Cambio climático preindustrial
El efecto humano sobre el clima se remontaría mucho antes de la era industrial.
Los cambios climáticos siempre se han producido en este planeta por causas naturales. Generalmente se han dado de manera lenta. Cuando se dieron de manera súbita derivaron en extinciones masivas que cambiaron la vida sobre la faz de la Tierra. Pero además de grandes cambios climáticos catastróficos súbitos se han dado cambios pequeños que condicionaron la vida de los humanos que vivieron en el pasado, desde las glaciaciones que posibilitaron la emigración de nuestros antepasados a través de puentes de tierra a la conquista de otros continentes, pasando por las sequías que convirtieron las tierras fértiles que una vez fueron cuna de civilizaciones avanzadas en inhóspitos desiertos, a la pequeña edad del hielo que se dio a partir del siglo XVI.
Nos encontramos en la actualidad embarcados en un experimento a escala planetaria que cambiará el clima. Lo que hagamos y no hagamos en los próximos años determinará nuestro destino. Todos estamos invitados a jugar y nadie puede dejar el juego, para bien o para mal, salvo cuando la muerte nos alcance. Las emisiones de dióxido de carbono y de otros gases están aumentando el efecto invernadero y cambiando la acidez de los océanos. Los niveles de este gas empezaron a subir notoriamente hace 200 años con la aparición de la industria y el uso de los combustibles fósiles, recursos que la Naturaleza secuestró durante millones de años y que nosotros estamos liberando en poco tiempo.
Se supone que esta es la primera vez que se producirá un cambio climático inducido por el ser humano. Pero quizás no es la primera vez. Dos atrevidas teorías nos hablan de los cambios climáticos anteriores inducidos directa o indirectamente por el ser humano y que nos pueden ayudar a reflexionar sobre el tema.
En el primer estudio, Richard Nevle y Dennis Bird, investigadores de Stanford University, han analizado datos detallados sobre la cantidad de carbón vegetal contenido en suelos y sedimentos en lagos en América Central y Sudamérica. Concluyen que la reforestación y el abandono de cultivos en la zona debido al colapso de poblaciones humanas ocurrido por las pandemias secuestró tanto dióxido de carbono de la atmósfera que produjo la pequeña edad del hielo, periodo de tiempo comprendido entre 1500 y 1750 durante el cual las temperaturas del mundo bajaron ostensiblemente.
«Estimamos que el secuestro de carbono en los nuevos bosques en crecimiento fue entre un 10% y un 50% del carbono total que hubiera sido necesario en el momento extraer de la atmósfera para dar cuenta de los cambios observados en la concentración de dióxido de carbono», dice Richard Nevle.
Estos investigadores basan sus datos en registros procedentes de 15 núcleos extraídos de lagos, 17 de suelos de centros de población humana y 18 de localizaciones limítrofes a las anteriores, todas ellos en América Central y Sudamérica. Las muestras databan de hasta hace 5000 años (a más profundidad más antigüedad).
Encontraron que los depósitos de carbón vegetal aumentaban de manera progresiva debido a la quema de bosques para convertirlos en tierras de cultivo, una práctica muy común hasta hace 500 años. En ese momento observaron que hubo una caída brusca en los depósitos de carbón vegetal coincidiendo con el colapso de las poblaciones humanas de la zona.
Cuando los europeos llegaron a América portaban multitud de enfermedades endémicas que en América se convirtieron en terribles epidemias para la población local. Esto, que facilitó sin duda la conquista del continente, se tradujo en un alto coste en vidas humanas.
La razón de partida es que las enfermedades humanas provienen en general de la convivencia con los animales domésticos. Como en Eurasia había muchos animales salvajes susceptibles de ser domesticados se crearon numerosas enfermedades por la convivencia con el ganado que al final se hicieron endémicas. En América había muy pocas de estas especies y muy escasos animales domésticos (pavo, llama, cobaya, pato y perro) y por tanto muy pocas enfermedades infecciosas. El intercambio de enfermedades fue en contra de la población local y murieron numerosas personas. Algunos autores llegan a calcular que para la totalidad de América la población india descendió hasta en un 95%, aunque este alto porcentaje es discuto por otros.
Esta hipótesis sobre un cambio climático inducido por las epidemias era arriesgada. Por eso estos investigadores confrontaron los datos sobre el carbón vegetal de los registros disponibles con la concentración de los distintos isótopos de carbono atmosféricos de la época. Pudieron comprobar que la razón de isótopos pesados sobre los ligeros aumentó. Esto es precisamente lo que se espera de un proceso de reforestación.
