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La compleja recuperación tras la extinción del Pérmico-Triásico

Área: Medio ambiente,Paleontología — domingo, 21 de octubre de 2018

Analizan cómo se recuperaron los ecosistemas y los taxones tras la famosa extinción de hace 252 millones de años.

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Cuentan que algún departamento universitario dedicado al estudios de las lenguas asiáticas era ignorado por todo el mundo. Después de todo, ¿a quién diablos le puede interesar el pastún?

Pero, justo después del atentado a las torres gemelas y saberse que su origen estaba en Afganistán, el pastún cobró una inusitada importancia entre los políticos.

Con la Paleontología parece que está pasando algo similar. Las extinciones masivas eran algo que interesaban a unos pocos académicos, pero ahora parece que cobran importancia porque estamos embarcados en una, esta vez provocada por el ser humano: la Extinción Antropocénica.

La mayor de estas extinciones fue la del Pérmico-Triásico, que de dio hace 252 millones de años (252 Ma) y que se llevó por delante al 75% de las especies animales de tierra firme y al 90% de las marinas.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Leeds ha realizado un estudio sobre el tiempo que se necesitó para que los ecosistemas marinos se recuperaran de dicha extinción. Teniendo en cuenta los géneros taxonómicos y los ecosistemas se tardó un tiempo tremendo en la recuperación

El artículo correspondiente es especialmente importante a la luz de las conclusiones de reciente informe del IPCC.

Haijun Song y sus colaboradores ofrecen una nueva visión en las circunstancias que ayudaron a la vez en la recuperación tras la extinción. Siempre en términos de géneros taxonómicos y sus constituyentes dentro del ecosistema marino del Triásico.

Hasta ahora se creía que la recuperación de los ecosistemas se dio a lo largo de millones de años desde la parte baja del nivel trófico a las partes altas del mismo. Sin embargo, los datos del Triásico muestran una parte trófica alta compuesta por depredadores bastante diversa que parecen contradecir tal visión. Además, hay huecos inexplicables en niveles tróficos bajos de grupos funcionales.

Estos investigadores usaron la base de datos Paleobiology Database y la literatura científica para así recolectar la información necesaria. En ello buscaron patrones y los tiempos de sucesión de ecosistemas en relación a la diversidad de los niveles para tres grupos de fauna del Triásico: animales inmóviles, móviles y nectónicos (animales que viven en la parte superior de los mares cuyos movimientos pueden ser independientes de las corrientes).

Analizaron la diversidad en el lapso de tiempo comprendido desde el Pérmico tardío de hace 251,4 Ma al Triásico tardío de hace 201,3 Ma. Tuvieron en cuenta datos de 51055 fósiles.

Hallaron que los géneros marinos alcanzaron niveles de diversidad comparables a los que había antes de la extinción, unos 5 millones de años después del evento de extinción. Además hubo un aumento logístico en la diversidad taxonómica durante el Triásico, lo que sugeriría que la diversidad genérica parece que hubo alcanzado la capacidad ambiental bastante pronto.

En el estudio examinaron la recuperación ecológica como un todo en relación a la recuperación taxonómica, que se analizó por separado. Además, analizaron los destinos por separado de cada uno de los tres grupos funcionales de fósiles que tuvieron en cuenta.

El grupo de seres inmóviles estaba compuesto por animales estacionarios como corales y esponjas. El grupo móvil por crustáceos, gasterópodos, bivalvos y otros. Finalmente, el tercer grupo incluía cefalópodos, conodontos (protovertenrados de aspecto similares a una anguila), peces óseos y reptiles marinos.

Resulto que los animales del último grupo, que se corresponden con el nivel trófico más alto, fueron los primeros en recuperarse tras ese evento de extinción en términos de diversidad genética, sin embargo declinaron desde un pico en el Triásico medio para caer al final de este mismo periodo geológico. En concreto, pasaron en términos de proporciones del 14% en el Pérmico tardío a 67% 2 Ma más tarde para luego bajar al 11%.

Por otro lado, los animales inmóviles sufrieron el peor declive al principio del Triásico, cuando pasaron de 500 a 100 géneros, pero rebotaron de esa situación y volvieron a tener los niveles previos al evento de extinción en el Triásico medio. Estos empezaron siendo un 70% para ser sólo un 21% y finalmente recuperarse en un 70%.

