NeoFronteras

Sobre el origen de los placentarios

Área: Biología,Paleontología — lunes, 11 de febrero de 2013

Un nuevo estudio reconstruye el primer mamífero placentario a partir del cual se diversificarían todos los demás después de la extinción del Cretácico.

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La Paleontología es una ciencia que, en general, no tiene gran impacto en los medios de comunicación, salvo que se trate de un nuevo homínido. Es de suponer que ello se debe a que los vemos como nuestros más directos antepasados, pero una rama extinta de homínido puede que, precisamente, no esté formada por antepasados nuestros, sino que nosotros y ellos compartamos los mismos antepasados. Pero uno de los primeros mamíferos sí que puede que sea nuestro antepasado común, tanto de nosotros como de todos los seres del género homo.
Un equipo científico internacional, después de dos años de estudios, ha conseguido recrear el árbol filogenético de los mamíferos placentarios más preciso hasta la fecha.
El nuevo estudio se basa tanto en datos genéticos como físicos y ha permitido realizar una reconstrucción del que sería el antepasado de todos los mamíferos placentarios. La reconstrucción de este antepasado común pudo realizarse gracias a la base de datos MorphoBank que es de acceso público. Además, el resultado muestra, contrariamente a lo que se creía hasta ahora, que los mamíferos empezaron a diversificarse hace 65 millones años, justo después de la última gran extinción que se llevó por delante a los dinosaurios. Este estudio podría ayudar a comprender cómo sobrevivieron los mamíferos a los cambios climáticos del pasado y como pueden verse afectados por las condiciones ambientales del futuro.
En la actualizad hay más de 5000 especies de mamíferos placentarios, que van del murciélago abejorro de 1,5 gramos a la ballena azul de 180 toneladas. Entre los mamíferos placentarios no están los mamíferos marsupiales (canguros y similares), ni monotremas (equidna y similares).
Estos científicos analizaron la anatomía de los fósiles de primates entre los que se encontraban distintas especies de monos, lemures y humanos, pues era importante entender la relación entre mamíferos vivos y extintos antes de preguntarse nada más. Esto les dio una nueva perspectiva de cómo los grandes cambios influyen en la historia de la vida, como lo fue la extinción de los dinosaurios. Esta extinción sentó las bases de toda la diversificación de los mamíferos, que incluye nuestro antepasado remoto dentro de la rama de los mamíferos placentarios.
Para este estudio se analizaron 4500 rasgos de 86 especies de mamíferos, incluyendo 40 extintas que sólo conocemos a través de sus fósiles. Esos rasgos incluían la presencia o no de alas, de ciertos dientes o huesos, estructura cerebral, plegamientos cerebrales, córtex, estructura de los úteros, organización de la placenta, etc. Además compararon 27 genes comunes a los mamíferos placentarios actuales. La base de datos generada en la que se basa este estudio es 10 veces mayor que las generadas en estudios previos.
Hasta ahora la evolución de los mamíferos placentarios ha sido interpretada de diferentes modos dependiendo de los datos analizados. El registro fósil sugiere que, aunque los mamíferos existían antes de la extinción de los dinosaurios, no se diversificaron hasta que se éstos se extinguieron. Esta diversificación se debería a las posibilidades abiertas por la falta de competencia de los dinosaurios, que antes de la extinción ocuparían gran parte de los nichos ecológicos. Los paleontólogos no han encontrado ningún ejemplar de mamífero placentario que sea anterior al impacto del famoso meteorito.
Por otro lado, los análisis basados solamente en datos genéticos predicen una variedad de linajes de mamíferos placentarios que se remontan al Cretácico tardío y que sobrevivirían a la última gran extinción. Incluso se ha sugerido que los primates habrían divergido evolutivamente de otros mamíferos antes de esa extinción de los dinosaurios.
Sin embargo, este nuevo estudio, que tiene en cuenta además los restos fósiles los genéticos, dice que la diversificación se dio después de esta gran extinción.
Lo más fascinante del estudio probablemente sean los distintos resultados obtenidos al basarse en datos morfológicos y genéticos. Dependiendo si se usan unos u otros se llegan a grupos de animales que están o no cerca en el árbol filogenético. El uso de ambos tipos de datos permite una precisión que de otro modo no se tendría.
Hay resultados curiosos que se desprenden del estudio, como que los tupáyidos y los lemures voladores están igualmente relacionados con los primates, cuando antes se creía que eran los lemures los más relacionados con los primates de los dos. También muestra que el superorden de los afroterios (mamíferos africanos que incluye a los elefantes y osos hormigueros) evolucionaron a partir de antepasados ya extintos procedentes de América, cuando ya estaba en Atlántico entre medias.
Según la reconstrucción realizada en este estudio, el antepasado de todos los mamíferos placentarios, y por tanto nuestro, apareció unos 400.000 años después de la gran extinción. Esta hipotética criatura, que presumiblemente no ha dejado restos en el registro fósil, sería insectívora y pesaría entre 6 y 245 gramos. Tendría pelo cubriendo su cuerpo y una cola, tendría tres pares de molares en cada mandíbula, pariría una única cría ciega y sin pelo, poseería un cerebro complejo con un gran lóbulo para interpretar los datos olfativos y un cuerpo calloso que conectaría dos hemisferios cerebrales.
Después de la gran extinción se produciría, por tanto, un Big Bang en la diversificación de mamíferos, con especies con representantes en los 10 mayores grupos de mamíferos placentarios y que aparecerían en un intervalo de 200.000 años.
Los mamíferos placentarios no fueron los únicos mamíferos que sufrieron este tipo de diversificación después de la extinción del Cretácico. Los marsupiales experimentaron un explosión similar aunque menor y con sólo un linaje que dio lugar a todas las especies.
Pero, desde que aparecieron los placentarios, no siempre las han tenido todas consigo. Desde entonces algún grupo se ha extinguido por entero durante este tiempo.
Naturalmente hay investigadores que se muestran cautos con este nuevo estudio y siguen proponiendo una diversificación de los placentarios anterior a la extinción del Cretácico.

