La Gran Nube de Magallanes chocará contra la Vía Láctea
Al contrario de lo que se creía, unas simulaciones computacionales apuntan a que la Gran Nube de Magallanes chocará contra la Vía Láctea en sólo 2000 millones de años.
Nada es para siempre, ni siquiera el Universo. Menos aún el Sol, la Tierra o la vida que esta porta.
Quizás somos suertudos y la vida en la Tierra y nuestra especie ha tenido la inmensa suerte de sobrevivir a cataclismos cósmicos de todo tipo, a pesar de las cinco extinciones masivas.
Lo que sí sabemos es que los cataclismos están ahí esperándonos en el futuro. No sola la sexta gran extinción masiva en la que ya estamos embarcados o el cambio climático amenazan nuestra existencia. Además de las grandes erupciones volcánicas, los posibles meteoritos gigantes o las quizás supernovas cercanas, hay límites que no podremos franquear. Al actividad solar será cada vez más intensa y la vida en la Tierra será ya imposible en mil millones de años, cuando los últimos microorganismos extremófilos no puedan sobrevivir a una temperatura demasiado alta.
El Sol se convertirá en gigante roja mucho después, en 5000 millones de años, cuando la galaxia de Andrómeda y la vía Láctea ya habrán empezado a chocar.
Ahora, un grupo de investigadores de las universidades de Durham y Helsinki ha descubierto un factor más. En 2000 millones de años la Gran Nube de Magallanes chocará contra la Vía Láctea, unos miles de millones de años antes de que lo haga Andrómeda.
La Vía Láctea está rodeada por un conjunto de galaxias enanas que la orbitan, como las nubes de Magallanes.
Este tipo de galaxias tiene una vida de miles de millones de años en la que orbitan la galaxia grande, pero al final terminan cayendo al centro galáctico, colisionan y sos asimiladas por la galaxia grande.
La Gran Nube de Magallanes es la galaxia satélite más brillante de la Vía Láctea y se encuentra a 163 000 años luz de la misma.
Hasta hace poco se creía que esta galaxia enana estaría orbitándonos durante muchos miles de millones de años y luego terminaría escapando de la gravedad de nuestra galaxia y yéndose al espacio intergaláctico
Recientemente se ha descubierto que posee el doble de materia oscura de lo que se creía, por lo que su masa es mayor y, por tanto, es mayor el tirón gravitatorio entre ella y la Vía Láctea. La Gran Nube de Magallanes está perdiendo energía rápidamente y está condenada a caer sobre la Vía Láctea.
Estos investigadores han usado la simulación EAGLE para la formación de galaxias para predecir el caso de la Vía Láctea. Para correr las ocho simulaciones que realizaron, los investigadores usaron un supercomputador. Las simulaciones predicen la colisión entre la Gran Nube de Magallanes (GNM) y nuestra galaxia en 2400 millones de años.
«Aunque dos mil millones de años es un tiempo extremadamente largo comparado con la vida humana, es un periodo muy corto a escala cósmica», dice Marius Cautun.
Este tipo de colisiones es muy poco frecuente en la Vía Láctea, en donde se cree que el fenómeno sólo ha pasado unas pocas veces en toda su historia. Al contrario que nuestra vecina Andrómeda, que devora galaxias enanas a una tasa 30 veces superior.
Esta colisión, aunque pequeña, despertará el agujero negro supermasivo del centro de nuestra galaxia, que está ahora un tanto dormido por falta de material que caiga en él. Pero este choque hará que devore el gas que vaya hacia él debido a que las turbulencias creadas y que emita grandes cantidades de radiación, lo que convertirá a la Vía Láctea en una galaxia con núcleo activo o en un quasar vista de muy lejos. Este fenómeno generará chorros de radiación de alta energía emanados justo en el borde del agujero negro. Tras la colisión calculan que este agujero negro podría crecer en un factor ocho.
Además, el fenómeno dispersará elementos pesados procedentes de la Gran Nube de Magallanes en el halo de la Vía Láctea.
«Muchas de las propiedades aparentemente inusuales de la Vía Láctea son temporales. Tras la colisión con la GNM, la vía Láctea parecerá mucho más típica», dice Alis Deason.
La Tierra está lejos como para que una hipotética vida se vea afectada por esta radiación, pero estos investigadores han calculado que existe una pequeña probabilidad de que el choque perturbe la estabilidad de las estrellas y que el Sistema Solar sea expulsado de la Vía Láctea, al igual que pasaría en cualquier otro choque de este tipo.
Los investigadores dicen que la colisión será espectacular. Según Carlos Frenk, nuestros descendientes, si es que queda alguno, contemplarán un grandioso espectáculo de fuegos artificiales procedentes del reciente despierto agujero negro supermasivo del centro de nuestra galaxia y verán esos chorros brillantes emerger de él.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com
Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto de GNM: Yuri Beletsky (ESO).
