La recompensa de la timidez
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Cuando una persona tímida se encuentra con una situación amenazante o no familiar, como conocer a alguien nuevo, entonces la región del cerebro responsable de las emociones negativas se pone en máxima actividad. Sin embargo en un estudio reciente se pone de manifiesto que las personas tímidas son más sensibles a todos los estímulos no sólo a aquellos que representen una amenaza.
En el estudio liderado por Amanda Guyer, del National Institutes of Health en Bethesda (Maryland) se midió la actividad del cerebro de 13 adolescentes extremadamente tímidos y de 19 extrovertidos mientras jugaban a un juego de apuestas en el que podían ganar o perder dinero. Para la clasificación de los voluntarios en tímidos o extrovertidos se utilizaron unos test estándar, y para medir la actividad cerebral se utilizó un sistema de resonancia magnética nuclear.
A estas personas se les adiestró para apretar rápidamente un botón tan pronto una señal era mostrada en pantalla. Si lo apretaban a tiempo ganaban dinero o por lo menos evitaban perderlo.
Ambos grupos obtuvieron resultados similares y no hubo diferencia en la actividad de la amígdala, que es la región cerebral que controla el miedo. Sin embargo, los tímidos mostraron de dos a tres veces más actividad que los demás en el estriatum, región cerebral que está asociada con los mecanismos de recompensa.
Hasta ahora la gente creía que la timidez estaba relacionada solamente con situaciones de fobia social y que sólo las partes relativas a los mecanismos del miedo se verían activadas, pero estos resultados muestran que los tímidos también presentan mayor actividad cerebral en regiones relativas a los mecanismos de premio y recompensa.
Los resultados fueron publicados en Journal of Neuroscience el pasado 14 de junio.
No obstante no está claro por qué las personas tímidas muestran esta actividad. Según una interpretación las personas tímidas tienen una alta sensibilidad a todo tipo de estímulos entre ellos a las fobias sociales. Según otra explicación la actividad de más en el estriatum podría ayudar a las personas tímidas a manejar mejor las situaciones de ansiedad y estrés asociadas con la fobia social, aunque no sea suficiente como para sobreponerse a su timidez.
Estos resultados son importantes porque pueden ayudar a los investigadores a entender por qué los niños muy tímidos desarrollan problemas psiquiátricos en un porcentaje más elevado en su vida posterior. Como los niños tímidos parecen ser más sensibles a ganar o perder podrían experimentar emociones más fuertes que los demás y estarían expuestos a un mayor riesgo de padecer desórdenes emocionales como la ansiedad o la depresión. Por otro lado un niño tímido podría experimentar emociones más positivas que los demás al conseguir ciertos logros, y esta mayor recompensa podría ayudarle a tener éxito en la vida.
1 Comentario
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sábado 10 febrero, 2007 @ 12:54 am
Interesante artículo. Me pregunto si hay algún servicio disponible en esta web, en el que envíen por email periódicamente las noticias de interés.
Gracias.