Resultados sobre longevidad
Varios estudios hablan sobre resultados relacionados con el alargamiento de la vida en animales.
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Desde hace siglos existen leyendas sobre aguas curativas o fuentes de la eterna juventud. Una de las leyendas más extendidas dice que Ponce de León descubrió Florida cuando buscaba la fuente de la juventud. Según esta leyenda oyó a los nativos de Puerto Rico hablar de esta fuente cuando conquistó la isla. Insatisfecho con su riqueza material, emprendió una expedición en 1513 para localizarla, y por el camino descubrió el actual estado de Florida. Obviamente nunca halló la fuente. Además, aunque hubiese oído acerca de esa fuente puede que quizás ésa no fuera en realidad su motivación.
En los tiempos actuales esas historias acerca de una fuente cuya agua cura o vuelve jóvenes a los que la beben o se bañan en ella nos hace esbozar una sonrisa y mirar con cierta condescendencia (en el mejor de los casos) a aquellos ingenuos hombres, ya convertidos en polvo, que en el pasado la buscaban.
Puede que quizás no hayamos cambiado tanto y que dentro de un siglo nuestros descendientes hagan lo mismos con nosotros y se rían de nuestra ignorancia y arrogancia, por perseguir el mismo fin, para después morirse igual que lo haremos nosotros. Porque al final moriremos todos, incluyéndole a usted, amigo lector. No es un mal pensamiento si nos ayuda a vivir mejor.
Desde hace décadas se nos promete que en unos años las ciencias biológicas avanzarán lo suficiente como para alargar considerablemente la vida humana. No hace falta decir que esto todavía no ha ocurrido. Recientemente se cuentan resultados alcanzados en modelos animales de laboratorio, resultados que de vez en cuando han sido publicados en este sitio web y que algunas veces se venden en notas de prensa que rozan el sensacionalismo. Se acaban de hacer públicos nuevos resultados al respecto.
Científicos de varias instituciones del estado de Texas descubren lo que según ellos podría dar lugar al descubrimiento médico más importante en la historia humana en relación al alargamiento de la vida. El descubrimiento, que es portada en el número de julio de la revista FASEB, muestra que un plegado adecuado de una proteína podría explicar la mayor longevidad de unas especies de murciélagos sobre otros mamíferos de tamaño comparable a ellos como los ratones.
Asish Chaudhuri, de VA Medical Center en San Antonio, dice que tratan de investigar los mecanismos que subyacen a la mayor longevidad algunos animales con la esperanza de poder desarrollar terapias que permitan a las personas envejecer más lentamente.
Asish y sus colaboradores hicieron el descubrimiento a partir de las proteínas extraídas del hígado de dos especies longevas de murciélagos (Tadarida brasiliensis y Myotis velifer) y comparándolas con las procedentes de ratones. Ambos tipos de proteínas fueron expuestas a un agente químico que en general provoca el despliegue de proteínas, es decir su desnaturalización. Comprobaron que las proteínas de los murciélagos eran más resistentes, lo que indicaba de los murciélagos deben de haber desarrollado algún mecanismo para mantener la estructura adecuada de las proteínas incluso bajo presión extrema.
Recordemos que una proteína es una cadena de aminoácidos, pero que su función depende de cómo se pliega dicha cadena. Un error en esta estructura terciaria puede desembocar en una proteína totalmente inútil o incluso perjudicial, como en el caso de los priones. La desnaturalización de la proteína consistente en un mal plegamiento puede estar producida por varias causas, como la alta temperatura, los radicales libres o los agentes químicos.
Los murciélagos están muy cerca de los ratones en el árbol evolutivo y estas diferencias observadas pueden dar lugar, según este investigador, a pistas que nos conduzcan a la tan elusiva fuente de la juventud (según sus palabras).
Curiosamente una de estas dos especies de murciélago vive en Florida.
El segundo descubrimiento se refiere al las dietas de restricción calórica, que consiguen alargar la vida de los gusanos sometidos a ella y que ya hemos cubierto en el pasado en esta web. El mecanismo molecular que liga nutrición y esperanza de vida se comprende muy mal. Puede que este estudio, realizado por científicos del Salk Institute, y publicado en Nature el pasado 24 de junio, ayude a entenderlo mejor.
