¿Hacia una teoría de la consciencia?
Investigaciones recientes parece que corroboran la teoría sobre la consciencia de Penrose.
Pese a que conocemos regiones muy alejadas del Universo visible o parte de la zoología que compone la extrema microscopicidad de las partículas elementales, la consciencia sigue siendo un misterio para nosotros. No sabemos por qué somos conscientes de nosotros mismos, de que estamos vivos, de que en el fondo siempre estamos solos y de que un día moriremos. La consciencia refleja nuestro lugar en el Universo. Quizás para algunos la consciencia sea algo obvio porque lo experimentan todos los días, pero en realidad es absolutamente asombroso que algo así exista.
Nuestras computadoras podrán simular algún día las 100.000 millones de neuronas, con sus respectivas sinapsis, que tiene el ser humano, pero esa simulación sólo podrá simular una inteligencia que no será consciente de sí misma, aunque eso también lo simule. Una simulación de realidad no es esa realidad. Para tener seres autoconscientes, aunque sean de silicio, se necesita algo más, lo malo es que no sabemos lo que es.
Hace ya bastantes años Stuart Hameroff y Sir Roger Penrose propusieron una idea según la cual el origen de nuestra propia consciencia estaba en los microtúbulos neuronales, unas estructuras de las células que están presentes también en las neuronas. Estos microtúbulos están compuestos por proteínas y en general proporcionan cohesión estructural a las células.
De este modo, la consciencia derivaría de la actividad cuántica que se daría en esas estructuras. A la teoría la llamaron reducción objetiva orquestal (ROO). Esto abriría la puerta a la idea de que la consciencia aparecería por complejas computaciones cuánticas que se darían en las neuronas cerebrales a un nivel más profundo que el considerado tradicionalmente.
Ahora han escrito otro artículo en el que sostienen que descubrimientos recientes, sobre la vibraciones cuánticas de los microtúbulos, apoyan su idea original. Además, sostienen que los ritmos electroencefalográficos (REE) serían generados también a nivel profundo por los microtúbulos.
Según esta teoría se daría una computación cuántica a partir de las vibraciones de los microtúbulos que sería orquestada por los inputs en las sinapsis.
La teoría fue criticada porque se creía el cerebro (o cualquier entidad biológica) es un objeto demasiado húmedo caliente y ruidoso como para mantener la coherencia cuántica. Pero recientemente se han descubierto procesos cuánticos complejos en la fotosíntesis, la navegación de las aves, el sentido del olfato y en los microtúbulos neuronales.
El descubrimiento de este último caso por Anirban Bandyopadhyay (ahora en el MIT) parece corroborar que los REE derivan de a nivel profundo de las vibraciones de los microtúbulos. Además, Roderick G. Eckenhoff, (University of Pennsylvania) ha sugerido recientemente que la anestesia, que funciona eliminando la consciencia, actúa a través de los microtúbulos de las neuronas.
Hameroff y Penrose sugieren que la consciencia se derivaría de las vibraciones cuánticas de los microtúbulos que, a su vez, gobernarían la función neuronal y sináptica y que conecta procesos cerebrales de autoorganización a escala fina, una estructura cuántica de la realidad “proto-consciente”.
Según estos dos investigadores su teoría esta siendo corroborada por los nuevos descubrimientos. De las veinte predicciones propuestas originalmente en 1998 sobre la teoría ROO, seis habrían sido ya confirmadas y ninguna refutada. Además sugieren que los qubits implicados serían caminos helicoidales de la red de microtúbulos
Una aplicación práctica de todo esto sería en el tratamiento del Alzheimer y otras condiciones neurológicas. Ya se ha demostrado en pruebas clínicas que las vibraciones mecánicas con ultrasonidos de ciertas frecuencias, que supuestamente entran en resonancia con los microtúbulos, mejoran el estado de ánimo en pacientes.
Naturalmente queda mucho camino por recorrer, seamos conscientes de ello.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4312
Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Consciousness in the universe: A review of the ‘Orch OR’ theory.
Reply to criticism of the ‘Orch OR qubit’–‘Orchestrated objective reduction’ is scientifically justified.
Consciousness in the universe.
Fotos: tejidos y neuronas fluorescentemente teñidas, Harvard University.
59 Comentarios
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sábado 18 enero, 2014 @ 9:18 pm
Las neuronas de una rana o de una cigarra son básicamente idénticas a las humanas. Pero no parecen tener mucha autoconciencia.
Por otro lado, si encontramos un ser con el que podemos comunicarnos igual que con un humano, aunque su fisiología sea totalmente distinta, aunque esté hecho de meros chips p.ej., no tendremos ninguna razón para negar que posee conciencia.
sábado 18 enero, 2014 @ 9:41 pm
Efectivamente las neuronas son todas las mismas, pero la cantidad de ellas y sus conexiones no. La capacidad de propiedades emergentes y la «masa crítica» en la cantidad de sinapsis son seguro también importantes en este asunto y un grillo no va a ser autoconsciente de sí mismo.
No obstante la pregunta es si un chimpancé lo es y bajo esta teoría no parece descabellado. Desde el punto de vista evolutivo la consciencia no puede aparecer de golpe de la noche a la mañana, así que tuvo que haber una transición más o menos lenta. La cuestión es si esa transición desapreció o si todavía se puede observar en los primates, por ejemplo. Es muy plausible. Si se demostrara tendría grandes implicaciones éticas.
domingo 19 enero, 2014 @ 12:09 am
Pues… discrepo de nuevo, para variar xD. Yo creo que un grillo sí es consciente de que existe (ya no me atrevo a decir de sí mismo), porque si no, no tiene sentido que los mismos neurotransmisores que vehiculan el miedo, el dolor, la ansiedad, etc. estén presentes en artrópodos y en mamíferos. Evidentemente que no puede ser del mismo nivel, o como se pueda argumentar, que la de animales que tienen sistemas nerviosos con mucha más «masa crítica», pero yo creo que consciencia de existir es casi universal a todo animal. La diferencia es clara además con los vegetales, no tienen sistemas nerviosos, aunque tengan sistemas de transmisión de información interna (y externa, para avisar a congéneres y otras especies), por más que trabajen con otras escalas y relojes.
