Actualidad climática
En este artículo se hace un repaso de los últimos estudios realizados sobre cambio climático.
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Podemos empezar el resumen de la actualidad climática de los últimos meses con un curioso estudio [1]. Nick Cowern y Chihak Ahn de Newcastle University (RU) señalan un problema que nadie había notado hasta ahora. Según ellos aunque redujéramos las emisiones de dióxido de carbono como para disminuir su contribución al efecto invernadero no eliminaríamos el riesgo de calentamiento global.
Según los modelos actuales reduciendo las emisiones de CO2 se podría reducir el calentamiento global a partir de 2050. Lo malo es que hasta ahora nadie había tenido en cuenta la disipación de calor que siempre se produce al generar y consumir energía, independientemente de la fuente utilizada para producirla. Es algo que se ve en cualquier curso básico de termodinámica. Según los cálculos de estos dos autores y suponiendo un aumento del consumo de energía del 1% anual (inferior al que se ha dado en épocas recientes) la disipación de calor compensaría la reducción de emisiones de CO2 para 2100. Aunque el efecto no es muy grande ahora crece conforme consumimos más energía.
Bajo este punto de vista la energía solar o eólica se presentan bastante mejor que la nuclear o la térmica con secuestro de dióxido de carbono, ya que la energía de origen renovable termina finalmente disipándose en forma de calor de todos modos se aproveche o no y la energía nuclear añadiría inevitablemente más calor al sistema climático.
Una vez más, aseguran que el calentamiento global es culpa de las actividades humanas. Un trabajo [2] realizado por un grupo de científicos dirigidos por Alexey Karpechko así lo confirma.
El calentamiento provocado por el ser humano debido a las emisiones de gases de efecto invernadero estaba fuera de discusión en las regiones no polares. Sobre éstas zonas polares algunos expertos todavía tenían alguna duda, pero no será así a partir de ahora. Otra vez se descarta al Sol como causante del calentamiento.
Irónicamente el estudio también dice que si la capa de ozono se restaurara el calentamiento sería aún mayor en esas zonas polares.
Disminuye el hielo polar y el de los glaciares
La USGS norteamericana ha realizado un estudio [3] de los glaciares de Alaska y al parecer todos ellos se encuentran en retirada. Para ser exactos el 99% de ellos. Pero el valor principal del estudio reside en la extensa recopilación de información realizada y que permitirá a los expertos del futuro efectuar mejores comparaciones y ver la evolución de las temperaturas, retroceso glaciar y otros indicadores del cambio climático.
Como ejemplo de lo que esta pasando nada más sencillo que comparar diversas fotografía a lo largo del tiempo.
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También se ha publicado un estudio [4] [5] en el que se dice que la capa de hielo ártica adelgaza. En su parte oeste sobre el mar se produce el efecto más fuerte, siendo ahora un quinto más delgada si la comparamos con el promedio de los últimos cinco inviernos. En el Ártico en su conjunto el adelgazamiento ha sido de un 10% en promedio. Estos datos están basados en medidas directas realizadas con sistemas de radar desde satélite.
Esto es importante porque algunos creían que la reducción de la extensión de los hielos se podría ver compensada por su grosor. Gracias a este sistema se puede calcular el volumen total de hielo, comprobando que disminuye en el tiempo.
Un informe de la WWF [6] señala que un aumento de las temperaturas en dos grados centígrados o menos ya es suficiente para eliminar el casquete de hielo polar oceánico norte y la capa de hielo de Groenlandia. Advierten que las consecuencias ya son devastadoras y lo serán aún más en el futuro.
Parece que los habitantes de Groenlandia han escuchado estas predicciones y en una muestra más de egoísmo humano han votado por tener derecho a independizarse de Dinamarca en el futuro. Groenlandia es una zona autónoma (y subsidiada) de ese país y en la actualidad recibe la mitad de sus ingresos del continente europeo. Sus habitantes especulan y apuestan con que en el futuro la eliminación de la capa de hielo que cubre casi toda la región dejará al descubierto grandes reservas de minerales y petróleo que podrán explotar y, de este modo, tener grandes ingresos. Siendo independientes no tendrían que compartir el «botín» con la metrópolis.
Thomas Crowley de la Universidad de Edimburgo y William Hyde de la Universidad de Toronto publican en Nature un estudio [7] en el que mantienen que el calentamiento global detendrá la próxima glaciación. Las glaciaciones se dan principalmente por motivos astronómicos y se han producido varias en la última era geológica. Según estos autores y su modelo, el nivel de CO2 actual ya es suficiente como para no llegar a la próxima glaciación. Obviamente insisten en que este resultado no justifica las emisiones humanas, sino todo lo contrario: es una llamada de atención sobre lo que está pasando.
Algunos autores mantienen que las glaciaciones son beneficiosas para la biosfera. Aunque en las regiones más septentrionales hace más frío y se cubren de hielo, esto se ve compensado con lo que ocurre en el resto del planeta. El nivel del mar baja y hay más terreno expuesto. Desaparecen los desiertos y en conjunto las zonas cubiertas por vegetación son mayores que en los periodos interglaciares.
Algunos de los seres que ya están pagando la factura del calentamiento global son los gusanos, arañas de mar, erizos y otras criaturas que viven en aguas someras de las regiones antárticas transitadas por icebergs.
Nuevos datos [8] indican que debido al aumento de temperatura estos témpanos de hielo pulen más el lecho marino en esas regiones, llevándose consigo a los organismos que allí habitan.
El problema se debe a que la duración del invierno se ha acortado debido al calentamiento global y esto altera la dinámica de los icebergs que finalmente destruyen los fondos marinos a un ritmo por encima de lo normal. Es precisamente en esas regiones antárticas en donde se da la mayor diversidad de vida marina de todo el Antártico, con numerosas especies que se descubren en cada incursión de exploración.
Contrariamente a lo que algunos piensan, las zonas tropicales sí sufre el cambio climático. Aunque el deshielo de las zonas polares es espectacular y ya se aprecia a simple vista, las selvas también sufren las consecuencias del calentamiento global. En un estudio publicado en Science [9] [10] se pone de relieve el problema.
En las zonas tropicales las temperaturas han aumentado 3/4 de grado desde 1975 y predicen otros 3 grados a lo largo de este siglo.
En las zonas tropicales montañosas de Costa Rica, donde se ha hecho el estudio, las distintas especies han subido en altura para así compensar el aumento de temperatura. Las que viven en los valles difícilmente podrán emigrar a algún lugar para compensar el efecto.
Problemas en el mar
El problema de la acidificación del agua del mar sigue estando ahí mientras las emisiones atmosféricas continúen. En Scientific American repasan el problema [11].
Estas emisiones han provocado que el pH haya pasado de 8,2 a 8,1 (pH más bajo significa más ácido). Este cambio es el que se daría en 5000 ó 10.000 años en circunstancias normales, pero se ha dado solamente en 50 u 80 años. Se espera que baje 0,4 unidades a mediados de siglo y 0,7 a finales del mismo. Situación desconocida en el planeta en los últimos 25 millones de años.
Ya hemos hablado en estas páginas de lo que supone para la fauna y flora marina un cambio en el pH. Algunas de las criaturas marinas no podrán, o verán comprometida su capacidad de construir conchas y exoesqueletos. Algunas otras podrán sobrevivir durante un tiempo y otras, aunque no se basen en la química del carbonato, no podrán soportar el cambio del pH. Muchas no tendrán tiempo para adaptarse y desaparecerán. La alteración en la red alimenticia será grande.
Cuando en el pasado se dieron episodios rápidos de acidificación oceánica se produjeron extinciones masivas. Hace 250 millones de años una actividad volcánica fuera de lo normal entre otras cosas acidificó los océanos y provocó la gran extinción masiva del Permico-Triásico.
Por desgracia los políticos y activistas están tan pendientes del aire que se están olvidando de los mares.
Las zonas muertas de los océanos del mundo están creciendo. Esas regiones carecen prácticamente de oxígeno y por tanto de vida. Además de representar un problema ecológico inmenso, suponen graves pérdidas para la industria pesquera.