Estos investigadores han identificado el papel pivotande de dos enzimas que trabajan juntas para determinar los beneficios de la dieta de restricción calórica. Si se elimina una de estas dos proteínas la dieta de restricción deja de funcionar y los animales viven lo mismo que sus congéneres con dietas normales.
Según Andrew Dillin, el otro único factor de regulación de longevidad ligado a la dieta que se conoce opera justo al final de una larga cascada de señales. Según él estas dos enzimas están más lejos y nos acercan al receptor que recibe la señal (química) de iniciar el promotor que alarga la vida.
Identificar el receptor podría ayudar a los investigadores a diseñar un fármaco que remede esta señal y que dé lugar a tratamientos que curen enfermedades ligadas al envejecimiento. La idea es que no sea necesario «morirse» de hambre para «alargar» la vida, ya que una dieta severa como la que se necesita para obtener resultados puede producir problemas.
Aunque el estilo de vida puede tener una influencia sobre la esperanza de vida, como en el caso de la obesidad, los factores genéticos son los más importantes en el proceso. Hasta el momento se conocen sólo tres redes genéticas que garantizan mayor longevidad cuando son manipuladas: el factor de crecimiento ligado a la insulina, otro ligado a las mitocondrias y el relacionado con la restricción calórica.
En este caso los experimentos se hicieron sobre gusanos Caenorhabditis elegans a los que se manipuló genéticamente para que expresaran o no las enzimas WWP-1 y PHA-4. Sobreexpresar la primera aumentaba la vida de los gusanos, pero al eliminar el gen que determinaba la segunda no se obtenía beneficio en la esperanza de vida aunque la primera estuviera presente. Además, descubrieron que el factor UBC-18 parece ayudar a WWP-1 a realizar su labor. Estos científicos creen que estas proteínas trabajan en tanden para producir mayor longevidad.
Lo interesante es que la red WWP-1 se ha conservado evolutivamente bastante bien a lo largo del tiempo y está presente tanto en los gusanos como en los mamíferos, aunque no está demostrado que en los segundos juegue un papel en el aumento de la longevidad.
El tercer resultado se ha obtenido en ratones, y consiste en el hallazgo del único fármaco hasta el momento capaz de alargar la vida en mamíferos.
La rapamicina* es un fármaco que se lleva usando en pacientes humanos desde hace años para prevenir el rechazo de órganos trasplantados. Es decir, es un inmunodepresor. Lo que no se sabía de él era que además podía alargar la vida en ratones. En concreto cuando es administrado en ratones en edad avanzada se consigue aumentar su vida en un 14% en promedio.
Su uso en humano sería, por razones obvias, problemático pues dejaría el cuerpo más expuesto a las infecciones.
Este estudio ha sido realizado por científicos de University of Texas, University of Michigan y Jackson Laboratory. En él se usaron 2000 ratones genéticamente diferentes entre sí para asegurarse que no habría factores genéticos que enmascararan los resultados. A parte de ellos se les empezó a administrar el fármaco cuando contaban ya con 20 meses de edad (una edad avanzada correspondiente a 60 años en su equivalente humano), mientras que otros formaban el grupo de control.
Cuando se comparó la longevidad de los ratones tratados con los que no tomaban el fármaco se vio que la vida de los primeros aumento en un 14%. Se comprobó además que el efecto era más acusado en las hembras que en los machos.
Se eligió este fármaco para el estudio porque se sabía que tenía efectos sobre el circuito celular denominado TOR, que es conocido porque en ratones, moscas y gusanos está relacionado con los efectos ligados a las dietas de restricción calórica y con problemas asociados con el envejecimiento.
Podría ser que la rapamicina remedara el efecto de la dieta de restricción calórica. Aunque ningún ratón perdió peso durante los experimentos, al contrario de lo que ocurre en dichas dietas. Además, estas dietas funcionan bien cuando se empiezan a edad temprana y no avanzada como en este caso.
La aplicación de este resultado en humanos sería problemática debido a sus efectos inmunodepresores y a la dosis que habría que administrar. Normalmente, para evitar rechazo de órganos trasplantados, se administra a humanos de 2 a 5 miligramos de rapamicina al día, que es mucho menos de los 2,24 miligramos por kilo de peso y día que se administró a los ratones durante este experimento.
