NeoFronteras

Plantar árboles es la solución

Área: Medio ambiente — domingo, 7 de julio de 2019

La plantación masiva de bosque es la mejor solución al cambio climático, además de proteger la biodiversidad.

Foto

Muchos resultados se han descrito sobre el cambio climático que no dejan la menor duda de su realidad y de la culpabilidad de las emisiones del ser humano.

Los humanos hemos añadido 300 Gigatoneladas de carbono a la atmósfera desde el siglo XIX. Al ritmo actual es fácil que la temperatura media global suba 1,5 grados centígrados para 2030. El IPCC recomienda en su último informe que la subida de temperatura se estabilice en 2050 a esos 1,5 grados de más si no queremos vernos en graves dificultades.

Sin embargo, pocos estudios se hacen sobre cómo evitar este calentamiento global. Ahora se publica un artículo en el que se sostiene que la manera más eficaz de combatir el cambio climático es plantar árboles. Un billón de ellos en concreto, lo que da para cubrir una extensión de 9 millones de kilómetros cuadrados. Esto representa, aproximadamente, el área de EEUU, pero no afectaría la producción de alimentos.

El estudio tiene en cuenta el tipo de suelo, clima y las especies de árboles más propicias para este menester.

Calculan que a lo largo de varias décadas esos árboles secuestrarían 750 000 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono, que son las emisiones humanas de los últimos 25 años, unas 200 Gigatoneladas. La ventaja es que los árboles absorben rápidamente del aire el dióxido de carbono cuando son jóvenes. Según los autores, el beneficio sería mayor en los trópicos.

El proyecto no sería barato, pues calculan que, asumiendo que el coste de plantar cada árbol es de unos 0,3 dólares, el costo total sería de 300 000 millones de dólares.

«Esto es, de lejos, por miles de veces, la solución al cambio climático más barata y la más efectiva», afirma Thomas Crowther (Instituto Suizo Federal de Tecnología de Zurich).

Las seis naciones con más capacidad para acoger esta plantación masiva de árboles son Rusia, EEUU, Canadá, Australia, Brasil y China. Muchas de ellas son también responsables de grandes emisiones de gases de efecto invernadero.

Antes de este estudio Crowther pensaba que la forma más efectiva de evitar el desastre climático, además de cortar las emisiones, era que la población mundial se pasara a un dieta vegetariana. Pero ahora cree que la forma más efectiva es la plantación de árboles, ya que retiran dióxido de carbono que ya está en la atmósfera.

Además de evitar el cambio climático, este tipo de iniciativa ayudaría a la pérdida de biodiversidad, por lo que se matarían dos pájaros de un tiro.

Aunque, los autores advierten de que esta solución lleva aparejada implícitamente una sustitución a la quema de combustibles fósiles. «Nada de esto funciona sin cortar las emisiones», dice Crowther. «Es, ciertamente, un desafío monumental, que es exactamente la escala del problema del cambio climático», añade.

El problema es que, según la Tierra se calienta, especialmente en los trópicos la cubierta de bosque se pierde. Además, Jean-Francois Bastin estima, a través de 80 000 fotos de satélite, que incluso hay espacio para plantar 1,5 billones de árboles sin que se resientan las áreas de cultivo para la gente.

Estos árboles se añadirían a los 3 billones de árboles que ahora en la Tierra.

No es realista pensar que todo el mundo se ponga súbitamente a plantar árboles a no ser que muchos grupo hayan empezado ya la tarea.

No es el único artículo al respecto publicado esta semana. Otro grupo de investigadores llega a la conclusión de que la restauración de 100 millones de hectáreas de bosque tropical en Sudamérica, África y Asia permitiría proteger a multitud de especies en peligro de extinción, mitigar el cambio climático y asegurar el suministro de agua potable. Los países africanos más propicios para este proyecto serían Ruanda, Uganda, Burundi, Togo, Sudan del Sur y Madagascar. En Asia serían India y los países del sureste asiático como Indonesia. En América Colombia y Brasil.

Soluciones hay, lo que de momento no parece haber es voluntad política para implantar estas soluciones.