Estas zonas han ido creciendo en el tiempo salvo contadas excepciones. La culpa se debe al abuso que en el pasado se ha hecho de los fertilizantes (compuestos de nitrógeno) que finalmente terminan en el mar al cabo de los años. Éstos hacen que las algas crezcan desmesuradamente consumiendo todo el oxígeno. También se debe al uso de combustibles fósiles. El uso de gasolinas y gasóleos aumenta las emisiones de óxidos de nitrógeno. Las reacciones químicas los convierten en nitratos, las lluvias los lavan y finalmente terminan en el mar con las mismas consecuencias que los fertilizantes [12].
La estratificación por capas del agua en estas regiones hace que la recuperación de estas zonas sea muy difícil. Por poner sólo un ejemplo la zona muerta frente a New Jersey mide ya 22.000 kilómetros cuadrados.
Mientras tanto parece que los viejos problemas de los años ochenta todavía tienen consecuencias. La lluvia ácida debida al uso de carbón con altos contenidos de azufre causó estragos en ciertas regiones en esos años. Además, este tipo de contaminación se «exportaba» sin querer de unas regiones a otras. Uno de los casos típicos fueron las emisiones británicas que causan lluvia ácida en Escandinavia. Gracias a un esfuerzo internacional se consiguió bajar las emisiones.
Steve Ormerod y sus colaboradores de Cardiff University han vigilado la temperatura y la acidez de 14 cursos de agua en Gales (RU) durante los pasados 25 años [13]. Esperaban ver una mejora en los ecosistemas gracias a la reducción de las emisiones. Al parecer no es así, el cambio climático ha cambiado el régimen de lluvias en la región, con más lluvia en invierno, dando a los cursos de agua menos oportunidades de disolver iones básicos y contrarrestar así la acidez. Además de problemas de acidez han podido comprobar que hay exceso de nitratos, especies invasoras, etc.
Este científico y otros expertos creen que el cambio climático empeorará este y otros aspectos, amplificando otros problemas ya existentes.
¿Soluciones?
Si el origen del calentamiento global es el dióxido de carbono lo ideal sería fijarlo de alguna manera a la corteza terrestre. Se viene especulando con la idea de su secuestro desde hace años.
Unos científicos creen que sería posible secuestrar dióxido de carbono en el subsuelo oceánico en la placa de Juan de Fuca, situada en la costa oeste de los EEUU. Se basan en los estudios realizados sobre perforaciones realizadas en la región [14].
La roca del subsuelo de esa zona es porosa y contiene agua. Los experimentos de inyección de dióxido de carbono a alta presión parecen prometedores. La tarea no es fácil, solamente el lecho oceánico está ya a 2500 m de profundidad.
Otros experimentos de bombeo de CO2 en rocas basálticas en Islandia también parecen prometedores. En este caso el gas reacciona con la roca produciendo carbonatos, por lo que el dióxido de carbono no puede ser liberado de nuevo. Hay rocas basálticas en otras partes del mundo que podrían servir para este fin.
Sobre la idea del secuestro de dióxido de carbono la última idea es el uso de peridotita. Peter B. Kelemen y Jürg Matter, de la Universidad de Columbia, han estudiado los procesos de carbonatación de una parte del manto interno de la Tierra que se encuentra expuesto al exterior en una zona del Sultanato de Omán llamada Samail. Estudio [15] del que se han hecho eco los medios de comunicación tradicionales.
En ese lugar, la carbonatación de peridotita podría absorber muchas toneladas de CO2 si éste es inyectado a presión en el subsuelo. Según los autores, el procedimiento podría secuestrar más de 1.000 millones de toneladas de CO2 (el doble de lo que un país como España emite ahora) cada año sólo en la parte estudiada en Omán. Hay otras regiones de la Tierra con este mismo tipo de formaciones rocosas. La idea consistiría en construir plantas térmicas en esos sitios y así no tener que llevar el CO2 de un lado a otro.
En todo caso este tipo de soluciones son muy caras.
Una de las esperanzas que había para que los niveles de dióxido de carbono no subiera tan rápidamente residía en la capacidad de las plantas silvestres para almacenarlo. Conforme las temperaturas suban más zonas del hemisferio Norte serán propicias para el crecimiento de árboles y arbustos que almacenarán carbono en sus tejidos. O, al menos, así es en teoría.
En experimentos controlados [16] realizados en Groenlandia y protegidos de los herbívoros se pudo comprobar que efectivamente así podría ser, calculando que se daría un incremento de la biomasa de un 85%. Sin embargo, en áreas no protegidas comprobaron que los caribús se comían las plantas y plantones. Debido a esta acción la biomasa caía en un 19%. Según los expertos que hicieron estas pruebas los modelos informáticos que tratan de predecir los niveles de CO2 en el futuro sobreestiman el efecto esponja de esas regiones en un 10% como mínimo. Es decir, habrá más dióxido de carbono de lo que los modelos actuales predicen.
No obstante la respuesta de las plantas a mayores niveles de dióxido de carbono atmosférico es más compleja de lo pensado. Expertos de la Universidad de Rice tienen una instalación en donde pueden mantener a distintas especies de plantas a diferentes niveles de dióxido de carbono y a la vez mantener un alto grado de control sobre varios parámetros permanentemente. En un experimento de cuatro años [17] comprobaron la compleja relación entre el suelo y las plantas a la hora de almacenar y liberar CO2.
Descubrieron, por ejemplo, que un año particularmente cálido tenía como consecuencia una menor absorción de dióxido de carbono en los dos años siguientes, concretamente se retenía sólo un tercio del dióxido de carbono que en años normales.
Puestos a buscar soluciones a las emisiones algunos han pensado en fertilizar los bosques. Scott Ollinger de la Universidad de New Hampshire ha analizado el dosel vegetal en 181 bosques a lo largo de EEUU [18].
Ha medido el albedo de los bosques y la cantidad de CO2 absorbida por los árboles concluyendo que la concentración de nitrógeno en las hojas del dosel es un buen indicador de la capacidad de absorción de CO2 y que cuanto más hay mayor es su capacidad de reflejar la luz del sol. Ambos factores disminuyen la temperatura global. Una extrapolación directa hace pensar que fertilizando con nitrógeno los bosques se conseguirían disminuir la temperatura global, pero esto no está nada claro. Todavía hay que realizar más estudios, sobre todo porque esta práctica también podría provocar otros problemas.
Por último expertos de la Universidad de Texas sugieren en un artículo publicado en Science [19] [20] que quizás sea necesaria la asistencia humana a la emigración de determinadas especies para que así tengan más oportunidades de sobrevivir al cambio climático.
Debido a la existencia de barreras naturales algunas especies no pueden emigrar a zonas más adecuadas y necesitarían la ayuda del ser humano. Según ellos habría que empezar con especies que estén en peligro de extinción. Advierten que es necesario un estudio previo para cada especie y que no siempre será posible.
Aunque ha habido más resultados sobre este tema lamentamos no poderlos cubrir. Sin embargo los aquí expuesto son representativos.
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37 Comentarios
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sábado 6 diciembre, 2008 @ 8:17 pm
Aun a riesgo de parecer petulante, confieso con total inmodestia que yo sí había caido en el incremento de la entropía -y creo que muchos más de los que nos preocupamos por estos temas-, aunque situaba el peligro, de forma totalmente arbitraria y sin base, en un lejano futuro de quizá medio milenio. La inminencia con que me ha sorprendido la noticia hace que abandone inmediatamente mis esperanzas en una fisión aceptable y una fusión salvadora. Sólo hay un remedio real: disminución controlada de la población, contención del consumo y verdadera ayuda al mundo desfavorecido. Pero eso precisa de otro tipo de organización social: el ejemplo de Groenlandia es significativo de la condición humana. Ese es el problema fundamental y en el que descansan todos los demás.
sábado 6 diciembre, 2008 @ 9:41 pm
supongo que no estaría mal decir que la temperatura no aumenta al añadir CO2 ,sino que dismiye
Hay un documental llamado 0 El engaño del cambio climático 0 que explica este efecto bastante bien a los poco duchos o a los que no les guste leer o contrastar información.
tampoco está de más decir que estamos entrando en un periodo de glaciación y que el agua gaseosa atmosférica o nubes produce el efecto invernadero y no el CO2
terminaré diciendo que la temperatura terrestre depende casi exclusivamente de la radiación solar.
domingo 7 diciembre, 2008 @ 1:10 am
Hermosa vejez nos espera, no solo vamos a tener que discutir con nuestros hijos por si los dejamos salir o no el sábado en la noche sino que también vamos a tener que aguantar sus reprimendas por cargarnos al planeta. A veces quisiera ser más supersticioso y tragarme todo eso del 2012.
