la Clínica Mayo estaba hecho con ratones modificados, pero el remedio para los que ya somos adultos también puede estar cerca:
«Una compañía que Deursen ha cofundado con otros investigadores distintos ya ha descubierto un compuesto que elimina células senescentes en ratones no modificados genéticamente. Quizás se pueda ensayar en humanos este tipo de tratamiento en un futuro no tan lejano».
Lo ideal sería poder aplicar ambos, e irnos acercando a las ballenas boreales.
Me gustaría recordar también, que se puede la Methuselah Foundation, haciendo una donación puntual, creo que a partir de solo 5 euros.
Un fuerte abrazo.
miércoles 14 febrero, 2018 @ 9:15 am
Yo no me cuento, pero, si no morimos, con las millonadas que somos, no habrá forma de alimentar a todos. O sea que se acabarían los nacimientos. Además habría que transformar las jubilaciones y, en realidad, toda la economía.
miércoles 14 febrero, 2018 @ 8:03 pm
Y que decir de tu aversión a la herencia querido tomas…
jueves 15 febrero, 2018 @ 10:30 am
Pues no sé, porque como toda la economía quedaría totalmente desbarajustada, ya veríamos. Pero no creas que soy tan antiherencia, porque a mí, me encantaría heredar un buen pellizco. Pero no soy ambicioso; con un milloncejo me conformo. Creo que podría apuntarme al conocido chiste del comunismo que, en el reparto, precisamente, creo que el repartidor dice algo así como «no, no, que esta bicicleta es mía».
Bueno, ya en serio y puesto que te cachondeas de mi ideal igualitario pero permitiendo que el individuo desarrolle durante su vida toda su capacidad, e incluso ambición, sea de la clase que sea, siempre que excluyamos a honorables y molt honorables (y adláteres) por sus veleidades corruptófilas -admirando a mis prototipos de honradez Gerardo Iglesias, Julio Anguita y José Mújica (lo acentúo porque lo merece, ¡qué narices!), que alguno más habrá, pero lo desconozco- te diré que estos días se está discutiendo mucho entre «Podemos» -puede cambiarse la P por lo que se te ocurra, que ya sé lo que será- y algún partido más, la injusticia de la herencia, que en algunas autonosuyas de por aquí vienen a tener superficies casi provinciales o más, de tal manera que viven de que la tierra no produzca y se forran con las subvenciones europeas. Hasta tal punto alcanza la cosa que uno de esos/as, en llegando a un lugar muy bello quedó admirado/a y dijo a su sirviente-contable literal (o sea de la litera, cama o pura yerba, que también vale), o lo que fuese, que le gustaría comprarlo, a lo cual respondiole el susodicho que no era preciso porque aquel paraje era suyo desde hacía generaciones.
¡Èchale guindas a las herencias!