NeoFronteras

Electricidad a partir de desperdicios

Área: Tecnología — lunes, 26 de febrero de 2007

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La biorrefineria. Foto: Purdue Agricultural Communication photo / Tom Campbell.

Un grupo de científicos desarrollan un generador móvil que transforma basura (papel, comida, plásticos) en electricidad. La máquina ha sido diseñada para el ejército de los EEUU y permite a los soldados en el campo de batalla convertir los desperdicios en potencia eléctrica, pero se podría usar en aplicaciones civiles.
El director del proyecto, el profesor Michael Ladisch de Purdue University, afirma que esta biorrefinería táctica estará lista para uso militar muy pronto pero espera que no mucho tiempo después sea usada en entornos civiles.
La biorrefinaría procesa toda clase de desperdicios y los convierte en combustible a través de dos caminos. Entonces el sistema quema varios tipos de combustibles en un motor de combustión interna de ciclo diesel que mueve un generador. Al parecer la movilidad del sistema y la capacidad de quemar varios tipos de combustibles son las claves del sistema.
La biorrefinería, de poco más de cuatro metros de largo, se puede transportar fácilmente en una furgoneta grande y reduce los riesgos inherentes en el transporte de combustibles y de basura. Además gracias a este sistema se eliminan desperdicios que en un momento dado pueden ser pistas para el enemigo en el campo de batalla. Puede transformar al día 1200 kilogramos de desperdicios en electricidad.
Las pruebas del prototipo se hicieron en noviembre concluyendo que este sistema produce un 90% más energía que la que consume.
Esta biorrefinería primero separa el material orgánico como comida de otros tipos de residuos como papel o plásticos. Dicho material va a un birreactor donde gracias a una levadura industrial (junto a un antibiótico por razones de seguridad) fermenta para producir etanol. El resto del material va a un gasificador donde en una atmósfera pobre en oxígeno es calentado a 600 grados hasta producir una mezcla gaseosa que contiene propano y metano. Los restos que quedan en el biorreactor también van al gasificador para producir gases combustibles del mismo tipo. Ambos combustibles, tanto el etanol líquido como el gas, alimentan el motor diesel para producir electricidad a una intensidad de 150 amperios. Parte de esta energía es consumida para mantener el funcionamiento del sistema.
La máquina se puede desplegar eventualmente en lugares donde se hayan producidos desastres naturales como huracanes y similares. En esas situaciones no hay electricidad, pero hay suficientes desperdicios para alimentar el sistema in situ. Puede ser alimentada con virutas de madera por ejemplo.
También puede ser empleada, según su diseñador, como fuente suplementaria de energía en factorías, restaurantes y almacenes. Virtualmente en cualquier lugar donde haya desperdicios se puede emplear para reducir la factura eléctrica al vender la producción a la compañía a través de la red.
Obviamente una gran ventaja de este sistema es que no incrementa el efecto invernadero si el desperdicio utilizado es de origen orgánico (no valdrían en este caso los plásticos producidos a partir del petroleo).
La biorrefinería funciona con combustible convencional hasta que después de unas horas ya ha producido combustible por sus propios medios. El gas se produce al cabo de una hora de funcionamiento y el etanol se obtiene en seis horas.
Naturalmente el sistema produce un poco de su propios desechos en forma de cenizas, pero no son peligrosas. El gasificador debe de vaciarse cada dos o tres días, pero en todo el proceso la reducción de volumen en los desechos es de 30 a 1.
Además esperan reducir pronto los requerimientos de combustible convencional del 10% que necesita el motor ahora mismo en la mezcla sólo un 1%.
Una aplicación curiosa, según sus promotores, consistiría en instalar la biorrefinería en un rascacielos y permitir manejar sus propios desperdicios para transformarlos en electricidad o usar sólo la primera etapa del sistema para proporcionar agua caliente directamente.
No es como el sistema que utiliza el doctor Emmett Brown en la película «Regreso al futuro», que a partir de una piel de plátano y un poco de cerveza obtiene combustible termonuclear, pero puede ser útil en estos tiempos donde cualquier idea para reducir las emisiones de dióxido de carbono es válida.

Referencia: Purdue University.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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1 Comentario

  1. SubSónica:

    Genial el invento, aunque, como en muchas otras ocasiones se trate de tecnología de uso militar (como en su dia lo fueron Internet (ARPANET) o los sistemas GPS) Esperemos que pronto lo veamos en aplicaciones civiles y en unos años, tener uno de estos en cada vivienda o edificio sea algo cotidiano.

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