Copyleft: atribuir con enlace a htpps://neofronteras.com

Fuentes y referencias:
Artículo original I.
Artículo original II.
Foto: NeoFronteras.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
Compartir »

15 Comentarios

  1. petrus:

    El impuesto o la tasa ambiental: cada ciudadano adulto debe plantar en las áreas destinadas a ese efecto, un árbol semanalmente, es decir, unos cincuenta al año. Si somos cinco mil millones de adultos en el mundo,5x10E9, plantaremos, a lo largo de un año, en cincuenta semanas, la espectacular cantidad de 2.5x10E11 arbolitos… lo que significa que en solo cuatro años completamos el objetivo del billón. Solo queda ponerse a ello. Hace años, en los pueblos hispanos, si había que hacer una obra común, se convocaba a los vecinos a hacerla «a vereda» , es decir, arrimando el hombre y gratis. Y se hacían.

  2. Miguel Ángel:

    Teniendo en cuenta que es una actividad que puede ser considerada lúdica, bastaría con que los expertos planeasen qué especies y en qué zonas plantar y después podría funcionar el plan que propone el amigo Petrus cuesta abajo y sin frenos. Recordando, como hemos hecho en otras ocasiones, los beneficios que reportan para la salud, para la biodiversidad, e incluso para los campos de cultivo adyacentes.

  3. tomás:

    La solución del artículo es obvia, elemental, intuitiva, pero hay que dejar de fumar, claro. Si seguimos quemando hasta que se agotan todos lo combustibles fósiles, nada será bastante. El aporte de «petrus» con el aval de Miguel y, por supuesto, el mío, ayudará mucho si se consigue. ¿No sería bueno involucrar a Greenpeace en tan magnífico proyecto? O podríamos hacer una carta de esas en las que se apunta la gente para Amnistía Internacional. Es que yo no sabría hacerlo solo, pero si le ponemos ilusión al tema, igual lo sacábamos adelante.
    Ahora bien, puesto que la mayor captura la hacen los árboles jóvenes, propongo que se vayan cortando cuando han dejado de crecer y se piense en una manera de usar esa madera, que es un depósito de carbono a largo plazo, por ejemplo en la construcción, mediante algún tratamiento que la haga útil para obras importantes, con lo que ahorraríamos parte de la polución debida a la fabricación de cemento.
    Brazos a ambos.

  4. petrus:

    La mejor forma de mantener al carbono controlado es incorporarlo a la materia viviente, o sea, aumentar la masa de seres vivos. En épocas pretéritas, la naturaleza escondió el carbono sobrante ( había demasiado) en sedimentos, rocas calcáreas, yacimientos petrolíferos y minas de carbón, por ejemplo, pero nuestra curiosidad y nuestra ciencia lo han devuelto a la atmósfera. Y ya que lo hemos desenterrado, no nos queda otra solución que darle un empleo que produzca alguna utilidad… y los árboles son una buena solución, mejor dicho, serían una buena solución.

  5. tomás:

    No discutiremos por eso, amigo «petrus». Lo que pasa es que, algún día, el árbol muere y se descompone en el suelo. Bien que gran parte se aprovecha en vidas de otros seres, pero no puede evitarse que una fracción del carbono de su celulosa vuelva a la atmósfera. Mi propuesta aceleraría la captura de carbono puesto que el árbol lo precisa para crecer. Cuando el crecimiento ha cesado, el guardar de algún modo el carbono y plantar otro árbol que va a capturar más que aquel que acabaría cayendo no es más que acelerar mucho el proceso. De todas formas, como puedes imaginar, respeto tu opinión.
    Un abrazo.

  6. bpico:

    A mi lo que me parece sorprendente, y preocupante, es que se necesite un estudio académico, con todo y su protocolo de difusión, revisión y debate para afirmar algo tan obvio sobre el problema más acuciante que tenemos como especie: el exceso de carbono en la atmósfera ocasionado por haberlo desenterrado tan rápidamente. Obvio que la forma más eficiente de capturar C es sembrando árboles, y que una vez cesa su crecimiento, se cortan, se convierten en productos de madera y se sigue plantando árboles. Hasta suena bien desde el punto de vista capitalista.

