Sobre el Burgess Shale galés
La fauna cámbrica se prolongó en el tiempo y algunas especies sobrevivieron hasta la siguiente era geológica.
Algo maravilloso ocurrió hace entre 540 y 485 millones de años, durante el período Cámbrico. En ese periodo surgieron tantas formas de vida animal nuevas y complejas que los paleontólogos hablan de la Explosión Cámbrica. Entonces aparecieron todos los planes corporales que rigen hoy en día.
Sin embargo, hace 400 millones de años, casi todas esas especies desaparecieron, supuestamente reemplazadas por los ancestros de la mayoría de los animales modernos. Ha habido pocas pistas sobre lo que sucedió en el medio, pero los fósiles de hace 462 millones de años descubiertos recientemente en una cantera en el centro de Gales están llenando ese vacío.
Estos fósiles galeses, entre los que hay especímenes hermosos, revelan que algunas formas de vida del Cámbrico se mantuvieron durante millones de años más de lo que los paleontólogos habían pensado antes de extinguirse, y que ciertas clases de animales modernos comenzaron antes de lo esperado.
Muchos investigadores habían asumido que las criaturas del Cámbrico se habrían extinguido mucho tiempo antes que la época en la que los animales que dieron lugar a estos fósiles galeses estaban vivos.
Los paleontólogos Joe Botting y Lucy Muir descubrieron Castle Bank, el sitio en donde se están hallando estos fósiles, hace una década. Pero en aquel entonces no parecía interesante. La pasada pandemia les impidió viajar y ni siquiera pudieron ir a su trabajo en el Museo Nacional de Gales. Así que se dedicaron a observar con detenimiento el yacimiento. Una estrecha franja de esquisto rebosaba de fósiles, incluidos animales de cuerpo blando bellamente conservados. Fue entonces cuando comenzaron a sospechar que habían tropezado con un yacimiento que podría rivalizar con Burgess Shale en Canadá.
La mayoría de los especímenes eran demasiado pequeños como para ser analizados bien sin microscopios de alta potencia, que no tenían en casa. El posterior análisis microscópico de los fósiles del sitio ahora ha revelado tantos detalles que se pueden sacar conclusiones sobre qué comían y dónde y cómo vivían.
Castle Bank tiene fósiles de organismos tanto de cuerpo duro como de cuerpo blando, ya que generalmente no se conservan en el mismo lugar, lo que da una idea de la diversidad que hay.
Hasta ahora, los investigadores dicen que han encontrado 170 especies, pero posiblemente haya muchos más. Aún así, la diversidad actualmente documentada enfatiza la importancia subestimada de ese momento del Ordovícico, que habría sentado las bases para la biodiversidad actual, y del que no se sabe mucho.
Entre los fósiles hay algunas criaturas familiares, incluidos crustáceos y cangrejos herradura, así como esponjas, estrellas de mar y gusanos. Muchos de ellos tenían entonces ya una larga historia y continúan prosperando hasta el día de hoy.
Pero lo más sorprendente es que hay fósiles de criaturas que se creía que habían surgido y desaparecido durante el período Cámbrico, como los opabínidos, que tenían cinco ojos y una probóscide larga o las babosas escamosas denominadas wiwaxídos.
Muchos de los especímenes son notablemente pequeños. La mayoría varían desde el tamaño de una semilla de sésamo hasta el de un borrador de lápiz. Esto podría sugerir que durante ese tiempo hubo una tendencia a la miniaturización de los seres vivos. Incluso se ha sugerido que un artrópodo de seis patas podría ser un ancestro marino de los insectos.
Este yacimiento está proporcionando descubrimientos sorprendentes. Pero, no se ha hecho sino empezar, así que es de esperar que surjan nuevos descubrimientos procedentes de Castle Bank. El tiempo dirá si el yacimiento es comparable a Burgess Shale.
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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Ilustración: CNX OpenStax.
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