La esperanza es que se pueda alterar este fármaco para que no afecte al sistema inmunitario, pero que mantenga sus cualidades de alargamiento de la vida. Algunos de estos investigadores ya trabajan sobre esta vía.
Está por ver que todas estas investigaciones terminen con resultados aplicables a humanos. Habrá que esperar y mucho. Mientras tanto podemos consolarnos con lo que dijo aquel: «Me puedo conformar con no ser inmortal. Me basta con que tampoco lo sean los demás».
*Su nombre procede de Rapa Nui o isla de Pascua. El compuesto fue encontrado en muestras de suelo de dicha isla en 1965. Es segregado por la bacteria Streptomyces hygroscopicus y en un principio se usó como fungicida.
Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.
Nota de prensa.
Artículo original (resumen).
Noticia en Nature.
Nota de prensa.
Artículo original (resumen).
Restricción calórica en humanos.
Longevidad en levaduras y gusanos.
Multiplican por 10 la vida de levaduras.
Gusanos tratados con antidepresivos viven más.
25 Comentarios
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viernes 10 julio, 2009 @ 9:15 am
Seguro que no lo ven nuestros ojitos, pero lo mismo algún día vivimos varios siglos. Sería estupendo en un mundo abarrotado de gente como es el nuestro. Si logramos impedir que la naturaleza nos elimine lo tendremos que hacer entre nosotros por los métodos tradicionales (como las guerras) porque gente va a seguir naciendo y la competencia entre individuos y especies no va a desaparecer. Quizá sería más «higiénica» la solución tradicional de creer que cuando nos muramos iremos a un mundo mejor… Ya lo dijo alguien : Todo el mundo quiere ir al cielo pero nadie se quiere morir…
Saludos inmortales
viernes 10 julio, 2009 @ 9:25 am
Gracias Neo.
En principio las soluciones farmacológicas son siempre «futuribles». Si os fijáis llevamos toda la vida escuchando titulares similares: «científicos descubren cómo alargar la vida con x sustancia» pero esos fármacos nunca llegan (ojo: con «nunca» me refiero a 30 años que llevo escuchándolo)
La clave estará -si es que está- en la genética. La clave y el drama poblacional, claro ;)
En todo caso, el más REAL es la restricción calórica, pero… en un mundo lleno de comedores compulsivos… la noticia pasará inadvertida porque todos miraremos para otro lado, no?
Al fin y al cabo ¿quién quiere dejar de comer si puede tomar una pastilla para vivir más? :)
Vivir más… qué sueño tan bonito: la jubilación a los 85 años… es lo que habrá pensado la patronal ;)
En todo caso, restricción calórica.
Saludos!
viernes 10 julio, 2009 @ 1:07 pm
Hay una noticia relacionada que acaba de salir (y que no dio tiempo a incluir):
http://www.news.wisc.edu/16889
Al parecer la dieta de restricción calórica además de funcionar en gusanos y ratones también funciona en monos, que están mucho más cerca del ser humano en términos evolutivos.
viernes 10 julio, 2009 @ 1:12 pm
Otra curiosidad es el origen de la rapamicina. Su nombre procede de Rapa Nui o isla de Pascua. El compuesto fue encontrado en muestras de suelo de dicha isla en 1965. Es segregado por la bacteria Streptomyces hygroscopicus y en un principio se usó como fungicida.
Obviamente esto no significa un apoyo a los místicos que creen en la magia, sino hacia la conservación de los espacios naturales, aunque sólo sea por egoísmo.
viernes 10 julio, 2009 @ 3:04 pm
De entrada me sorprende la rápido que están avanzando los médicos en este campo pero no dejo de pensar en una cosa si se descubre algo para que la gente viva mas y la tasa de nacimientos aumenta la cantidad de recursos que vamos a consumir nos va a cobrar factura , no olvidemos el penoso suceso de la isla de pascua donde la gente murió de hambre porque agotaron todos los recursos , lo mismo nos pasaría , yo creo que si la humanidad quiere trascender y vivir por siempre el paso que se debe dar es la digitalización de ser , eso te daría la vida eterna y dejarías de consumir recursos lo cual también ayudaría al mundo
Además me acuerdo de una muy buena canción del grupo queen , quien quiere vivir por siempre “Who Wants To Live Forever “ al contrario de lo que normalmente se piensa vivir por siempre puede terminar siendo un peso muy grande sobre la débil humanidad
viernes 10 julio, 2009 @ 4:22 pm
Lo mejor sería que fuéramos de duración indefinida y que cada uno se muriera cuando lo eligiese. Siendo «eternamente joven», ya veríamos a quién le gustaría decir: «bueno, me voy a morir porque ya tengo suficiente». En principio algo así como mil añitos de vida (en perfectas condiciones) los firmo ahora mismo.
