Agua, viento, clima y agricultura
Varios artículos relacionan distintos aspectos ambientales con el cambio climático y el agua.
El impacto del ser humano sobre el clima ya se empieza notar y a afectar el bienestar o supervivencia de distintas sociedades. Si no cambiamos el curso de nuestras acciones puede ser incluso peor. Para ello no basta con dejar de emitir gases de efecto invernadero.
Ahora que la energía eólica está tan de moda podemos preguntarnos sobre el origen del viento. ¿Qué crea el viento? Pues en el fondo no es más que un fenómeno convectivo en el que aire cálido sube y el frío baja y se crean una circulación de aire a la que llamamos viento. Al menos ésta es la explicación sencilla que viene en los libros de texto. La realidad siempre es un poco más complicada.
Parte del viento está generado por la circulación atmosférica creada por la condensación de humedad. El vapor de agua forma gotas al condensarse y esta reducción de volumen reduce la presión atmosférica y los cambios de presión producen viento.
Gran parte de este fenómeno se da sobre las selvas tropicales en donde el agua es transpirada por las plantas y luego se condensa en un ciclo constantemente. Si se talan los árboles se elimina la selva y con ello el fenómeno antes descrito y los vientos desaparecen o cambian. Lo malo es que si cambian los vientos también pueden desaparecer las lluvias que traen.
Aunque se ha considerado a este fenómeno como algo trivial y pequeños no se suele incluir en los modelos atmosféricos. Pero Anastassia Makarieva (Universidad de San Petersburgo) y sus colaboradores sostienen que el gradiente de presión creado por este efecto no ha recibido suficiente atención por parte de los investigadores y puede que haya sido infravalorado [1]. Sus cálculos sugieren que la condensación de miles de millones de litros de agua sobre la selva produce un gran efecto. Parece, según este nuevo resultado, que se trata de un poderoso mecanismo que controla los patrones de tiempo atmosférico a lo largo de todo el mundo.
Este resultado es criticado por algunos colegas de profesión, pero sus autores se defienden diciendo que los oponentes todavía no han dicho qué es lo que está mal en el nuevo resultado.
Los críticos, como Judith Curry del Georgia Institute of Technology, dicen que el fenómeno descrito es correcto, pero que su magnitud no es comparable a otros fenómenos, aunque podría ayudar a explicar por qué los modelos actuales no explican bien los monzones y huracanes.
Las implicaciones de todo ello son importantes pues, según los modelos actuales, si se pierde la selva tropical la lluvia continental declinaría entre un 10 y un 30%, pero si el nuevo modelo es correcto la lluvia podría declinar en un 90%.
Está por ver si la situación es una o la otra (o algo intermedio), así que habrá que esperar a ver lo que dicen posteriores investigaciones.
Pero no hace falta considerar la tala de la selva para encontrar ejemplos del mal uso que hace el ser humano de los recursos. Un estudio reciente apunta a que los regadíos de California están alterando el ciclo del agua en otras regiones de los EEUU.
Cada año los agricultores del valle central de California (que constituye la gran despensa de frutas y verduras de EEUU) usan varios kilómetros cúbicos de agua para regar sus cultivos. El 60% de esa agua proviene de ríos y el resto de pozos. Gran parte se evapora y aumenta la humedad del valle, pero esto tiene un efecto sobre otras regiones alejadas, según James Famiglietti de University of California en Irvine[2], [3].
Este investigador y sus colaboradores emplearon un modelo climático y simularon qué es lo que ocurría si no hubiese regadíos en esa zona. En otra simulación añadieron 350 mm de precipitaciones en la zona de los campos de cultivo californianos entre los meses de mayo a octubre, que es cuando se realizan los riegos.
Comprobaron que los regadíos incrementaban la lluvia en Nebrasca y parte de Oklahoma y Wyoming, así como en Utah, Colorado, Arizona y Nuevo México que recibirían de 4 a 14 mm más de agua en verano. En promedio las precipitaciones veraniegas se incrementaban en un 15%.
