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Encuentran la cabeza de Hallucigenia

Área: Paleontología — domingo, 28 de junio de 2015

Encuentran la cabeza de Hallucigenia y descubren en ella ojos y dientes de importancia evolutiva.

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La historia de la vida es un relato fascinante. Durante miles de millones de años la vida en la Tierra fue microbiana hasta que súbitamente aparecieron los seres pluricelulares complejos. Cómo de súbitamente es materia de debate entre los expertos.
En unos millones de años, a comienzos del Cámbrico, todos los planes corporales animales de la actualidad aparecieron por evolución. Esos planes corporales se pueden ver en los fósiles de la fauna Burgess Shale, en Canadá. A principios del siglo veinte este yacimiento fue descubierto y estudiado por Charles Walcott. Desde entonces han aparecido otros yacimientos interesantes con fauna de esa época.
En esa fauna de Burgess Shale de hace más de 500 millones de años hay toda una serie de animales de lo más extraño y maravilloso. Animales que fueron bellamente descritos en un libro de Stephen Jay Gould: La vida maravillosa.
Este libro trata de la revisión que de esta fauna realizó Simon Conway Morris en los setenta.
Una las criaturas que Conway Morris describió, aunque ya descubierta por Walcot, fue un extraño animal con multitud de patas. Fue denominado Hallucigenia debido a que su extraño aspecto recordaba lo que un viaje asistido por psicotrópicos podría generar.
La pequeña Hallucigenia pasó en un principio desapercibida debido a la competencia que en interés que para los paleontólogos suscitaba el resto de las criaturas de esta fauna Burgess Shale. Pero Conway Morris describió mal a la Hallucigenia como una criatura que andaba gracias a una serie de espinas y de cuya espalada salía unos tubos extraños a modo de un extraño alien.
Más tarde se vio que esta descripción era básicamente errónea al estar al revés, pues lo tubos eran realmente las patas sobre las que andaba la Hallucigenia y las supuestas patas eran espinas protectoras que estaban sobre la espalda del animal. Pero se seguía sin saber a qué lado estaba la cabeza. En los fósiles de este ser sólo se apreciaban un par de bultos a cada lado.
La Paleontología tiene el problema de basarse en un registro que siempre estará incompleto. Posiblemente hubo todo tipo de criaturas fascinantes en el pasado de cuya existencia nunca sabremos nada. No tuvieron la suerte de ser inmortalizadas en piedra.
A veces incluso los fósiles están incompletos. Pero incluso cuando sí tenemos fósiles completos no es fácil inferir cómo era el animal original. Incluso cuando las condiciones de fosilización son óptimas, como lo fueron en Burgess Shale, conviene pensar sobre los procesos que sufrieron los restos de, por ejemplo, una Hallucigenia. El cuerpo blando de este animal marino terminó en el fondo oceánico posiblemente sepultado por un corrimiento de tierra. Su cuerpo tridimensional se aplastó hasta la bidimensionalidad mientras soltaba su jugos corporales a su alrededor. La cabeza y cuello de este animal formó una pasta lobulada que más tarde fosilizó. Descubrir cómo era esa parte del animal no ha sido posible hasta ahora.
Investigadores de University of Cambridge y del Royal Ontario Museum han conseguido descifrar cómo era la cabeza de Hallucigenia y que esta poseía ojos y dientes gracias al reanálisis de fósiles ya existentes. El gran lóbulo que aparecía al final en los fósiles de este animal no era su cabeza, ni siquiera era parte de su cuerpo, sino una mancha oscura de fluidos en descomposición aplastados por el proceso de fosilización.
Parece que por fin, después de más de 100 años, tenemos una buena descripción de esta criatura.

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Pero, ¿por qué es esto interesante? Es interesante porque Hallucigenia es una pieza del rompecabezas de la evolución de los ecdisozoos, un grupo animal (superfilo) compuesto por ocho filos y entre los que se encuentran los insectos, arácnidos, crustáceos, gusanos de terciopelo, tardígrados, etc. Este grupo se caracteriza por la presencia de dientes faríngeos y elementos circun-orales, además de por mudar su cutícula periódicamente. Este superfilo apareció hace más de 500 millones de años durante la explosión del Cámbrico y ha experimentado pocos cambios desde entonces.
Hallucigenia pertenecería es este grupo y su descripción permite reconstruir mejor el ancestro común a todos estos seres. Gracias al uso de nuevas tecnologías de análisis basadas en la microscopía electrónica, estos investigadores han podido ver una línea de púas parecidas a dientes a lo largo de su “garganta”, algo que la conecta a los gusanos de terciopelo modernos y a los artrópodos en general.
Aunque Hallucigenia no es el antepasado común de los ecdisozoos, sí es el precursor de los gusanos de terciopelo modernos. Esto se determinó el año pasado gracias al análisis de las pinzas de sus patas.
Determinar sus características ayuda a los expertos a saber cómo fue la evolución de los gusanos de terciopelo modernos y saber qué características se perdieron en el transcurso de esta evolución.
El antepasado de los gusanos de terciopelo ha resultado ser más complejo anatómicamente de lo que los expertos imaginaban, pues antes se pensaba que sus antepasados no tenían dientes, pero ahora sabemos que Hallucigenia sí los tenía.