viernes 10 julio, 2009 @ 6:20 pm
No deja ser curioso que la gente autodenominada optimista siempre terminan diciendo que eso de ser inmortal sería horrible. Otros también dicen lo mismo para pasar a admitir que «en la otra vida» sí que está bien ser inmortal.
Obviamente a nadie le gusta estar enfermo y decrépito el resto de su vida por muy larga que pueda ser.
En cuanto al impacto que tendría el vivir más sobre la población se podrían hacer unas pequeñas cuentas. Si desde hace unos siglos nadie se hubiera muerto ahora seríamos tantos como vamos a ser dentro de poco. Es lo que tiene el crecimiento exponencial.
sábado 11 julio, 2009 @ 9:59 am
Yo la verdad conservo la esperanza de que estas tecnologías (en especial la nanotecnología, por su posible reemplazo de las células neuronales que nos lleve a procrear el «homoDigitalis») vean la luz durante mi periodo de vida.
Sé que pronto se espera una posible revolución biotecnológica que nos abra las puertas de un futuro esperanzador en este sentido, pero nadie puede predecir cuales son los cambios específicos que traerá la tan esperada revolución.
Por mi parte, sueño con cuerpos robóticos y viajes la espacio… No me cabe en la cabeza que alguien en su sano juicio pudiese desear la muerte, pero siempre hay algún loco por ahí.
Tantas cosas que ver y tan poco tiempo…
sábado 11 julio, 2009 @ 1:18 pm
He estudiado el tema desde hace tiempo. Incluso tomo resveratrol habitualmente a pesar de que no hay evidencias de que funcione en mamíferos para alargar la vida (es un suplemento barato y sin efectos secundarios).
La verdad el periodo máximo de vida humana, genéticamente determinado al parecer, está alrededor de los 100a. No hemos podido descubrir por que 100 y no 200 o 1000 pero esos son los hechos. Lo que si es posible es llegar mucho mas «joven» a esa edad a merced de los avances de la medicina. Mantener un peso adecuado, hacer ejercicio, tratar las enfermedades degenerativas (mantener el colesterol LDL por debajo de 100mg/dl por ejemplo) pueden ayudarnos a ello.
Cuando tenía 25a estaba seguro de que «la píldora de la inmortalidad» se descubriría durante mi vida pero ahora no lo estoy tanto ¿quiero vivir para siempre? ¡claro! pero…
sábado 11 julio, 2009 @ 6:05 pm
Buena observación en el comentario 7.El poder de destrucción de la mente humana por parte de determinados artefactos está bien acreditado históricamente.
sábado 11 julio, 2009 @ 11:05 pm
Acabo de leer el estudio de los Macacos y de ver las fotos, luego de comerme 4 presas de pollo frito con papitas y refresco.
Claro que me siento levemente culpable; pero que lastima que los Macacos no sepan hablar ¿no les parece infeliz el de la izquierda?
Como les digo a mis pacientes: Hay dietas que te hacen desear la muerte ;-)
lunes 13 julio, 2009 @ 8:54 am
Jorge,
Imaginemos (incluso aceptemos) que los 100 años es el tope standard genético vital, ok? (y que lo es hoy por hoy, también).
Independientemente de este tope, hay otro que es la esperanza de vida, que en España está alrededor de los 80 años (hombres/mujeres).
Yo no creo que los avances médicos hagan que llegues a esa edad en mejores condiciones («más joven»); en primer lugar porque cuando te mueres de viejo… te mueres de viejo: decrépito. Antes te pasaba a los 40 años (que se moría la gente «de viejo») y ahora a los 80.