Es un problema más, la conciencia debe tener también grados o niveles. Estará cuantizada, supongo xD. Me río pero de asombro, no porque haga un chiste.
domingo 19 enero, 2014 @ 10:05 am
Todos nosotros hemos sido testigos privilegiados de la evolución de nuestra consciencia o autoconsciencia particular y personal. En la primero infancia y hasta cuatro o cinco años, es difícil recordar nada y no creo que fueramos conscientes de nuestra existencia, alegrías y penas… incluso con un cerebro de proporciones notables para lo que se estila en el mundo animal. De ello se podría deducir que el tamaño, para empezar, puede ser que importe, sin hablar del nivel de organización u otros parámetros. Luego, casi de improviso, un día, algo o alguien dentro de tí empieza a comentar ¡ soy yo y estoy aquí ! traduciendo libremente la frase, claro… Si un cerebro infantil no admite consciencia, parece complicado pensar que pueda desarrollarla un grillo, por ejemplo. Y en el mundo animal, hasta los chimpancés se asemejan más a un niño pequeño que a un humano adulto ( al menos a la mayoría de los que conozco ). No obstante, aún sin consciencia, hay muchos procesos automáticos , reflejos, que funcionan sin ella perfectamente. Un borracho anda ( a trompicones ), balbucea frases inteligibles, se queja… dice su nombre y a la mañana siguiente puede jurar que no había bebido más que cuatro copas ( justo antes de perder la consciencia ). ¿ Y un hipnotizado?.
Se diría que el inconsciente funciona por su cuenta mientras no está presente el supervisor que llamamos consciencia , cumpliendo las funciones necesarias para la supervivencia, y así parece ocurrir entre los animales irracionales. Un robot puede comportarse de forma muy similar acudiendo a a la luz, evitando zonas húmedas o cargadas eléctricamente, emitiendo luz en la oscuridad, rodeando obstáculos, pidiendo ayuda cuando su batería se descarga o cargándola él mismo, cediendo el paso… y tocando la Marsellesa a una hora determinada. Lo que no sabemos es qué es y cómo colocarle un supervisor .Saludos
domingo 19 enero, 2014 @ 12:31 pm
Algunas personas se acuerdan de sucesos que le pasaron en la cuna con pocos años de edad. También es verdad que en los primeros meses es imposible porque el cerebro se está formando aún, es lo que tiene nacer muy inmaduros (al contrario que una gacela, por ejemplo). Pero el no tener memoria de algo no significa que no haya ocurrido. Un amnésico real (no los de las películas) piensa y tiene consciencia de sí mismo, pero olvida sus vivencia.
Además no hay que confundir pensamiento con lenguaje. Es verdad que el lenguaje acelera el pensamiento y por eso un humano supera a un chimpancé en el momento de adquirir el lenguaje, pero el chimpancé es superior antes de eso.
domingo 19 enero, 2014 @ 6:15 pm
¿Que grado de autoconciencia tendrá un humano criado por chimpancés?
Pienso que la memètica recibida también tiene mucho que ver con el grado de autoconciencia.
Para tener conciencia del entorno y así actuar de la manera mas favorable, como para tener conciencia de que somos seres autoconcientes, serán imprescindibles neuronas, sinapsis y microtúbulos cuánticos. Pero tengo la impresión de que, para el grado de autoconciencia e incluso de metaconciencia que podemos alcanzar los humanos, es imprescindible, aparte de un potente hardware de fábrica, un no menos potente software, de procedencia memética, que module al conjunto.
Y todo esto me ha salido casi inconscientemente.
Abrazos y o saludos para todos.
lunes 20 enero, 2014 @ 9:09 am
pocosé: respecto a niños criados por chimpancés, o similares, creo que andan por ahí varios casos de niños encontrados en estado salvaje a los que ha sido difícil incorporar a la sociedad humana, ciertamente. Supongo que la existencia del lenguaje sería uno de los parámetros a considerar en el desarrollo correcto de la consciencia, porque ¿ cómo decidir que existo si no manejo conceptos como existir, ser, yo…?. Sin embargo, también es cierto que a un adolescente, aunque no conozca el concepto «enamoramiento», en cuanto le ocurra sabrá que algo sin nombre le está pasando. De modo que el salvaje también puede ser consciente de sí mismo y sus emociones aunque no sepa o pueda asignarles un nombre, o bien, por su cuenta, les asigna alguno en su mente primitiva asociado, tal vez ,a algún sonido propio o imitado, onomatopeyas, ( podría llamar miau a los gatos, guau a los perros, ug al dolor propio y mum a mamá chimpancé (el corrector de texto no me admite otras voces onomatopéyicas tipo vocal repetida). Seguramente nuestros niños están estos días asignando nombres imaginados a sí mismos y a cantidad de cosas y objetos, yo recuerdo a uno llamando «chitó» al trastero con el asombro de sus padres, que no le entendían hasta que , de la mano los llevó hasta él. Esto del lenguaje tiene mucho de hardware y lo digo por la e alargada del bebé de cinco o seis meses alargando la mano hacia el trozo de pan de la mesa sin que nadie le haya enseñado la segunda vocal… Saludos
lunes 20 enero, 2014 @ 12:49 pm
«Naturalmente queda mucho camino por recorrer, seamos conscientes de ello»
Buen sentido del humor ,,,,,,,,,
Os recomiendo un libro precioso que he tenido la suerte de encontrar, descargar (En .pdf) y leer.
No voy a poner su enlace pues me temo que violaría derechos de copyright, pero como dicen los gallegos, estar, está (Buscadlo)..
Titulo: ‘El hombre que confundió a su mujer con un sombrero’.
Autor: OLIVER SACKS
Es un diario clínico de un neurólogo, del siglo XX.
Precioso, encantador, con la visión cientifica, objetiva, con la visión de pensadores filosóficos, y con la humana, al mismo tiempo, para entender aquellos seres humanos que tenia delante.
Preciosos todos los casos, desde Jimmie en la capilla (Un hombre con 30 años de borrado de toda su memoria, incapaz de recordar lo que 2 minutos atrás vivió), de José (El ‘idiota’ ), de los gemelos que se hablaban con nº primos,,,,,,
La consciencia,,,,,,,, ¿La tienen los políticos?.
¿Sus neuronas tienen micro-tubulos, o maxi-bolsillos?
Cordiales saludos a todos.
lunes 20 enero, 2014 @ 3:26 pm
Una de las primeras cosas que llega a aprender un niño es su propio nombre, nuestro nombre nos hace sentir conscientes de nosotros mismos, cuando por ejemplo decimos “yo soy Pedro” estamos pensando en quién somos en realidad. Es curioso que un delfín, sin ser un primate, posea al igual que los humanos un nombre propio. De acuerdo con el Dr. Neurocientista Philip Low es obvio que los animales tienen conciencia aunque no resulte obvio para el resto del mundo.
En el siguiente link se muestran las conclusiones a las que llegaron destacados científicos reunidos en la Universidad de Cambridge sobre la conciencia animal:
http://www.youtube.com/watch?v=wgxvLxwrMKs
lunes 20 enero, 2014 @ 5:21 pm
Casi todos los libros de Sacks son muy interesantes y bonitos. Además él trata a los pacientes con mucha humanidad. Ahí va un bonito vídeo sobre Sacks:
http://youtu.be/Abi5q4ll5Vg
lunes 20 enero, 2014 @ 9:48 pm
Theti, ese libro es un clásico xD. Y de hecho, el inefable Michael Nyman y su música minimalista (chin-pun-chin-pun-chin-pin-ñigo-ligo-ñigo) le hizo una ópera:
htts://en.wikipedia.org/wiki/The_Man_Who_Mistook_His_Wife_for_a_Hat_%28opera%29
De hecho plagia con todo el belfo lieder de Schumann sin el menor pudor. Chin-pun-chin-pun ñigo-ligo-ñigo barranblabblanblanblanbarrablanblabanblanblabobloblbanblan (esto es un piano) xD
Y mirando en Llutuf hay más cositas. Cuando algo es popular, es popular y hay que sacarle jugo.
martes 21 enero, 2014 @ 10:34 am
Veo que se utilizan los términos de conciencia y cosnciencia como sinónimos, tal como hace el DRAE y, en mi opinión es un error, al menos si queremos entendernos en el mundo de la ciencia biopsicológica.