La fotosíntesis favorece el fijado de dióxido de carbono de carbono ligero sobre el pesado. Una reforestación masiva no sólo disminuye el dióxido de carbono de la atmósfera, sino que la enriquece con isótopos pesados.
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Otros factores que se han propuesto para explicar la pequeña edad del hielo son un periodo prolongado de menor actividad solar y las erupciones volcánicas que expulsan materiales a la atmósfera que bloquean la luz solar. Sin embargo, estos dos factores, aunque también parece que se dieron por entonces, no coinciden temporalmente del todo con la caída de dióxido de carbono atmosférico. El evento climatológico de la pequeña edad del hielo no empezó a darse hasta después de que el dióxido de carbono empezara a declinar y la razón isotópica de carbono cambiara.
No obstante estos autores no atribuyen la pequeña edad del hielo totalmente a este fenómeno de reforestación y otras causas podrían haber contribuido, aunque la reforestación sería la principal causa.
Resumiendo, la secuencia sería la siguiente:
Las epidemias diezmaron las poblaciones humanas de América que dejaron de quemar la selva y de cultivar la tierra. Las selvas, al verse libres de la amenaza humana, empezaron a producir rápidamente grandes cantidades de árboles y biomasa que extrajeron mucho dióxido de carbono de la atmósfera. Esto produjo una disminución del efecto invernadero que finalmente derivó en la pequeña edad del hielo. De este modo los virus indujeron un pequeño cambio climático facilitado por una alteración previa humana sobre los ecosistemas.
En el segundo estudio un modelo computacional pone de relieve que hace miles de años, debido a la expansión de la agricultura a gran escala de Asia y a la deforestación europea, el ser humano ya empezó a cambiar el clima. Y lo que es más, esta actividad continuada evitará que el mundo entre en una nueva era glacial alterando el ciclo de glaciaciones que ha estado presente en la Tierra durante los últimos millones de años.
Según Stephen Vavrus, de University of Wisconsin-Madison, este resultado desafía el paradigma de que el cambio climático empezó con la revolución industrial. Un pequeño incremento continuo de las concentraciones de dióxido de carbono termina siendo importante si se da a lo largo de un periodo de tiempo prolongado.
Los resultados se basan en una idea de William F. Ruddiman, de University of Virginia, según la cual la agricultura del arroz a gran escala en Asia y la deforestación en Europa comenzó a introducir metano y dióxido de carbono en la atmósfera terrestre que aumentaron el efecto invernadero, aumentando así las temperatura globales y reduciéndose la capacidad de secuestro de dióxido de carbono por parte de los océanos al ser éstos más cálidos.
No se discute el gran impacto reciente de la revolución industrial en el proceso, se afirma simplemente que el proceso ya habría empezado antes.
Según caía la nieve sobre la Antártida durante los últimos 850.000 años atrapaba aire atmosférico. El aire terminaba encerrado en burbujas dentro del hielo según éste se iba formando por la nieve aplastada debido a su propio peso. Gracias a los testigos de hielo extraídos allí se puede saber la concentración de los gases atmosféricos en los últimos 850.000 años. Según los científicos John Kutzbach y Gwenaelle Philippon se puede apreciar en este registro la marca distintiva de que el aumento de metano y dióxido de carbono empezó a darse hace miles años, antes de la revolución industrial. Concretamente hace entre 5000 y 8000 años las concentraciones de ambos gases empezaron a subir.
Las glaciaciones se han dado durante el último millón de años cada 100.000 años aproximadamente debido a motivos astronómicos relacionados con los parámetros orbitales terrestres, pero según este estudio la próxima no se dará por culpa del cambio climático. Como la disminución de gases de efecto invernadero ayudó a iniciar las glaciaciones, el efecto de la agricultura y de la industria en tiempos recientes impedirá que se dé la próxima era glacial al haber aumentado los niveles de esos gases.
El modelo predice que si se eliminara el efecto de la actividad humana durante los últimos 8000 años habría más hielo y nieve permanente sobre Canadá, Siberia, Groenlandia y las Montañas Rocosas, sitios donde se formaron glaciares en las anteriores épocas glaciares.
Sin duda ambos estudios nos deben de hacer reflexionar sobre el impacto que el ser humano tiene sobre el clima y de lo sensible que puede ser a las alteraciones. Por desgracia, no nos dicen cómo solucionar el actual problema.
Fuentes y referencias:
Nota de prensa en Stanford University.
Nota de prensa en University of Wisconsin-Madison.
Foto cabecera: “Mountain of Rice” por Storm Crypt vía Flickr.