Pero la condensación del agua libera grandes cantidades de calor que calientan el aire y se crea una baja presión a nivel del suelo en la región que produce tormentas y extrae humedad de la zona y zonas limítrofes que incluyen el golfo de California y el golfo de México. Esto dispara la formación del ciclo de tormentas, según Famiglietti.
Lo malo es que si el acceso al agua en California se reduce, entonces la sequía en los estados de suroeste podría ser muy grave.
Otros investigadores apuntan a que el valle central de California no es el único sitio del mundo en donde hay regadíos masivos. En India, China y en otras regiones de EEUU distintas a California hay este tipo de regadíos masivos. Habría que tener en cuenta el efecto a escala global. Los modelos climáticos ignoran típicamente este tipo de efectos provocados por los regadíos.
Pero, según otro estudio, el cambio climático ya está afectando la disponibilidad de agua en los acuíferos en todo el mundo [4], [5].
Según Diana Allen, coautora del estudio, el aumento de la demanda de comida, en parte por el aumento de población, y las frecuentes sequías en muchas regiones del globo están haciendo que se dependa aún más del agua de los acuíferos para su uso agrícola. Como el cambio climático afectará las provisiones de agua de los ríos de origen glaciar es de esperar que la situación empeore.
Recordemos que el agua de los acuíferos es un recurso no renovable si no está bien administrado. Como en muchos países no se vigila y administra este recurso, al final se pueden tener acuíferos agotados o contaminados. Esto afectaría en gran medida al suministro de alimentos.
Los autores del estudio advierten que si las malas conductas no son corregidas el fenómeno afectará a la agricultura a escala global. También sugieren que se lleve un buen registro de los suministros de agua y se ajusten bien los modelos climáticos para predecir y evitar este tipo de problema.
Parte de los acuíferos se formaron durante el Pleistoceno y contienen agua “fosil” cuya renovación se da lentamente, si es que se da. La sobreexplotación reduce la cantidad de agua acumulada. El agua extraída termina en el mar y hace elevarse el nivel de los océanos. Hasta ahora se estimaba que, debido al cambio climático, el nivel del mar se elevará un metro a finales de siglo, pero esto no tenía en cuenta el medio centímetro anual que se eleva debido a la extracción de agua de los acuíferos.
El cambio climático producirá más tormentas y alterará las costas, lo que también afectará el suministro de agua de los acuíferos.
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Foto de cabecera: David Krohne.
15 Comentarios
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miércoles 6 febrero, 2013 @ 9:23 am
Pues sí, está claro que no basta con dejar de emitir gases de efecto invernadero. Son muchos más los perjuicios que estamos haciendo a nuestra casa común, esta querida Tierra con la que nos pasa a veces que no nos damos cuenta de lo importante que es. Pasa como lo que el artículo sobre el suelo -«Estudian la biodiversidad del suelo»- dice sobre él: tan acostumbrados estamos y tan natural nos parece el pisarlo o utilizarlo que ni nos damos cuenta que nos sostiene.
No sé si estoy de acuerdo con el párrafo «El vapor de agua forma gotas al condensarse y esta reducción de volumen reduce la presión atmosférica…». Quizá es que no lo entiendo. Sí estoy de acuerdo en que al calor de condensación desprendido al entorno por cada gota formada dilate el aire y esto le haga elevarse, pero la disminución de volumen viene compensada por el aumento de densidad, con lo que, al no variar el peso, no debe variar la presión.
Dice que la lluvia continental declinaría entre el 10 y el 30%; pongamos el 20%. Es una cantidad tremenda; no digo si nos acercásemos a ese 90%.