Walden, tú mismo lo has dicho, ese documental es para la gente que no entiende nada y no se molesta en buscar otras fuentes. No me gusta todo eso de las conspiraciones pero adivina por qué se hizo. No se si en su tiempo también se hicieron documentales sobre el tabaco asegurando que era bueno, pero sigue esa misma política.
El único CO2 que no calienta al planeta es el hielo seco y solo hasta que se evapora.
domingo 7 diciembre, 2008 @ 12:52 pm
Estimado Tomás:
Si se mantuviera el consumo estable el problema de la disipación térmica sería irrelevante. El cálculo que hacen esos señores se basa en que se mantendrá un crecimiento en el consumo de energía de un 1%. Esto es un interés compuesto y por tanto un crecimiento exponencial (matemática elemental). Al principio parece que no crece mucho y después explota.
Si nos comportamos como bacterias en una placa de Petri, consumiendo cada vez más y más y siendo cada más y más, entonces moriremos como tales. Porque el consumo exponencial no sólo se da en la energía se da en todo.
Comprarse un todoterreno para llevar los niños al cole, además de ser objetivamente inmoral, debía de ser pecado para un creyente. Este sentido religioso de la ecología está presente en civilizaciones que tuvieron problemas ecológicos en el pasado y que sobreponiéndose a ellos lograron finalmente vivir en armonía con la Naturaleza. No está presente en las religiones del “creced y multiplicaos” que introdujeron este concepto para ser más que los de la otra religión y así poder aplastarlos. Somos como la gente del Neolítico, actuamos tribalmente y no nos unimos a no ser que algo inminente y grave vaya a acaecer. El infierno siempre han sido los demás.
Un ejemplo reciente ha sido el del atún rojo. Pese a que los expertos proponían reducir mucho las capturas y proteger las zonas de cría, los políticos han defendido los intereses particulares de sus países y no han hecho caso. Eso significa ganancias para hoy y la ruina para mañana por la mañana. Ya ni nos fiamos de que los demás cumplan los tratados internacionales.
Los de Groenlandia no aprenden de su propia historia. Los vikingos colonizaron dos pequeñas zonas de la isla alrededor del año 1000 y fueron agotando los recursos ecológicos del lugar. Eliminaron los pocos árboles, tomaron decisiones ganaderas equivocadas, etc. Al final, un invierno tres siglos más tarde, murieron todos de hambre.
Vivimos en una sociedad que ha perdido el rumbo y el sentido de la realidad, absolutamente hedonista, que busca el beneficio inmediato y la ostentación de la riqueza. Una sociedad, en el fondo, de débiles mentales.
En sociedades en vías de desarrollo, además de querer copiar el estilo de vida “occidental” tienen muchos hijos por condicionamientos culturales que les impiden salir de la pobreza y darles una educación y un futuro decente.
Dudo muchísimo que los países ricos quieran compartir su “cupo” con los demás y tampoco parece una buena idea subsidiar a una parte de la población mundial. La solución no es fácil.
Lo malo del sistema económico es que tampoco está pensado para lo que se avecina. El sistema capitalista está bien para crear riqueza, no presupone que el hombre es bueno por naturaleza, y la gente se ve empujada a trabajar, competir y generar esa riqueza, pero adolece de graves fallos. Sobre todo ahora que produce derroche y destrucción.
Una tarea que se puede hacer para observar la destrucción es usar Google maps. La deforestación se ve por satélite. Sólo hace falta mirar a ciertas zonas entre República Dominicana y Haití para ver la frontera desde el espacio o entre Brasil y Bolivia:
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Haití ya ha destruido su crédito ecológico y Brasil está a punto.
Lo malo de este tipo de países es que creen que la riqueza viene de una conversión instantánea de los recursos naturales en dinero. Los casos de éxitos ecológicos históricos como Japón se basan en una buena administración de los recursos y una generación de riqueza de otra manera.
Lo malo de todo esto es saber que objetivamente se podrían solucionar todos estos problemas y al final la naturaleza humana lo impedirá.
lunes 8 diciembre, 2008 @ 1:24 pm
El Cambio climático está ocurriendo y va a continuar. La gente de Groenlandia (descendientes de los Inuit, no de los Vikingos) simplemente se adapta, cosa que tienen milenios haciendo. Igual que a ellos, a los Rusos y a los Canadienses no les irá tan mal con el asunto del cambio climático.
Yo, que vivo en los trópicos, no tendré tanta suerte. Al menos vivo a 460m sobre el nivel del mar y no me quedará la casa bajo el agua…
lunes 8 diciembre, 2008 @ 3:10 pm
Como todos los vikingos de Groenlandia murieron al final de la Edad Media difícilmente pueden descender de ellos. Los inuit supieron explotar los recursos de manera razonable y por eso sobrevivieron. El 88% de la población de esa isla son inuit o una mezcla de inuit y daneses. El resto son descendientes de europeos.
Los que apuesten por beneficiarse del cambio climático están equivocados. Todo el mundo saldrá perjudicado y un poco de petróleo más no lo compensará.
En el caso particular de Groenlandia mucha de su economía se basa en la pesca. Debido al cambio climático las capturas disminuirán o desaparecerán. Ya pueden pensar en hacerse buenos bocadillos de mineral de uranio untado de petróleo.
martes 9 diciembre, 2008 @ 11:52 am
Waldem,
Creo recordar, corregidme si es erróneo, que la temperatura terrestre depende también de la temperatura interior de la tierra (núcleo) y de la radiación nuclear del propio núcleo y manto que lo rodea. No digo que sea lo principal, pero que sí aporta ciertos grados que buenos son para no morir de frío.
De todos modos, aseverar que el cambio climático depende del vapor de agua en la atmósfera… es dejar fuera del «clima» al 75% de la superficie de la tierra: ¿donde pones el CO2 (antropogénico, repito: antropogénico) disuelto en agua que empieza a amenazar como HCO3? (ácido carbónico)? Creo que algo falla.
Respecto a que entremos en una nueva glaciación, eso no tengo base de discusión (entre otras cosas porque no tengo bola de cristal), pero no lo niego, porque tradicionalmente la Tierra ha estado siempre con una capa de nieve de gruesa y extensa. Así que, pase lo que pase: cambio climático lo habrá, tengas tú razón o la tenga yo.
En algo estamos de acuerdo, ¿no? :)
Saludos
martes 9 diciembre, 2008 @ 8:06 pm
Parece bastante evidente que sólo el auto control y reducción de la población y la gestión más racional de las fuentes de energía, primando las renovables sobre todas las demás, pueden evitar una extinción masiva parecida a la de hace 15000 años u otras más drásticas anteriores.
Como dudo de la capacidad ética y política de las actuales generaciones, sí creo con el Dr. Hawkins que es momento de empezar a pensar en un habitat externo a la tierra si queremos y creemos que la estirpe humana debe perdurar. Aunque, tal como dicen que decía Einstein, «Solo hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana y de la primera no estoy totalmente seguro» y para muestra las declaraciones y aseveraciones de nuestro ex presidente y su muy digna esposa.
Guillermo
martes 9 diciembre, 2008 @ 8:41 pm
Cierto: El Cambio climático no beneficia a nadie. Pero los menos perjudicados se considerarán ganadores. Amplias zonas del norte de Canadá y Rusia se volverán muy productivas para la agricultura, por ejemplo, y se beneficiarán del aumento de las temperaturas. No sé si en Groenlandia sucederá algo similar pero no me extrañaría que mi nietos recibieran tomates enlatados «Made in Greenland» como parte de programas de asistencia de la ONU en mi desertificado país de esos días.