Para mí, «consciencia», por oposición a la más popular «inconsciencia» sería la capacidad de un ser de percibir por los sentidos y procesar esa información. Dentro de ella cabe la «conciencia», porque durante la inconsciencia, no es posible la conciencia. Por otra parte, esta definición no contradice el concepto del «inconsciente». En un lagarto, por ejemplo, es perfectamente patente su consciencia, pero si tiene algún grado de conciencia es problemático saberlo. Y puedo dejarlo inconsciente con un fármaco.
Sin embargo, «conciencia» -acercándome bastante a la 5ª acepción del DREA- es, sería o propongo debiera ser: capacidad de un ser de percibirse a sí mismo, a su entorno, e interpretar su relación con él.
Por tanto, a la capacidad de reconocerse en la prueba del espejo, la llamaría -como hace Jesús en el primer comentario- autoconciencia y no autoconsciencia; consciencia no puede admitir el prefijo auto, porque siempre lo es; no es concebible que el propio sujeto sea consciente de que está inconsciente y por contra siempre será consciente de que está consciente.
Contra la opinión de Dr. Triller en su 3, no me parece que, -siguiendo mi terminología- un grillo, aun estando consciente, tenga conciencia de su existencia. Y sí tiene sentido que compartamos los mismos neurotransmisores porque procedemos de un ancestro común y los NT se mantendrán mientras sean útiles.
Además le recrimino su mal oído. La música que interpreta en su 11 tiene considerables errores y hasta un «eoyente» desafine o desafino o desafinación, que solo esta última está en el DRAE. Lo de eoyente es por paralelismo con evidente.
Saludos.
martes 21 enero, 2014 @ 12:33 pm
No interpretaba (y sí, tengo un oído pésimo, me expulsaron de un coro de pequeño y fue un pequeño trauma infantil, porque no puedo vivir sin música), intentaba resumir verbalmente el tipo de polirritmos repetitivos ad nauseam que hace el sr. Nyman y que él llama pomposamente música minimalista (será por lo de repetitiva y nada compleja). Para polirritmos prefiero la música étnica de toda la vida (que no tiene nada de repetitiva ni de predecible), pero obviamente para gustos colores, y en los jardines flores (salvo que se prefiera el jardín tipo japonés).
Es que el problema para mi punto de vista es la carencia total de sentido de tener neurotransmisores para el dolor si no existe consciencia de la existencia. Los árboles no los tienen. Es un tipo de señal química, pero no indica daño ni con precisión ni con concisión, sino un tipo de estado de alarma *general* de *todo* el sistema. Si nosotros creásemos un sistema para un robot, para que un robot tuviese constancia (no consciencia) de que una de sus patas estaba dañada, no tendría sentido imbuirle un sistema que le genere estrés y una sensación que se impone para obligarle a prestar atención. Como es un algoritmo, basta crear un subalgoritmo que se encarne de ese tipo de escenario. En suma, esos neutrotransmisores sólo tienen sentido si el sistema nervioso como un todo tiene algún grado de autoconsciencia.
Ahora, no creo que sea similar ni a la de un mamífero, por ejemplo, por más que puedan experimentar dolor, o placer, o angustia. Y de la misma forma que implícitamente estoy admitiendo niveles menos complejos (por decir algo, porque en realidad no sabría qué decir) que los nuestros, es perfectamente posible que existan otros más complejos. Cómo, es que no tengo la más p-idea.
Respecto al matiz con(s)ciencia, obviamente la etimología es única: conscientia, del verbo conscio (cum+scio) que significa literalmente (en latín) «soy consciente de», «tengo consciencia de», y por analogía «sé bien», «conozco bien».
A pesar de que la RAE tiene una herramienta bastante buena que es la consulta histórica en diferentes léxicos ídem, yo de entrada prefiero el MM y hasta el Larousse sin santificar a nadie, eso está claro. También está claro que la palabra es un cultismo, y la pérdida de la s una evolución fonética normal (el clúster -ns- no gusta al castellano si no es intervocálico, se pierde la n o la s, p.ej. es corriente pronunciar «costruir»).
El MM:
conciencia (del lat. «conscientia»)
1 f. *Conocimiento que el espíritu humano tiene de sí mismo. Facultad que hace posible ese conocimiento. («Tener») Esa facultad considerada como censora de los propios actos. («Tener») Por tanto, como móvil que impulsa a obrar bien, con rectitud o con consideración al prójimo: «Un abogado de conciencia. Un hombre sin conciencia. Conciencia profesional. Puedes confiarte a él porque es hombre de conciencia». Intraversión, introspección, introversión, intuspección, *reflexión. Escarabajo, escrúpulo, remordimiento, rescoldo, roedor. Escarabajear, escarbar, remorder. Absolvederas, manga ancha. Inconsciencia, subconsciencia. *Moral.
2 («Tener») *Conocimiento de las cosas mediante el cual el sujeto se relaciona con el mundo: «Ha perdido la conciencia de lo que le rodea». Conocimiento reflexivo de las cosas: «Tiene plena conciencia de lo que está haciendo».
consciencia (del lat. «conscientia»; cult.) f. Conciencia. Inconsciencia, subconsciencia.
De todos modos estoy parcialmente de acuerdo. La tendencia es a pronunciar «conciencia» en todos los ámbitos, pero al existir «inconsciencia» e «inconsciente» (y no «inconciencia» ni «inconciente»), se tiende a asociar «consciencia» / «inconsciencia», dejando a «conciencia» el campo semántico de Pepito Grillo (es MUY raro oir «no tiene consciencia» cuando se habla de la moral). Como vemos, los académicos son partidarios de tirar por la calle del medio, las razones se me escapan.
martes 21 enero, 2014 @ 11:43 pm
Hace un tiempo la RAE sólo admitía «conciencia» y no «consciencia». El primer caso se confunde con la conciencia moral, que es otra cosa. Por aquí siempre se ha escrito «consciencia».
miércoles 22 enero, 2014 @ 8:19 am
Es que mi María Moliner lo tengo tan escondido, tal como ahora vivo, que acceder a él es casi imposible y no he probado a ver si puedo consultarlo por Internet. De todas formas tampoco me acaban, al menos para nuestro uso sus definiciones. Y, como dice Neo, vulgarmente se usa en el sentido moral, que no es nuestro caso si queremos expresarnos con precisión.
