Unos pocos egoístas es bueno
En el mundo de las levaduras la presencia de unos pocos seres egoístas en un mar de individuos cooperativos beneficia al conjunto.
En todo tipo de sociedad hay cierto nivel de cooperación y cierto nivel de engaño. Pero aquí entenderemos «sociedad» en su sentido más amplio, desde las colonias de mohos mucilaginosos hasta la sociedad humana.
Una sociedad curiosa es la que pueden llegar a formar las levaduras, sí esos hongos microscópicos que hacen posible el pan, el vino o la cerveza. Se las utiliza como modelo de laboratorio, para estudios sobre genética o incluso en experimentos sobre economía.
Ahora, unos científicos han negado el sentido común sobre la cooperación al poner de manifiesto, al menos en el caso de las levaduras, que la presencia de unos pocos individuos oportunistas o aprovechados hace que el colectivo prospere mejor que sin ellos. De este modo, una sociedad con unos pocos seres egoístas sería más «utópica» (o más eficiente) que una formada enteramente por individuos dispuestos a cooperar. Los investigadores que forman este equipo proceden del Imperial College London, de las universidades de Bath y Oxford y del Instituto Max Planck de Biología Evolutiva. (leer más…)