La estupidez humana no conoce límites…Y su miopía también
miércoles 10 diciembre, 2008 @ 10:27 am
Respecto a los vikingos: no está totalmente clara la causa de su desaparición de Groenlandia, aunque se suele considerar que buena parte de la culpa (si no toda) la tuvo un cambio climático inverso al que actualmente experimentamos: la Pequeña Edad del Hielo del siglo XIV. Este enlace lo explica bastante bien:
http://www.cabovolo.com/2008/04/la-desparacin-de-los-vikingos-de.html
Saludos.
miércoles 10 diciembre, 2008 @ 11:29 am
Por cierto, me surge ahora una pregunta. ¿Los modelos de cambio climático que se usan hoy en día funcionan también hacia atrás? Es decir, ¿son capaces de «postdecir» eventos como la Pequeña Edad del Hielo mencionada?
Entiendo que sería una especie de «prueba del nueve» para estos modelos.
Un saludo.
miércoles 10 diciembre, 2008 @ 12:33 pm
Ranmono:
Interesante pregunta. No obstante, la primera pregunta (y más importante) debería ser «funcionan los modelos»?
Y si funcionan, ¿con qué proyección -pasada o futura-?
Y también: ¿son capaces de predecir impactos de meteoritos?
Por tanto, en mi opinión, más que modelos sería más interesante ver datos y su registro, desarrollar las teorías paralelo a los datos y corroborar (porque por ahí van los datos) que las temperaturas mínimas globales están subiendo, ergo: el hielo desaparece (recuerdo a los escépticos que este año 2008 ha sido el primero conocido -por el hombre- que el ártico es navegable).
Ganador (actual): Rusia
Perdedor (actual): Suez y su canal.
Veremos el futuro… porque el pasado… ya no puede ayudarnos tanto como debería haberlo hecho.
Saludos.
miércoles 10 diciembre, 2008 @ 4:44 pm
Un modelo es una construcción teórica, basada en principios deterministas, que nos dice qué es probable que pase, partiendo de unos parámetros iniciales conocidos y aplicando unos procesos igualmente conocidos. El problema es que no conocemos todos los parámetros ni todos los procesos, lo cual no es óbice para que podamos prever un futuro mas bien negro.
Los modelos nos dicen «que viene el lobo», pero como el lobo está lejos, aunque oigamos sus resoplidos no nos preocupamos. Cuando esté muy cerca nos preocuparemos, pero quizá sea demasiado tarde para huir. Que irónico que individualmente generamos úlceras de estómago por peligros imaginarios y, en cambio, colectivamente no hacemos nada frente a un peligro real.
Saludos cordiales a todos.
PD: Neo, un artículo impagable. Gracias.
miércoles 10 diciembre, 2008 @ 7:49 pm
Estimado Ramonmo:
Jared Diamond en su libro «Colapso» (los libros son a veces mejores que Internet) dice que aunque es verdad que los vikingos de Groenlandia sufrieron un cambio climático, también asegura que no supieron gestionar sus recursos ni adaptarse al entorno, dependiendo de un modo de vida que allí no podían mantener. Los inuit sufrieron el mismo cambio climático y, sin embargo, sobrevivieron.
En la referencia que usted acompaña se dice:
Sobre los modelos retrospectivos, no parece que se haya hecho nada, pero es que los datos ya los tenemos. Éstos se basan en testigos de hielo con burbujas encerradas y sedimentos marinos. En ambos casos se pueden estudiar, su composición química y las relaciones isotópicas.
Se pueden usar estos datos para testar los modelos hacia el futuro (pasado para nosotros) de un pasado anterior. Pero en este caso es mucho más sencillo que desde el presente hacia el futuro real. Entre otras cosas porque no sabemos de seguro cuántos vamos a ser y cuánto vamos a consumir, cuánto CO2 vamos a emitir, cuánto bosque vamos a destruir o cuánta tierra de cultivo vamos a sustraer. No podemos predecir bien el futuro climático porque no podemos predecir nuestro propio comportamiento futuro, ni siquiera el impacto de nuestras propias predicciones sobre nuestra conducta.
miércoles 10 diciembre, 2008 @ 8:01 pm
Apreciado RicardM:
Muy buena su puntualización sobre las úlceras. Quizás en este caso simplemente tenemos intereses a corto plazo que están por encima de los posibles problemas futuros. Si el cambio de nuestro modo de vida para evitar el cambio climático fuese a coste cero, simplemente no habría ni discusión, ni política, ni negacionistas ni nada.
En la isla de Pascua no supieron ver el problema y pagaron un alto precio. En Japón estuvieron a punto de correr la misma suerte, pero vieron el peligro inminente y una buena gestión de los pocos recursos que les quedaban y la creación de otros nuevos les salvó.
El problema es que los que tengan el poder no vean el problema hasta que sea demasiado tarde.
Solo añadir, una vez más, agradecimiento por su palabras de ánimo.
jueves 11 diciembre, 2008 @ 11:56 am
Estimado Neo:
Respecto a los groenlandeses: no me parece justo presentar una visión de ellos como gente que no fue capaz de adaptarse a los cambios, al contrario que los inuit. Al tratar estos temas no puede obviarse la dimensión cultural de la existencia humana. La cultura de un grupo humano determina, entre otras cosas, su forma de relacionarse con el ambiente que le rodea, así como las herramientas de las que dispone para vérselas con los cambios experimentados por ese mismo ambiente. Los colonos groenlandeses procedían de una tradición cultural muy antigua con raíces en Noruega y, más recientemente, en Islandia. Se trataba de una cultura que combinaba el aprovechamiento directo de recursos naturales (caza, pesca, madera) con la agricultura, la ganadería y el comercio, todo ello en un medio de suyo bastante inhóspito, capaz sólo de sostener una población relativamente pequeña. Ya en la época de la colonización la sociedad nórdica había dado una respuesta al exceso de población mediante la actividad «vikinga», básicamente consistente en aprovechar los veranos para realizar expediciones de piratería y saqueo con el fin primordial de la obtención de botín.
Esta cultura cristalizó y se fijó en un buen número de manifestaciones de tipo tanto religioso como filosófico y artístico: orfebrería, ebanistería, arquitectura… pero también mitología y una rica literatura oral, la precursora de las famosas «sagas».
Para sobrevivir a la «pequeña edad del hielo» los groenlandeses habrían tenido que cambiar completamente su base cultural. Tendrían que haberse habituado a recursos alimenticios de tipo casi exclusivamente animal; tendrían que haber retornado a una tecnología neolítica; tendrían que adoptar el nomadismo… En definitiva, habrían tenido que transformarse en «inuit». De repente, las viejas historias que se contaron generación tras generación al fuego del hogar (las que hablaban de reyes, largos viajes por mar, dioses embriagados por el hidromiel, fresnos mágicos) habrían dejado de tener sentido.
En semejante contexto, los groenlandeses no podían adaptarse; sólo podían elegir entre varias formas de desaparecer: emigrar, extinguirse culturalmente o extinguirse físicamente. Hicieron esto último.
Por el contrario, los esquimales no se adaptaron a nada, sino que simplemente extendieron su área de actividad allá donde las condiciones les eran favorables. Estrictamente hablando, ellos no «sufrieron» ningún cambio climático, sino que se aprovecharon de él. No tuvieron que cambiar su base cultural.
Tampoco se puede decir que los groenlandeses esquilmaran sus recursos naturales. Simplemente, éstos dejaron de existir como consecuencia de un cambio climático. No parece que fuera «culpa suya». Lo que ocurrió, simplemente, es que su cultura no contaba con las herramientas que les hubieran permitido sobrevivir a las nuevas condiciones. Es similar a lo que ha ocurrido con muchos pueblos primitivos cuando han entrado en contacto con Occidente, a los que nadie culpa de su aculturación.
La flexibilidad no es algo con que todas las culturas hayan de contar para ser consideradas «dignas».
El corolario de todo lo anterior puede ser que, al enfrentarse con problemas como el del cambio climático, no es suficiente con soluciones técnicas; también hay que realizar cambios sociales y culturales profundos. Es quizá esto lo más difícil de conseguir, y en esta web se ha hablado repetidamente de ello. La pregunta es si nuestra sociedad es lo bastante flexible como para adaptarse y pervivir, o si, por el contrario, acabará siendo sustituida por otras culturas ya «preadaptadas», bien sean herederas directas de la nuestra o extrañas a ella.