Saludos.
miércoles 22 enero, 2014 @ 11:39 am
Leí La nueva mente del emperador hace ya muchos años y me gustó porque mezclaba muchas cosas e intentaba establecer relaciones entre ellas. Ahora podría decir que no me gusta exactamente por las mismas razones. Hubo críticos que se quejaron de que la tesis final del libro era algo así como: la consciencia es extraña, la mecánica cuántica es extraña, así que las dos han de estar relacionadas. Los magufos de la nueva era son expertos en consciencias cuánticas, curaciones cuánticas y chorradas aún más cuánticas. Pero bueno, let’s wait and see.
miércoles 22 enero, 2014 @ 11:43 am
Por cierto, el sexo cuántico no sería la solución a los problemas de superpoblación, por aquello del efecto túnel…
Saludos cuánticos (con la venia de Tomás…)
miércoles 22 enero, 2014 @ 12:28 pm
«Por cierto, el sexo cuántico no sería la solución a los problemas de superpoblación, por aquello del efecto túnel…»
¡¡Jua, Jua, Jua,,, !!! = (¡¡Jua !!) ^ (1/x) (para x -> infinito).
Limite de Mor.
Tomás,,,, eres un encanto de persona.
Jab, ni ‘la mente del emperador’, ni ‘el Tao de la física’, los he leido, ni perderé un tiempo de planck en leerlos.
Como los libros de Punset sobre universos paralelos o cosas asi.
Para tonterías, tengo bastante con ‘deforme semanal’.
Si, las ‘nuevas eras’ y la cuántica se llevan bien, cierto.
El problema, es que las mismas ecuaciones de hamilton, con energías y funciones de ondas, nos dicen algo muy goldito.
Y si, las correlaciones de Bell se violan, el sistema es uno, antes de perder su coherencia, estén lo alejadas que estén las partes del sistema.
Por cierto, tengo el original del trabajo de Bernard d’Espagnat (Titulado Teoría cuántica y realidad, de enero de 1980).
Su preámbulo, dice:
«La doctrina de que el mundo está formado por objetos cuya existencia es independiente de la conciencia humana se halla en conflicto con la mecánica cuántica y con hechos que se han establecido experimentalmente»
Bueno, las palabras nunca me han gustado en exceso (Aunque vengan de una persona absolutamente de fiar como este gran hombre).
Los experimentos, los números, me gustan mas.
Supongo que no hace falta que os diga, a nadie los experimentos que este hombre relata en este ya viejisimo trabajo.
Por cierto, el efecto de ‘colapso’ de la función de onda, y el cambio a partir de ese momento de realidad medible en partes aisladas del universo, nunca he visto que esté explicada por las que se han auto-proclamado ‘teorías englobadoras’, como la M (Cuerdas a mogollón).
Pueden explicar la discretización, pero no la realidad experimental de un único sistema, estén sus partes lo separadas que estén en todo el universo, antes de perder la coherencia (Por interacción con otros sistemas, o por observación).
Si, lo del sexo ‘cuántico’ siempre fallará (Estabais pensando que iba a decir otro verbo) por el efecto túnel.
!!!!! Es que hay cada túnel, que al electrón le encanta violar la barrera de conservación de la energía,,,,,,,, ¡¡¡¡¡¡ :-).
(Que peligro tenemos, pero que peligro….:-),,).
miércoles 22 enero, 2014 @ 12:33 pm
Un lapsus cuántico me ha producido un error algebraico:
MAL: ¡Jua, Jua, Jua,,, !!! = (¡¡Jua !!) ^ (1/x) (para x -> infinito).
BIEN: ¡¡Jua, Jua, Jua,,, !! = (¡¡Jua !!) ^ (1/x) (para x -> cero).
Gracias por el vídeo sobre Oliver S. neo.
miércoles 22 enero, 2014 @ 12:59 pm
¿No va siendo hora de sacar el término «conciencia cuántica» del ámbito de los «magufos» y empezar a tomárselo en serio?
jueves 23 enero, 2014 @ 7:30 am
¡Caramba «theti…», qué agudo el principio de tu 8! No me había dado cuenta de la frase final del artículo: en este Neo hay un sentido del humor tan oculto como los procesos cuánticos de los microtúbulos o los quarcs (por esa repugnancia que el sistema le tiene a la innombrable «ca»).
El caso es que he tenido que releerme todo el artículo para encontrar la frase por aquello de que está al final. Y resulta que igual que los «quarcs» están en todas partes y acaban siendo por ejemplo oro, la cuántica también ha de estar en todo fenómeno si es el fundamento de la realidad. En ese paralelo, también los «quarcs» están en elementos menos dorados como el hierro o el helio, tal como la actividad de los microtúbulos ha de estar en el cerebro de una lagartija. Por tanto el fundamento de la conciencia ha de estar en la complejidad. Si no hay complejidad, no puede haber conciencia (aunque lo contrario no tenga por qué ser válido) por mucho que vibren por dentro los microtúbulos.
Y yo me pregunto, ya que andamos de broma. Nuestro macrotúbulo que tiene vida propia sin duda y gran actividad independiente de nuestra voluntad en la juventud, ¿tiene conciencia?
Saludos.
jueves 23 enero, 2014 @ 10:59 am
Tomas, :
«Y yo me pregunto, ya que andamos de broma. Nuestro macrotúbulo que tiene vida propia sin duda y gran actividad independiente de nuestra voluntad en la juventud, ¿tiene conciencia?
Saludos.»
Me pillas poco inspirado,
Tu aserto merece un poema,
Pero hoy no estoy despejado,
Y saldría de pena.
Coñas aparte, si queréis el trabajo original de Bernard d’Espagnat (Me lo mando una profesora of physics, long ago) decídmelo y lo pongo en mi blogillo (And the lost trogloditas).
jueves 23 enero, 2014 @ 1:43 pm
Bueno, de conocimientos científicos ando justito, esto que vaya por delante, es muy posible que me equivoque.
Según he entendido, parece que la base de la conciencia, su «materia prima», no es bioquímica sino cuántica, que los procesos biologicos son, digamos, un eslabón. Por supuesto que una celula en una rana no tendrá microtúbulos ni en cantidad ni en complejidad equiparables a un cerebro humano. O sea, que la conciencia por supuesto que está ligada a la complejidad. Sería una cuestión de grado: Una persona es consciente no por tener más microtúbulos y más complejamente organizados, sino porque al tener más microtubulos y mejor organizados, la información cuántica que maneja el cerebro es más compleja y da lugar a conciencia. La cuestión que creo plantea Hameroff es: cuando morimos, aunque desaparezcan los procesos biológicos, ¿qué ocurre con la información cuántica que manejeba a nuestros microtubulos? Tal vez no se pierda y, por su complejidad, aún merezcan ser llamada conciencia.
viernes 24 enero, 2014 @ 7:08 am
Estimado Sergio:
Muerto el perro, se acabó la rabia.