Hallucigenia, que medía de 1 a 5 cm de longitud, sigue siendo un tanto extraña a nuestros ojos. Tenía siete pares de patas terminadas en pinzas y tres pares de tentáculos en su cuello. Sobre su espalda dos filas de puntiagudas espinas. La cabeza sería pequeña, elongada, con dos ojos y estaría situada al final de un estrecho cuello.
El anillo de dientes que rodeaba la boca de este animal posiblemente era de ayuda a la hora de generar succión y actuaría como una válvula o ventosa. Los dientes de su “garganta” actuarían a modo de un trinquete o carraca para así impedir que la comida fuera hacia afuera.
Estas estructuras circulares de la boca son similares a las de algunos gusanos marinos actuales denominados “dragones del lodo” y a las del antepasado de los artrópodos.
Es precisamente este asunto de los dientes el que gusta a los expertos. Hasta ahora no había argumentos para decir que la boca de los artrópodos tuviera mucho en común con la de los actuales gusanos de terciopelo, pero Hallucigenia nos dice que ambos tenían un antepasado común con placas alrededor de su boca y dientes en su “garganta”, rasgos que más tarde se perdieron en los gusanos de terciopelo.
Aunque había algunas pruebas genéticas de todo esto, es ahora cuando, por fin, se cuenta con pruebas anatómicas paleontológicas.
Posiblemente la fauna de Burgess Shale nos seguirá deparando resultados paleontológicos en el futuro.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4710

Fuentes y referencias:
Artículo original
Resuelven el enigma de Hallucigenia
Ilustración: Jean-Bernard Caron.
Foto: Ontario Museum.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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7 Comentarios

  1. apalankator:

    Es increíble lo que se puede llegar a descubrir utilizando toda la técnica e inteligencia posible en un fósil tan antiguo. Se debería analizar con máximo detalle toda la biota de esta época, seguro que se harían más descubrimientos de este calibre. Saludos.

  2. tomás:

    Nunca había leído ni escuchado la palabra «circumoral». Puede ser un término médico. He buscado por ahí y su etimología viene de circum-oral. O sea alrededor de la boca. Parece ser sinónimo de «peribucal».
    Lo digo por si alguien tampoco conocía el término.
    Saludos.

  3. apalankator:

    Han descubierto a un pariente de hallucigenia, con el nombre de collinsium ciliosus, del yacimiento chino de Xiaoshiba. Parece que todavía quedan criaturas por descubrir de esta época.

  4. tomás:

    De eso, «apalancator» -por evitar el filtro-, puedes estar seguro.

  5. Miguel:

    Una duda, este gusano sería la etapa larvaria que tras una metamorfosis se convertiría en algún insecto alado? O quizas nunca lo sepamos?
    Felicitaciones por el aporte.

  6. Miguel:

    Los ojos son denominados «escleritas» y semejan estructuras oculares, la falta de lentes u otra organización estrucutural sugestiva de unidades visuales no indica que estas escleritas estuvieran implicadas en la fotorecepción.

  7. tomás:

    Estimado Miguel:
    Según mi interpretación del artículo, los ejemplares de Hallucigenia, tal como se nos muestran en las ilustraciones, es decir, con sus espinas y patas provistas de pinzas, etc, son animales adultos y no larvas de insectos. Si lo fueran, con seguridad, se habría especificado.
    En cuanto a tu 6, unos ojos son, como mínimo unos fotoreceptores siempre; o no se les llama ojos. Por otra parte y en todo caso, los ojos no «son denominados escleritas». Las escleritas sirven para muchas cosas. En todo caso podría ser que unas esleritas estuviesen situadas de tal modo que simulasen ojos. Naturalmente, si fuesen escleritas, no servirían como ojos; pero no se me ocurre qué función podrían realizar ahí puesto que la esclerita sirve para dar dureza al esqueleto de los artrópodos.
    Un cordial saludo.

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