NeoFronteras

No nos gusta estar a solas con nuestros pensamientos

Área: Psicología — domingo, 6 de julio de 2014

Algunos humanos prefieren recibir pequeñas descargas eléctricas antes que estar a solas con sus pensamientos.

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Según una serie de estudios mucha gente simplemente no se siente cómoda con sus pensamientos. No consideran esa experiencia placentera y prefieren hacer algo, lo que sea, en su lugar. Prefieren escuchar música, leer, usar sus teléfonos móviles… Incluso prefieren recibir pequeñas descargas eléctricas antes de solamente pensar.
Parece que cuando la gente pasa tiempo a solas con sus pensamientos es menos feliz.
Este resultado es un tanto contradictorio, pues todos tenemos la experiencia de desconectarnos placenteramente del mundo mediante el pensamiento de vez en cuando. Puede pasar cuando nuestra mente se escapa y dejamos volar la imaginación en el lugar de trabajo o mientras que estamos en un atasco de tráfico.
Timothy Wilson (Harvard University) y sus colaboradores empezaron sus estudios con estudiantes universitarios, que son los sujetos que normalmente están más a mano de las universidades. Se les pidió que estuvieran a solas durante un periodo de tiempo que iba de los 6 a los 15 minutos sin ninguna distracción y que informaran sobre lo placentera que fue la experiencia según una escala de puntos. La mitad dijo que no fue una experiencia en la que disfrutaran y que además les era muy difícil concentrarse.
Pensando que quizás el resultado sufriera un sesgo por la edad o por la condiciones del experimento, los sorprendidos investigadores extendieron la idea a otros ensayos en los que además hubiera voluntarios de todas las edades. En total se realizaron 11 estudios en los que había un total de 409 participantes de entre 18 y 77 años de edad. Esencialmente los resultados fueron los mismos. Incluso a la gente mayor tampoco les gustaba estar a solas consigo misma.
Al parecer, a las personas no les gusta desengancharse del mundo y cuando lo hacen no lo disfrutan especialmente.
Según las encuestas la gente suele gastar su tiempo libre haciendo cosas, como leer, ver la tele, socializando, etc. No suelen pasar tiempo relajándose o pensando.
Los investigadores no creen que el resultado esté condicionado por la presencia de dispositivos electrónicos en la vida moderna (como los smarphones), sino que sería consustancial al ser humano.
Los distintos estudios que hicieron estos investigadores se realizaron en distintos escenarios, incluso en las casas de los participantes, lo que solía terminar en engaño por parte de los voluntarios al no poder resistir la tentación de escuchar música o hacer cualquier otra actividad.
A raíz de este resultado los investigadores se plantearon si los voluntarios, en lugar de preferir una actividad placentera, preferían incluso algo desagradable antes que estar a solas con sus pensamientos. Entonces diseñaron otro estudio en el que la alternativa era recibir pequeñas descargas eléctricas. Dichas descargas se administraban a voluntad por parte del participante apretando un botón.
Resultó que muchos de los participantes preferían las descargas eléctricas, incluso cuando previamente decían que preferirían pagar dinero antes que recibir descargas. Un 76% de de los participantes varones apretaron al menos una vez el botón, mientras que un 25% de las mujeres también lo hicieron. Se especula que esta diferencia pueda ser debida a que los hombres suelen buscar más las sensaciones que las mujeres.
Los humanos tenemos ese gran cerebro lleno de experiencias positivas y con la capacidad de construir fantasías e historias y cuando caemos dormidos nuestra mente elabora todo tipo de mundos de fantasía. Así que debería de gustarnos el estar a solas con nuestros pensamientos al poder entretenernos a nosotros mismos fácilmente. Pero no parece que este sea el caso.
Lo paradójico es que a casi todos les parecía muy agradable soñar despierto o tener fantasías, pero esto lo disfrutan más cuando se da de manera espontánea y no cuando se busca a propósito. Así que, aunque soñamos despiertos durante el día, esto es algo que sucede de manera espontánea, pero la presión de pensar porque nos lo ordenan puede ser algo poco placentero.
Parece que la mente humana está diseñada para conectarse al mundo. Incluso cuando estamos a solas con nosotros mismos nuestra atención se centra en el mundo exterior. Estamos constantemente mirando al mundo exterior en busca de algún tipo de entretenimiento.
La incomodidad en el caso que relatamos provendría de la carencia de control sobre nuestros pensamientos, de la dificultad de obligar a nuestra mente a centrarse en un tema por un tiempo prolongado. Sin un entrenamiento en meditación o en técnicas de control de pensamiento nos es difícil estar a solas con nosotros mismos y preferimos cualquier actividad exterior.
Los investigadores especulan que la experiencia negativa de estar a solas con nosotros mismos proviene de las señales de aburrimiento que recibimos y de la dificultad de controlar nuestros pensamientos. Si la mente está diseñada para conectarse con el mundo y no le damos algo en lo que concentrarse entonces le es difícil saber qué hacer.
Sin embargo, hay personas que sí disfrutan más de pensar que otras. Así por ejemplo, estos estudios mostraron que la gente más cooperativa disfrutaba más de ellos mismos cuando se les solicitaba no pensar sobre nada. Los individuos que admitían que soñaban despiertos de vez en cuando también eran más felices que el resto cuando se les dejaba a solas con sus pensamientos.
Además, los individuos que informaban de tener una experiencia positiva en este tipo de experimentos afirmaban que era porque pensaban acerca de acontecimientos futuros, generalmente acerca de sus seres queridos. Mientras que los que informaban tener una experiencia negativa generalmente era porque pensaban acerca del trabajo.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4473

Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Julie Edgley, vía Flickr.