Saludos.
viernes 24 enero, 2014 @ 3:20 pm
La rabia sí.
Saludos.
sábado 25 enero, 2014 @ 7:50 am
Bueno, estimado Sergio, seré más preciso: muerto el ser humano, acabó su conciencia.
Más saludos.
sábado 25 enero, 2014 @ 10:30 am
Estimado tomás : Lo que escribes de «acabó su conciencia» ¿ se podría traducir, pregunto, por: » por ahora, la ciencia experimental no puede demostrar que su conciencia perdure» ? No sea que exista una especie de efecto túnel a otros niveles : » oye, compañero, este electrón amigo tuyo acaba de desaparecer en la nada , se acabó todo para él, pobrecito «. Lo sugiero porque es más seguro afirmar lo que se conoce y esperar a que se aclare lo que no se conoce aún, o al menos es mi postura frente a la ciencia, que se podría resumir en el » y hasta aquí podemos demostrar, mientras no se demuestre lo contrario».
sábado 25 enero, 2014 @ 10:33 am
Por cierto, añado, con una gotita de humor, ¿ no convendría escuchar la opinión del virus de la rabia al respecto ?
sábado 25 enero, 2014 @ 12:48 pm
Daniel Dennet dijo una vez refiriéndose a la teoría de Penrose sobre la consciencia, en la que decía no creer, puesto que para Dennet la consciencia sería de naturaleza algoritmica, » eso habrá que demostrarlo, muchacho». Bueno, pues al parecer según este estudio, y otras investigaciones que aquí mismo se citan,parece que el reto lanzado por Dennet a Penrose,es cada vez menos reto.
Por otro lado, estoy de acuerdo con Dr.Thriller sobre la consciencia que el grillo puede tener de su existencia, puesto que las especies se reconocen entre ellas. Así la hembra del grillo reconoce al macho (y su posición) por los ruiditos que emite y ello les permite aparearse.
En cuanto a las máquinas inteligentes que sean capaces de autoreconocerse,conociendo todo lo que hay sobre Inteligencia Artificial, experimentos de Vida Artificial y Robótica no me atrevería a decir que sea imposible su existencia en un futuro más o menos lejano.Al fin y al cabo los humanos no somos otra cosa que un montón de pequeñas maquinitas moleculares que ensambladas producen consciencia.
sábado 25 enero, 2014 @ 1:41 pm
Muerto el perro se acabó la rabia. Me gusta y quizá sea cierto. O tal vez la rabia pueda seguir sin perro o en otro perro. No me parecen ideas demasiado atractivas, pero quien sabe. En cualquier caso tampoco podemos hacernos muchas ilusiones sobre como podría ser esa rabia sin perro. Las religiones siempre han insistido en las ocurrencias habituales de que si el perro se porta bien y cree y hace las cosas que el perro supremo espera de el (no se si algún talibán consideraría esto una blasfemia) entonces en el mas allá la vida será estupenda y parte de esa satisfacción vendría de contemplar como los perritos que se han portado mal arden en el infierno. Al menos eso dejó escrito algún santo cristiano (san Agustín?). En fin, a lo que voy. Si la rabia sigue sin perro en virtud de alguna ley natural podemos esperar cualquier cosa, y si lo hace en virtud de las arbitrariedades de algún dios/demonio/demiurgo que se aburría y decidió crear el mundo la cosa podría ser aún peor… al menos para la gente como yo…
Saludos
domingo 26 enero, 2014 @ 10:01 am
Querido amigo Petrus:
Esa frase: «por ahora la ciencia experimental no puede demostrar que la conciencia perdure», puede, como dices ser enunciada con total certeza y autoridad. También -espero que lo admitas-: «Por ahora la ciencia experimental no puede demostrar que las piedras tienen voluntad».
Pero ninguna de las dos frases sirven para nada.
Un abrazo.
domingo 26 enero, 2014 @ 12:04 pm
Querido amigo «lluís»:
Yo siempre he sido un convencido de que la inteligencia -olvidemos su definición, porque todos tenemos una vaga idea de lo que es- resulta cuestión de grado y sobre el tema sostuve una larga discusión, hace ya unos treinta años, con mis sobrinas, la mayor abogada, la segunda farmacéutica y la tercera periodista. Ellas, junto con su madre y hermana mía, profesora de lengua, sostenían esa arcana división entre la razón humana y el instinto animal. Desde luego no las convencí, pero todas han ido admitiendo poco a poco que el mundo animal no se divide así.
Es posible que suceda lo mismo con la conciencia, pero si la definimos como la capacidad de reconocerse a uno mismo como individuo, entonces no puede aplicarse a reconocer al individuo del sexo opuesto como objeto de apareamiento. Parece que ese tipo de reconocimiento al que te refieres ha de ser universal, incluso en el ser humano, todo vertebrado, artrópodo o cualquiera del reino Animalia al reproducirse sexualmente es preciso que cuente con señales que le hagan reconocer al sexo contrario. Pero basta un equipamiento fisiológico mínimo que no precisa del reconocimiento de si mismo como individuo. Estoy seguro que si le ponemos al escarabajo de Dr. Thriller algo que disemine las mismas feromonas, se acoplará con él sin darse cuenta de que está cometiendo un error.
Algo de eso debe quedar en los humanos que compran esas muñecas pechugonas. Es broma.
Un abrazo.
domingo 26 enero, 2014 @ 2:55 pm
Algunos animales se reconocen a sí mismo en un espejo. Seguro que tienen algún tipo de consciencia de sí mismos y su existencia.
En este asunto seguro que hay o hubo una gradualidad y probablemente no se pueda trazar una línea divisoria clara.
domingo 26 enero, 2014 @ 7:15 pm
¡Ah!… La gradualidad.
La de esas «Campanas de Gauss» con sus resultonas mesetas tan comunes en cualquier parámetro biológico.
Que interesante sería comparar las de la inteligencia y la de autocosciencia, entra «Homo sapiens» y por ejemplo «Pan paniscus»
Apuesto que sus intercepciones bajarían los humos a muchos y a alguna que otra sobrina.
Abrazos y o saludos.
domingo 26 enero, 2014 @ 7:28 pm
Estimado Tomás:
Creo que cometes un error bastante frecuente. Hay pruebas científicas de que las piedras no tiene voluntad. También hay pruebas de: que no existe el monstruo del lago ness; que la tierra no es plana; que no existe santa claus, etc. En el siglo XIV no había pruebas de que cayeran meteoritos, pero caían, incluso en el siglo XIV. Hay cosas con pruebas a su favor, cosas con pruebas en contra y cosas sin pruebas a favor ni en contra. En este último caso están la vida extraterrestre, dios o la perdurabilidad de la conciencia. Y en este último caso lo que hay son argumentos para inclinarse a favor o hacerlo en contra. Como dijo Carl Sagan, «la ausencia de prueba no es prueba de ausencia».
domingo 26 enero, 2014 @ 9:35 pm
De la no existencia de algo, solo puede haber pruebas si el entorno de la no existencia es limitado y la prueba es el análisis total de ese entorno.