21 Comentarios
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viernes 26 diciembre, 2008 @ 1:15 pm
Tremendo el artículo. A pesar de que está suficientemente bien redactado y bastante claro, parece ideal para crear más confusión en la opinión considerada pública y para dar alas a los negacionistas. Como consecuencia, se debería recordar el principio zen que dice «La acción basada en la confusión y la ignorancia, lleva directamente a mayor confusión, desorden e ignorancia».
Guillermo
viernes 26 diciembre, 2008 @ 6:46 pm
Estimado Guillermo:
Para aquellos que son negacionistas los resultados que puedan aparecer sobre el tema no les afectan en su fe o intentarán que éstos apoyen sus creencias, incluso tergiversándolos.
Como su base es político-religiosa es muy difícil de cambiar al estar basada en sentimientos más que en la razón.
viernes 26 diciembre, 2008 @ 11:06 pm
Lo asombroso es que los cambios en sí de los niveles de CO2 deben haber sido relativamente pequeños, mucho menores de los que hemos estado produciendo los últimos 100a. Siempre había pensado que la atmósfera tenía una cierta «inercia» pero parece que no es así. No habla muy bien de nuestro futuro. ¿Se habrá hecho un cálculo de cuanto CO2 necesitamos para inducir un efecto invernadero masivo e incontrolado como el de Venus o al menos para derretir la totalidad de los casquetes polares? He visto mapas de la tierra con un aumento de 100m en el nivel del mar…
sábado 27 diciembre, 2008 @ 7:46 pm
No veo razón algúna para que los «negacionistas» pudieran «tomar alas» con este artículo. El propio estudio lo deja bien claro «No se discute el gran impacto reciente de la revolución industrial en el proceso, se afirma simplemente que el proceso ya habría empezado antes». Así que en cuanto a los «negacionistas», a lo todo lo más que se puede llegar es a las conclusiones hechas por Neofronteras.
domingo 28 diciembre, 2008 @ 6:34 pm
Lluis y Neo.
Estoy absolutamente de acuerdo con las dos opiniones y como ya he dicho antes, el artículo es perfectamente claro y concreto para el que lo quiera entender y además está bien cimentado por demostraciones técnicas solventes, pero tal como indica Neo, la capacidad de tergiversación de los «negacionistas» es tan infinita como la estupidez humana y el hecho de que la acumulación de CO2 por la acción humana nos haya salvado de una segunda mini-glaciación, que fácilmente se puede vender como una gran glaciación puesto que no se ha producido, les permite afirmar que los designios divinos (nótense las minúsculas) hacia la especie dominante y «señora de la creación», les da derecho a cualquier barbaridad ecológica mientras satisfaga sus alucinaciones sobre el destino final y manifiesto de la misma.
Gracias por escucharme y perdón si parece que he intentado criticar el estudio que, repito, me parece muy correcto y esclarecedor de la actividad humana.
Guillermo
domingo 28 diciembre, 2008 @ 8:22 pm
Quizás simplemente hay que centrar los esfuerzos en las personas razonables. El que quiera malinterpretar los resultados porque es negacionista será casi imposible de convencer de lo contrario. No se puede obligar a la gente a renunciar a su fe.
Si el precio por evitar una glaciación dentro de miles de años es el de producir un holocausto dentro de 50 ó 100 años entonces es un precio muy alto.
domingo 28 diciembre, 2008 @ 10:06 pm
Estimados compañeros de NeoFronteras, quería felicitarlos nuevamente por su blog, y en respuesta al comentario numero 6 suyo hacia guillermo: que «Quizás simplemente hay que centrar los esfuerzos en las personas razonables.»
No se si ese es el camino correcto, todos sabemos que estamos en un momento crucial de la historia respecto al cambio climático, y aunque me parece correcta la publicación de este artículo, creo que a lo que se refiere guillermo es que los que estamos interesados y somos conscientes, debemos unir nuestras fuerzas y usar todos los medios posibles. Es decir, tenemos que usar todos los medios que tengamos a nuestra disposición para concienciar a la sociedad y tratar de cambiar algo, aunque esto incluya utilizar amarillismo e impresionar a las masas. Aunque sea política y moralmente incorrecto, y el fin no justifique los medios, en este caso estamos jugando con el destino de la humanidad, y tenemos evidencia que nos respalda.
En fin, creo que me fui por las ramas pero estoy de acuerdo en que el poder de tergiversación de los políticos acientíficos y los negacionistas es infinito y deberíamos abstenernos de publicar cualquier cosa que les de material. Y hacer énfasis en publicación de estudios con resultados más tangibles como http://neofronteras.com/?p=1334
Y eventualmente publicar conexiones a grupos de activismo ecológico, o sea, yo me considero que sé bastante de este tema por todas las cosas que leí, y me preocupo por el calentamiento global, pero todos sabemos que usar lamparas de bajo consumo y cerrar (la canilla/el grifo) cuando uno se cepilla los dientes no va a impedir ni postergar el desastre.
