Encuentran huellas fósiles que sugieren la presencia de locomoción animal antes de la explosión del Cámbrico.
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Surcos de hace 565 millones de años delatan antigua locomoción animal. Fuente: Oxford University. |
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Peter J. Bentley, autor de “El científico camuflado”, dice en uno de los capítulos de su libro que la Edad de Piedra debería llamarse la Edad de los Tejidos, pues por es época el ser humano empezó a confeccionar tejidos para vestirse, pero que al ser más perecederos que las piedras nos han quedado pocos restos de tejidos y muchas más piedras.
Con el registro fósil pasa algo parecido, la concepción que tenemos de la historia biológica de este planeta depende en gran medida de los restos fósiles dejados por animales con partes duras: huesos, dientes, caparazones, conchas… Los animales de cuerpo blando rara vez fosilizan. Seguro que habrá habido toda una serie de animales fantásticos sobre este planeta que, una vez extinguidos, no han dejado ningún registro de su existencia y, desafortunadamente, nunca los conoceremos.
A veces los animales (por desgracia no las plantas) dejan algo tras de sí, incluso aunque ninguna parte de su cuerpo se haya fosilizado: sus huellas. El surco dejado por un gusano o las pisadas de un dinosaurio impresas en el barro de la orilla de algún lago cretácico también se consideran fósiles. (leer más…)