Hemos cambiado el funcionamiento de la biosfera sin sospechar que no podíamos hacerlo sin consecuencias graves. (Lo sucedido en las Tablas de Daimiel me impactó sobremanera). El problema es que no podemos dejar de actuar incluso para remediar. Y debemos hacerlo dedicando muchos recursos, prudencia e inteligencia para ello.Por poner un ejemplo evidente, aunque dejásemos de emitir en este instante CO2, la inercia del incremento de temperatura y otras, no se detendrá hasta alcanzar un nuevo equilibrio. La cuestión está en si, cuando sea, se alcanzará ese equilibrio.
miércoles 6 febrero, 2013 @ 11:40 am
En mi pueblo, que basicamente es minifundista y donde prácticamente nadie puede vivir exclusivamente del campo, ya no se labra, se «cura», osea se aplican herbicidas. La tierra esta desnuda prácticamente todo el año, las lluvias lavan la tierra arrastrando los nutrientes y los limos mas fino al no estar las «Malas yerbas» ni sus raíces que lo impidan. La superficie de la tierra se calienta mas, no esta nunca protegida con la sombra de las «malas yerbas» que absorben y trasforman las radiación solar fijando CO2. La tierra empobrecida de la materia orgánica, que aportaban las «malas yerbas» tras cada laboreo, es menos esponjosa, retiene menos agua, se seca antes. No han que dado mas que tres o cuatro cabreros, los que pudieron estabular su ganado, en el campo no tendían nada que comer. El estiércol que producen estas explotaciones, ya intensivas, se lo venden a los invernaderos de plantas decorativas, que si los necesitan y los pagan. Al calentarse mas la tierra lo hará también el aire en contacto con ella, provocando mas vientos que arranquen mas limos finos de una superficie seca y descubierta. El que con este método de «curas» quiera obtener algún rendimiento debe utilizar abono químico y cada año depender mas de el.
Si esto pasa en un pueblo donde las tierras que aun no están abandonadas, es solo por amor al terruño, imaginen como será en grandes explotaciones agrícolas industriales.
Cuando ahora miro lo que en estas fechas debería estar totalmente verde, solo veo algunas manchitas. Las mas malas de todas resisten, habrá que darles una «cura» mas potente.
Al final todo hidropónico, claro que mas perfecto mas lustroso y por supuesto mucho mas comercial.
Desde el pesimismo, que no prescribe, saludos a todos.
P/D: Si os ha dado la sensación de que en mi pueblo ya no verdea el campo, es falsa, hay cada año más fincas abandonadas que si verdean. El gasto en curas y abonos más el trabajo de recolección, esta raramente compensado con la venta de lo cosechado, hobbys hay muchos mas gratificantes.
miércoles 6 febrero, 2013 @ 11:58 am
Tomas: si que es posible que una condensación de vapor de agua en gotitas provoque una disminución de presión, aunque el proceso pueda parecer no intuitivo, puede ser similar a la absorción de calor del alcohol,etc. Habría que estudiarlo
Otro tema que suele olvidarse es que, en lo que respecta a los gases de efecto invernadero, no es tan grave la pérdida de zonas verdes en nuestro planeta como la quema de combustibles fósiles. Al menos en sentido de irreversibidad. Uno siempre puede suponer que las zonas verdes podrían repoblares, el problema es que no FIJAN tanto CO2. La mayor parte del carbono absorbido volverá a la atmósfera al arder, descomponerse, o en procesos biológicos de herbívoros. En cambio el carbono fósil se ha fijado en un proceso de millones de años. Una vez quemado, casi seguro que nosotros no lo veremos volver a fijarse al suelo.
miércoles 6 febrero, 2013 @ 12:00 pm
Perdón. Quería que mi nombre fuese Cohel, no «cojeo». ¡El ****** corrector ortográfico!