No es una crítica, sino un pedido de ayuda, porque he estado buscando por Internet y no hay muchas cosas.
Recién empiezo pero pienso ir recolectando información en mi blog y si alguien le interesa puede comentar allí o agregarme al msn echirdb@gmail.com, aunque soy de Rosario, Argentina, un contacto de cualquier parte del mundo es útil.
Lamento haber transformado mi comentario en una especie de cabecera de foro, o lo que sea, sólo espero que no sea censurado por eso.
Muchas gracias. Ezequiel Del Bianco
miércoles 31 diciembre, 2008 @ 10:57 am
Evidentemente no me he explicado bien. Los artículos científicos y/o técnicos, siempre que estén bien documentados y sean lo más objetivos posible, como es el caso, han de publicarse y publicitarse. Nunca seré partidario del amarillismo ni de ocultar información que permita aumentar el conocimiento.
Unicamente hecho de menos notas que pongan de manifiesto las alternativas a una actuación concreta, por ejemplo y tal como indica Neo, si evitar la glaciación comporta una catástrofe aún mayor y no sólo para la especie humana, es evidente que es un precio demasiado elevado e inadmisible y ponerlo de manifiesto, cosa que no es difícil, sería la guinda del artículo en cuestión.
Saludos
Guillermo
martes 13 enero, 2009 @ 9:38 am
Está clara una cosa:
Ha habido glaciaciones antes de que el hombre fuera algo más que un mono listillo. Y luego, deshielos: cambio climático se llama esto.
Es decir, este planeta ha sufrido cambios climáticos (colosales o miniglaciaciones) antes de la pre-industrialización y pre-historia humana.
Ese no es el debate al que debemos dar cabida en nuestra «lucha» contra el cambio climático antropogénico (esa es la palabra: antropogénico).
La capa de ozono ha sufrido agujerillos desde el principio de los tiempos, pero no fue hasta que aparecieron los CFC´s (y no digamos el futuro con el fluoruro de los paneles solares… que se comen el ozono como un bulímico la nocilla) que las ovejas de perú se empezaron a quedar ciegas por las radiaciones UV en sus ojos.
El hombre sí puede alterar el clima, Bush ha muerto y su compra a los científicos también (11.000 firmas le avalan en kioto que negaban la mayor).
Otra cosa es que Exxon y Texaco dediquen grandes cantidades de dinero a financiar movimientos negacionistas (y a científicos, ojo) y a PE RI O DIS TAS para que actúen de tertulianos negacionistas(nunca sabré si manuel toharia está o no financiado por algún grupo de interés en otras materias: lleva años en la cresta de la ola… sin ser ni siquiera un buen divulgador).
Saludos y perdón a los fans de Manuel Toharia (no lo acuso, digo que me llama muuucho la atención su falta de complejos en algunos asuntos).
martes 13 enero, 2009 @ 12:36 pm
Manuel Toharia tiene un cargo político como director del museo de la ciencia de Valencia, posiblemente tiene el discurso cautivo. Puede que nos explique la diferencia entre clima y tiempo meteorológico una vez más, pero el asunto importante es otro.
miércoles 14 enero, 2009 @ 9:28 am
Me apunto a la crítica sobre el Sr. Toharia. Me parece imprescindible separar el trigo de la paja, sobre todo en temas tan transcendentales. Gracias por la valentía de desvelar verdades. Si ese autor leyera este artículo, o alguien se lo diera a conocer, procedería una respuesta que no espero.
Un saludo.
miércoles 14 enero, 2009 @ 1:43 pm
Tengo miedo porque se me puede calentar la boca con este hombre… y no quiero entrar en demandas judiciales :) (aún recuerdo como Mr. Toharia despachó, sin ningún tipo de dudas que la telefonía móvil es segura… y punto, porque lo digo yo y sobra más referencia ni mención de estudios que dicen lo contrario: tranquilizo a la masa y beneficio («beneficio») a mi persona).
Os pongo un párrafo muy divertido sobre el Prestige y Mr. Toharia:
Es decir, que el hecho que haya miles de petroleros que circulan día a día por el mundo… no tiene para este señor ningún valor estadístico. No menciona que el petrolero era una ruina andante y que posiblemente haya más… la culpa es del capitán, qué demonios! Ole, tío. Con expertos como tú y aquel del CSIC que afirmó que en cuatro días el fuel oil se solidificaría en el fondo del mar matarile rile rile… España está en el lugar que le corresponde.
