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Insecto patinador natural y su copia robótica. Foto: IEEE. |
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A todos nos maravillaba de pequeños la extraña habilidad que ciertos insectos tenían de andar sobre el agua a pasmosa velocidad. Parecían casi ni tocar la superficie, y se nos antojaba que esta capacidad casi bíblica violaba las leyes de la Física. Después nos enteramos que, gracias a su pequeño tamaño, se valían precisamente de esas leyes de la Física para obrar tan tremendo milagro. La tensión superficial y el principio de Arquímedes eran suficientes. (leer más…)