miércoles 6 febrero, 2013 @ 1:01 pm
No estoy para cálculos, pero creo que hay al menos tres factores a considerar como fundamentales, a mi modo de ver, en este proceso,dejando a un lado la influencia de los gradientes de presión preexistentes. Primero, el hecho de que la condensación de cada mol de agua(18 gramos)produce o devuelve a la atmósfera las 500 calorías que la evaporaron, calentando el aire y disminuyendo su densidad. Segundo, la disminución de volumen y presión que se origina cuando el agua, a la presión de vapor correspondiente a la temperatura ambiente de la zona cálida, al contactar con el aire frío decae al estado líquido, de volumen muchísimo menor. Tercero y relacionado con el incremento de energía media de la atmósfera debido al calentamiento, en forma de una mayor energía disponible para los fenómenos térmicos y dinámicos que ocurren en ella,como borrascas más profundas, vientos más violentos, etc Por eso, en la zona de contacto entre dos masas de aire a diferente temperatura, hay condensaciones y se producen los dos primeros fenómenos, llueve, baja la presión y se homogeneiza la temperatura , su gradiente disminuye y deja finalmente de llover). Lo malo es el viento, que este año me ha roto ya tres paraguas y a este paso, habrá que fabricarlos chapados en Pb. Saludos.
jueves 7 febrero, 2013 @ 7:18 am
Sí, amigo Pocosé:
Tal como están las cosas necesariamente ha de haber aficiones más gratificantes. Tuve un compañero al que le gustaba cultivar un mínimo huerto de tomates y cosas así -soy carne de asfalto por lo que, desgraciadamente, sé muy poco del agro-. Le advertí que sus riñones no aguantarían y que ese daño no compensaría el aroma que yo también recordaba de los tomates de otros tiempos. No me hizo caso y acabó mirando el suelo cuando caminaba. O sea que con todo hay que tener cuidado.
Ahora recuerdo que las chicas casaderas de aquella época no querían por novio a un labrador y también que eran, los agricultores, personas bien educadas y de muy buen trato.
Un abrazo.
jueves 7 febrero, 2013 @ 8:01 am
Estimados Cohel y Petrus:
No dudo de que se produzca esa disminución de la presión. Sólo no comprendo o me confunde y ahora voy a intentar resolverlo que la disminución de tamaño pueda ser causa de disminución de la presión -excluyo porque lo admito que el calentamiento del entorno por la condensación del vapor haga elevarse el aire y ello conlleve una disminución de la presión-. Imaginemos un vaso con mercurio. Si lo caliento o enfrío, la presión en el fondo no varía por su dilatación o contracción puesto que el peso/superficie sigue siendo el mismo. Igual pasaría en el aire, pero este tiene la libertad de elevarse y a ello se debe la disminución de la presión. Si estuviera quieto seguiría siendo la misma. Veamos qué pasa cuando hay una disminución de volumen. Imagino que la condensación se producirá a buena altura, por ejemplo a 8 km. Al condensarse disminuye la densidad del entorno y aumente la densidad de lo que antes era vapor y ahora diminutas gotas de agua o hielo que forman la nube, por lo que ésta ha de bajar desde la altura anterior hasta donde encuentre una densidad del aire que sea capaz de sostenerla; por ejemplo a 4 km. Hagamos esto en otro vaso de mercurio. Si enfrío una parte con un soplete de nitrógeno líquido aplicado al vaso, lograré enfriar mucho una parte y sea que no le damos tiempo a la conducción: ese trozo se hundirá, incluso hará disminuir la altura del mercurio en el vaso, pero la presión en el fondo será la misma.
Mis escasos conocimientos me hacen sospechar que no es causa de disminución de presión la disminución de volumen, pero lo dice el artículo y eso, para mí, es algo que debo tener en cuenta, De ahí mis dudas.
Estoy abierto a que me convenzáis de que estoy equivocado.