Comprendo que no puede haber divulgadores que digan: «posiblemente estemos en manos de sinvergüenzas de multinacionales que juegan con nuestra salud en pro de sus beneficios»… porque durarían dos segundos en el carguito político/oficial/universitario -no os digo una afrenta semi-personal que sufrí, en carnes de un amigo, en una universidad andaluza vs. una gran compañía eléctrica que, oh casualidad…, financiaba también a la propia universidad). El resumen es: esto que decimos nosotros es verdad y lo que dice este profesor es falso, ok?
Y todos: ok, amén.
Y el profesor: (en voz baja: la tierra es plana, ok, pero se mueve)
Y así funciona el mundo. Amianto, Residuos nucleares, Coches ataúd, Fármacos letales, Aditivos alimentarios nocivos, Residuos fitoquímicos en vegetales, hormonas y antibióticos en la carne, hormonas artificiales de envases plásticos en la leche y agua, tecnología dudosa… y como el cuerpo aguanta una barbaridad… que les quiten lo bailao a las compañías. ¿no vivimos más que antes?, ¿de qué nos quejamos?
En fin…
Suerte!
miércoles 14 enero, 2009 @ 9:16 pm
Lo que diga ese señor lo asume él, está claro. Sobre petroleros cochambrosos el problema es buscar responsabilidades. Desde el vertido de Alaska y otros similares las empresas norteamericanas se cuidan mucho de tomar medidas medioambientales porque las indemnizaciones les saldrían más caras.
El problema es cuando un petrolero monocasco muy viejo, bajo bandera de conveniencia y perteneciente a una empresa fantasma, circula por los mares y al final se hunde. Normalmente el culpable se libra de todo.
Sobre telefonía móvil los pocos estudios que hay dicen que, aunque el riesgo existe, éste es muy bajo.
En este caso simplemente hay que dedicar esfuerzos sobre otros riesgos ya demostrados y que tienen altos riesgos para salud. El tabaco mata 50.000 personas al año sólo en España, a 5000 con humo de segunda mano y a un número indeterminado debido al humo de tercer mano (acumulación en telas y paredes de sus tóxicos).
La contaminación atmosférica es otro factor, así como los pesticidas, etc.
No hay que perder el sentido de la proporción.
jueves 15 enero, 2009 @ 9:24 am
Neo:
No estoy seguro que seas consciente :) :) de lo que has dicho: ¿que el riesgo EXISTE? ? Tú te das cuenta que llevo 10 años escuchando que NO existe y, de repente… ahora existe? Desde 1998 existen estudios que indican que el riesgo existe (especialmente en el nervio acústico) es decir, hace 10 años que se «sospecha» que algo huele a podrido.
La postura oficial es que NO existe y punto. Dime un sólo ministro, compañía que hayan dicho que se eleve la ratio de cáncer en usuarios de móvil o vecinos situados a una antena y te doy 100 euros. Lo juro ahora mismo por mi hijo.
El riesgo NO existe: hacen falta más estudios.
Ayer estuve con un profesor universitario (sociólogo) y le comenté mi «lucha» contra la telefonía móvil… el tío lejos de tratarme como un paranoico ecologista va y me dice «hace unos años vinieron a mi una compañía para que hiciese un estudio absolutamente sesgado que condujese sí o sí a que la telefonía es segura». Es posible que pienses que es falso lo que digo -no tienes manera de comprobarlo- pero soy padre y jurar por la vida de mi hijo es algo que entenderás si eres padre: lo juro por la vida de mi único hijo, es cierto lo que me dijo eso.
Por otra parte, puede que haya un error de escala combinado con errores de estudios o falta de datos.
1- La telefonía móvil no te afecta (cáncer) al día siguiente de comprarte el móvil, al igual que el tabaco no te mata hasta pasados 20/30 años.
2- Los estudios se realizan (los que son más o menos honrados) con usuarios de hasta 10 años de uso de móvil… es decir: en 1998 el porcentaje de uso en españa era bajo. Hoy es casi del 100%. Amén que hace 10 años llamar era carísimo y casi no se usaba. Hoy los niños lo usan durante horas.
3- es decir: desde el 2000 empezó a hacerse uso masivo y «abusivo» del móvil. Estamos en 2008 (8 años) y ningún estudio podría encontrar más que «ligeros» incrementos de cáncer -de hecho lo encuentran, como tú dices-. Pero NO hay datos tan letales como los que tú dices del tabaco: a él se le estudia con usuarios de 30/40 años.
4- Todos somos fumadores pasivos del móvil: las antenas nos radian a todos, el 100% del tiempo, el 100% del territorio.
5- Los niños usan el movil (=fuman) y duermen en habitaciones radiadas por microondas.