¿A qué achaco yo el aumento en la esperanza de vida? A dos factores:
1-el cambio social del modelo productivo: la gente ya no se destroza a trabajar en el campo o en la mina. No es lo mismo la esperanza de vida de una cajera que puede hacer hasta deporte en su urbanización que la de mi bisabuelo (que, por otra parte, vivió hasta los 92 años… pero muchos de sus hermanos quedaron por el camino).
2-la mejora de las condiciones SANITARIAS (que no farmacológicas): mejora de los saneamientos/alcantarillado -verdadera razón de la disminución de las enfermedades: véase cómo aparece el cólera y el tifus en cualquier país cuando hay un terremoto…- ; mejora en la prevención de las enfermedades (no fumes, no bebas, no comas grasas… díselo a un romano o a un tipo del siglo XV :) ); mejora de la higiene en la alimentación/vida; cultura de la salud (el hacer deporte era INAUDITO hasta el siglo XIX, por lo menos para el 99,99% de la población).
Es decir, los fármacos no han contribuido a que vivamos «más jóvenes» hasta la vejez, han conseguido que vivamos más en algunos casos (no la palmas de una infección), pero la calidad de vida la han conseguido -y es mi opinión, ojo- las mejoras asociadas al estilo de vida / condiciones sanitarias.
En todo caso, parece que no pasamos de 80 años y, es más, parece que estamos retrocediendo gracias a nuestro amigo el cáncer y la pandemia de obesidad que nos asalta.
Saludos!
lunes 13 julio, 2009 @ 7:22 pm
Antes del siglo XIX la gente no practicaba deportes por que ya tenían, en general, suficiente esfuerzo físico en sus más bien esclavistas trabajos. Andaban mucho más y subían escaleras dado que no existían los ascensores. Así que no se hasta que punto el deporte puede influir en una longevidad mayor.Y la farmacología también cuenta bastante en el tema de la longevidad. Y más que contará cuando se desarrolle la medicina personalizada a base de farmacopea génica.
martes 14 julio, 2009 @ 3:17 am
Bueno Emilio, una vez que llegue el momento habrás de morir de alguna cosa. He visto la muerte de muchos «viejos sanos» y es notable como pasaban de una salud excelente, con muy buena calidad de vida y una mente sin trastorno alguno a una cadena de afecciones que les mataban en pocos días. Es como ver el súbito colapso de una estructura antigua perfectamente funcional hasta ese momento.
Las cosas que citas han aumentado la «esperanza de vida al nacer» que es un concepto epidemiológico aplicable a poblaciones enteras mas no a personas individuales. Los ancianos sanos mayores de 80a eran una rareza en la Roma antigua, donde la esperanza de vida rondaba los 40a pero ciertamente existían.
Lo extraño de esta época con respecto a las precedente es la posibilidad que tiene la mayoría de la población de alcanzar su potencial genético de longevidad. Para lograrlo debes evitar aparte de las enfermedades infecciosas las degenerativas y ahí los medicamentos ayudan
martes 14 julio, 2009 @ 9:41 am
Hola,
Evidentemente estamos en una «discusión» más bien centrada en aspectos subjetivos, ok?
Yo sigo pensando que lo que ha aumentado la CANTIDAD de vida (que no la calidad, que ya hablaré de ella) son EN MAYOR MEDIDA aspectos NO farmacológicos:
-mejora de los alcantarillados/saneamientos
-mejora de la higiene
-conocimiento de los hábitos saludables
-mejora de la condición física (en contraposición al «deporte» del trabajo, que se realizaba para explotar al hombre, nace el deporte «sano» como hábito aeróbico, dosificado, controlado… y realizado en edad avanzada para control del peso y mejora del tono muscular)
-mejor alimentación
Hay enfermedades (incluso más que antes) nuevas/viejas que afectarán a los ancianos…
-mejora de la TECNICA -que no farmacológica- INSTRUMENTAL Y CIRUGíA que mejora las operaciones y sus recuperaciones espectacularmente (sin ir más lejos… lamparoscopia: algo de ciencia ficción hace 100 años en la que te abrían en canal para sacarte la vesícula…)
Y luego está, sí: algunos fármacos que consiguen controlar los síntomas de la enfermedad para aumentar la CALIDAD de vida. Pero ninguno te curará de la artritis, alzheimer, párkinson,diabetes, artereoesclerosis… paliarán la enfermedad y, si tienes todo lo anterior (mejor alimentación, mejor cirugía, mejor sanidad,etc) conseguiras más CANTIDAD. Pero sin eso, los fármacos no valen nada para aumentar la cantidad. Es decir, moriríamos con 50 años, sin dolor gracias a los opiáceos… pero con 50.