  7. Dr.Thriller:

    Lo primero es cortar el cáncer, es decir, el modelo social que tenemos. Eso va a implosionar solo, es ya imparable y además están quemando tiempo, acelerándolo en vez de ganarlo. Una vez que se implote gran parte del consumo simplemente va a colapsar, por no decir la aplastante mayoría. No se produce si no hay retorno. Que la expansión forestal sea una solución es una esperanza porque a medio plazo vamos a disponer de menos recursos, no de más. No sé hasta que punto una reforestación puede ser viable si asistimos a una desurbanización abrupta, pero seguro que a alguien se le ocurren cosas.

    Que apenas 9 Mkm² basten indica la enorme resiliencia del planeta. Eso significa que el doble da más respiro. No es ningún disparate, el suelo de uso agrícola en Hispanistán si mis datos no fallan oscila entre 50.000-100.000 km² (incluyendo plantaciones de frutales), hay un abandono de enormes extensiones de suelo sometido a erosión. En EEUU podrían reforestar perfectamente al menos 3 de esos 9 millones.

    En mi opinión también se requerirá hacer algo (mucho) en los mares, costas y ámbitos fluviales. Pej., los embalses hidroeléctricos no tienen nada de ecológico, y convenía desmantelar unos cuantos. Lo digo porque no se pueden recuperar grandes masas boscosas habiendo convertido ríos y acuíferos en cloacas.

  8. petrus:

    Estupendo. Convertimos al planeta en un bosque inmenso, disponemos de gran cantidad de oxígeno, se modera el calentamiento global, pero hemos de calentarnos en invierno y mover nuestras máquinas. Quemar carbón o sus compuestos fósiles estará mal visto. Eso implicará tener que quemar madera, supongo, y quemar la producida por esos bosques, lo que será inadmisible. Nuevo problema: necesitamos enorme cantidad de energía limpia… La solución siguiente ( de la final no tengo ni idea) es o el Hidrógeno o la central nuclear bien diseñada y segura. Y sin olvidar que el H es reciclable y que disponemos de un cementerio nuclear perfecto, difícil de colmatar a medio y muy muy largo plazo: el propio sol. ¿ Dos soluciones para un único problema ?

  9. Dr.Thriller:

    El Sol no sirve como vertedero porque mandar las cosas allá, por mecánica orbital, requiere tal cantidad de energía que es absurdo. En realidad, el problema de los residuos nucleares es paradigmático: de todos los residuos que producimos, en número son los menos y con diferencia (y sí, son peligrosos, pero hay cosas peores), es decir, se podrían guardar todos en alguna parte centralizada en este planeta y con un margen aceptable de seguridad. Barato tampoco es porque el transporte cuesta y para este tipo de cosas, más. Pero es factible y energéticamente viable.

    En otro sistema social, porque en este, naranjas de Zhongguo. O Chungkuo. As you like it. Y digo paradigmático porque con los residuos se hace lo mismo, con todos sean los que sean. Hay una historia apócrifa sobre una visita se un ministro soviético a Londres donde pretendían enseñarle las ventajas en eficiencia del sistema capitalisti vs. el centralismo moscovita, y la apócrifa historia se centra en las panaderías (en otras versiones hay de todo), indicando que no es necesario un sistema centralizado porque la «iniciativa privada» funciona mejor. Pasando por alto que la «iniciativa privada» es igual de (o más) centralizada, sólo que con otro reparto de pastel, la historia termina con el sovietita preguntando, «ya, y la basura, quién la gestiona». La historia es tan apócrifa como la del Gran Jefe Seattle porque la URSS producía y desparramaba idénticas e ingentes cantidades de basura.

    Todo es marear la perdiz. Occidente, ahora incluida Rusia, envía literalmente montañas de basura al Tercer Mundo para que se la guarden, recientemente hemos visto el pollo entre Indonesia-Filipinas-Papúa NG y Canadá porque no quieren más caca. Es que China antes también se la quedaba pero desde hace unos meses se están poniendo bordes con tanto necio que se sigue creyendo que aún pinta algo geopolíticamente hablando. Pero el dato es que Canadá, con 25 millones de habitantes y 9 millones de km², envía montañas de basura a quien se las recoja.

    Es de cajón que esto se tiene que acabar. Calentarse en invierno es perfectamente asumible (sobre todo si bloques de calefacción central no abren las ventanas en pleno invierno porque no aguantan el calor). Media tonelada de RSU por paisano y año, con su impacto CO2, incluyendo llevarlos de paseo ida y vuelta por el Pacífico cuan ancho es (plus Canadian Railways), o sea, no.

