NeoFronteras

El calentamiento global y los colibríes

Área: General,Medio ambiente — martes, 7 de junio de 2022

El aumento de las temperaturas supondrá una desafío para algunas poblaciones de colibríes, pues no podrán evitar sus consecuencias subiendo a una mayor cota de altura en ecosistemas de montaña debido a la menor densidad del aire.

Foto

Este sitio web echo a volar un junio de 2005 con una noticia acerca del vuelo del colibrí, así que esta ave es así como una mascota para este blog. De vez en cuando se coloca alguna noticia sobre estos maravillosos animalitos.

Todo aquel que haya visto en directo un colibrí se queda fascinado, pero estas especies, como muchas otras están en peligro. Este mundo dentro de poco se convertirá en un erial.

Una de las razones de que estemos exterminando especies son nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono proveniente de la quema de combustibles fósiles. Acabamos de alcanzar las 421 ppm de este gas, niveles de hace 4,5 millones de años, cuando el mundo era muy distinto al actual. Como referencia, recordemos que los niveles de este gas eran de 280 ppm antes de la revolución industrial. Fue en 2015 cuando alcanzamos las 400 ppm, así que vemos claramente un crecimiento exponencial de estas emisiones. El consenso científico sostiene que el umbral a partir del cual el clima comienza ser inestable es de 350 ppm.

El problema es que la evolución no opera a escalas de tiempo tan rápidas, por lo que los seres vivos no tienen tiempo de adaptarse. La esperanza es que algunos puedan emigrar hacia territorios más fríos. Esto es imposible en algunos casos, al habitar islas y otros ecosistemas, pero también en el caso de especies como los árboles, que emigran de una manera muy lenta, pues nacen y mueren en el mismo sitio.

Una de las manera en las que ciertas especies se pueden salvar es si viven cerca de montañas. Como la temperatura se reduce con la altura, ciertos animales puede subir los metros necesarios para tener la temperatura adecuada. Es aquí en donde aparece nuestro amigo el colibrí.

Cualquier animal que asciende una montaña experimenta dos cosas: el aire se vuelve más tenue y más frío. Esto es particularmente problemático para las criaturas que luchan por mantenerse calientes cuando además hay menos oxígeno disponible, pero puede ser beneficioso para los que huyen de las altas temperaturas del cambio climático.

Para los animales diminutos con los estilos de vida de alto consumo de calorías, como los colibríes, el desafío de reubicarse en niveles más altos para evadir el cambio climático pueden ser excesivo. Es el caso de los colibríes de Anna (Calypte anna), que se sienten cómodos hasta altitudes de 2800 m, pero no más allá.

Austin Spence (Universidad de Connecticut) y Morgan Tingley (Universidad de California, Los Ángeles) tenían curiosidad por saber cómo se originaron los colibríes desde cerca del nivel del mar y cómo se las arreglan aquellos que viven en el extremo más alto de esta gama de alturas. ¿Como se las apañarían cuando son transportados muy por encima de su hábitat natural a una altitud de 3800 metros?

Publican en Journal of Experimental Biology que estas aves a esa altura luchan por mantenerse a flote y sufren una caída en su tasa metabólica del 37%. Además se vuelven más aletargadas durante la mayor parte de la noche para conservar energía. Esto implica que es poco probable que puedan puede trasladarse a altitudes más altas, por lo que se extinguirán cuando la temperatura suba si no encuentran otra vía de escape.

Para averiguar todo esto, Spence atrajo a los animales hacia una red para atraparlos. Lo hizo desde sitios a 10 m sobre el nivel del mar (Sacramento, CA) hasta a 2400 metros (Mammoth Lakes, CA). Luego él y Hannah LeWinter (Humboldt State University, EE. UU.) transportaron a estos pájaros a un aviario en el oeste de California que está a 1215 metros. Una vez que las aves habían pasado unos días en su nuevo hogar, los científicos instalaron un pequeño embudo en el que las aves podían insertar sus cabezas mientras revoloteaban para que así pudieran beber un jarabe dulce. Midieron el consumo de oxígeno de las aves, que permite calcular su tasa metabólica. Además, también midieron la producción durante la noche de CO2 del colibrí, que es otra medida de la tasa metabólica. Estos animales permiten que su metabolismo caiga cuando duermen, lo que constituye una forma de mini-hibernación para conservar energía.

Más tarde trasladaron a las aves a una estación de investigación cerca del pico del Monte Barcroft (3800 metros) en California donde el aire es menos denso, lo que implica un 39% menos de oxígeno, y es 5 C más frío. Al cabo de cuatro días volvieron a medir las tasas metabólicas de las aves mientras revoloteaban y con qué frecuencia y profundidad las aves entraban en letargo mientras dormían.

A pesar de que los colibríes debían realizar más esfuerzo para permanecer en el aire a 1000 metros por encima de su área de distribución natural, las aves en realidad experimentaron una caída del 37% en su tasa metabólica. Y cuando el equipo comparó la energía utilizada por las aves que se originaron cerca del nivel del mar y desde el extremo superior de alturas, todas lucharon por igual en la cima de la montaña.

«En general, estos resultados sugieren que la baja presión del aire y la disponibilidad de oxígeno pueden reducir el rendimiento de vuelo estacionario en los colibríes cuando se exponen al desafío agudo de las condiciones de gran altura», dice Spence.

Además de luchar para volar, las aves recurrieron a disminuir su tasa metabólica y se volvieron aletargadas durante períodos más prolongados durante la noche, pasando más del 87,5% de la noche en letargo. Esto significa que incluso si son de un lugar cálido o frío, usan el letargo cuando hace mucho frío, lo cual les beneficia.

Cuando el equipo verificó el tamaño de los pulmones de los animales, para así averiguar si las aves que se originaron en altitudes más altas tenían pulmones más grandes para compensar su escaso suministro de oxígeno, descubrieron que no fue así. No obstante sí tenían corazones más grandes para hacer circular el oxígeno por el cuerpo.

¿Qué significa esto para el futuro de los colibríes a la luz del inevitable cambio climático? Spence sostiene que sus resultados sugieren que la menor disponibilidad de oxígeno y la baja presión del aire pueden ser desafíos difíciles de superar para los colibríes, lo que significa que las aves probablemente tendrán que trasladarse al norte en busca de climas más fríos en lugar de subir a las montañas.

Copyleft: atribuir con enlace a https://neofronteras.com

Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Unsplash/CC0 Public Domain.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
Compartir »

2 Comentarios

  1. tomás:

    El artículo escribe la solución de desplazarse hacia el norte, pero los colibríes habitan todo el continente americano y, pera su desgracia, están muy especializados, cada especie en su plata -o en su flor-, de marera que, dado que a la planta le resulta imposible trasladarse, aunque ellos pudieran ir hacia un menor calor -hacia el norte o hacia el sur- perderían su fuente de alimento. Los simpáticos pajarillos afrontan un muy difícil futuro, como innumerables otras especies. Lo que sucede es que su belleza, sus preciosos coloridos y el ser algo así como la mascota de nuestra querida página, nos hace penar más por ellos.

  2. Miguel Ángel:

    Hoy he sentido también ese pesar al leer dos títulos de libros para niños sobre calentamiento global: «Monstruos verdaderos amenazan el planeta» y «Mamá se va a la Antártida».

RSS feed for comments on this post.

Lo sentimos, esta noticia está ya cerrada a comentarios.