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7 Comentarios

  1. tomás:

    Mi experiencia personal de estos -aproximadamente- últimos diez años me lleva a corroborar lo que dice el artículo. Procuro siempre tener algo que conduzca mi pensamiento. Escribir, leer, escuchar la radio mientras preparo mi comida o ver la tele mientras como o ceno. Pero antes no me sucedía; disfrutaba imaginando mundos inexistentes y era como ver una película. Ahora ya no lo hago y creo que es porque mis pensamientos derivarían hacia temas dolorosos y su control escapa: cuando quieres darte cuenta estás ante algo que duele.

  2. NeoFronteras:

    Según los psicólogos el cerebro humano tiende a fijarse en lo negativo. Es de suponer que sea un mecanismo que aseguraba nuestra supervivencia en la sabana africana.

    Lo malo esa que la sociedad moderna está cada vez más podrida y es más difícil no tener experiencia negativas, por ejemplo en el trabajo. El malestar es contagioso. Un conductor malhumorado porque viene del trabajo a las 9 de la noche, cansado y casi sin poder ver crecer a sus hijos consigue poner de mal humor a otros conductores. Es una reacción en cadena social que crea más y más experiencias negativas.

  3. Dr. Thriller:

    Me temo que Neo da en el clavo. Si realmente tenemos un problema, el cerebro hace por enfrentarse a él, de ahí que lo saque a las primeras de cambio, normalmente en plan cabrón (pues eso, fastidiando una ensoñación endorfínica). Que el malestar es contagioso doy fe, uno se levanta a las madrugadas ocloc y a media mañana los impulsos agresivos han ganado sensiblemente terreno frente a la socialización de la sonrisa. La sociedad tiene muchos problemas, sin duda.

    Tomás, estar cansado siempre es un hándicap, se deteriora el (auto)control y la capacidad, la ansiedad es otro problema. Pienso que si la mente nos lleva a temas desagradables es porque están ahí, como los depredadores de la sabana, y debemos buscarles una solución. O, al menos, aprender a convivir con ellos.

  4. lluís:

    Estoy en la líne de tomás- la de los diez últimos años-, como él dice. Muchas veces he pensado que si me encerraran en una habitación con solo las cuatro paredes, una mesa y una silla, me gustaría que al menos me dejaran tener una libreta y un bolígrafo.Por otra parte no es ni mucho menos poca, la gente que tiene trabajos que no les gustan. Si haces lo que te gusta es fácil no considerarlo un trabajo.
    ¿Hay entrenamientos para la meditación?, pues no lo sabía,¿cómo deben ser?.
    – En cuanto a que la mente humana esta diseñada para conectarse al mundo, no tengo la menor duda de que así es, somos la manera en que tiene el Universo de contemplarse asimismo….y además en las redes sociales la gente no tiene ningun reparo en compartir sus pensamientos e intimidades en muchos casos.

  5. NeoFronteras:

    Estimado Lluís:

    El concepto de trabajo es eso: un concepto. Por tanto, depende del entorno cultural. En un entorno cultural como el español el trabajo se considera casi siempre desde un punto de vista bíblico, por tanto, si no sufres es que no trabajas. Eso se ve en empresas sobre todo. Da igual que se cumpla con la tarea. Lo importante es sufrir y, a ser posible, pasar el máximo número de horas en el lugar de trabajo.
    Otro ejemplo que se puede dar es que, socialmente, figuras como la del profesor son despreciadas continuamente por una mayoría de población. La del investigador sólo se aprecia si se dedica a la medicina, lo demás lo consideran una hobby pagado.
    En una sociedad frustrada que se presupone alegre sin serlo no hay nada que siente peor que la felicidad ajena.

  6. tomás:

    Bueno, no nos pongamos trágicos aunque sea cierto ese desinterés por la ciencia y ese poco aprecio por enseñantes y científicos. Es cuestión de no rendirse y procurar que la gente tome gusto por saber los fundamentos del conocimiento. Sí, la cuestión está ahí. Si no, prefieren lo religioso; así evitan pensar.
    Tú, Neo amigo, crees en esto; si no, no llevarías a cuestas esta página.
    Abrazos a todos: «lluís», Dr. Thriller, Neo.

  7. Miguel Angel:

    ¿Podemos considerarnos una civilización avanzada cuando, como comenta Neo, los profesores son despreciados y los futbolistas, cantantes y mercaderes ricos son ídolos?
    Precisamente la transmisión de conocimientos es lo que mejor nos define como especie: muy pocos actos pueden competir en nobleza. Los que desprecian demuestran mucha ignorancia o mala fe, ya que o no se dan cuenta o se niegan a admitir que prácticamente todo lo que valoran (sus casas, su salud, la calefacción, las teles donde ven a sus admirados «fulbolistas»…) ha sido posible gracias a ese intercambio de conocimientos.

    En cuanto a lo de la felicidad ajena, recuerdo una cita de Montesquieu:
    «Qué cobardía sentirse desanimado por la felicidad de los demás y abatido por su buena fortuna»
    ¿Cómo podemos ser tan necios para vernos alentados por la desgracia de los demás? ¿Qué demonios creemos que acarreará esa desgracia? ¿Personas irritadas y dispuestas al conflicto? ¿Más desgracias?
    Pero, por suerte no todo el mundo es así, he tenido la suerte de conocer a algunas personas que realmente se alegran de la felicidad y el éxito de los demás. También los he encontrado en esta página.
    Me he topado incluso con algunos Humanos al que tras preguntarles el motivo de que votasen a un partido político que no estaba a favor de sus intereses personales, me han respondido diciendo que el bien común es prioritario…esos «Humanos» con mayúsculas, esos Quijotes en pos de causas perdidas, son los auténticos colosos que despiertan toda mi admiración y reconocimiento.

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