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Pterosaurios coloreados con plumas

Área: Paleontología — viernes, 22 de abril de 2022

Un nuevo estudio sugiere que los antepasados de pterosaurios y dinosaurios podrían lucir plumas de colores en sus cuerpos hace 250 millones de años.

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La imagen que tenemos de los seres del pasado es siempre una aproximación, pues el registro fósil, además de ser incompleto, no refleja, en general, cómo eran los tejidos blandos, pues estos no se suelen conservar. Entre los tejidos blandos también tenemos los casos de las plumas o el pelo, que se conservan solo en casos muy excepcionales.

La idea de que los dinosaurios lucían plumas de colores, algo que una vez sonaba extravagante, se ha ido aceptando según se han ido encontrado pruebas al respecto. Ahora, un nuevo estudio de un fósil brasileño sugiere que los pterosaurios (que no son dinosaurios) también estaban revestidos de diminutas plumas de diferentes tonalidades.

Mucho antes de que los primeros pájaros aleteasen y revolotearan, los pterosaurios ya surcaron los cielos. Fueron los primeros vertebrados en volar de verdad. Estos reptiles tenían alas similares a las de los actuales murciélagos y, hasta ahora, se creía que sus cuerpos estarían cubiertos con tenues filamentos que formaban una pelusa que los paleontólogos llaman picnofibras. Ahora se empieza a pensar que los pterosaurios y las aves tenían más en común de lo que se suponía anteriormente.

El nuevo fósil, que está exquisitamente conservado y que posee una gran cantidad de tejidos blandos fosilizados, sugiere que los peculiares filamentos de los pterosaurios pueden haber sido plumas verdaderas y que este plumaje podría haber sido tan alocadamente coloreado como la de cualquier ave tropical moderna. El color de sus plumas habría usado pigmentos similares a la melanina.

El estudio fue dirigido por los paleontólogos del University College Cork (UCC), Aude Cincotta, Maria McNamara y Pascal Godefroit (Real Instituto Belga de Ciencias Naturales), junto a un equipo internacional de científicos de Brasil y Bélgica.

El nuevo estudio se basa en los análisis de una nueva cresta fosilizada de 115 millones de años del pterosaurio Tupandactylus imperator del noreste de Brasil. Los pterosaurios vivieron junto a los dinosaurios hace entre 230 y 66 millones de años.

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Esta especie de pterosaurio poseía una envergadura de 5 metros y es famoso por su extraño y enorme penacho. El equipo descubrió que la parte inferior de la cresta tenía un borde borroso de plumas cortas parecidas a pelos y plumas ramificadas esponjosas.
«No esperábamos ver esto en absoluto. Durante décadas, los paleontólogos han discutido sobre si los pterosaurios tenían plumas. Las plumas de nuestro espécimen cierran ese debate para siempre, ya que están claramente ramificadas a lo largo de su longitud, al igual que las aves de hoy en día», dice Cincotta.

El equipo estudió las plumas con microscopios electrónicos de alta potencia y encontró melanosomas conservados, gránulos del pigmento melanina. Además, e inesperadamente, el nuevo estudio muestra que los melanosomas en diferentes tipos de plumas tienen formas diferentes.

«En las aves de hoy, el color de las plumas está fuertemente relacionado con la forma del melanosoma. Dado que los tipos de plumas de pterosaurio tenían diferentes formas de melanosoma, estos animales deben haber tenido la maquinaria genética para controlar los colores de sus plumas. Esta característica es esencial para el patrón de color y muestra que la coloración era una característica crítica incluso de las plumas más antiguas», dice McNamara. En los estudios previos sobre pterosaurios solo se encontraron formas homogéneas de melanosomas.

Los investigadores creen que las plumas de Tupandactylus lo mantenían caliente y, además, le permitían enviar señales a otros pterosaurios, tal vez como lo hacen los pavos reales machos al mostrar el plumaje durante el apareamiento.

La coloración es extremadamente importante para los animales y cumple papeles que van desde el camuflaje hasta la comunicación. Según los autores, los diferentes tonos de este animal sugieren un papel en la señalización social, que puede indicar la salud, la edad, el sexo, la disposición para aparearse y otros aspectos vitales de su biología de un animal. Esperan que este resultado se confirmen en nuevos estudios.

De todos modos, hay que decir que los investigadores no infieren el color de los melanosomas y es posible que el plumaje se usara para camuflarse en lugar de para exhibirse en rituales de apareamiento. Aunque el equipo ya está trabajando sobre la caracterización detallada de la química de las muestras, lo que podría revelar compuestos orgánicos en las plumas.

El hallazgo sugiere que las plumas pueden haber evolucionado más de 150 millones de años antes del apogeo de los dinosaurios, probablemente para exhibición, según los autores. Así que, en sus formas más tempranas, las plumas se coloreaban, presumiblemente, como exhibición.

El estudio refuerza la idea de que los pterosaurios tenían plumas sencillas e indica que al menos algunos de ellos probablemente tenían patrones coloridos complejos.

Muchos investigadores creen que las plumas surgieron para el aislamiento térmico y evolucionaron mucho más tarde para el vuelo y otros usos, como para exhibiciones de cortejo. Aunque ya se había informado previamente de que los pterosaurios estaban cubiertos de picnofibras, se creía que funcionaban solamente como aislante térmico.

En 2018, McNamara y colaboradores informaron que dos pterosaurios chinos mostraban lo que parecía ser una característica definitoria de las plumas, al estar las estructuras halladas ramificadas. Pero el hallazgo no convenció a la comunidad científica, entre otras cosas porque estas «plumas» no se ramificaban como lo hacen las plumas de las aves actuales. Pero, ahora, McNamara y colaboradores han conseguido apoyar su tesis en este último artículo.

Los hallazgos añaden apoyo a la hipótesis de que algún tipo de pluma o precursor de plumas estaba presente entre estos reptiles del Triásico, por lo que las plumas ya estarían presentes en el ancestro común de los pterosaurios y los dinosaurios hace unos 250 millones de años.

El estudio sugiere, por tanto, que, antes de que hubiera flores en la Tierra, los animales ya poseían colores vivos y que muchos más pterosaurios y dinosaurios podrían lucir esos colores en las cubiertas emplumadas de sus cuerpos.

El ejemplar fue excavado ilegalmente en Brasil y mantenido en colecciones privadas hasta hace poco. A principios de este año, el Real Instituto Belga de Ciencias Naturales repatrió el fósil a Brasil, donde se exhibirá en el Museo de Ciencias de la Tierra en Río de Janeiro.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Ilustración: Bob Nicholls.
Foto: Aude Cincotta.

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3 Comentarios

  1. tomás:

    Al final del párrafo siete tras la segunda ilustración, dice: «… lo que podría revelar compuestos orgánicos en las plumas».
    No se me ocurre cómo podría ser algo inorgánico.

  2. NeoFronteras:

    En algunos casos se puede inferir:

    https://neofronteras.com/?p=709

    https://neofronteras.com/?p=5799

    https://neofronteras.com/?p=6283

  3. tomás:

    En efecto, se debe tener en cuenta lo más común del proceso de fosilización, es decir, la sustitución -especialmente en los tejidos
    blandos- del antiguo ser, una vez enterrado, por los minerales del lecho y de la capa que lo cubrió. Yo me refería a esos contadísimos casos de los que el artículo habla al principio (segunda frese del primer párrafo).
    De todas formas, mis excusas si lo he interpretado mal y mi agradecimiento al mentor Neo por conducirme a los tres estupendos artículos que he vuelto a disfrutar.

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