6- Si quisieras hacer un estudio con personas que lleven fumando 8 años… no podrías encontrar más que «ligeros» incrementos de cáncer en las personas. ¿No te da que pensar eso? Piénsalo, por favor.
7- Por alguna extraña razón, ratas, pollos y células reaccionan terriblemente a las dosis legales de radiación microondas de la telefonía móvil y, sin embargo, parece que los estudios (financiados por las compañías de telefono móvil veladamente o a cara descubierta) al llegar a humanos… dicen que nada: que todo está bien. Llama la atención también. A mi me extrañaría que se hiciesen estudios con animales y rayos x que digan que mueren y que al llegar a humanos… que vivimos.
8- Lo dicho: 100 euros :) El riesgo NO existe. Y si existe es tan poco, que no merece la pena considerarlo porque antes moriremos de viejos… «seguramente».
Nota final: El experto de la Org. Mund. de la salud, señor Repacholi, se dedicó a visitar todos los paises desarrollados (hablando incluso en los parlamentos de esos paises diciendo que «all is OK». Después se descubrió que el viaje fue sufragado en gran parte por los presupuestos de las compañías de telefonía. Curioso. Vamos, curioso si te resulta curioso que la zorra vigile las gallinas, si no: normal. Vamos, normal estadísticamente hablando: las zorras vigilan su territorio normalmente.
Saludos y si he dicho algo que pueda ser interpretado como insultante, NO ha sido mi intención: será un mal entendido, de verdad, no pretendo insultar a nadie (y menos a ti), sólo es que en este tema me resulta muy dificil contener mi rabia.
Bye.
jueves 15 enero, 2009 @ 9:42 pm
Lo siento pero en ciencia hasta que no se demuestre no se puede afirmar que la telefonía móvil sea perjudicial. Lo demás es bastante paranoia:
http://neofronteras.com/?p=938
Aunque hay sospechas, según estudios epidemiológicos, de que puede tener una baja incidencia en determinados casos de cáncer:
http://neofronteras.com/?p=1102
No obstante, sigue siendo muy inferior a los demás riesgos que se han demostrado sin lugar a dudas que producen numerosos problemas.
Solo por la contaminación del aire mueren, siendo conservadores, 130.000 personas en EEUU. Un país que prohibió el plomo de la gasolina hace mucho (no como en otros sitios).
Pero hay insecticidas, herbicidas, pesticidas varios, metales pesados, materiales ignífugos, refrigerantes, detergentes, plásticos… Se sabe (y está demostrado) que producen efectos congénicos, retraso mental, alteración del sistema inmunitario, distorsiones en el sistema endocrino, cáncer…
Ponerlo en el mismo lugar que la telefonía móvil es ridículo. Basta con vivir en la montaña donde hay más rayos cósmicos, UV y radón natural para tener muchas más probabilidades de tener cáncer que usar un móvil.
Nos acercamos al fin del mundo tal y como lo conocemos y algunos se empeñan en buscar fantasmas en las ondas de los móviles.
viernes 16 enero, 2009 @ 8:47 am
Estimado Emilio:
Si no te molestas, como Homero decía «el prudente Ulises», yo me atrevo a llamarte «el furibundo Emilio». Creo que tienes una parte de razón, muy bien calibrada por Neo.
Pero lo que me importa de tu comentario es la corrupción generalizada que impregna todos los recovecos de nuestra sociedad. También yo tengo esperiencias personales que prefiero no detallar.
Como estoy interesadísimo, si alguien conoce literatura fiable sobre este tema, ruego me la recomiende porque este es uno de los gravísimos problemas que impedirán la solución del futuro que, desgraciadamente, espera a nuestra civilización.
Un saludo
viernes 16 enero, 2009 @ 10:23 am
Hola,
No comprendo lo que quieres decir:
1- el riesgo existe (es decir: son peligrosos) aunque incrementan muy poco los casos de cáncer.
2- el riesgo no existe y son cosas de ecologistas.
¿Cual de las dos opciones afirmas?
Porque si aceptas que el riesgo existe… estás en un problema epidemiológico (más bien en una paradoja epidemiológica: hablar de estudios de 8 años, definiendo a usuarios habituales a aquellos que hablan una hora a la semana… es como hacer un estudio de 8 años con fumadores que fuman una hora a la semana. En inglés se llamaría «useless» es decir inútil).
Por otra parte hay una trampa lógica en tu razonamiento: ligar que hay cosas más peligrosas que ya han sido demostradas no empequeñece el peligro de otros peligros más pequeños (o más grandes cuando se demuestren).
