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La procesión de trilobites

Área: Paleontología — domingo, 20 de octubre de 2019

Proponen que los artrópodos ya tenían comportamientos sociales colectivos hace más de 480 millones de años.

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La idea que tenemos sobre la anatomía los seres del pasado que nos han dejado fósiles cambia según vamos haciendo nuevos descubrimientos. Así, la idea que se tenía hace un siglo de los dinosaurios es muy distinta a la actual. Ya incluso se cree que muchos tenían plumas.

Pero antes de los dinosaurios hubo muchos otros seres. Así, los trilobites eran unos artrópodos que se diversificaron en multitud de especies a lo largo de mucho tiempo. Los más antiguos, los del Cámbrico, surgieron hace unos 540 millones de años. Los últimos trilobites desaparecieron durante la gran extinción del Pérmico-Triásico hace 250 millones de años.

Pero si ya es difícil determinar la anatomía de los animales que vivieron hace millones de años a partir de unos huesos fosilizados, sin saber cómo eran sus músculos ni muchas partes de su cuerpo que no fosilizan, es muchísimo más complicado saber su comportamiento. Sólo en contadas ocasiones, tenemos un atisbo de los que hacían.

Recientemente se ha publicado un estudio sobre un conjunto de 22 fósiles de trilobites Ampyx que se encontró en Marruecos hace tiempo, pero que parece que se ha interpretado mal hasta ahora. Estos seres en concreto vivieron hace 480 millones de años y parece que todos ellos fueron sepultados súbitamente a la vez y quedaron inmovilizados en las posturas que tenían en el momento. Puede que fuera una muerte horrible para ellos, pero eso nos permite saber qué estaban haciendo en ese instante.

Todos ellos están orientados en el mismo sentido formando lo que parece ser una especie de «procesión», formando una linea y manteniendo el contacto con el de delante y con el de atrás gracias a sus largas espinas.

Jean Vannier (Université Claude Bernard Lyon) y sus colaboradores reexaminaron estos fósiles con nuevos ojos y les han dado una nueva interpretación, pues antes se creía que la disposición en fila no se debía a los propios animales, sino a factores externos como las corrientes marinas una vez muertos.

Vieron que las orientaciones y disposiciones no parece que sean fruto de factores externos, pues el azar no daría con algo así. En su lugar, estos paleontólogos creen que para exhibir el patrón observado era necesario poseer algún tipo de comportamiento social colectivo, comportamiento que quizás fuera una respuesta a alteraciones ambientales cíclicas, como, por ejemplo, la aparición de tormentas.

«Probablemente, el comportamiento colectivo se desarrollo muy pronto en varios grupos de artrópodos», dice Vannier.

Estos fósiles, por tanto, representarían una de las pruebas más antiguas de comportamiento colectivo sincronizado en animales.

Esta especie vivió durante la Gran Diversificación del Ordovícico, un periodo de tiempo definido por un aumento dramático en la variedad y complejidad de la vida marina. Fue una secuela evolutiva del mayor de este tipo de eventos: la explosión del Cámbrico, que estableció la mayoría de los grupos animales hace unos 540 millones de años según el registro fósil.

Según Vannier, antes de esa explosión no hay pruebas de la existencia de comportamiento grupal porque las formas de vida Precámbricas carecían de sistemas nerviosos sofisticados.

Por el contrario, los trilobites Ampyx tenían una anatomía que les permitía establecer comunicaciones químicas y estimulación sensorial. Pese a ser ciegos, tenían largos apéndices en forma espinas que en estos fósiles parecen estar en contacto con los de los demás, por lo que podrían usarse para intercambiar señales táctiles y químicas.

Es interesante comparar este hallazgo con lo que se observa en el comportamiento de la langosta espinosa de Norteamérica. Estas realizan procesiones en el lecho marino para emigrar en respuesta a señales químicas asociadas con la reproducción o debido a la presencia de tormentas. Los autores del estudio sostienen que en el caso de los Ampyx podría tratarse del mismo comportamiento.
Todos los trilobites de este colectivo eran sexualmente maduros y estaban viajando en masa, por lo que quizás su comportamiento tenía motivos reproductivos. Aunque su muerte también sugiere que es posible que huyeran de una tormenta.