En cuanto al asunto de los «modelos retrospectivos», ya sé que hay métodos «directos» para conocer los climas pretéritos, pero es que no se trata de eso. No queremos obtener datos que no tuviéramos, sino evaluar la exactitud y fiabilidad de los modelos que estamos usando para predecir nuestro futuro climático. En principio, la historia puede ofrecer datos suficientes para alimentar esos modelos y, si funcionaran también hacia el pasado, aunque fuera a grandes rasgos, no tendríamos porqué dudar de su capacidad para orientarnos en el futuro. Esto despojaría a los escépticos climáticos de uno de sus mejores argumentos. La verdad, me parece una idea muy obvia, que no creo que se me haya ocurrido a mí sólo, y me preocupa que Neo, con todos los datos que maneja sobre estos temas, nos diga no tener constancia de que se haya intentado.
Saludos.
jueves 11 diciembre, 2008 @ 4:23 pm
Sobre los modelos climáticos y el pasado quizás no me expresé bien en el comentario 14. Sí se hacen retropredicciones. Es decir, se fija un punto del pasado y se «corre» el modelo hacia el futuro que sigue siendo pasado. Se compara luego los resultados obtenidos con los datos disponibles. Los resultados eran desiguales hace un tiempo:
http://neofronteras.com/?p=269
http://neofronteras.com/?p=897
Lo de correrlo hacia atrás desde el presente dudo que se haya hecho o que sea posible.
jueves 11 diciembre, 2008 @ 5:02 pm
Estimado Ramonmo:
Los nórdicos estuvieron en Groenlandia durante 450 años, así que tampoco lo hicieron tan mal. Sobre los condicionantes culturales sí los tenían, porque se consideraban ante todo europeos y cristianos.
Pero lo podemos aplicar en el presente, ¿el hecho de que queramos seguir con nuestro estilo actual de vida nos perdona el hecho de que estemos alterando el clima o que suframos un colapso ecológico? Si el estilo de vida pone en peligro tu vida lo lógico es que lo cambies.
Sobre los estropicios ecológicos de los vikingos me remito al libro de Diamond.
Numerosas civilizaciones se enfrentaron en el pasado a colapsos ecológicos y a amenazas climáticas. Unos supieron sobrevivir y saber explotar sus recursos y otros no. Para su descripción no hace falta sembrar culpabilidades. La diferencia es que ahora sí sabemos a lo que nos enfrentamos, cosa que ciertas culturas del pasado quizás no sabían.
domingo 14 diciembre, 2008 @ 6:08 pm
«…La pregunta es si nuestra sociedad es lo bastante flexible como para adaptarse y pervivir…»
No, para nada, el estilo de vida occidental y capitalista exige una sobre explotación de los recursos naturales, el artículo así lo expone. No es para nada flexible y millones morirán con ese estilo de vida antes que tener que cambiarlo.
También economistas como Serge Latouche y otros lo indican y ofrecen una solución: El decrecimento de derroches socialmente sustentable. Ahora hay decrecimiento, pero no es socialmente sustentable y en Grecia y en EE.UU. se empieza a notar.
Por cierto, no hay que caer en la falacia de generalización por error. En Brasil el problema es el mismo de EE.UU.: El sistema económico. Nada que ver con el crecimiento poblacional.
Además, el crecimiento poblacional se está deteniendo, no es problema, basta leer en:
«El informe señala el aumento de la población mundial, que ha pasado de 4.068 millones de habitantes en 1975 a 6.035 millones en 2003. Para 2015 se prevén 7.000 millones de personas en el mundo (el ritmo de crecimiento demográfico se ha reducido). También alerta del creciente envejecimiento, debido al descenso de los nacimientos y a la mayor longevidad.»
(informe de Naciones Unidas del año 2005)
Con la actual crisis económica está ralentizado el derroche, pero lastimosamente no durará mucho la crisis, solo hasta el 2010.
domingo 14 diciembre, 2008 @ 7:19 pm
Aunque es verdad el derroche y consumo excesivo de ciertos sectores de población de ciertos países, no se puede, no se debe, quitar importancia a la superpoblación. Fenómeno que se da precisamente en los países más pobres y es finalmente la causa de su miseria, como los casos de Ruanda y Haití así lo demuestran.
¿Qué se adelanta con transformar la máxima masa planetaria en carne humana? ¿Se consigue así que la gente viva más dignamente o por el contrario será susceptible de ser mano esclava del sistema? ¿Qué se consigue con ser más en un planeta finito?
¿Qué tiene de malo el envejecimiento de la población? ¿Supone algún estigma el ser viejo? Parece que los que abogan por el crecimiento sin parar de carne humana así lo creen. De ahí a los campos de exterminio para viejos de las novelas de ciencia ficción hay sólo un paso.
Por desgracia las religiones llevan siglos con esta cantinela del creced y multiplicaos, pero las religiones monoteístas surgieron hace miles de años cuando la población humana no suponía ningún problema. Ahora es distinto.
Si se pudiera alcanzar el crecimiento cero se tendría a las personas distribuidas en una gama de edades. Se podría conseguir que la parte productiva de la población mantenga a la improductiva. Todo lo demás es un timo piramidal desde el punto de vista ecológico de la misma manera que las hipotecas lo han sido bajo el económico recientemente. Es pura matemáticas, pero si se niega la evolución, la esfericidad de la Tierra y tantas otras cosas es de suponer que también se puede negar la aritmética.
lunes 15 diciembre, 2008 @ 12:06 pm
¿Es la superpoblación EL problema?
Es un factor, y muy importante, pero… es el verdadero problema?
¿No creéis que el propio sistema es perverso seamos 10 ó 10000?
Por supuesto que controlar la población (vía guerras o condones) r-e-t-r-a-s-a el fin, pero el fin es el crack.
Ya veremos…
lunes 15 diciembre, 2008 @ 3:26 pm
La superpoblación es determinante en ciertos lugares, y será determinante en el futuro. No nos olvidemos de la inercia que tiene esto. No se puede parar el crecimiento de un día para otro, y cuanta más población más difícil y más inestable se vuelve el sistema al agotarse el margen de maniobra.
Ya hubo civilizaciones que desaparecieron en el pasado por culpa de una mala administración de los recursos y una población excesiva. Los anasazi o los maya sobrevivieron a varias sequías pese a haber destruido el entorno y haber agotado los recursos, entre ellos el hídrico. Sus poblaciones, sin embargo, seguían creciendo. Cuando llegaron otros cambios climáticos con más sequías ya eran demasiados para poderlos resistir. El final en ambos casos fue el mismo: comer ratas y ratones, violencia e incluso canibalismo (en el primer caso). Colapsaron justo cuando habían alcanzado la cumbre de su civilización.
Somos la primera civilización con los conocimientos suficientes como para aprender del pasado e incluso predecir el futuro. Si no lo arreglamos no tendremos perdón.
Podemos crear ordenadores y cohetes espaciales, pero comemos comida que crece en el suelo y depende de muchos factores. Formamos parte del ecosistema, ecosistema que no puede ser sustituido por entero por campos de cultivo (una perspectiva por otra parte triste). No podemos vivir de espaldas a la Naturaleza, es simplemente imposible.
No se trata de «echar la culpa», se trata de ver que querer ser como los conejos no reporta beneficios a largo plazo. Si nos reproducimos como conejos y arrasamos como conejos moriremos como conejos. Podemos, eso sí, ser los mismos consumiendo menos.
Los habitantes de las tierras altas de Nueva Guinea han mantenido una explotación de los recursos de manera sostenible durante las últimas decenas de miles de años, incluso agricultura durante los últimos 7000 años, más que en ningún otro sitio. Los habitantes de Tikopia (una isla de 5 km cuadrados ) han mantenido una población (1200 personas) estable durante los últimos 3000 años. Japón recuperó sus bosques pese a que los arrasó por completo y casi colapsan como sociedad por agotamiento de los recursos ecológicos. Ahora el 70% de su superficie está cubierta por árboles. Es posible ser razonables en la administración de los recursos.
martes 16 diciembre, 2008 @ 8:45 am
Sí, pero sigo con mi duda: es la superpoblación EL problema o el sistema es el verdadero problema?
