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El efecto de la Luna sobre la lluvia

Área: Meteorología — domingo, 31 de enero de 2016

Cuando la Luna está en lo alto entonces es más probable que llueva, aunque no necesariamente.

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Las mareas son creadas por la Luna. Este satélite natural está tan relativamente cerca de la Tierra que la fuerza que ejerce la gravedad a un lado y otro de nuestro planeta es ostensiblemente diferente. Esto hace que el mar se eleve en dirección de la Luna y reduzca su nivel en dirección perpendicular.

Pero esta fuerza marea puede afectar a otros entes lo suficientemente grandes y masivos, así que no afecta a las personas y otros objetos ligeros. Sí afecta, aunque en menor medida, a los continentes. Pero también afecta a la atmósfera, que aunque es más ligera, sí es más flexible.

Hay que recordar que el Sol también provoca un efecto de marea, aunque sea menor que el de la Luna al estar más lejos de nosotros. En las fases de luna nueva o llena ambas mareas se suman, mientras que en creciente o menguante se restan.

Ahora, un estudio de investigadores de University of Washington sostiene que cuando la Luna está alta sobre el cielo el efecto la marea que provoca sobre la atmósfera es lo suficientemente importante como para determinar la cantidad de lluvia que cae.

Uno de los investigadores implicados (Tsubasa Kohyama) notó que había una oscilación en la presión del aire mientras que estudiaba las ondas atmosféricas. Junto a John (Michael) Wallace empleó dos años en analizar el fenómeno.

Ya en 1847 se descubrió que esos cambios sutiles en la presión atmosférica estaban ligados a las fases lunares. Y en 1932 se descubrió lo mismo respecto a la temperatura. Todo ello basado en medidas locales tomadas en tierra.

Este equipo de investigadores usó datos globales para confirmar que la presión estaba determinada por las fases lunares. Cuando la Luna está sobre nuestras cabezas o al otro lado de la Tierra, debajo de nuestros pies, la presión del aire es mayor.

Este trabajo es el primero en demostrar que la Luna influye sobre la cantidad de lluvia que cae. Cuando la Luna está arriba en el cielo, el efecto de la marea atmosférica hace que el aire migre porque la atmósfera sube. Esto hace que la presión suba (que no es más que el peso de la columna de atmósfera) sobre el lugar y también lo haga la temperatura.

El aire cálido puede aguantar más humedad, así que la región de aire bajo la Luna puede contener más agua que en condiciones normales, incluso por encima de la saturación. Y la alta humedad es más favorable que la baja humedad a la hora de que llueva. Por tanto, es más fácil que llueva cuando la Luna está en lo alto del cielo.

Para poder demostrar esta conexión, los investigadores usaron los datos recolectados por la NASA y por la agencia homóloga japonesa en los 15 años que van de 1998 a 2012.

Hay que recalcar que la variación que induce el fenómeno es pequeña, de sólo un 1%, así que en la vida cotidiana no se puede apreciar. Sin embargo, sí que es útil su uso en modelos climáticos y meteorológicos.

Los investigadores planean seguir con este tema de investigación y estudiar si las mareas afectan al tipo de lluvia o a la frecuencia de tormentas.

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Fuentes y referencias:
Artículo original
Foto: NeoFronteras.

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4 Comentarios

  1. apalankator:

    El efecto descrito es vox pópuli en los pueblos costeros del suroeste, llueve siempre más veces cuando hay pleamar que cuando no y las lluvias más fuertes siempre coinciden con la marea alta.
    Yo diría que aumentan las posibilidades de lluvia al menos un 50%, pero este efecto no es tenido en cuenta en ninguna predicción meteorológica, lo que hace que nos tengamos que fiar más del cualquier marinero entrado en años que en las predicciones más acreditadas aun en los tiempos de internet.

  2. tomás:

    Si hacemos caso del refranero, también parece que se superaría con creces ese tan poco relevante 1 %:
    Luna llena y mojada trae diez días de aguada.
    Con luna menguada, mañana nubada trae tarde calmada.
    Y seguro que hay un montón más.
    Habremos de comunicar a esos meteorólogos que utilicen más el refranero que las estadísticas, y eso de que «en la vida cotidiana no se puede apreciar», a la vista del refranero, no se ve claro (por la niebla).

  3. r:

    Al rato ya lo sabía el muy astuto de Juan Baigorri Velar y pues pasó lo que pasó (esto es en son de broma).

  4. tomás:

    ¿Entonces, Baigorri era como un dios pequeñito que hacía diluvios modestos con la mejor intención? No, por supuesto, para aguarles la fiesta a los buenos pecadores, como el dios bíblico. Argentiiino tenía que ser, ¿mirás «r»?

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