Por tanto, el hallazgo sugiere que el comportamiento grupal en animales tendían un origen remoto en el tiempo y que posiblemente proporciona una ventaja evolutiva al ayudar a los animales a sobrevivir a las presiones del ambiente y a mejorar sus expectativas reproductoras, de ahí que haya llegado hasta nuestros días.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Jean Vannier

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8 Comentarios

  1. Miguel Ángel:

    «Según Vannier, antes de esa explosión no hay pruebas de la existencia de comportamiento grupal porque las formas de vida Precámbricas carecían de sistemas nerviosos sofisticados».

    Qu’est-ce vous dites, Monsieur Vannier? Au contraire! En todo caso será porque no hayan dejado registro fósil o no los hayamos descubierto todavía. Las medusas carecen de sistema nervioso complejo (ni siquiera tienen sistema nervioso central) y exhiben comportamientos grupales. Tampoco entiendo por qué no se consideran como comportamientos grupales las biopelículas de bacterias o los hongos mucilaginosos. Expliquemuá.

  2. Miguel Ángel:

    Querido amigo Neo:

    El inicio del séptimo párrafo puede inducir a error cuando dice que no se piensa que este tipo orientación se deba a estímulos externos (supongo que refiriéndose a las corrientes marinas mencionadas en el párrafo anterior). Pero las tormentas que se apuntan como una explicación posible también son fenómenos externos.

    Abrazos.

  3. NeoFronteras:

    Estimado Miguel Ángel:
    Lo he rehecho. A ver si ahora está mejor.

  4. Dr.Thriller:

    Buen florete, M.A., con múltiples touchés en zonas vitales. Aunque imagino que la argumentación de Saltamontes del autor va en el pack ultraconservador al que las comunicaciones científicas suelen recurrir. En realidad, por mucho que el intuitómetro nos recomiende tirarnos de cabeza, su hipótesis aún es eso.

    Yo es que además de tirarme hago tirabuzones: estoy seguro de que aparecerán más fósiles que harían las delicias de cualquier Gerald Durrell.

    Y no es tema menor. Que existan comportamientos sociales sin sistema nervioso (que existen) podría implicar cosas muy serias. ¿No era aquello de la función hace al órgano?

  5. Miguel Ángel:

    Querido amigo Neo:

    Pues, discúlpeme, pero no, a mí me sigue apareciendo la frase que creo que puede despistar «Vieron que las orientaciones y disposiciones, NO parece que sean debidas a factores externos, pues el azar no daría con algo así», para decir después que podría deberse a las tormentas (que también son factores externos). Como no quiero entretenerle más, creo que solo hay que cambiar lo que entrecomillo y el resto del
    séptimo párrafo por:

    «Vieron que las orientaciones y disposiciones, no parece deberse a las corrientes marinas, en las que el movimiento azaroso de las moléculas del agua muy difícilmente podría originar este tipo de disposición, sino a otro tipo de factores externos como podrian ser las tormentas u otras alteraciones ambientales cíclicas».

    Si le pareciese bien, por supuesto que puede pegarlo y todos contentos. Muchas gracias por su interés.

  6. Miguel Ángel:

    Uy, perdón otra vez!!, si lo pega, habría que poner la tilde que me he zampado la tilde en «podría» y quitar la primera coma, que sobra. Disculpe la chapucilla. Un fuerte abrazo.

  7. Miguel Ángel:

    Querido amigo y Dr.:

    Muy amable, pero lo tuyo es un mandoble definitivo al paradigma que señalas, que viene de otro pack parecido al que acabas de decir. Basta mencionar los numerosos contraejemplos,,: un órgano que desempeña primero una función y después otra durante su evolución, con solo alguna pequeña modificación en el órgano.

    Muito obrigado.

  8. tomás:

    Por supuesto: primero el órgano; luego la función. Pero la función puede modificar el órgano: hacerlo evolucionar, no en el individuo, sino en la especie.

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