NeoFronteras

Pérdida de hábitats y epidemias

Área: Medicina,Medio ambiente — domingo, 30 de junio de 2019

Proponen una hipótesis que explicaría cómo la pérdida de hábitats provocada por el ser humano termina generando enfermedades infecciosas que le afecten y que pueden transformarse en una pandemia.

Foto

Hay una tendencia en los últimos años a la aparición de emergencias sanitarias que se asemejan cada vez más a una pandemia.

Muchos podrán recordar lo que pasó con el SIDA, pero desde entonces ha habido otros casos. El último ha sido otro brote de ébola, esta vez en la República Democrática de el Congo. Brote que ya ha saltado a Uganda.

Entre medias ha habido brotes de diversos tipos de gripe, de virus de Nilo, de virus de Marburg, de SARS, de dengue, de chikungunya, etc.

Algunas de estas enfermedades ya están apareciendo en Europa debido a que ahora también han llegado los vectores que las portan, como el mosquito tigre. Que vuelva la malaria es sólo cuestión de tiempo.

Antes, las enfermedades infecciosa provenían de los animales que el ser humano había domesticado. Al estar cerca de ellos, los patógenos sólo debían esperar la mutación oportuna que les permitiera infectar a la gente.

Ahora este problema coincide en el tiempo con la época de mayor destrucción ecológica realizada por el ser humano que se recuerda y con que se empiezan a notar los efectos del cambio climático. Básicamente estamos en medio de una extinción masiva.

Al igual que muchos otros, unos investigadores de Auburn University piensan que la aparición de estas enfermedades se correlaciona con la pérdida de hábitats. Lo complicado es demostrar o argumentar adecuadamente esta hipótesis.

«Proporcionamos una nueva perspectiva acerca de cómo la pérdida de hábitats puede facilitar la aparición de enfermedades infecciones en humanos», dice Sarah Zohd, coautora del estudio junto a Tonia Schwartz y Jamie Oaks.

Esta idea no es algo nuevo dentro de la comunidad científica, pero, en este caso, el equipo de Auburn University ha desarrollado un hipótesis en concreto basada en un efecto de coevolución. Hipótesis que hunde sus raíces en distintas disciplinas, lo que permite explicar los mecanismos subyacentes que controlan esta asociación.

En el estudio se integran ideas provenientes de distintos aspectos de la Biología, como Ecología, Biología Evolutiva y Genética para así desarrollar una nueva hipótesis sobre la susceptibilidad de las enfermedades infecciosas a propagarse desde el entorno natural a los seres humanos en hábitats que han sido desforestados. Estos científicos esperan que otros investigadores la pongan a prueba la hipótesis de «efecto coevolutivo», con sus datos, al ser esta testable.

«Independientemente de que estos estudios apoyen o no la nueva hipótesis, anticipamos que proporcionará una nueva perspectiva para que otros investigadores en este campo construyan sobre ella, para, en última instancia, empujar este campo hacia una mejor compresión de la expansión de estas enfermedades y evitar su expansión», dice Schwartz.

El campo de la ecología de las enfermedades se basa en una hipótesis conocida como efecto de disolución, que fue enunciada a principio de este siglo. Esencialmente, la idea dice que la conservación de la biodiversidad puede proteger al ser humano de la aparición de enfermedades infecciosas. Según Zohdy, el efecto de disolución resalta el papel crítico que la conservación de la vida natural puede tener en la protección de la salud humana y cómo ha transformado la comprensión de las enfermedades infecciosas zoonóticas*.

Sin embargo, hasta ahora, incluso después de haber investigado en las pasadas décadas esta hipótesis y haber encontrado asociaciones entre pérdida de hábitats y brotes de enfermedades infecciosas, no había una buena explicación que aclarase cómo y desde dónde los microorganismos causantes de las enfermedades terminaban afectado a los humanos.

Estos investigadores proponen que según los humanos alteran el medio mediante la pérdida de hábitats, entre otras cosas se produce una fragmentación de bosques y selvas. Los fragmentos de bosques que quedan forman islas y los animales que allí habitan, que pueden sufrir enfermedades infecciosas, experimentan una rápida diversificación.

A lo largo de estas regiones fragmentadas se vería entonces, como consecuencia, un aumento de la diversidad de los microbios, es decir una divergencia de patógenos de las enfermedades que afectan a esos animales que evolucionan por separado en cada fragmento.

Esta pérdida de conexión aumenta las posibilidades de que aparezcan nuevas variantes que tengan la capacidad de saltar a otras especies, incluida la humana, de tal modo que algunos de estos microorganismos pasen a la población humana y generen un brote infeccioso que pueda terminar constituyendo una pandemia.

«Nuestro artículo introduce un mecanismo evolutivo que explica la asociación entre fragmentación de hábitat y difusión de enfermedades hacia la población humana que esperamos que complete las perspectivas ecológicas sobre este desafío de salud mundial», dice Oaks.

Algunos expertos han calificado el estudio de convincente y que proporciona una nueva perspectiva sobre las enfermedades infecciones y los mecanismos que están detrás de ellas.

* Una enfermedad zoonótica es una enfermedad que puede transmitirse entre animales y a seres humanos. Las enfermedades zoonóticas pueden ser provocadas por virus, bacterias, parásitos y hongos.

Copyleft: atribuir con enlace a htpps://neofronteras.com

Fuentes y referencias:
Artículo original.
Ilustración: Sarah Zohdy, Jamie Oaks y Tonia Schwartz.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
Compartir »

4 Comentarios

  1. Dr.Thriller:

    Pues claro, adaptarse y sobrevivir. Si el número de dianas a las que estaban adaptados disminuye, tenemos esa especie nueva que va camino de 10 millardos de dianas. Homeostasis pura. Y dura.

    Y esos estupendos rascacielos de las ciudades chinas donde en el piso 54 la ancianita tiene en la ventana su jaulita con gallinas defecando al aerosol (mega)urbano y su cerdito correteando por el apartamento de 23 m². Nada que envidiar a los estupendos hormigueros occidentales con toda clase de mascotas, algunas delirantes (y natural e irresponsablemente ilegales). Se echa de menos a Buñuel.

  2. Miguel Ángezl:

    De confirmarse, estaríamos ante otro problema problemático: las pocas reservas naturales que conseguimos declarar actuarían como focos de pandemias. Pero si renunciamos a las reservas, drjaremos a muchas especies del que puede ser su único hábitat disponible.
    La solución podría consistir en reservas conectadas entre sí por pasillos naturales.

  3. Miguel Ángel:

    Un problema más: las pocas reservas naturales que conseguimos declarar actuarían como focos de pandemias. Pero si renunciamos a las reservas, dejaremos a muchas especies del que puede ser su único hábitat disponible.
    La solución podría consistir en reservas conectadas entre sí por pasillos naturales.

  4. tomás:

    Parece evidente: En las «islas» donde mantenemos alguna diversidad, con gran o total independencia entre ellas, tal evolución toma caminos diversos y, por tanto, consigue mayor número de variaciones, con lo que, es más fácil que alguna de ellas resulte capacitada para tener como diana al ser humano. Por otra parte, el turismo de aventura, propicia un contacto diverso de los animales de esas islas con las personas y, para más inri, está de moda. Posiblemente Europa sea el continente que más peligro corra: otro puñado de levadura en el pan que ya se está cociendo.

RSS feed for comments on this post.

Lo sentimos, esta noticia está ya cerrada a comentarios.