Consecuencias de la acidificación del agua
Las conchas de algunas especies de foraminíferos son un 75% más delgadas que sus homólogas de hace 150 años.
A veces la ciencia rinde sus frutos incluso siglos después de que se realizaron los experimentos o exploraciones.
La expedición realizada por la corbeta HMS Challenger fue una misión científica británica que recorrió 127 580 km. Los científicos de a bordo efectuaron la primera gran campaña oceanográfica mundial entre diciembre de 1872 y mayo de 1876. Entre otras cosas tomaron muestras de los distintos océanos del mundo. Los científicos realizaron 492 sondeos en aguas profundas, 133 dragados, 151 lances en mar abierto y 263 series de tomas de temperaturas del agua. La misión consiguió numerosos descubrimientos y se logró catalogar unas 4717 especies animales desconocidas hasta ese momento.
También llevó al descubrimiento de nuevos datos sobre oceanografía, como los los de temperatura, salinidad y densidad del agua del mar. Aunque no consiguieron descubrir los mecanismos de la circulación oceánica como esperaban.
Además permitió tener una idea más precisa de los fondos marinos y de las grandes cuencas oceánicas. De este modo, se descubrió la fosa de las Marianas y la dorsal mesoatlántica.
Entre otras cosas consiguen ejemplares de foraminíferos, que son seres unicelulares recubiertos por una concha minerlaizada y que se conservan en el Museo de Historia Natural de Londres.
Estos especímenes son los que recientemente ha estudiado Lyndsey Fox (Kingston University) y colaboradores lo que les han permitido encontrar pistas sobre el cambio climático y la acidificación de las aguas marinas desde entonces.
Las conchas de estos seres son ahora mucho más finas que entonces, lo que nos da una idea de la dificultad que tiene los foraminíferos actuales para adaptarse a unas aguas cada vez más ácidas y cálidas.
Como ya todos sabemos, nuestro consumo de combustibles fósiles está produciendo grandes emisiones de dióxido de carbono, que es un potente gas de efecto invernadero. Afortunadamente, gran parte de este gas se disuelve en el agua marina, pero no desaparece. Allí forma ácido carbónico que reduce el pH. Esta acidificación afecta a los seres que necesitan formar estructuras calcáreas, como puedan ser los corales, los bivalvos o los foraminíferos. Hace ya años los cultivadores de ostras de algunas regiones tiene problemas a la hora de que se desarrollen las ostras cuando son pequeñas por culpa de esta acidificación.
Sin embargo, casi todos los experimentos realizados sobre este problema se remontan hasta hace unos pocos años, que es cuando se tuvo conciencia del problema. La posibilidad de analizar muestras de hace casi 150 años ha permitido a Lyndsey Fox ver cómo ha afectado realmente esta acidificación a la vida marina desde el siglo XIX, cuando la sociedad industrial estaba en sus comienzos.
Para la comparación se usaron especímenes de Neogloboquadrina dutertrei y Globigerinoides ruber recolectados en 2011 durante la expedición Tara al Pacífico. Se comparó el grosor de las conchas de estas especies con las de la expedición Challenger que se guardan en el Museo antes mencionado. Muestras de las que además se tienen la localización de donde fueron tomadas.
La tomografía computacional permitió recrear imágenes 3D de las conchas, que tienen sólo 1 mm de tamaño (ver imagen de cabecera).
Los científicos implicado han descubierto que las conchas de los especímenes modernos son un 76% más finas que su análogos del XIX. En algunos casos eran tan finas que ni siquiera se podía obtener imagen de algunas de sus partes. «Me impactó ver lo dramático de estos resultados para algunas especies», dice Fox.
La culpa principal del problema estaría en la acidificación del agua, pero también habría otros factores, como unas aguas más cálidas y una menor cantidad de oxígeno disuelto.
Los investigadores implicados esperan hacer este mismo tipo de estudio con diferentes especímenes y especies de diversas localizaciones. Hay miles de contenedores con muestras almacenadas en el museo que lo permiten, incluso dan para más de una vida de investigador.
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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Imagen: L. Fox y colaboradores, Scientific Reports (2020) 10.1038.
4 Comentarios
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lunes 17 febrero, 2020 @ 11:09 pm
Los comentaristas habituales ya sabrán que una noticia como esta no tiene nada de banal. No debe quedar sin comentarios.
Los foraminíferos se encuentran en la base de la cadena alimenticia de los océanos, de modo que su desaparición, implicaría la muerte de muchos otros seres vivos, incluidos peces y crustáceos que nos sirven de alimento.
Otro resultado de la plaga humana es que en el agua del océano hay cada vez más bacterias. El aumento de bacterias perjudica a multitud de seres vivos, empezando por las algas y microalgas y ocasiona un gran empobrecimiento de los ecosistemas. Las medusas son de los pocas especies que se ven beneficiadas por este aumento de bacterias y ese motivo de que hayan aumentado tanto en las últimas décadas.
miércoles 19 febrero, 2020 @ 11:01 am
El artículo nos muestra una faceta más de nuestra humana influencia perniciosa en todos los ámbitos, en todos los medios: el marino en este caso. Parece incomprensible el negacionismo, a no ser que se deba a una ignorancia difícil de imaginar, porque las pruebas son tan evidentes en tal cantidad de aspectos que no hay prueba en contrario. No veo alguna señal de que podamos alcanzar un equilibrio verdaderamente sostenible. ¡Con qué engaño se nos dice: esto es sostenible, o renovable, o ecológico! Se han convertido en palabras políticas, y ya sabemos que lo político es engañoso.
domingo 1 marzo, 2020 @ 7:23 pm
O ni siquiera palabras: el negacionismo se sigue sustentando entre los partidos más conservadores (Vox, Bolsonaro, Trump…).
Y otros negacionismos: un defensor de la Tierra plana se ha llegado hasta el más allá en un intento de demostración.
https://www.ultimahora.es/sucesos/ultimas/2020/02/23/1143841/muere-mike-hughes-tras-lanzarse-cohete-casero.html
El Homo sapiens sapiens requetesapiens, siempre en riesgo de reventar de sabiduría.
lunes 2 marzo, 2020 @ 12:34 pm
Bueno, ya se dice que lo del terreplanismo era una excusa para el famosismo. No debemos entretenernos el estupideces elementales.