Un abrazo.
jueves 7 febrero, 2013 @ 12:04 pm
Estimado Tomás: por lo que recuerdo, cada líquido a una temperatura T dada tiene lo que se llama presión de vapor, que es la que se origina por la evaporación espontánea del líquido a esa T. así, a 20ªC el agua tiene unos 20 mbar. Eso quiere decir que de los 1100 mbar que veo en mi barómetro de una presión atmosférica normal, si el ambiente está saturado de vapor de agua ,humedad al 100%, 20 mbar se deben al vapor que contiene y el resto hasta 1100 a los demás gases ( O, N, CO2…). Si subes la Tº a 100ºC, entonces, encima justo del agua que hierve, todo sería vapor de agua, los 1100 mbar, hasta el punto donde empiece a no ser todo vapor de agua, claro. Por lo tanto , si ahora aquel aire a T grados, con 20 mbar de p. de vapor lo enfrío a una T´<T donde su presión de vapor sea solo de 10 mbar< 20 mbar , obligo al agua a condensar hasta alcanzar el punto de saturación a esa T´ más pequeña…( niebla) . Los 10 mbar perdidos, se han perdido y el aire circundante se expande y acude a llenar el hueco, digamos, bajando la presión en 10 mbar en ese punto durante unos momentos …Por eso, el aire muy frío tiene poca humedad. Los valores son estimados. No confundir nubes con vapor de agua.En la nube hay gotitas suspendidas + vapor saturado + ( si afinamos, hay otros fenómenos como subenfriamiento, pero eso complica mucho las cosas para estudio…),así que se ponen ejemplos simples, poco reales a veces, suprimiendo muchas condiciones de la realidad, de modo que, según cierto profesor, al final estamos manejando "agua seca".Completen o corrijan, si es preciso. Gracias y saludos.
jueves 7 febrero, 2013 @ 5:35 pm
Pues la verdad es que también he pensado y dudado de lo mismo que dice el amigo tomás en su 7, es decir «que la disminución de tamaño pueda ser causa de la disminución de presión».Teniendo en mente la definición de presión que resulta ser directamente proporcional a la fuerza e inversamente al área o volumen, no acabo de ver que deba disminuir la presión.
Claro que también me he leído el comentario 8 de Petrus que complica un poco más la cuestión, pero aún así, sigo sin verlo muy claro.
Saludos
jueves 7 febrero, 2013 @ 8:35 pm
Es que la presión no es debida al peso en su totalidad , como podemos comprobar cerrando aire en un depósito y midiendo su presión , que será la misma que fuera. Ahora, enfriémoslo o calentémoslo ligeramente… la presión baja o sube, a la vez que su temperatura siguiendo la ley PV=NRT con V constante y aporte de calor…
En realidad, todo es bastante complicado cuando hay aporte de calor,y para entenderlo está la Termodinámica, todo un mundillo de leyes y fórmulas y aplicaciones tan variadas como el frigorífico y la máquina de vapor… Así que a cualquier gas, en cuanto le movemos la presión, o el volumen o la temperatura o le damos o le quitamos calor, todos los demás parámetros se le mueven a la vez. Es la Ley. Saludos.
viernes 8 febrero, 2013 @ 8:40 am
Amigo «petrus»:
Sí, lo que dices recuerdo haberlo estudiado en Termodinámica y Termotecnia, dos asignaturas que eran independientes. Vagamente recuerdo que la presión total es igual a la suma de las presiones parciales de los gases. Pero claro eso es cierto en un depósito que es el ejemplo que me pones en tu 10, pero que no corresponde a la realidad. Fíjate que en mi 7 te hablo de un vaso -no hay volumen constante-; no es lo mismo que un depósito. No digo que en la atmósfera, o en un vaso que contenga gases más pesados que el aire no se cumpla la ley, pero no puede aplicarse de la misma forma a un vaso que a un depósito.