No se puede demostrar una no existencia en un entorno que no podemos analizar en su totalidad.
Correctísimo: “la ausencia de prueba no es prueba de ausencia”.
Correctísimo tambien: «Una existencia lo es, por estar probada su existencia»
Especular es algo con lo que podemos divertirnos todos.
Para dar por válida una existencia, sin pruebas de su existencia, hace falta aquella que a mi se me acabó diluyendo en un mar de dudas en mi lejana juventud.
domingo 26 enero, 2014 @ 10:01 pm
Pcosé:
No hablo de «dar por válido», sino de inclinarse a un lado o a otro. Me parece más prudente.
lunes 27 enero, 2014 @ 9:12 am
Estimado Sergio:
Comulgo plenamente con la frase «la ausencia de pruebas no es prueba de ausencia».
Pero lo que afirmas de que hay pruebas científicas de que las piedras no tienen voluntad, de que no existe el monstruo del lago Ness, de que no existe Santa Claus… -y agrego-, de que no existe dios…, ahí te equivocas. Porque simplemente es imposible una experiencia que afirme que tal concepto o idea no existe. Otra cosa es que la Tierra -un objeto, no una idea- se supuso plana y se comprueba que no lo es, se trata de una experiencia científica. El resto podrá deducirse, a mi modo de ver, solo si se logra probar una contradicción, pero eso no es ciencia; es filosofía, que a veces resulta muy útil e incluso imprescindible, tanto como la ciencia, cada una en su área.
Quedas emplazado a describirme la prueba de que las piedras no tienen voluntad.
Saludos.
lunes 27 enero, 2014 @ 9:38 am
Estrictamente, en ciencia (al menos en esta rama del saber) sólo se puede negar una afirmación positiva. O, como máximo, poder decir que las pruebas permiten, hasta ese momento, la compatibilidad con una afirmación positiva.
Sobre el asunto de los seres y entidades imaginarios que transcienden la física, hay que decir que esos objetos no son algo que estudie la ciencia.
lunes 27 enero, 2014 @ 10:22 am
Si la ausencia de pruebas no es prueba de ausencia, cosa bastante sensata, creo que lo único que se puede hacer es suspender el veredicto sobre ciertos temas, aunque también hay que aceptar que muchas de las cosas de las que no tenemos pruebas son contradictorias entre sí, con lo que no todas podrían ser ciertas aunque algún día hubiera pruebas de alguna. Estoy pensando por ejemplo en que no todas las religiones pueden ser ciertas a la vez. Por otra parte no hay pruebas de que los reptilianos controlen la política mundial (ojalá, lo mismo nos iba mejor), pero en este caso uno no se equivocaría demasiado si piensa que esa hipótesis en una bobada. Los adalides de todo tipo de desvaríos se amparan en argumentos del tipo «demuéstrame que estoy equivocado», y ciertamente en muchas ocasiones eso es imposible. Al mismo tiempo para apuntalar su desvarío de turno se crean una «narrativa» (como dicen los cursis) basada en coger cosas de aquí y allá e hilarlas superficialmente. Lo que los anglófonos llaman «cherrypicking». Así siempre juegan con ventaja.
Saludos
lunes 27 enero, 2014 @ 12:30 pm
Bueno, vamos a ver. No esperaba tener que demostrar que una piedra no tiene voluntad. La ciencia conoce las piedras, conoce la composición de las piedras, y sabe que ésta no alcanza la complejidad necesaria para ser consciente, paso previo necesario para que pudiese tener voluntad (me inclino a pensar que existe cierto grado de libre albedrío). Por supuesto que podemos comprobar empiricamente que no existe Santa Claus. Claro que no hay pruebas de la inexistencia de los repitlianos. Pero sí hay hechos comprobados que me permiten INCLINARME con la oreja pegando al suelo a que éstos no son más que una bobada. Me remito una vez más a los tres supuestos: pruebas favor, pruebas en contra y ausencia de pruebas. Dios y la perdurabilidad de la conciencia entran en el tercer grupo, el de los reptilianos, con una diferencia: los hechos que me inclinan, en ésta ocasión me inclinan a favor en lugar de inclinarme en contra.
Saludos y enhorabuena por el blog, que no lo había dicho.
lunes 27 enero, 2014 @ 1:44 pm
Madre de Dios, la que se ha liado,,,,,,,,,,,
Sobre el ‘macrotubulo’ que decía Tomas.
Es una prueba evidente e incontestable, científicamente concluyente, de que en el universo, hay cosas que tienen voluntad, pero ninguna consciencia.
¿Conocéis los experimentos de ‘Princeton Engineering Anomalies Research’ (http://www.princeton.edu/~pear/)?
Bueno, no me ofrecen mucha credibilidad, solo se han replicado una vez, y con menos orden de magnitud de resultado (Aunque positivo).
Ademas, de esto ha vivido el equipo de ‘investigación’ durante décadas, a costa, entre otros de una mujer de los rockefeller (Viene en sus ‘funding sources’).
En fin, sospechoso.
Pero curioso.
J.
lunes 27 enero, 2014 @ 1:59 pm
No lo conocía, pero en mi pueblo esto se llama parapsicología. Por cierto, por lo visto el laboratorio cerró en 2007:
http://www.princeton.edu/~pear/press-statement.html
Si lo ve Freaker Jiménez le sale una anomalía en el macrotúbulo.
Saludos
lunes 27 enero, 2014 @ 2:08 pm
Personalmente la parapsicología me parece una especie de pozo sin fondo. Puedes invertir millones de trillones en hacer todo tipo de ingeniosísimos experimentos de doble, triple y cuádruple ciego con grupos de millones de humanos, perros, gatos y promotores inmobiliarios y siempre, siempre obtendrás resultados previsibles, raros y muy raros. Igualito que cuando manejas un ordenador durante mucho tiempo que hace cosas complejas. Antes o después acabarás diciendo: «Esto no puede ser posible, no me puede estar pasando a mí. Voy a reiniciar y mientras me tomo un café». Lo paranormal existe, yo lo sufro todos los días.
Saludos
lunes 27 enero, 2014 @ 2:40 pm
Al revés, todo experimento sobre parapsicología demuestra que no funciona.
Y mira que telepáticamente estoy tratando de ponerme en contacto con mi yo del pasado para que compre específicos números de lotería, pero en el banco no aparecen los millones.
lunes 27 enero, 2014 @ 6:40 pm
Estimado Pocosé:
También he de admitir -¿como no?- «una existencia lo es por estar probada su existencia».