Es como decir: «señor, ¿que demonios me viene usted a decir que comer pimientos con residuos de pesticidas es peligroso cuando eso tiene menos probabilidades de muerte que fumar o conducir?» Los riesgos no se invalidan entre sí, se suman. Y más cuando la única incógnita que queda por desvelar es en que % incrementa los casos de cáncer… porque, como dijiste al principio: el riesgo existe. Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para las unidades de oncología.
Y además, como cada vez puede pararse menos la sospecha de que las compañías están ocultando información:
«In September, the European Parliament voted 522 to 16 to urge ministers across Europe to bring in stricter radiation limits, and the European Environment Agency has also issued a warning.»
A menos que los parlamentarios sean ecologistas: instan a estrictos limites de radiación (no el que tiene España que es para freír pollos a 6 metros de las antenas :) )
Sacado de:
«French government bans advertising of mobiles to CHILDREN
New limits will be placed on radiation levels amid fears of increased risk of CANCER from phone use»
viernes 16 enero, 2009 @ 12:42 pm
La postura que habría que tomar es que de momento el riesgo demostrado de la telefonía móvil es bajo y se necesita hacer más estudios, incluso cambiar la legislación si es necesario.
Es verdad que los riesgos se suman y que hay que eliminar cuantos más riesgos mejor, pero hay que tener claras la prioridades y no hay que ponerse una venda antes de tener la herida.
Una anécdota:
Cerca de mi trabajo un día estaban recogiendo firmas en contra de unas antenas de telefonía. En varios años no he visto ni una sola campaña contra la empresa situada enfrente (a 200 metros) y que emite al aire sustancias cancerígenas procedentes del horneados de barnices y pinturas. Hay días que esos humos producen náuseas a los peatones. Esta empresa lo hace legalmente y está inscrita el registro de empresas contaminantes del ministerio. Parte de la gente del lugar vive directa o indirectamente de esa empresa y prefieren envenenarse que hacer algo al respecto. Al parecer, los puestos de trabajo lo justifican todo.
Las empresas de telefonía no proporcionan esos intereses económicos a esas personas y éstas se dan el lujo de criticarlas. La corrupción permea todas las capas de la sociedad y no sólo a los que tienen poder político o económico. Las cosas pasan principalmente porque dejamos que pasen y todos somos responsables. En este caso, esta gente es culpable de hipocresía además de mantener a un ayuntamiento cómplice, entre otras cosas.
Al final si alguien enferma culpará a las antenas pero no a los humos que le rodean.
Si, por ejemplo, esos humos son 100.000 veces más perjudiciales que las antenas quiero ver 100.000 recogidas de firmas en su contra por cada campaña en contra de las antenas. A esto se le llama sentido de la proporción.
Otro problema es el de la credibilidad y el respeto. Éstos se ganan y no son otorgados a priori. Los movimientos ecologistas, en los que por cierto hay pocos ecólogos, deben de ganarse ese respeto y credibilidad. Debido a su torpeza no lo consiguen. Se debe a muchos motivos, uno quizás sea la falta de sentido de la proporción.
viernes 16 enero, 2009 @ 3:37 pm
Muchas leyes limitadoras de lo que sea, no dejan de ser el resultado de un compromiso, por no decir un regateo, entre intereses económicos y gente idealista de pensamiento único, (atribuyéndose ambos la cualidad de salvadores de la humanidad). Unos son propensos a negar las evidencias y los otros son propensos a inventarlas. ¿Es el punto medio la verdad?. No. El punto medio es un compromiso que no contenta ni a unos ni a otros, y que sólo sirve para ocultar la realidad a todos.
No procede el consenso entre intereses e ideas respecto de la identificación de un determinado riesgo. Y si no hay suficientes datos, se espera a que los haya. Lo que puede ser discutido posteriormente es el nivel de riesgo aceptable y las medidas que deban tomarse para no superar este nivel. A veces la identificación del riesgo se logra medianamente bien, como lo demuestran las sucesivas conferencias sobre el cambio climático. Otra cosa es lo que se haga después. La correcta identificación del riesgo no implica unas actuaciones o leyes posteriores adecuadas. Pero sin esa correcta identificación, lo que se haga después serán sin duda palos de ciego.
Ejemplo reciente de incorrecta identificación del riesgo y medidas posteriores equivocadas lo encontramos en la isla Macquarie. Durante muchos años, en esta isla protegida han ido proliferando los conejos, importados en el siglo XIX por los balleneros. Los gatos que, habían llegado antes a la isla, empezaron a comerlos y, a su vez, a proliferar. Como los conejos tienen una tasa reproductiva muy superior a los gatos, se provocó artificialmente en los conejos una epidemia de mixomatosis que los diezmó. Los gatos, a falta de conejos, se comían las crías de las aves, por lo que fueron exterminados. Y ahora la población de conejos, ante la falta de depredadores, vuelve a crecer exponencialmente.