Por eso debo descartar tu razonamiento en 10, pero el 8 me lleva a hacer fuerza cerebral e intentar comprenderte. Creo que puedes confiar en que no confundo vapor de agua, que es un gas, con nubes o con ese «humo» que nos puede abrasar la nariz y que sale del puchero. También tengo claro lo que es presión de vapor, condensación, etc. Me gustaría tener a mano -los tengo, pero imposibles de encontrar- las tablas de las curvas donde se relacionaban los valores de vapor de agua con temperaturas y presiones. Pero es cierto que apenas recuerdo sólo lo más fundamental.
Entonces vuelvo a mi razonamiento y no sabes cuanto reconozco tus molestias, pues dices en tu 5 que no estás para cálculos; no lo cumples -en parte al menos-, lo que es muy de agradecer. Lo repito y piensa que sólo me refiero a eso, pues ya admito en mi 1 como cierto y lleno de lógica que «el calor de condensación desprendido al entorno por cada gota formada dilate el aire y esto le haga elevarse…». Mi problema llega cuando considero en mi 7 que se produce una condensación del vapor a esos 8 km de altura. Ese fenómeno cede calor; el aire sube, pero la nube ha de bajar -es lo que me dice mi razón aunque quizá me equivoque- hasta ser sustentada por un aire más denso. El movimiento ascendente del aire por causa del calor sí que ha de producir una disminución de la presión, -debido al movimiento ascendente, no a otra cosa- pero no veo la razón de que la disminución del volumen del vapor transformado en agua -sólo eso- provoque menor presión.
Si imaginamos una experiencia hecha con aire -O, N, vapor, etc.- en un tubo que no admite movimientos horizontales y que está cerrado por la estratosfera o por una membrana de muy ligera que la simule y cumpla su función de tapa elástica (encima, si el tubo es de sólo unos metros habría que hacer el vacío y ver que un émbolo de un cierto peso compensase). La presión en el fondo es la de la columna de aire más el peso del émbolo. Enfrío una parte a tras cuartos de la altura total. Se condensa el vapor y disminuye el volumen, además el vapor cede calor al aire. El aire, ya con menos vapor y más caliente, subirá, la nubecilla bajará hasta donde el aire pueda soportarla, pero la presión sobre el fondo necesariamente habrá de seguir siendo la misma. Y pienso que el émbolo habrá bajado un poco porque en enfriamiento que yo he producido desde el exterior del tubo no puede ser totalmente compensado por la entalpía de la nube formada, ya que una parte del calor robado, -el enfriamiento- se habrá ido a otras moléculas que no habrán llegado a condensar y habrán bajado de altura. Esos movimientos se darán cruzándose las moléculas unas en ascenso y otras en descenso pero, como digo, sin movimientos horizontales. Está claro que no puede haber cambio de presión en el fondo.
Bueno he imaginado un caso y sé que esto no puede corresponder a la atmósfera, donde los movimientos horizontales son inseparables de los verticales y, por tanto, no sé si es válido. Sólo pretendo explorar la afirmación de que la disminución de volumen disminuye la presión, que me parece problemática.
Muchas gracias, estimado «petrus» aunque sólo sea por soportar este «rollo».