Sin embargo «De la no existencia de algo solo puede haber pruebas si el entorno de la no existencia es limitado y la prueba es el análisis total de ese entorno» tiene el problema de que ha de referirse a algo real, no a una idea. Por eso no resulta determinante el experimento -relatado no hace mucho en un comentario- que realizó el niño que se llevó una hostia a casa y poniéndola en al microscopio, no logró ver a dios por parte alguna. Si hubiese buscado carne y sangre podría admitirse. Sobre todo cuando esa carne y sangre es inagotable a pesar de que quien la entregó no pudo exceder de unos 75 kg y alrededor de cinco litros, respectivamente.
Había dejado el comentario por una obligación y veo que ha proliferado la cosa. Así, infinitamente mejor y escuetamente resume Neo: «… solo se puede negar una afirmación positiva.
Un saludo.
lunes 27 enero, 2014 @ 7:01 pm
Estimado Sergio:
Bien, parece que no cedes ni un pelo en el tema de la piedra, aunque eso del libre albedrío me deja un tanto desconcertado. O sea que si algo no tiene el sustrato necesario en el mundo animal para albergar una voluntad podemos negar que tenga voluntad? Yerras, querido amigo. Por esa razón podría yo afirmarte que, por ejemplo, un ángel -espíritu puro donde los haya- no puede tener voluntad al no tener esa complejidad neuronal que le niega su total espiritualidad. Sin embargo sigues afirmando que podemos comprobar empíricamente que no existe Santa Claus. Pues hala es otro reto: a demostrarlo.
Comprendo que para pegar la oreja al suelo hayas de INCLINARTE; eso te honra. Y puesto que admites una especie de balanza en la que sopesar «pruebas a favor, pruebas en contra y ausencia de pruebas», he aquí un último y -supongo- definitivo reto. Explícate.
Un cordial saludo.
lunes 27 enero, 2014 @ 7:37 pm
Bueno pues una cierta voluntad, aunque solo sea como licencia literaria, si que se le podría reconocer a la materia inerte por haberse complicado la existencia creando la vida.
El problema que tienen las inclinaciones es que van perdiendo prudencia gradualmente según el angulo y la dirección. Rebasado cierto angulo el equilibrio se hace inestable, es fácil acabar postrado y según la dirección, hasta se podría caer en un tenebroso pozo de fundamentalismo, donde la única iluminación viene de arriba.
Prefiero la especulación, tiene mucho menos riesgo.
Especulando con la perdurabilidad de la conciencia. Si esta perdura, pero sin posibilidad de interacciones al carecer de soporte fisco, sería una perdurabilidad tremendamente aburrida. Si especulamos con que podría perdurar, pero pasando a otra dimensión o a un universo paralelo, las especulaciones sobre las posibles interacciones, totalmente a gusto del consumidor. También podemos especular con que si perdura y ademas puede interaccionar con el universo fisco, ya que “la ausencia de prueba no es prueba de ausencia”.
Yo prefiero divertirme especulando. No siento ninguna necesidad de correr riesgos con las inclinaciones.
Lo que si es evidente que podemos hacer perdurar, apenas nos esforcemos un poco, son nuestros genes y nuestros memes. Esfuerzos ambos bastante gratificantes. Y quien sabe la perdurabilidad que llegarán a alcanzar los memes y las memeces que, tan altruístamente, nos facilita Neo introducir en el universo virtual.
Os deseo a todos que alcancéis muchas perdurabilidades y sobre todo, que disfrutes muy conscientemente del el fuerzo por conseguirlas.
martes 28 enero, 2014 @ 12:46 am
Por comenzar contestando al último comentario, el de pocosé, bueno, siguiendo con el estilo metafórico, dije que en ausencia de pruebas solo vale inclinarse, pero inclinarse no es terminar de caerse. Caerse sería el equivalente de afirmar taxativamente sin pruebas. Y, por cierto, que no es según para qué lado, que te puedes caer para los dos; tú mismo me has puesto un ejemplo que ni pintado: los dichosos memes. «Lo que si es evidente que podemos hacer perdurar, apenas nos esforcemos un poco, son nuestros genes y nuestros memes.» ¿Lo ves? Ahí iba yo. Los memes. ¿Qué memes ni qué memes? los genes están demostrados, lo otro no, pero hablas como si fuera así.
Y, Don Tomás, respecto al «reto santa claus», pues me temo que no se qué clase de filigrana filosófica se esperaba usted de mí. Me refería al inocente ejemplo de comprobar que no nos trae los regalos él, que descubramos a papá levantándonos antes de tiempo, qué comprobemos que el mundo es redondo (lo contrario de plano), etc.
martes 28 enero, 2014 @ 10:07 am
Querido amigo Sergio:
Vaya, noto, me da a la nariz, que te has enfadado conmigo. Por ese Don Tomás…
¿Qué tomás ni que tomenos?,
lo dejamos en tonada.
Los títulos no me agradan
salvo que los demostremos
y no he demostrado nada.
Mil perdones por el ripio; ha sido por sacarte una sonrisa.
Bien, voy a tratar de demostrar que existen los memes. Primero una definición: Sea la mínima unidad de información cultural transmisible. ¿Existe o no existe? No tiene, desde luego una entidad material, como los genes, por tanto solo existe como idea, como concepto que puede o no tener entidad lógica, como puede tenerla el concepto de velocidad o el de reacción química.
Sea yo mismo y una persona aislada desconocedora de algo. Si le enseño ese algo, le he transmitido una cierta cantidad de unidades de información, es decir, de memes. Bien que también podría haber accedido a ese conocimiento a través del propio descubrimiento. Por tanto me he referido a dos formas de acceso al conocimiento, ambas con base fisiológica cerebral: los memes y el descubrimiento. ¿Puede negarse que soy capaz de transmitir verbalmente, por imágenes, o de cualquier otra forma una información? ¿Puede negarse que el total de la información estará compuesta de informaciones menores? Bien, pues a las más simples de esas informaciones, les llamo memes. Este proceso se repite en la sociedad vertical y horizontalmente, bastando repetir el proceso anterior.
Como ves he utilizado dos partes principales: la definición de lo que pretendo demostrar y un ejemplo que luego generalizo para afirmar la existencia.
Espero haberlo hecho correctamente.
Bien, pues lo de Papá Noel es lo de menos. Lo que me importan son esas pruebas a favor. Y es que es importante que quien quiera creer en algo que precisa de la fe -por supuesto es libre de hacerlo- pero no que pretenda fundamentarlo en la ciencia. Debe reconocer que tiene fe y nada más.
Vuelvo a pedirte excusas por lo que puede parecer agresividad en mi 47. Pero del contraste de opiniones sale la luz.
Recibe un cordial -es decir, de corazón- saludo de este «tomás» de secano, -o sea, a secas-.
martes 28 enero, 2014 @ 10:19 am
Sergio
¿Como se trasmite la cultura?
Cuando educa a sus hijos, los enseñas a montar en bicicleta, a nadar o a hablar, ¿no estas transmitiéndoles memes que ha recibido o esas cosas saben hacerlas por genética?
