NeoFronteras

Archivo de noviembre 3, 2011

Las cicadáceas no son fósiles vivientes

Publicado el 3 de noviembre de 2011 en Biología | Comentarios desactivados en Las cicadáceas no son fósiles vivientes

Las modernas cicadáceas no compartieron el mundo con los dinosaurios ya que empezaron a diversificase 50 millones de años después de que éstos desaparecieran.

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Hasta ahora se situaba a las cicas como parte de las plantas que sobrevivieron a la extinción de los dinosaurios y se colocaban dentro de la categoría de “fósiles vivientes”.
Ahora un nuevo estudio saca a las cicas de esa categoría de fósiles vivientes, pues las cicas actuales son totalmente diferentes de aquellas que compartieron el mundo con los dinosaurios durante el Jurásico hace 200 millones de años.
El estudio, publicado en Science, ha sido realizado, entre otros, por Nathalie Nagalingum, del Real Jardín Botánico de Sydney, y se basa en el reloj molecular de ADN y en restos fósiles. El hallazgo es el resultado de un proyecto junto a la Universidad de Harvard y la Universidad de California en Berkeley. (leer más…)

Alta biodiversidad del suelo global

Publicado el 3 de noviembre de 2011 en Ecología | 2 Comentarios »

La biodiversidad animal del suelo es muy alta y única, independientemente de la parte del globo que consideremos.

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Fuente: Diana Wall, Colorado State University.

Pese a lo que creen algunos cultivadores de tomates insípidos, el suelo sobre el que crecen las plantas es muy importante. En él hay una gran variedad de vida de todo tipo y esa vida es la que recicla muchos de los elementos que una y otra vez pasan de la materia viva a la inerte. En él se fija el nitrógeno o se descomponen los últimos restos de lo que fue una criatura que sintió y se desplazo por este planeta. No solamente hay microorganismos, sino toda una multitud de seres pequeñitos, algunos de ellos animados, en cuya presencia no solemos reparar. Así por ejemplo, los ácaros y lombrices (como ya sugirió Darwin en su momento) son esenciales a la hora de degradar los restos orgánicos y reciclarlos para formar los nutrientes del suelo que necesitan las plantas. Son esenciales para la correcta función del suelo en el ecosistema, tanto en terrenos naturales como en los cultivos.
Como seres humanos que somos, limitados por nuestros sentidos y nuestro cerebro, creamos una concepción del mundo basada en lo que vemos a primera vista. A partir de esa visión sacamos conclusiones y esquemas para ver el mundo. Hablamos de biodiversidad y nos fijamos en selvas y arrecifes de coral, pero no en la sucia tierra que hay bajo nuestros pies. (leer más…)