Citáis Japón como ejemplo sostenible (y lo es, por lo que decís en cuestión de sus bosques) pero es el responsable de la extinción de casi toda especie comercial de peces (desde el amazonas… boliviano (mandan barcos amazonas arriba…) hasta el atún rojo que pescan a 200 km de donde escribo. Por no decir la masiva cantidad de centrales nucleares y petróleo que consumen…
Japón, a mi entender, es la sociedad que más ejemplifica de lo que estamos hablando: superpoblación, sistema capitalista «salvaje», explotación de recursos al máximo y super tecnología.
¿Cuánto podría soportar Japón o cuanto porcentaje de gente moriría si hubiese una reducción de la pesca por la acidificación del océano o una verdadera crisis de petróleo (es decir: que no les llegue petróleo porque se quede todo en china)… hecatombe es la palabra, en mi opinión.
Desde luego a los habitantes nómadas de Mongolia se lo traería al pairo todo lo que he citado :)
Entonces… cuál es la solución? Mongolizar Japón o Japonizar Mongolia?
No es baladí la respuesta, pero no la tengo clara.
martes 16 diciembre, 2008 @ 10:25 am
No se pueden ser los mismos y consumir cada día más recursos por persona, tampoco se puede ser cada día más gente y consumir más recursos por persona.
Ambos factores, consumo y población, son importantes, pero la segunda posibilidad de las expuesta arriba es la más terrible de las dos debido a que el crecimiento de población es exponencial, al contrario que los recursos consumidos por persona, aunque sólo sea por cuestiones fisiológicas y estamos hablando de comida.
En Kenia el crecimiento de la población es un 4,1% anual, crecimiento que duplica la población cada 17 años.
En 1993 cierta región de Ruanda tenía 1200 habitantes por km cuadrado. En ese año en esa misma región cada agricultor cultivaba en media 290 metros cuadrados. El genocidio posterior eliminó a 800.000 personas, el 11% de la población de Ruanda.
Muchas veces se han dado soluciones violentas a problemas que en el fondo son económicos, incluso los mismos ruandeses creen que la guerra es un buen sistema de control de la población.
Si creemos que se puede mantener un crecimiento ilimitado apañados vamos. Una población desmesurada, sobre todo en entornos frágiles como los semidesiertos, desemboca en deforestación, desertificación y finalmente en menos productividad. Son más y cada día se produce menos. Pero podemos estar contaminados ideológicamente y creer que la razón de todo son ciertas razones conspirativas, políticas, coloniales, etc.
¿De verdad sorprende que se metan en un cayuco o una patera para poder prosperar?
Algunos que tenemos ya cierta edad apreciamos que no consumimos más que cuando éramos niños y sin embargo en muy pocas décadas hemos visto desaparecer gran parte del Amazonas, el colapso de las reservas pesqueras y el avance de la desertificación.
Respecto a Japón, su estabilización ecológica se produjo en un régimen de pura autarquía que duró varios siglos y terminó en la segunda mitad del siglo XIX. No importaban nada, ni emigraban, ni tenían casi contacto con otros pueblos.
Lo que han hecho a finales del XX y ahora es simplemente esquilmar los recursos de otros sitios, y el atún rojo es un buen ejemplo. Que hayan sido sensatos en el pasado con sus recursos no es garantía de que lo sean en el presenten con los recursos de los demás.
Es curioso que cuando en el pasado a las poblaciones japonesas limítrofes al mar se les asignaba un sector de sus costas hicieron una explotación pesquera sensata. Entre otras cosas por la cuenta que les tenía. Lo consideraban suyo y lo cuidaban. La idea de que sus descendientes además heredarían los recursos también ayudaba.
Tardaron varios siglos en recuperarse del desastre ecológico y en recuperar sus bosques, mucho más que el lapso de duración de una vida humana.
Ahora explotan lo bienes del resto del mundo en una carrera por tener todos los recursos hasta que se agoten y antes de que los tengan otros, transformándolos en dinero lo antes posible.
Gran parte del problema ecológico mundial reside en creer que la Naturaleza además de ser nuestra puede serlo de los demás y que lo ideal es explotarla nosotros antes que los otros. Es un razonamiento a lo «yo la vi primero». Pero nosotros no poseemos la Naturaleza, es la la Naturaleza la que nos posee. La «vida sintética» no es posible.
Todo el mundo quiere un chalet en primera línea de playa y que inmediatamente después de tomar posesión de él se prohíba a cualquier otro construir en el lugar.
Por desgracia el asunto de la sobreexplotación pesquera ya no tiene solución. No nos damos cuenta de que, por ejemplo, el atún es un depredador, es como comer leones. Hemos podido explotar el recurso porque el mar es grande y su productividad también. Una vez los océanos colapsen no quedará nada. Todos esos países con prisas por «robar» antes que los demás tendrán que cerrar su industria pesquera.
Ya se ha perdido un quinto del coral mundial. Se calcula que para 2030 ya habrá desaparecido todo.
La manía de ser más no deja de ser paradójica porque en el fondo va en contra de nuestro egoísmo natural. No estamos dispuestos a compartir los recursos con nuestros vecinos, pero defendemos ideológicamente (o religiosamente) el repartirlos con los que aún no han nacido.
martes 16 diciembre, 2008 @ 1:16 pm
Jo, Neo,
Me gustaría tomar un café contigo para despotricar unas cuantas cosas.
No obstante, lo plasmo aquí para que nos descornemos mutuamente, ok? :) buen rollo, ¿eh?
Hay una cosa: el océano no tiene productividad alta, es más: es prácticamente nula. Tiene gran producción, pero si te fijas… el océanos está «vacío», su densidad de población es casi nula, pero como es tan grande (y nosotros tan «pocos») utilizando redes de kilómetros y tecnología punta… podemos pescar toneladas de peces. Pero definiendo productividad como numero de kilos por m3 de agua… es nula (compárala con una piscifactoría, por ejemplo). Estoy seguro que querías decir esto, pero lo recalco para que nadie tome el dato de «el océano es muy productivo: lo dicen los de Neofronteras…matemos ballenas».
Eso es lo que mucha gente no ve: el océano está «muerto» (compáradlo con una selva… en la que cada milímetro cuadrado tiene un bicho o un jaguar).
Y el problema es que no sabemos el problema.
¿Superpoblación o sistema capitalista / humano de toda la vida?
Ayer estaba acabando el libro «el dilema del prisionero» sobre la bomba atómica, Von Neuman y la teoría de juegos…. y concluye que los seres que más desconfían de los otros juegan estrategias de no cooperación…
Atención… aunque pudiera beneficiarles la colaboración de todos.
Piensan «ok, yo puedo colaborar y perder un poco… pero ¿quién me garantiza que los demás piensen lo mismo y no haga el canelo? Que se jodan: aprieto el botón rojo y no colaboro»
Este comportamiento está ligado a los sectores más aislacionistas y nacionalistas entre los sujetos de los experimentos de teoría de juegos.
Así que… o bien cambiamos el sistema educativo dando ejemplo todos/as (en tu casa, en el trabajo, en la carretera) y haciendo proselitismo del bien común… o el futuro está claro:
Un crimen (Leonard Cohen dixit)
¿Se solucionarían los problemas si matamos a 3.500.000.000 personas? No, sólo sería la mitad de problemas menos.
¿Y si nos hacemos budistas? No habría incienso para 7.000.000.000 de personas.
Así que quizás sistema y superpoblación sean un mismo problema y no puede atacarse independientemente.
Seguiremos informando desde la inopia de mis pensamientos.
Saludos.
martes 16 diciembre, 2008 @ 3:25 pm
Bueno, esto se podría considerar una tertulia «postcafé» abierta e indefinida :-)
No soy un experto en estos temas y tampoco me limito a expresar mi opinión, simplemente hay que basarse en lo que otros que saben mucho más han publicado. Lo ideal es dejar de lado las gafas ideológicas y centrarnos en los datos y en las investigaciones que se hacen. Creer que podemos ser cada día más sin tener problemas es estúpido y así lo dicen todos los estudios. Por otra parte no se gana nada con ser más. No hay ninguna ventaja, salvo la particular de cada uno de tener más descendencia por condicionamiento biológico o la de religiones y gobiernos de alimentar cruzadas y ejércitos.