Es mi opinión, eh?
Saludos.
martes 14 julio, 2009 @ 9:45 am
Perdón, pero se me olvidaba la genética :)
Los fármacos genéticos serán simplemente eso: fármacos y como tal los concibo: paliativos.
Otra cosa, y que será LO MÁS IMPORTANTE, será la TERAPIA genética que será el mayor avance que hemos conocido en la CANTIDAD Y CALIDAD de vida:
-recuperación de órganos/miembros
-reparación de órganos (cerebro…. ummm) y tejidos
Eso abre la puerta a la «inmortalidad», pero de eso no estaba hablando… aunque, realmente, es lo más importante: la capacidad de recuperar lo perdido por la edad.
Imagináos un pinchazo de células madre en un cartílago y te lo ponen como el de un bebé (o en un tendón…), el sueño de todo deportista o de todo anciano artrósico!!
Eso sí, no entra eso en farmacología si no en una nueva terapia.
pd: se nota que soy un descreido de la industria farmacéutica, no? :)
martes 14 julio, 2009 @ 10:30 am
Se le olvida la penicilina y, en general, toda la gama de antibióticos que hacen que no muramos de muchas enfermedades.
Además, no todos los fármacos son paliativos, sino que muchos son tratamientos con intenciones de curar el mal.
Para averiguar el porqué de nuestra longevidad actual es necesario tomar todos los aspectos existentes y no sólo unos cuantos.
jueves 16 julio, 2009 @ 2:06 pm
Sí fantomo.
Respecto a los fármacos, éstos los divido en los que curan enfermedades y que son los antibióticos/vacunas y los que no curan enfermedades y sólo palían (el resto).
Cuando se habla de fármacos, en general se suele tender a englobarlos todos y, como digo, la calidad de vida está ligada a los farmacos paliativos.
Efectivamente, los antibióticos pueden alargar las vida, no por su efecto a lo largo si no puntualmente. No obstante, en mi opinión, las mejora de las condiciones de asepsia (alcantarillado, higiene) mejoran mucho más que los antibióticos.
Lo pienso en base a que en cualquier país del mundo, si hay un terremoto / catástrofe, el cólera/tifus y demás enfermedades resurgen enseguida en base a dos o tres días de mal funcionamiento de la red de alcantarillado y falta de agua potable. Es decir, si no hubiese estos servicios básicos, estaríamos todo el santo día tomando antibióticos… y aumentando la resistencia de los microbios… con lo cual sería contraproducente, no?
De hecho, ya lo esamos haciendo al comer carne contaminada con patógenos ultraresistentes y además con antibióticos… lamentable, pero cierto. Cada vez se cuestiona más que los animales infectados en granjas que los tienen viviendo sobre sus propias heces y para que no enfermen los atiborran de antibióticos… aumentando la resistencia de las bacterias, y no los propios antibióticos son los que causan el problema de las bacterias superresistentes en humanos.
En fin, problemas.
lunes 20 julio, 2009 @ 4:47 pm
Un murcielago vive mas que un raton por el simple hecho de que vuela.
Me explico:
En principio no habria ningun problema para que nuestro cuerpo se regenerase casi a la perfeccion (ya se hace con las celulas reproductivas). Esta caracteristica sería seleccionada por la evolucion, ya que mas años de vida permitirian dejar mas descendencia y cuidad mejor de ella.
El único problema reside en el enorme consumo de recursos (alimentos) que implica esta regeneracion.
Pero regenerar un raton para que viva 600 años, cuando lo mas probable es que en solo dos se lo haya comido un gato, no parece tener sentido. El raton haria mucho mejor en regenerarse lo justo para vivir dos años y emplear las energias restantes en tener mas ratoncitos.