Puede usted conocer parte los pensamientos de Aristóteles tal y como el los quiso transmitir, perduran algunos de sus escritos más de 2000 años. Ahora con internet cualquiera puede colgar lo que le apetezca en la red con una una perdurabilidad y difusión indeterminadas.
No se lo que entiende Usted por memética, yo entiendo que todo lo que se adquiere por aprendizaje es memético y que los memes son a la memética lo que lo genes a la genética. Con claras diferencias en sus trasmisiones. Y con la enorme polémica que surge cuando hablamos de selección natural en el ámbito de la memética.
Y si, los memes tambien pueden ser memeces y algunas memeces con una perdurabilidad a prueba de fuego.
Un saludo
martes 28 enero, 2014 @ 1:43 pm
«Al revés, todo experimento sobre parapsicología demuestra que no funciona.
Y mira que telepáticamente estoy tratando de ponerme en contacto con mi yo del pasado para que compre específicos números de lotería, pero en el banco no aparecen los millones.»
Neo, no te pases de listo, deja de enviar mensajes telepatícos (Con acento en la í) al pasado a ver si en tu cuenta corriente aparecen ‘miyones’.
Como un día aparezcan así, a lo ‘pluf’ de improviso, te vas a enterar.
Aunque no digas ni pio a nadie, en las mentes (¿Consciencias, si es que tienen?) de hacienda, la policía, todas tus ex, toda la comunidad de vecinos (‘se convoca junta extraordinaria urgente,,,’) se colapsará una función de onda (Mas bien parda) etangleada (Superetangleada) con tu cuenta corriente.
Comprobaras que el universo es HOKLISTICO (Perdón, golistico, perdón holistíco).
Y que TODO está conectado (Aunque te calles como San Porfirio con su Cirio).
¿Y sabes que pasará luego?.
¿Has oído hablar de los que pasa en un sistema cuántico con la matriz de Melitón (Perdón, Hamiltón, con acento en la ó) en esas circunstancias?.
!!!! TODOS tus auto-valores PROPIOS,,,,DESAPARECERÁN ¡¡¡¡.
O sea, cuidadito con tus experimentos lucrativos (Ya sabia yo que esto de neofronteras y el altruismo científico, escondía algo,,,,,,,,,,,).
Saludos.,, :-),,,,
miércoles 29 enero, 2014 @ 12:52 am
Lo de «miyones» fue la parte que no entendí xD, pero lo demás es bastante cómico.
Saludos.
miércoles 29 enero, 2014 @ 6:31 am
Me sorprende la hora de «r»: el 29 de enero de 2014, a las 12:52 am. Ahora saldrá la hora de mi comentario y son las 6:32 am del mismo día.
miércoles 29 enero, 2014 @ 10:38 pm
He revisado la configuración de la plataforma y la hora está bien. Si ha habido un problema probablemente se ha debido al servidor.
jueves 30 enero, 2014 @ 1:26 pm
«He revisado la configuración de la plataforma y la hora está bien. Si ha habido un problema probablemente se ha debido al servidor»
Neo, ¿NO te das cuenta?.
Te ríes de la parapsicología, en tu blog, haciendo burlas del viaje en el tiempo de la información.
Y justamente, este lindo universo, en este mismo post tuyo, te la juega, y te mete un viajecito de información , en el tiempo.
Tomás (La información de Tomás) ha viajado al pasado frente a la de r;.
«53: r:
Miércoles 29 Enero, 2014 @ 12:52 am »
«54 tomás:
Miércoles 29 Enero, 2014 @ 6:31 am »
|———————————–|
Bueno, en serio, buena broma nos has gastado Neo (O si nó, Mira tu cuenta corriente).
viernes 31 enero, 2014 @ 7:17 am
Este Theti nos hace ver que lo para-anormal va en serio, -al menos en la cuestión del tiempo- y Sergio desaparece. ¿Será verdad que entre el lío de conexiones y ondas wifi hay pequeños brujos -como el diablillo de Maxwell- que hacen de las suyas?
sábado 8 febrero, 2014 @ 12:40 am
Llego con un poco de retraso, pero quería hacer algunos apuntes antes de que la noticia se cierre. El número de comentarios es acorde a un tema que está generando muchísimo debate y expectación en el mundo científico.
-Sobre la consciencia en animales me parece muy recomendable el enlace que ha compartido «r» en su 9 (una comisión de científicos que refrenda la consciencia animal).
También es oportuna la matización que habéis hecho de los términos consciencia y conciencia que pueden llevar a equívoco. Considero preferible hablar de consciencia en el sentido del término inglés «consciousness»: como la definición incluye percibir objetos del mundo externo, se entiende mucho mejor por qué Hameroff habla de consciencia en animales tan simples como un gusano con sólo 300 neuronas.
– ¿La ORCH ha alcanzado el grado de teoría?, en tal caso me he quedado obsoleto: con anterioridad había sido rechazada como teoría y uno de los motivos principales es que Penrose y Hameroff habían obviado por completo lo que se había manejado hasta ahora (que no es otra cosa que la «doctrina de Cajal»). Cuando publicaron por primera vez el modelo ORCH no hicieron referencia alguna a las sinapsis, saltándose el pilar principal en que se ha basado el estudio del cerebro hasta el momento.
Parece ser que este estudio sí que considera los fenómenos cuánticos en el marco de las sinapsis, con lo que sería un primer paso para rellenar esa gran laguna del modelo ORCH.
-Creo que el tema está generando aún más expectación porque al interés de lo que trata se han sumado implicaciones de tipo filosófico (con acusaciones a Penrose de idealismo platónico) y religioso (aquí es Hameroff el que más ha atizado el fuego porque ha ido hilando el asunto de que no se pierde la información a nivel cuántico con una pretendida protoconsciencia que casa muy bien con sus ideas budistas: según esto todo el Universo tendría una protoconsciencia, incluso se aventura a decir que, dado que esa información no se pierde, se abre una puerta para considerar la reencarnación…pero sobre ese asunto ya hablamos hace no mucho con una simpática intervención de «tomás» haciendo una analogía con el entrelazamiento del espagueti (¿volador?).
Entre que ando atareado y un virus que me ha dejado fuera de combate buena parte del mes pasado, ya no puedo participar tanto como antes. Se me quedan muchas cosas en el tintero, pero no me quiero despedir sin felicitar a mi querido «tomás» por los versos que compartió de su obra de teatro en el cambio de año. También me gustó mucho algo que comentaste: amo y soy amado, me hcio recordar un cita de Alphonse de Lamartine: «amé y fuí amado, basta para mi tumba»
Abrazos.
sábado 8 febrero, 2014 @ 8:55 am
¡Cuanto agradezco tus palabras y cuanto te he echado de menos, querido amigo Miguel Ángel! Y es que andaba preocupado por tu ausencia.
Un fuerte abrazo capaz de escachar a esos malditos virus.