El ser humano, por su propia naturaleza, tarde o temprano tiene problemas. Problemas que pueden derivar en un conflicto, cómo resolvamos esos conflictos determina nuestro futuro.
Sobre las estrategias en el dilema del prisionero habría mucho que hablar. Neumann hubiera apretado el botón, Russell también, sobre todo al principio, cuando el enemigo (la antigua URSS) estaba en inferioridad.
El primero (por otra parte un genio) estaba resentido por la ocupación de Hungría y el segundo pronosticó la carrera de armamentos (cosa que pasó) y el fin de la civilización (cosa que casi pasó en la crisis de los misiles cubanos), por lo que la única opción que veía, dada la naturaleza humana, era ser el primero en aniquilar al contrario (algo que históricamente pasó muchas veces). Pasó el tiempo y esa opción ya no era posible sin perder todo o parte. La estrategia cambió. Russell se hizo un acérrimo defensor de la paz (única estrategia ganadora) y finalmente tuvimos suerte (hasta ahora). Si hubiera habido holocausto nuclear los supervivientes podrían ahora velas en el altar de los profetas Neumann y Russell, y se culpabilizarían de no haberlos escuchado.
Si no ocurrió un desastre fue porque entre otras cosas gente como Schelling consiguió crear políticas de tabú que impidieran la escalada en la agresión nuclear.
Contrariamente a lo que los economistas creen la gente no siempre es racional en sus tomas de decisiones y muchas otras cosas nos condicionan, el sentimiento innato de justicia entre otras. Ni somos tan inteligente como Neumann jugando a los dilemas. Muchas estrategias ganadoras asumen que el contrario es racional y tan inteligente como Neumann. Si el contrario es un fanático o un tonto la estrategia puede ser otra.
Y es que no todo el mundo es capaz de hacer chistes en griego clásico con escasos años de edad.
Sobre la productividad de los océanos es verdad que por metro cuadrado es baja. Concretamente unos 50 gramos de carbono anuales por metro cuadrado en promedio (por metro cúbico sería injusto medirlo pues la luz cae por área) que es inferior a los 160 gramos anuales en promedio de la tierra firme. Pero hay mucha más superficie de océanos que de tierra firme y la productividad total es alta.
La productividad oceánica varía mucho de unas zonas a otras y las más frías suelen ser la más productivas. Otras son desiertos. Se puede ver muy bien con fotos de satélite en las que se representa la concentración de clorofila.
Conforme el planeta se caliente la productividad del océano bajará.
Las selvas tropicales son los lugares con mayor productividad. Un cálculo que se hizo en la selva malaya arrojaba 8000 gramos de biomasa (no dispongo del dato en las mismas unidades pero da una idea) anuales por metro cuadrado.
Por cierto el mapa aludido es este:
Hay una web donde sirven estos mapas para distintas fechas.
miércoles 17 diciembre, 2008 @ 4:37 am
No creo que pueda añadir mucho a la discusión aunque creo que el resultado final para los humanos depende mucho de códigos conductuales cuasiinstintivos que tenemos todos, con lo cual nos hacemos accesibles a la regulación de nuestra población y actividades depredadoras por el ecosistema global (o Gaia, si les gusta la palabra) No hemos considerado, por ejemplo la reducción generalizada del conteo espermático en los machos humanos en las últimas décadas, cuya causa nadie conoce a ciencia cierta y que podría llevar a una reducción brutal de la población en algunas décadas o la vulnerabilidad de nuestra civilización global a las epidemias. Los libros de Jared Diamond (que también ocupan un lugar de honor en mi biblioteca) son fascinantes pero solo son aproximaciones. Nunca había existido una civilización humana global hasta ahora…
miércoles 17 diciembre, 2008 @ 8:54 am
Emilio Y Neo: Sigo vuestro debate diariamente y estoy aprendiendo mucho de ambos. Que no decaiga.
Saludos.
miércoles 17 diciembre, 2008 @ 12:55 pm
Estimado Jorge:
Tiene razón en lo que apunta sobre los instintos humanos, somos mucho más instintivos de lo que queremos reconocer. Tenemos territorialidad, instintos agresivos, de reproducción, egoísmo, etc. También tenemos algunos instintos buenos como la capacidad de empatía o el sentido de la justicia. Todos ellos son modelados por la cultura local. ¿Queda espacio para el comportamiento racional? Esperemos que sí.
La calidad del esperma no influye en este tipo de cosas porque basta probar muchas veces con los millones de espermatozoides que quedan para tener descendencia, aunque una pequeña parte de las parejas tengan problemas su peso es irrelevante.
Las pandemias sí pueden ser determinantes, y una crisis de este tipo podría diezmar la población humana. Como antecedentes históricos tenemos la gripe del 18, la peste negra o la propagación de enfermedades europeas en América que eliminó a la mayor parte de la población local. Según seamos más y, sobre todo, más en el tercer mundo (donde se convive mucho con animales) la probabilidad de que un virus o bacteria mutante provoque una pandemia aumentará. Estamos creando un caldo de cultivo compuesto por nosotros mismos. Y ahora tenemos vuelos baratos, trenes, automóviles, etc. La propagación será muy rápida.
Quizás una pandemia sea un sistema de controlar la población planetaria, pero es cuanto menos triste. Pero si la situación mundial llega a límites insostenibles no sería de extrañar que las autoridades dejaran que la situación se desbocara.
Es curiosa nuestra moral natural. Ésta nos condiciona para que una acción tenga siempre más peso que una inacción u omisión (cosa lógica porque lo que no podemos hacer es prácticamente infinito). Sin embargo, el resultado final en este caso es el mismo. ¿Es más ético que millones muramos víctimas de una pandemia que víctimas de las guerras y el hambre? Se supone que tenemos la capacidad y los conocimientos de controlar nuestra población y administrar los recursos para no llegar a ninguna de esas situaciones. Esta es la gran diferencia respecto a las civilizaciones del pasado, quizás ellas fueran ignorantes, nosotros no. Si al final la liamos no podremos quitarnos la culpa de encima jamás. Y al paso que vamos algunos de los que «la estamos liando» (por acción u omisión) sobreviviremos para verlo.
Es verdad que ahora vivimos en una aldea global, pero esto en lugar de beneficiarnos nos perjudica. Consumimos los recursos de los demás de cualquier parte del mundo o podemos viajar en unas horas a cualquier lugar y propagar enfermedades.
Los libros de Diamond no son la Biblia ni lo pretenden ser. Pero algunos de los casos que relata son interesantes porque se trata de sociedades aisladas como Pascua, Tikopia o Japón, microaldeas globales finitas, aisladas en la inmensidad del espacio oceánico, condicionadas por su cultura, con distintos grupos humanos y sujetas a distintas políticas de administración de recursos. Es decir, metáforas de la Tierra actual.
Un grupo de Tikopia decidió, a raíz de un desastre natural y ante la eliminación de sus recursos, tomar posesión de los recursos de los demás mediante la eliminación física de sus vecinos. Podemos preguntarnos en qué grupo queremos estar (los eliminados o los otros) o qué debemos de hacer para no llegar a la situación en la que tengamos que elegir un bando.
Quizás, como mantiene Emilio, la culpa de todo la tiene el sistema capitalista. Pero este sistema es el único conocido que permite crear riqueza de manera automática y sin burocracia. Los otros sistemas se basan en que el hombre es bueno por naturaleza, y esto es simplemente falso. El hombre es egoísta, siempre lo ha sido y siempre lo será. El gran logro del capitalismo ha sido aprovechar esta faceta negativa del ser humano para crear riqueza. Pero ahora se ha descontrolado.
miércoles 17 diciembre, 2008 @ 9:29 pm
Muy estimado Neo:
No puedo evitar meter baza aunque no me agrade hablar de política económica, pero ¿por qué esa seguridad en que el capitalismo es el mejor de los sistemas? El comunismo cayó por la corrupción, entre otras razones; vamos, por el robo del que tenía capacidad de llevarlo a cabo. El capitalismo está demostrando que no puede evitar ese vicio porque es consustancial al ser humano.
Un sansimonismo actualizado, que no permitiera la inútil acumulación ilimitada de riqueza podría quizá ser un capitalismo aceptable.
