Cómo datar mapas antiguos usando ideas de la Genética
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Han desarrollado un método relativamente simple que permite datar impresiones antiguas y que está basado en una idea tomada prestada del reloj genético molecular utilizado en Biología. El nuevo método, que podrá permitir datar cientos de libros y grabados, tiene en cuenta el deterioro en el tiempo de las planchas de cobre o madera utilizadas para ese menester.
Este sistema ha sido desarrollado por Blair Hedges de Pennsylvania State University y podría ayudar a los historiadores y coleccionistas en su trabajo de análisi de documentos.
Hedges es un biólogo que realiza trabajo de campo en el Caribe y es coleccionista de mapas antiguos de esa región, concibió el método después de notar que las últimas ediciones del mismo mapa tenían más líneas partidas. Estos defectos se dan porque los que manejaban la prensa frecuentemente usaban los mismos bloques de madera o metal durante décadas y éstos se deterioraban con el paso del tiempo. La madera envejecía, se encogían y ganaba grietas con el tiempo produciéndose interrupciones en las líneas impresas sobre le papel. Las láminas de cobre bajo los efectos del ácido, la tinción utilizada en la confección de grabados, la atmósfera corrosiva del lugar y el pulimentado periódico antes del uso se iban deteriorando. Un surco en estos platos de cobre disminuye una o dos micras anuales según Hedges, y esto concuerda muy bien con el ritmo de corrosión atmosférica del cobre.
Este investigador pensó que los defectos eran análogos a las mutaciones que se dan en el material genético. Como las mutaciones suceden a intervalos regulares en promedio, se puede considerar el número de mutaciones como una medida de tiempo según se van acumulando mayor número de cambios genéticos. Así si se encuentran muchas mutaciones es que ha transcurrido mucho tiempo. Esta técnica del reloj molecular permite habitualmente estudiar la evolución de las especies.
Para probar su idea Hedges recopiló una base de datos basada en 2.674 mapas impresos desde el Renacimiento. En algunos casos conocía las fechas de creación de los mismos y en otros no. Usó un software llamado ImageJ del National Institutes of Health que esta disponible libremente. Pudo detectar y contar las interrupciones en las líneas y medir el difuminado de los bordes. En las obras de fecha conocida pudo ver como el número de defectos aumentaba con el tiempo.
A partir de ahí pudo desarrollar un método simple para determinar la época de impresión de este tipo de documentos con datación desconocida. Por ejemplo, si se tiene un ejemplar datado en 1550 con 10 interrupciones en una línea, si otro documento que corresponde exactamente al mismo motivo tiene 20 interrupciones entonces se puede afirmar que es de 1560, si en otro aparecen 30 significa que es de 1570, y así sucesivamente. El número de defectos sigue pues una proporción lineal en el tiempo.
Por tanto para aplicar el método se requiere al menos de dos ejemplares de fecha conocida para determinar la fecha de impresión de un tercero.
Un artículo donde se describe este método de «reloj de imprenta» se publica en Proceedings of the Royal Society A: Mathematical, Physical, and Engineering Sciences.
Fuente: Penn State University.
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