Una sucesión de parches inútiles (y costosos) ante un diagnóstico inicial equivocado, que no tuvo en cuenta el equilibrio ecológico global de la isla.
Identifiquemos el riesgo sin lugar a dudas y luego ya veremos que hacemos.
Sobre la isla Macquarie: http://www.proyectogeo.com/noticias/nt_pages/nt_53442.asp
Un gag de la serie The youths: El copiloto de un avión manifiesta al piloto su pánico a volar. El piloto replica:
-“No te preocupes. El riesgo de que se caiga este avión es un millón de veces más pequeño que el riesgo de que te caiga un tiesto en la cabeza mientras paseas por la calle.”
A lo que el copiloto responde:
-“Es cierto, pero es que yo también paseo por la calle.”
(si no recuerdo mal, en este momento al copiloto le cae un tiesto en la cabeza…)
Los riesgos, aunque pequeños, se suman.
Pero la gestión adecuada de un riesgo dado ha de estar proporcionada a la probabilidad y severidad de las consecuencias, y también ha de contemplar los criterios de beneficio que comporta asumir un determinado nivel de riesgo. No vamos prohibir el transporte aéreo para prevenir un riesgo ínfimo (aunque de consecuencias graves). Pero es obligatorio el uso de casco en los edificios en construcción (al menos en España).
Saludos cordiales a Neo y comentaristas habituales.
viernes 16 enero, 2009 @ 3:49 pm
¡Exacto! Como nuestro estimado RicardM dice «la gestión adecuada de un riesgo dado ha de estar proporcionada a la probabilidad y severidad de las consecuencias». No se puede resumir mejor.
Sobre los conejos el ejemplo típico es el de Australia, isla donde se introdujeron conejos (españoles) y zorros. Ambas especies han hechos estropicios ecológicos gigantescos que incluye problemas de erosión y desertificación. Pese a los millones gastados los australianos no han conseguido resolver el problema.
Hay problemas de este tipo que tienen una solución muy difícil por no decir imposible. ¿Es el calentamiento global un problema sin solución? ¿Y el consumo ecológico de la humanidad con su explosión demográfica?
martes 20 enero, 2009 @ 3:04 pm
Muy de acuerdo en eso de identificar el riesgo.
El problema es que hay varias impedimentas para identificar el riesgo en temas de telefonía móvil (que aún no sé de dónde sacáis que el riesgo es bajo/medio/alto… porque si te compras un móvil, no dice nada de nada, las compañías tampoco y el ministerio menos).
Impedimentas:
1- Un estudio requiere más de 10 años y miles de personas para que sea «fiable».
2- Esto sólo lo puede financiar la Comunidad europea o las compañías.
3- Los financiados por las compañías niegan que exista riesgo.
4- Los financiados por la UE, como el alucinante REFLEX I y II, cuando afirman que hay rotura de ADN celular… se les retira al día siguiente la financiación sin explicación ante el «asombro» de los investigadores (está publicado hasta en El País…).
5- A día de hoy, sin saber los mecanismos del cáncer y debido al hecho de ser una enfermedad multifactorial, cualquier sinvergüenza es capaz de demostrar lo que quiera con los datos de una investigación. Nada más tenéis que ver la cantidad de fármacos «anti»-cancerígenos que han demostrado ser… «cancerígenos» o inútiles (comparados a placebo, vamos).
6- ¿Quién puede luchar contra el mayor negocio legal -después de las farmacéuticas- del mundo sin que le caiga todo el peso de sus medios o de los que tienen comprados con publicidad?
7- Si hacéis una similitud entre el caso del tabaco/amianto, vamos por el mismo camino: niégalo, niégalo y luego… pon la pegatina de «aleje el móvil de su oreja, señora».
La sede de la Comunidad Europea estaba forrada de amianto :), vivir para ver.
Por tanto, el riesgo, en este caso, no puede ser evaluado científicamente porque no hay posibilidad de desarrollar investigación que no esté sesgada (a escala global, mucha gente vive de la telefonía móvil y las redes wifi… ¿qué vas a hacer? ¿prohibirla? No, sólo esperar que no mueran demasiados o que no lo noten… idem que Philip Morris que en 1999 (500 años después de introducirse el tabaco en España) reconoció que el tabaco era cancerígeno… y algo deberían sospechar, porque son el principal fabricante mundial de tabaco… que se dedicó a ocultar todos los datos que apuntaban a esto… fueron juzgados, pagaron…y los niños siguen fumando tranquilamente en las plazas de tu ciudad.
Es la historia de siempre.