Sinceramente creo que sólo una educación en la crítica puede marcar una tendencia hacia cualquier solución. Ojalá ese virtual o real, no sé, cuarto poder se tomara la misión independiente de educar, de encuestar seriamente y publicar el parecer de las gentes. Pero eso también sería sansimonismo y se le tiene por utópico.
¿Por qué crear riqueza ha de ser el paradigma autojustificado? Esa riqueza, las más de las veces viene de arrancar a la Tierra sus bienes que ni siquiera pertenecen a la humanidad. Si en los costes se tuviera en cuenta la reposición, no sería posible esta riqueza y no estaríamos ante este, a mi entender, inevitable colapso.
Dices, Neo, que el capitalismo está descontrolado. Pienso que ese descontrol es tan propio de su naturaleza como la corrupción lo es del ser humano.
No sé a donde nos conducirán nuestros comentarios, pero esta «Actualidad climática» está resultando ser lo mejor de todo lo publicado, que siempre es de gran altura. Y a mí, al menos, ha conseguido soltarme la bicha.
Un muy cordial saludo, aunque rebelde.
miércoles 17 diciembre, 2008 @ 9:58 pm
Apreciado Tomás:
No se trata de justificar, sino de explicar. A la vez que se «crea» riqueza se «expolia». El sistema capitalista se basa precisamente en que el egoísmo humano lo empuja, para bien y para mal. Presuponer un sistema en el que todos somos buenos, nadie egoísta y que vamos a trabajar para los demás no es realista.
De la misma manera que es de ingenuos pensar que un millonario en el sistema capitalista parará de ganar dinero al pensar que ya tiene bastante. El efecto de «dinero llama a dinero» es bastante injusto, pues lo pobres difícilmente salen del hoyo aunque sean muy listos. Algo incluso más difícil en la «social» Europa que en EEUU.
En algún momento hay que poner un mecanismo que evite el expolio y sancione las conductas negativas. Lo difícil es encontrar quien le pone el cascabel al gato.
Y cada cual siempre hace las cuentas pensando en qué opción le beneficia a él más. Todos quieren salir ganando y nadie quiere perder. Quizás en el fondo es otro dilema del prisionero.
jueves 18 diciembre, 2008 @ 4:26 pm
Hay una característica común a todas las civilizaciones que sobrevivieron en condiciones de aislamiento con pocos recursos: Pasaron por situaciones de crisis antes de desarrollar pautas culturales muy rígidas o gobiernos altamente centralizados que permitían la supervivencia. Tal vez tengamos que llegar al caos global antes de que algo pase en el sentido de conservación y administración razonada de los recursos.
O tal vez nunca pase. En la novela de ciencia ficción «La Paja en el Ojo de Dios» se presenta una civilización confinada a un único sistema solar que atraviesa por ciclos recurrentes de expansión demográfica y tecnológica con colapso posterior, totalmente adaptada a ellos ¿será ese nuestro destino?
viernes 19 diciembre, 2008 @ 12:31 am
Estimado Jorge:
Sí, parece ser que se necesita una crisis previa para poder tomar conciencia. Pero en este caso el precio a pagar sería muy alto.
En cuanto adaptarse a los colapsos, es difícil la adaptación si todos los ecosistemas colapsan.
viernes 19 diciembre, 2008 @ 9:24 am
Estimado Neo:
No creo que para crear riqueza sea necesario expoliar, al menos siempre. Nuestra tecnología nos permite, si se cortan X árboles, devolver nX plantones, o no permitir más extracción de lo que la naturaleza puede reponer. En resumen, mantener lo que la Tierra tiene. Las cosas serían más caras, pero hay que elegir entre eso o la extinción a corto plazo del bien por la exagerada e insoportable población consumista. Y reciclar, por supuesto.
Yo tampoco creo en la bondad innata. Si tu dices que el egoísmo es consustancial, estoy de acuerdo, más para evitar ese problema están los impuestos progresivos de forma que no interese ganar más a partir de cierto límite. El problema es que el capital manda y los políticos son serviles ante él y de intereses a corto plazo. Por eso estoy seguro de que JOrge tiene razón. La catástrofe, a mi entender, es segura porque la única salvación de la humanidad como conjunto menor, o de menor consumo total, es decir, realmente sostenible, es una crisis, no sé si en forma de revolución, de guerra o de epidemia. Muy triste que no sepamos poner un remedio controlado. Aun así, me resisto: ¿y creando conciencia del problema?
Un cordial saludo.
viernes 19 diciembre, 2008 @ 10:57 am
Estimado Tomás:
Una cosa es lo que el sistema capitalista sea y otra lo que deba de ser. Todo el mundo está de acuerdo, en principio, con controlarlo para que no sea negativo, sobre todo a raíz de los últimos acontecimientos. Lo que ha empujado las hipotecas basura o el timo Madoff ha sido el egoísmo por ganar dinero a costa de lo que sea, en este caso utilizando los resquicios que dejaba el sistema.
Al igual que esta gente los políticos sólo buscan autoperpetuarse en el poder, así que tampoco parece que aporten muchas soluciones a un más que cercano desastre ecológico-climático.
La idea que propongo es que, sabiendo que nos mueve el egoísmo en materia económica, hay que aprovecharlo para implementar políticas económicas que atenúen nuestro impacto en la naturaleza. Todo el mundo a la hora de votar, además de utilizar las vísceras, hace sus cuentas de cuánto va a recibir por parte del estado y cuántos impuestos va a pagar. Los políticos lo saben y ofrecen dinero a cambio de niños, 400 euros porque sí, etc.
En este caso es como el dilema del prisionero. ¿Qué política debo de seguir para que el juego no finalice en que todos terminemos mal?
¿Qué incentivos se ponen en el sistema para poder crear estrategias de cooperación? ¿Qué correctivos? No es fácil saberlo. Crear conciencia es sólo el primer paso y en eso estamos.
viernes 19 diciembre, 2008 @ 10:57 am
Hola Neo.
Otro mal entendido semántico :)
Me refería al concepto de
-producción = total kilogramos
-productividad = producción / unidad (m2,m3, persona…)
Es decir, si tomamos la productividad por m3… un científico alienígena podría decir que el océano está muerto. Si la tomamos por m2 es, como dices, tres veces menor que la de la tierra. Su producción es grande (porque hay muchos m2) pero productividad…baja.
Es por eso que llevo «acongojado» varios años porque estamos mirando al sitio equivocado (la atmósfera) como lo más problemático… pero la acidificación de los océanos puede precipitar el mayor cataclismo alimentario de la historia.
El problema es que a «nadie» le importa el coral, porque nadie come coral… pero de la desaparición del coral, a la de la mayoría de los peces… hay un pasito.
Sobre Von Neuman… jo, me pasaría una hora escribiendo.
Sólo decir para los negacionistas que ensucian este planeta:
-Von Neumann en los años 50 calculó cuanto costaría teñir de negro los hielos del ártico para cambiar el clima mundial… le salía que era tanto como el coste de todas las lineas ferroviarias del mundo… luego pasó a teorizar sobre la guerra climática (cambiar el clima de un país enemigo… sin comentarios).
-Si veis la película «telefono rojo: volamos hacia Moscú?» (en ingles: Doctor Extrañoamor o cómo perdí el miedo y aprendía a amar la bomba)… el científico loco en silla de ruedas está inspirado en Von Neuman (aunque kubrick jamás dijese o negase eso)…
«mein fürher, I can walk!!»
Genial!!
Os la recomiendo en versión subtitulada.
viernes 19 diciembre, 2008 @ 11:15 am
Totalmente de acuerdo. El termino correcto que contabiliza el total es «producción» y no «productividad», seamos precisos.
Neumann pasó los últimos tiempos de su vida en unas condiciones físicas más o menos horribles y en una silla de ruedas. El personaje interpretado por Peter Sellers está basado en él.
Sobre locuras bélicas algún genio se molestó en pensar en la bomba de cobalto, que dejaría el planeta radiactivo durante millones de años o en una bomba que partiera el planeta por la mitad. Hay que ver esos «temas de investigación» como ejercicios teóricos y nada más. Incluso los políticos no llegan a estar tan desquiciados como para apoyar esas cosas. Quizás el mito del «científico loco» venga de ahí, pero ellos son conscientes de que sólo se trata de ejercicios teóricos.