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Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.
Ilustración: Carl Buell

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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9 Comentarios

  1. tomás:

    Querido Neo:
    Me deja sorprendido el párrafo 9º: «Lo más fascinante del estudio probablemente sea la contradicción entre datos morfológicos y genéticos… El uso de ambos tipos de datos permite una precisión que de otro modo no se tendría».
    Contradicción y precisión no parecen concordar.

    Ya he tenido en cuenta que del utópico animalito no tenemos registro fósil. Supongo que para los datos genéticos que se habrán obtenido de un modelo, se habrá empleado un imaginario reloj genético. Porque a mí, lo que me trae de cabeza son esas diferencias entre el la edad por registro fósil y la del reloj genético. Con el equilibrio puntuado se arreglaría, pero entonces habría que tener en cuenta esa particularidad y parece que los neodarwinistas acérrimos no están por abandonar el gradualismo continuo.
    La verdad es que si se lograse encontrar ese predecesor sería un triunfo de la paleontología; una predicción retrógrada. ¡Fabuloso!
    Te agradecería una opinión sobre esa discrepancia entre el registro fósil y el reloj genético.
    Gracias anticipadas, puedas o no responderme, y un fuerte abrazo.

  2. NeoFronteras:

    Pues eso lo afirma un paleontólogo en la nota de prensa. Simplemente si se tiene un sólo tipo de datos se obtienen resultados peores que si se combinan los dos tipos. De todos modos se ha reescrito la frase para que sea más precisa.
    En cuanto a lo de descubrir el fósil correspondiente sería un bombazo, aunque no sería la primera vez que ocurriese algo así. No que no está claro es si le importaría a mucha gente.

  3. tomás:

    Tu última frase, amigo Neo, me lleva a tu psique. La realidad de que al 99’99 % de la gente le importa un rábano te duele, pero no te dejas vencer por ello. A mí también me duele, aunque pienso que de una forma distinta. Ni mejor ni peor; sólo distinta, creo. Pero sé que afecta mi vida porque no encuentro con quien hablar. Por eso tu web se ha convertido en algo tan vital para mí que ya no sé que haría sin visitarla cada mañana.