Un murcielago, que vuela y tiene hábitos nocturnos, es mucho menos probable que se lo coman. Probablemente tarde 10 años en ser atrapado por un depredador. En este caso su mejor estrategia es gastar la energia suficiente para durar diez años en buenas condiciones y ahorrar el resto de energia por si no encuentra comida.
¿Y una tortuga?. Pocos depredadores, un buen capazarón que la protege, precavida… ¿A alguien le extraña que supere los 200 años?
Por tanto la forma de mejorar la esperanza de vida es hacer que el organismo gaste mas recursos en regenerarse. Se me antoja muy dificil de conseguir, por lo que veo lejos la pastilla de la eterna juventud.
Por el momento si esquivas las drogas, comes sano, te estresas poco y haces ejercicio MODERADO, es probable que lleges a tu potencial genetico en buenas condiciones (cerca del siglo)
martes 21 julio, 2009 @ 7:09 am
Jose M Piñeiro: No había caído en las razones que expones y me parecen interesantes. Parece una constante que los animales que ocupan la base de la cadena alimenticia, viven poco, salvo que hayan conseguido un tamaño que los proteja u ota estrategia como el caparazón o volar, tal como dices.
Pero no comprendo por qué los grandes predadores, que no tienen enemigos, como el lobo o los grandes felinos, solo alcanzan una decena de años.
Ya me dirás algo si conoces la respuesta.
Un afectuoso saludo.
sábado 25 julio, 2009 @ 2:34 am
Si de hacer analogías naturales se trata, al menos en los mamíferos el tamaño cuenta.
Los mamíferos mas pequeños suelen vivir menos y tener metabolismos basales mucho mas activos que los grandes. Las ballenas por ejemplo tienen especies que viven al parecer 200a.
Algo sin duda compartimos con los murciélagos: Vivimos mucho más tiempo de lo que nuestro tamaño permite suponer (el doble de los chimpancés y los gorilas para tomar un ejemplo cercano evolutiva mente hablando) ¿por qué? nadie lo sabe.
sábado 25 julio, 2009 @ 8:48 am
Quizá porque hemos llegado a mucha altura en la prevención, sanidad, medicina, higiene, etc. En la prehistoria no debió ser así.
sábado 8 agosto, 2009 @ 3:15 pm
De acuerdo con Joabbl. Parece que nadie se detiene mucho a considerar la carga psicológica de una vida eterna en perfecto estado físico… (Entre los literatos, sí lo consideró Swift, en los viajes de Gulliver.) No se trata sólo de la salud de los tendones, Emilio… Lo mejor sería rejuvenecer y olvidar periódicamente para volver a comenzar, nuevecitos.. ¿No os gusta la reencarnación, chicos? Parece buena idea… (Aquí os envío una sonrisa porque un corrector automático entrometido no me deja escribir lo que quiero, que no es grosero.)
sábado 12 septiembre, 2009 @ 1:10 am
Creo que se equivocan al analizar ciertas cosas: Antes la gente no hacia gimnasia aerobica (que es la que te aumenta la probabilidad de vivir mas), ni tenia buen agua para beber y alimentos. Esto sumado al avance de los remedios y drogas explica porque hace 1000 años la esperanza de vida era de 35 años y hoy de 80 años. Con respecto a no envejecer, creo que eso se logrará en el futuro con la manipulación de los genes, si bien la inmortalidad puede venir tambien por el lado de reemplazar el cerebro con nano computadoras…que se trasladarian a diferentes cuerpos. A la pregunta de si lo lograra el hombre del futuro…estimo que si, salvo que venga la autodestrucción antes.
miércoles 14 octubre, 2009 @ 5:22 pm
@Tomas:
Probablemente el factor limitante en los grandes predadores sea la falta de comida.
Viendo lo documentales de la BBC (como Fungairiño) podemos pensar que los grandes predadores viven de lujo, pues no se los come nadie. Pero la realidad es que su porcentaje de aciertos en la caza es muy escaso, lo cual los mantiene al borde de la inanición.
Por tanto es probable que les resultase interesante una buena regeneración, ya que sus posibilidades de muerte prematura son escasas. Pero si gastasen más energía en regenerarse, simplemente se morirían de hambre en las épocas de escasez.
Ojo, que esto no deja de ser una especulación de cosecha propia.