    Por cierto, en Canadá que se van de guays y civilizados y liberales, se han pulido 3 Hispanistanes en bosques, y lo que te rondaré morena. Digo porque ya de despellejar, pues al completo.

  10. tomás:

    En efecto, la desforestación a mansalva, tanto en Canadá como en otros lugares es bestial. Ante eso ¿qué hacer? Es consecuencia de la ambición humana que no tiene más límite que el agotamiento del bien del que se trate. Isla de Pascua: la última palmera la encontró uno y la cortó para llevársela: era un tesoro (pura imaginación mía).

  11. Miguel Ángezl:

    Pues también muy oportuno que hables de Canadá y desarrollismo, porque ha crecido económicamente a un ritmo que es la envidia del resto. No sabía que han destrozado tanto bosque, pero sobre rutas comerciales chiripitiflauticas, creo que lo del iceberg que se van a llevar hasta Emiratos va en serio, aunque probablemente no sea nada comparado con las fanfarronadas, por parte de unos y otros países, que se verán en la década de los 40 y siguientes.

    Electrofanfarronicos abrazos.

  12. Miguel Ángezl:

    Uy!, no me ha aparecido tu mensaje hasta después de enviar el mío, de modo que mi 11 iba dirigido a nuestro Dr. Pero los abrazos, para ambos.

  13. tomás:

    Sí, yo no sabía si te referías a él o a mí. De todas formas así aprovecho para comentar que en Borneo ha habido años en que su tala ha sido superior a la de Sudamérica y África juntas y que gran parte de su superficie ha sido sustituida para plantación de palma, con lo que tanto su flora como su fauna originales se han aniquilado en esas zonas. Esperemos que la isla no acabe como Haití o Madagascar.
    Algo que no me explico es cómo, conociendo los perjuicios de consumir aceite de palma, no se toman medidas administrativas que, en todo caso promoviesen el consumo del aceite de soja, que por lo que he leído compite en calidad con el de oliva. Supongo que debe ser porque su rendimiento por ha ha de ser mayor, pero en ese tema creo que nuestro «petrus» podrá asesorarnos.

  14. petrus:

    Lo que está claro es que, entre tanto pesimismo arboricida , y desde el punto de vista de la biología, somos una especie que ha tenido tal éxito que está desplazando y agotando a «otras muchas», incluidas las vegetales,(había escrito «todas», pero he recordado las noticias aparecidas estos días sobre los progresos de la cucaracha como vencedora absoluta en cualquier torneo de supervivencia). Por eso, últimamente, no se si como penitencia o como compensación, entierro semillas sobrantes, recojo los renacuajos que arrastran las aguas de riego, coloco peces en los aljibes para evitar larvas de mosquito y hasta me compadezco de algún que otro caracol ahogándose en un charco. Me estoy volviendo urbanita. Todavía no llego a abrazar a los osos blancos como propugnaba cierta periodista ante la perspectiva de viajar por la tundra, y armada con rifle obligatoriamente, pero todo llegará si la cosa sigue empeorando, como pudiera ocurrir si se cumple una de las más disparatadas leyes de Murphy: si algo es susceptible de empeorar, lo hará. Y sobre el aceite de palma, creo que ya está en el ojo del legislador y han empezado a cambiarlo por el de girasol en algunos productos ( es lo primero que miro en mis galletas… ). Y me alegro por los orangutanes, los de Borneo al menos.

  15. tomás:

    Pero «petrus», si eres envidiable, ¡qué vas a estar convirtiéndote en urbanita! Pero no alcances el valor de la periodista a la que te refieres, no cosa te sucediera lo que a Favila. De todas formas, sigue así, que me parece que eres de los pocos -si no el único- compañero campestre, y que disfrutas con ello. Por mi parte y desgraciadamente, he de reconocerlo, no soy aficionado al campo -¡una pena!-, aunque sí de crío. Pero es que los mosquitos me aterran. Tampoco me gusta la gran ciudad, ni la mediana. Del Cambrils donde vivo, me sobra la mitad. Pero, bueno, basta de hablar de mí.
    Un abrazo.

RSS feed for comments on this post.

Lo sentimos, esta noticia está ya cerrada a comentarios.