11 Comentarios
RSS feed for comments on this post.
Lo sentimos, esta noticia está ya cerrada a comentarios.
sábado 5 enero, 2019 @ 1:44 am
Está por ver si dentro de 2.000 millones de años habrá descendientes de la raza humana o de otros pluricelulares actuales: puede que ya solo queden extremófilos unicelulares y algún pluricelular escasamente complejo, similares a los actuales tardígrados.
El hecho de que el Sol esté situado en un margen de la galaxia, con alta probabilidad es uno de los puntos clave para que la vida haya persistido hasta el momento actual.
sábado 5 enero, 2019 @ 11:33 am
Lo veo difícil, amigo Miguel. 2000 millones -o «dos millardos» para ser más modernos- son un montón de años; o sea un millardo más de lo previsible para que el Sol haya hecho ya imposible la vida en la Tierra. Tus soñadas inmortalidades chocan contra las previsiones astronómicas.
Un fuerte abrazo mortal de necesidad.
sábado 5 enero, 2019 @ 7:03 pm
Dos mil millones de años , y sólo nueve ceros. Estos temas se convierten en trascendentales, lo queramos o no, porque están más allá de nuestra capacidad de análisis y predicción y afectan a nuestras expectativas personales respecto de la eternidad temporal futura. Si he esperado media eternidad hasta llegar hasta aquí, supongo que habrá otra media esperando mi devenir… con infinitos ceros, más que granos de arena hay en todas las playas del universo , y eso solo para ir empezando esa segunda mitad.
domingo 6 enero, 2019 @ 10:56 am
¿Eternidad temporal futura? No se si te refieres a una segunda vida de la clase que sea. Ya me contarás a qué te refieres. Conozco a una persona que está convencida de que se reencarnará en algún bicho o animal o planta o qué se yo. Si es feliz con ello, enhorabuena.
En cuanto al título del artículo se me ocurre que en vez de «chocará» debiera decir que se integrará, porque creo que habrá, si los hay, pocos choques entre sus estrellas, ya que las distancias entre ellas son enormes comparadas con su tamaño -diría que como las moléculas en un gas muy, muy difuso-. Por otra parte, creo que no tiene un agujero negro en su centro, así que, como dice el artículo, el nuestro se le tragará tanta materia como se le acerque lo suficiente lo cual le hará mucho más activo pues, de momento, y hasta que ese llegue parece que ya se ha llenado la tripa con la materia de la zona que ocupa en la Vía Láctea.
Hasta dentro de dos millardos -o más-, amigo «petrus», si no nos vemos antes, que quién sabe; a lo mejor tengo suerte.
domingo 6 enero, 2019 @ 1:09 pm
Estimado Tomás: Puesto que ahora hay algo, siempre lo ha tenido que haber, por el axioma ese de que de donde no hay no se puede sacar, luego desde «entonces» hasta ahora ha pasado media eternidad… gráficamente, de menos infinito hasta el origen cero del momento presente ( tiempo en x x´)hablando en términos temporales bigbaneros o no, ¿ no?. Así que nos queda por acotar lo inacotable, el intervalo ( 0, más infinito), del eje tiempo. Y ahí es donde espero poder saludarte de nuevo, algún otro día de Reyes. :) :) :). Y a los demás .
lunes 7 enero, 2019 @ 10:03 am
A ver, amigo «petrus», que el infinito no puede tener mitades. No se puede ni pensar en estar en medio del infinito, como ni al principio ni al final.
En cuanto a lo del Big, podemos tomarlo como una teoría de la que desconocemos muchísimo; es decir que pudo haber una gran expansión-transformación de algo ya existente; creo que esto concordaría con lo que dices y con podría interpretarse así lo observado. También yo pienso que de la nada, nada puede salir.
Y respecto a lo de saludarnos, mi esperanza es la de poder hacerlo personalmente. Y no solo es mía.
lunes 7 enero, 2019 @ 12:59 pm
Algunos infinitos, como el que cito, el eje xx´ expresa muy bien lo que quiero decir: el conjunto de los números enteros sería una buena imagen, con el 0 señalando esa hipotética mitad. Y siendo la dimensión tiempo algo semejante si la visionamos como: antes de , ahora y después de…, pues eso. Sin entrar en detalles, que los infinitos son muy traicioneros… y ni siquiera sabemos cuándo o dónde se originó la dimensión tiempo, solo sabemos que, S.Hawking dixit, lleva una flechita incorporada.
lunes 7 enero, 2019 @ 6:11 pm
¡ Que lástima no estar aquí cuando se produzca ese Apocalípsis!