    Pero no me contestas a lo que te pregunto, o no lo pregunto claramente. Sí, lo que «me trae de cabeza»: las diferencias entre el reloj genético y el registro fósil. A veces una coincidencia certifica y otras, la diferencia se achaca a inexactitud del reloj. ¿En qué quedamos? ¿es fiable o no? Insisto en que los problemas vienen de la realidad del equilibrio puntuado, por lo que el reloj sólo sería válido para periodos relativamente cortos o para aquellos tan largos que un milloncejo de años, de más o de menos, no tiene gran importancia.
    Gracias por las molestias pues sé que no andas sobrado de tiempo.

  4. tomás:

    Como Neo no me hace mucho caso, yo sí se lo hago a él y aprovechando cualquier excusa, por ejemplo que el 12 -un día más tarde de la publicación de este artículo- ha sido el aniversario del nacimiento de Darwin, me he hecho un recorrido por tan querido personaje en este, nuestro sitio -ya ves Neo que te robo un poquito-. En el paseo me encuentro con el artículo «Ya se puede descargar la correspondencia de Darwin». Y por poco me parto de risa al leer el primero de los comentarios. Es de Neo y dice escuetamente así: «hijoputa, maricón«. Nada más.
    La explicación ha de ser sencilla. Neo no dedica esos exabruptos al extraordinario personaje, sino a alguien que seguramente merecía tales calificativos.

  5. tomás:

    ¡Vaya! Se ve que el filtro ha rechazado mi comentario sin más. Venía a decir que, aprovechando cualquier excusa, por ejemplo que el 12 -un día después de la publicación de éste artículo- fue el aniversario del nacimiento de Darwin, me hice un recorrido limitado a los artículos que trataban sobre él. Pues bien, en el titulado «Ya se puede descargar la correspondencia de Darwin», del 18-5-07, casi me parto de risa al leer el primero de los comentarios. Es muy escueto, solo dos palabras. Seguro que alguien se los merecía.

  6. NeoFronteras:

    Estimado Tomás:
    El filtro detectó palabras prohibidas en su comentario y por eso no salió. Se ha recuperado manualmente. A Dr. Thriller también le pasó recientemente con un comentario en el post de los peces.
    Fue precisamente por ese tipo de comentarios por lo que fue necesario activar el filtro.
    Por cierto, gracias por señalar el comentario malsonante de ese post, ya ha sido borrado. A algún creacionista parece que no le gusta la figura de Darwin y en su día colocó ese comentario que entonces no fue borrado.

    Sobre lo que comenta acerca del reloj genético y el registro fósil, pues hay cosas que todavía no se saben bien. Pero según este resultado se complementan.

  7. Miguel Ángel:

    Querido amigo tomás:

    El problema del reloj biológico es que implica asumir que la tasa de cambios genéticos es constante a lo largo del tiempo, cosa que parece ser que no es cierta.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Reloj_molecular

    Según esta noticia (en la que participaste, por cierto), el error puede llegar a ser hasta de un 600%:

    http://neofronteras.com/?p=2891

    Por otra parte, considerar tan sólo los cambios morfológicos tampoco implica una gran fiabilidad, porque el ritmo al que se producen puede ser variable alternando largos periodos de cambios mínimos con periodos cortos de tiempo en los que se producen muchos cambios (equilibrio puntuado).

    Creo que sigue siendo más fiable usar los isótopos radiactivos como el carbono 14.

    Abrazos intuitivos

  8. tomás:

    Sí, amigo MIguel Ángel, pero no es posible aplicar los isótopos si no hay registro fósil de lo que buscamos, mientras que un reloj molecular, contrastando el fósil anterior y el siguiente podría decirnos algo del intermedio, supongo.
    Desde luego cada vez estoy más convencido del equilibrio puntuado. Un fuerte abrazo.

  9. tomás:

    Estimado Neo:
    Creo que puedes borrar uno de mis comentarios similares. Decide como prefieras cual de ellos.
    Un abrazo.

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