Los animales móviles sufrieron también pérdidas durante el evento de extinción que dio lugar a una baja diversidad, pero se recuperaron también en el Triásico medio y sus proporciones permanecieron más o menos constantes a lo largo del tiempo

Como la proporción de animales inmóviles es la misma antes y después del evento, en torno a un 70%, los autores del estudio sostienen que esta es la proporción trófica de ecosistemas sanos. Cosa lógica al constituir gran parte de la base de la pirámide trófica. Es decir, una base ancha de esta pirámide sostiene a los otros dos grupos superiores. Sin embargo, esta pirámide estaba invertida a comienzos del Triásico, con animales nectónicos dominando con un 52%. Esto caracterizaría a los ecosistemas vulnerables y alterados en donde la cadena alimenticia está deteriorada.

Lo más significativo de todo este hallazgo es que la recuperación ecológica y taxonómica estaban desacopladas. La recuperación taxonómica se dio relativamente rápido con un ritmo logístico, pero los ecosistemas se recuperaron mucho más lentamente, de modo logarítmico, con un aumento gradual de estabilidad y complejidad. La recuperación en el primer caso necesitó de 5 millones de años, mientras que en el segundo se necesitaron 50 Ma.

El resultado de este estudio viene a decir que, para los ecosistemas marinos, el colapso se dio de abajo a arriba, pero su restauración se dio en orden inverso: de arriba a bajo y esta recuperación se caracteriza por un aumento en diversidad en los niveles bajos de consumidores, es decir de los no nectónicos.

«Este estudio reafirma la importancia de la protección de la diversidad de los ecosistemas globales porque, una vez son destruidos, la recuperación requiere de docenas de millones de años, mucho más que la historia humana», dicen los autores en el artículo.

Para hacernos una idea de la escala de tiempo, pensemos en que las personas llegan a centenarias y que esos 100 años representan 1 cm de longitud. Entonces, 10 Ma representarían 1 km.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Wikipedia.

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6 Comentarios

  1. tomás:

    Creo que no nos damos cuenta de que la extinción ya en marcha por fuerza ha de incluirnos de un modo u otro, pero debe primar eso de «Después de mi el Diluvio».

  2. Dr.Thriller:

    Por sacar el ángulo no tan obvio, más allá del desastre a mí lo que me asombra es la fuerza de la homeostasis. Lenta, pero firme. Hay un punto que no conviene perder de vista, en 50 millones de años la deriva continental ha actuado lo suficiente para dejar irreconocibles los ecosistemas (de hecho, en ese lapso se producen de forma natural un enorme número de extinciones y nuevas especies), por no hablar del clima, y sin embargo el sistema vuelve a rebotar.

    Se toma su tiempo, digamos. Ni que decir tiene que ese lapso para nosotros está más allá de cualquier asimilación (mental y física).

  3. tomás:

    Siempre es un consuelo que todo tome algún equilibrio aunque sea en 50 millones de años.
    Que la homeostasis te acompañe, Dr. amigo.

  4. Dr.Thriller:

    No es porque sea consuelo (ni de muchos, ni de pocos, muy muchos y muy pocos). En principio, desde nuestra ignorancia, cabría pensar que ante una extinción masiva podría el sistema retraerse a lo que pensamos una fase previa, con menos complejidad, o vistosidad, o como quieras calificarlo. Sin embargo, el sistema tiende a retomar donde lo dejó (cabría matizar mucho esto), no a involucionar, si es válido el término. Cuando una tendencia tan fuerte existe, es más fácil ayudar que obstaculizar (de hecho, el 99% de la energía que dispone nuestra civilización la invertimos en escangallar todo). Sería todo más difícil si no fuese así.

  5. Miguel Ángel:

    Completamente de acuerdo con ambos: Autoextinción Gilipuertas de los sapiens-requetesapiens, ¿qué otra cosa esperábamos si no nos importa el Diluvio y, además, «porque yo lo valgo»?

    https://www.youtube.com/watch?v=S6PA_yKfNyE

    Disculpen las molestias.

  6. tomás:

    Naturalmente. No le queda otra que evolucionar a partir de lo que tiene, es decir, de lo que ha quedado.
    Y, en efecto, nuestra civilización se basa en consumir energía empleándola es extraer recursos con la poca conciencia que ha empezado a nacer en unos cuantos que vemos que tal camino nos lleva al desastre.

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