‘Nada es para siempre.Ni siquiera el Universo’ Esto, sencillamente, no lo sabemos.Por tanto no podemos decir que el Universo no es para siempre.Es capaz de resurgir de sus propias ‘cenizas’ como aventuran algunas teorías cosmológicas. Tampoco podemos decir que vaya a ser para siempre. Lo cierto es que no conocemos mucho del Universo pero por lo que sabemos sospechamos que es algo mucho más extraño de lo que podamos llegar a imaginar.
Me parece captar lo que quiere decir Petrus, ¿ qué diantre sabemos, certeremente, de lo que pueda suceder de aquí a 2000 millones de años?
Como especie humana tal y como somos ahora mismo,me temo que no existiremos.Pero quizá ‘otras cosas’ mitad máquina, mitad humano, pueda ser, si los humanos aguantamos 200 años más.
martes 8 enero, 2019 @ 12:02 pm
Que no, «petrus», que el cero no está en la mitad de nada, ni siquiera en la mitad de los positivos y los negativos, porque puedo establecer una correspondencia perfecta entre el -6 y el 0, el -7 y el 1, etc…y entonces esa «mitad», que tampoco lo sería, estaría en el -3. Y tampoco el ahora, el presente, es mitad alguna, porque también hubo presente consciente con alguno de los primeros Homo. Pero sí, los infinitos son muy traicioneros.
domingo 13 enero, 2019 @ 9:07 pm
Tiene razón Tomás, los infinitos son intratables. Hay álgebra de infinitos pero porque hay infinitos de diferentes clases, alef cero alef uno y todas esas cosas que parecen sacadas de Borges, pero revolver en las tripas de cada infinito no tiene sentido. Es todo una plasta, como la mecánica cuántica, no se deja trocear.
Respecto a nosotros, creo que se va, en nuestra cultura y civilización, imponiendo una visión más realista y correcta de nuestra posición (y va a ser que por la ciencia, no por nuestros delirios culturales), hemos pasado de un individualismo demencial, con raíces muy firmes y exacerbado por la expansión de nuestro actual sistema social (dime qué quieres justificar y te diré a qué hora explota todo), a percibir correctamente que incluso como individuos posiblemente sea imposible nuestra supervivencia fuera del entorno natural donde hemos evolucionado, en plata: olvidándose de naves espaciales más allá de viajes de ida y vuelta y bases tipo Antártida, y ni digamos colonizar nada. Tendríamos que llevarnos la Tierra con nosotros, algo que no podemos hacer (ni sabemos siquiera), y que tampoco tiene mucho sentido. En realidad ya estamos en una nave espacial.
En cuanto a la forma de ver el universo, eso también es herencia de todos los seres que han estado en el camino hasta llegar a nosotros. Lo que tenemos, como decía Sagan, es un legado, adonde eso pueda ir o no ir, es claro que no tenemos el más mínimo indicio, y nuestra imaginación no pueda construir fuera de lo que ya conoce. En realidad también, ya hace mucho dentro de sus limitaciones.
Respecto a la colisión, supongo que puede llamársela así porque aunque físicamente no habrá tal cosa en el sentido de objetos físicos colisionando cual bolas de billar, lo que sí habrá es una disrupción masiva de estructuras orbitales, a fin de cuentas cuando dos coches chocan los átomos tampoco llegan a tocarse, no se tocan nunca excepto en reacciones nucleares, pero las estructuras de las que forman parte quedan que ni pintadas, y más o menos es lo que va a pasar. Dando por bueno que todo lo que sabemos es correcto y no se nos está pasando nada por alto. Que nunca se sabe. De todos modos, no creo que sea para tanto. La fiesta será con Andrómeda.
Dicho todo lo cual, 2,4 millardos de años es más o menos la mitad del tiempo de existencia de este planeta. En aquel calendario cósmico de Carl Sagan, si ahora estamos en enero, estamos hablando de julio. No sé si es cultural y/o biológico, pero tiene que ser un problema muy gordo para que preocupe al individuo sigma más menos típico, y desde luego no preocupa en absoluto si no vamos a estar aquí en julio. Siempre hablando del individuo típico. Por decir algo, tampoco creo que en Kuala Lumpur estén muy preocupados por qué va a pasar con la mezquita de la calabaza cuando Australia impacte contra Thailandia y recicle toda Malasia-Indonesia a Himalaya 2.0 (más propiamente, n.0), y eso que es algo que sucederá muchísimo antes, en una semana o así me temo.
Del calendario de Sagan, claro.
lunes 14 enero, 2019 @ 10:38 am
En efecto, Dr. No podremos prescindir de la Tierra. Todo lo demás son terribles sueños de Goya, aunque la imaginación de futuras colonias sea incluso bonito. Pero dibujar cosas bellas es sencillo; lo difícil es vivirlo o incluso solo intentarlo. Ya lo dijo concretamente nuestro pintor: «El sueño de la razón produce monstruos».