viernes 8 febrero, 2013 @ 1:04 pm
Amigo Tomás: la nube no debe bajar hasta encontrar un aire más denso, creo, porque la nube es, en realidad, un conjunto de gotitas de diámetros de micras a mm ( más o menos) y las gotitas son de agua de densidad mucho mayor que cualquier aire, así que se mantendrán en el aire más por empuje del viento que por hidrostática pura… Las nubes,dejadas a sí mismas, siempre están cayendo hasta que encuentran el punto de evaporación y se esfuman… El que sube y baja, por Arquímedes , es el aire frío y caliente en un medio más o menos denso, el otro aire circundante. Seguiremos. saludos
sábado 9 febrero, 2013 @ 9:35 am
Muchas gracias, «petrus» por no cansarte conmigo. He de darte la razón en tu argumento, lo que quiere decir que mi experiencia no sería aplicable, o que la nubecilla formada, si mantenía sus características, caería hasta formar una diminuta niebla en el vaso que he imaginado. Pero ¡ah!, en este momento cuando, como ves, daba por fracasado mi ensayo, se me ha ocurrido darme una vuelta ligera por ahí y he encontrado frases que te dan la razón. Más o me nos vienen a decir que pequeñas corrientes de aire mantienen a la nube en su altura, pero hay uno que dice que su densidad es menor que el aire que la rodea. Pone un ejemplo y da 1’007 kg/m3 para e aire seco en el ejemplo y 1’003 para la nube. Lo encontrarás buscando por «Densidad de una nube» y luego ¿Cuanto pesa una nube?/Microsiervos (Ciencia), que está al principio. También dice lo mismo, pero no lo justifica en otro sitio que no te pongo por difícil búsqueda -me ha salido buscando por ¿Cuanto pesan las nubes?-. De todas formas yo reconozco que ha de haber varias razones, con toda seguridad múltiples, para que la nube esté donde está y se mueva hacia donde sea.
Nunca había pensado con la mínima profundidad en esto -salvo conocer su clasificación-, pero es interesante saber que las nubes -he leído- están formadas por una mezcla de vapor, agua,incluso sobreenfriada, cristales de hielo, polvo para formar los núcleos que provoquen la lluvia -supongo que algo de aire- en un equilibrio en el que se da la sublimación, la condensación y sus inversas, todo ello acompañado en ocasiones, -sobre todo en las nubes de gran desarrollo vertical, los cúmulonimbos por movimientos rotatorios ascendentes -supongo que por efecto Coriolis y por tanto en sentido antihorario en el hemisferio norte-. Leo que se cree ser esta la zazón -o una de ellas- de los fenómenos eléctricos. Bueno, algo estoy aprendiendo -o, como mínimo, recordando- pero no veo la solución a mi duda, aunque si fuera cierto que la densidad es menor que la del aire seco, parece que puedo tener alguna razón para sospechar que no se produce disminución de presión por el hecho de disminuir el volumen, que ha de resultar compensado por alguna dilatación del vapor o del aire para obtener esa menor densidad.
De todas formas, quizá nuestro maestro Neo, -en respetuosa broma para ambos (ellos), nuestro Calicatres (el filtro) sapientísimo-, podría justificarnos esa frase que a algunos nos trae de cabeza. Es más yo diría que, en determinadas circunstancias, por ejemplo en una condensación rápida que origine una lluvia abundante, seguramente está en lo cierto.
Pues un abrazo y a ver si llegamos a un acuerdo.
sábado 9 febrero, 2013 @ 11:59 am
¿y si nos ponemos en contacto con los autores del estudio y nos explican la cuestión de que tratamos con tanta contumacia?. De momento esto está dando para mucho pero lo cierto es que todavía no hemos salido del laberinto.El esfuerzo que se está ralizando por parte de algunos comentaristas, merece algun tipo de respuesta clarificadora; ahora solo falta preguntar a qué huelen las nubes.
Saludos.
sábado 9 febrero, 2013 @ 9:49 pm
Bueno al disminuir el volumen debe producirse un movimiento de aire (viento) para cubrirlo. Con lo cual quedaría en lo cierto el articulo, quizás esta mal explicado el fenomeno. Pues no me parece que haya una variación en la presión en la parte inferior de la atmosfera pero si en la superior.
Como ejercicio de imaginación, Yo lo veo como si distribuyéramos en columnas de aire la atmosfera. Al producirse condensación y su consecuente disminución del volumen es como si disminuyera la altura de esas columnas y se produce el viento para volver a nivelarlas, de ahi que se hable de una disminución en la presión, pero no en la base de dicha columna sino en las areas superiores.
Por otro lado al producirse la lluvia si que habra una disminucion en la presión pues esa agua ya no estaria en la atmosfera y si que debe producir viento.